Cap #24: ¡¿Entrenamiento?!
Un círculo mágico apareció en un lugar desolado, del mismo salieron Issei y los dos nuevos sujetos que había conocido, quiénes inmediatamente caminaron a una cabaña cerca de ahí.
"¿Eh? ¿Qué hacemos aquí?"
Issei veía a sus alrededores con curiosidad, viendo sobre su hombro notó que a lo lejos había un bosqueo bastante amplio. Cuándo los sujetos extraños caminaron el castaño salió de sus pensamientos para seguirlos hacia la cabaña cerca del lugar.
"Bienvenido a nuestro hogar, Hyoudou Issei. Es un lugar modesto y humilde, espero que no te sientas raro."
"Ah... E-entiendo. No, no se preocupe señora Seika."
"¡Ujum! ¿Asique si te acuerdas de mi nombre Ise."
"¿Ise? Huh, ahora que me lo pregunto, si usted, señorita Seika, es un demonio, porque tiene un nombre tan mundano. Ósea, me explico, los diablos comúnmente tienen nombres más occidentales y... ¿Únicos? Su nombre Seika es un poco... Hmph... ¿Asiático?"
"Bueno, eso se debe a que nací en Japón, soy un demonio rencarnado."
La respuesta de la peli violeta generó una gran impresión en Issei quién la miró de pies a cabezas.
¿Enserio es un demonio rencarnado? Si eso es así, ¿dónde está su amo?
Seika pareció leer la mente del castaño porque intuyó perfectamente los pensamientos del Hyoudou, y entonces dijo:
"Soy un demonio renegado, aunque falta mucho para que me vuelva un monstruo loco, asique no hay nada de que preocuparse."
"Ah, yo... S-sí, Huh... Con respecto a lo otro..."
Issei dirigió sus ojos al anciano que tenía una máscara Tengu ocultándole la cara.
Estrechando sus ojos lo observó con detenimiento.
"¿Qué hacemos aquí?"
"——Dijistes que quieras volverte fuerte, ¿no?"
"——"
"Bueno, eso mismo vamos a hacer."
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Unos minutos pasaron, Issei, Seika y Urokodaki ingresaron a la cabaña de madera.
El interior de la cabaña se descubriría como normal, no habían muchas cosas, sólo un sofá y una chimenea.
"¿Y entonces? ¿Por donde comenzamos?"
Issei quién había perdido interés en la cabaña, preguntó.
Urokodaki se sentó en el piso con las rodillas abiertas y pies recogidos, Seika por otra parte se acomodó en el sofá mientras disfrutaba del calor de la chimenea.
"Eso es todo por hoy. Mañana continuaremos." Urokodaki habló tranquilamente.
"¿Huh?" Issei anchó sus ojos. "¡¿Cómo que es todo por hoy?! ¡No hemos hecho nada!"
"Mañana continuaremos, dije." Volvió a repetir el viejo canoso.
"¡Esto tiene que ser una broma! ¡Estoy aquí para entrenar y volverme fuerte! ¡¿Y ahora me dices que vuelva mañana?!"
Issei no lo comprendió. ¿Cómo que volviera mañana? ¿Acaso esto era una broma?
No, él no estaba para bromas.
"Cálmate muchachito." Seika sentada relajadamente en el sofá habló. "No hay necesidad de ponerse histérico. De hecho, te pondremos a prueba."
"¿A prueba? ¿A qué te refieres?"
"Vete e intenta sobrevivir."
Las palabras atemorizantes de Seika pusieron nervioso al castaño.
¿Intentar sobrevivir? No lo entendió, pero.... Sé sintió nervioso.
Tragando saliva Issei abrió la puerta de la cabaña y miró a fuera, gracias a sus sentidos mejorados lo volvió a ver. Un gran bosque estaba a lo lejos, parecía más bien una selva de lo densa que era su floresta, muy biodoversa y de follaje frondoso.
Volviendo a entrar en la cabaña su expresión había cambiado a uno de nerviosismo.
"Eso es a lo que te refieres, ¿Señorita Seika?"
"Exactamente Ise."
"———"
Issei se mantuvo en silencio, cambiando la dirección de su mirada ahora en el viejo con máscara de Tengu, dijo:
"A esto es a lo que te referías con que volviera mañana, ¿quieres que pase por ese bosque para qur vuelva al lugar donde vivo?"
"Así es. Puedes... Tomar una espada si tu quieres, tengo unas cuántas katanas guardadas."
"No es necesario, no me subestimes, soy un demonio, incompleto, pero un demonio, puedo pasar un simple bosque."
Issei salió de la cabaña y se dirigió directo al bosque a los lejos.
Si era un demonio, eso significó que era superior a un humano, ¿no?
El castaño sin saberlo actuó de forma arrogante, grave error.
"—————"
Urokodaki por otra parte se mantuvo en silencio.
Seika cerró su ojos.
Los dos se mantuvieron serios, pero la demonio de pelo morado rompió el silencio.
"Si supiera que pusiste trampas en todo el bosque. ¿Morirá verdad? Después de todo hasta osos hay."
"Cómo siempre, llamando la mala suerte. Ve y vigilalo, por favor."
"No me des órdenes, es molestó, pero lo haré por hoy, ¿Ok?"
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"Esos idiotas, ¿de verdad creen que no puedo pasar un simple bosque?"
Issei que caminaba ya adentrado en el bosque frondoso apartó algunas ramas que obstaculizaban su camino.
Se encontraba quejándose, y su cara mostraba lo ofendido que estaba.
"Ravel... ¿Cómo estará? Espero que no me este buscando esa idiota. Aunque ahora que lo pienso, tener a uba niña como ama es un poco humillante. ———Tsk, mis hermanos y su maldita suerte."
¡Crak!
Pisó una rama y siguió avanzando, nada a su alrededor le importaba, de hecho, sólo caminaba sin darse cuenta que lo hacía.
Estaba tan sumergido en sí, que no se había dado cuenta que una delgada cuerda estaba unos centímetros separada del suelo.
"Quiero volver ya, tengo sed y ham~ ¿Eh?"
¿Qué pasaba? Su pie había tropezado con algo, pero eso no importaba ahora, su cuerpo caía.
Un barranco, un largo barranco. Rodó, rodó, rodó, rodó y rodó, tantas vueltas hcieron que se asustara y mareara.
¡Plasht!
"¡Buagh!"
El barranco se terminó y su cuerpo se estrelló duramente contra el suelo, sintió como huesos hicieron: "Crak" y su pecho se reventó por dentro haciéndolo escupir sangre y vómito mezclado.
Dolor, dolor, dolor, dolor, dolor, dolor, dolor, dolor, dolor, dolor, dolor, dolor, dolor, dolor, dolor, dolor, dolor, dolor, dolor, dolor, dolor, dolor, dolor, dolor, dolor, dolor, dolor, dolor, dolor, dolor, dolor, dolor, dolor, dolor, dolor, dolor, dolor, dolor, dolor, dolor, dolor, dolor, dolor, dolor, dolor, dolor, dolor, dolor, dolor, dolor, dolor, dolor, dolor, dolor, dolor, dolor, dolor, dolor, dolor, dolor, dolor, dolor, dolor, dolor, dolor, dolor, dolor, dolor, dolor, dolor, dolor, dolor, dolor, dolor, dolor, dolor, dolor, dolor, dolor, dolor, dolor, dolor, dolor, dolor.
"¡Aaaaagghh! ¡Duele duele duele duele duele! Kaaaagh..."
El hueso de su antebrazo derecho se había salido, rasgando su carne y siendo visible al exterior.
Su brazo izquierdo estaba en una dirección incoreecta y sus dedos fracturados.
No sentía las piernas, no podía caminar, lo único que reaccionaba era su boca.
"Duele.... Duele...."
El tremendo dolor generó que lágrimas brotaran de sus ojos.
Rojo... Rojo.... Rojo...
Su visión se había vuelto roja, le dolía, le dolía, quería morir, acabar con este sufrimiento, ¿morir? ¿Enserio Issei quería morir...?
"Yo... Agh...."
Se arrastró por el pasto dejando un rastro de sangre.
Siguió avanzando, si iba con Ravel ella de seguro lo ayudaría, ella... ¿De verdad lo ayudaría?
"Kang... Quiero...."
Se imaginó la expresión de Ravel al verlo bañado en sangre y vómito, junto a esta apariencia patética, ella de seguro lo miraría con asco y desprecio, débil, patético, eso era Hyoudou, siempre lo fue...
Y, aún así, él... Él quería...
"————No quiero.... Ugh... N-no no quiero.... Mo-morir... Po-por favor... Ayuda... Ayuda por favor. ——¿Agh?"
Mientras se arrastraba boca abajo en el pasto dejando un rastro de sangre, sin darse cuenta, su pie tocó algo.
¡Flash! ¡Flash! ¡Flash! ¡Flash! ¡Flash!
"¡¡¡AAAAAAaaaaaaggghhhhhh!!!
Cinco cuchillos que salieron disparados de un árbol se clavaron en su espalda, las hojas filosas se hundieron en su carne esparciendo sangre por todos lados.
Sin soportarlo más otro grito acompañado de sangre salió de la boca de Issei.
Insoportable, insoportable, dolía, dolía, duele, duele, duele, respiración agitada, respiración agitada, respiración agitada, respiración agitada.
Uno de esos cuchillos se había enterrado en uno de los pulmones del castaño.
El respirar se volvió un infierno, aunque no lo veía, si sentía como la sangre llenaba el pulmón atravesado.
"¡Aaaaaagghh!"
Lo único que podía hacer Issei era gritar.
Gritar de pura desesperación y dolor, nunca había sentido todo este dolor, de hecho, ¿porque estaba aquí? No lo recordaba, su mente, en vez de almacenar recuerdos, estaba en rojo, el mismo color que ahora su inundaba su visión.
Agonía, para el Hyoudou todo lo que sucedía era un maldito infierno, quería morir, pero se contradecía, él todavía quería vivir.
"No... ¡No quiero morir! ¡Por favor! ¡Por favor! ¡Ayuda! ¡Alguien que me ayude!"
Patético, patético, patético, patético, patético, patético, patético, patético, patetcio, patético, patético, patético, patético, patético, patético, patético, patético, patético, patético, patético, patético, patético, patético, patético, patético, patético, patético, patético, patético, patético, patético, patético, patético, patético, patético, patético.
"¡Nooo! ¡No no no no! ¡No quiero moriiiiiiirr!"
"—————————"
Esa fue la respuesta que recibió. Un profundo, aterrador y desolador silencio, no había nadie para tomarle la mano, el estaba e iba a morir sólo.
"¡Hermanooos! ¡Ayudaaaa! ¡Por favooooooor! Snif snif snif.... No quiero morir... ¡Buagh!"
Escupió la sangre que estaba en su garganta asfixiandolo, lloraba, Hyoudou Issei lloraba.
Cerró sus ojos intentando aguantar el dolor, olvidarlo, soportarlo, intentó recordar algo que le ayudará, un buen momento, algo bueno que le haiga pasado....
Pero nada le vino a la mente...
Iba a morir siendo infeliz, una amarga infelicidad que le llevó toda la vida. Qué forma más patética de morir, de hecho, el era patético.
Odio, odio, odio su vida, no él se odia así mismo.
Verdad, todos tuvieron razón, el era un inútil, patético, cobarde sin nada especial, eso es lo que era, todos tuvieron razón.
Él solo intentó, sólo intentó ser mejor...
"———Es cierto... No eh cambiado en nada...."
Mantuvo sus ojos cerrados esperando que al desangrase moriera, se imaginó las expresiones de sus hermanos viéndolo muerto y con esta apariencia patética.
Daiki le daría igual, de seguro lo miraría con desprecio, Aiko tal vez se pondría un triste, pero luego lo olvidaría.
Al final así sería su muerte, en este lugar que desconocia, como hubiera deseado no haber nacido.
"Grrrrr..."
"¿...Eh...? ¿Q-qué.... Es eso...?"
Un gruñido le hizo abrir los ojos lentamente, su visión era borrosa y roja, sus ojos veían todo a su alrededor de forma distoriconada y doble.
Pero lo vio claramente, una criatura, una inmensa criatura de pelaje café, un jodido Oso caminó a cuatro patas hacia él.
Issei jadió en horror y terror, la boca del oso babeaba de forma espantosa viéndo a su persona ya inmóvil en el pasto.
Su respiración rápida y pesada demostraba lo asustado que estaba, maldijo su suerte, su vida, su mera existencia.
Lloró, Issei Hyoudou lloró, lloró de pura desesperación, aún aguantando el dolor en todo su cuerpo, lloró.
"———Ghk..."
Apretó las muelas y un suspiro ronco escapó de sus dientes.
Ya no había caso, iba a morir, tensó sus músculos, ya preparado para ser devorado por el oso.
Se estaba imaginando lo doloroso que sería, y fue inevitable sentir miedo.
"——————"
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¡Slash!
"Oye muchacho, ¿estás bien?"
"¿Eh?"
Ya estaba preparado y resignado a morir, el oso sólo se acercaba y ya no había nada que hacer.
Sin previo aviso el sonido del aire siendo cortado, un aullido lastimoso, y la voz de cierta persona interrumpió el momento.
Al abrir los ojos la vió. Una mujer, cabello morado, ojos del mismo color, vestido negro y cuerpo de una adulta.
"———Se-señirita... Seika..."
"Por fin te encuentro, Ise."
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Los minutos pasaron, Issei ahora sé encontraba acostado en una camilla de de hospital, conectado por varias máquinas y un ventilador mecánico desde su nariz y boca ayudándolo a respirar.
Tenía el antebrazo derecho vendado, el cual anteriormente se le había salido el hueso perforado la carne, el brazo izquierdo se lo habían reacomodado y su tórax estaba vendado por completo. Sus dedos fracturados también se les dio tratamiento médico, y ahora sus manos estaban completamente vendadas.
Los cuchillos se lo retiraron de su espalda, aunque la gravedad de la herida en su pulmón atravesado le causó Hemotórax, que es la acumulación de sangre en la cavidad pleural.
Esto comprometió la función respiratoria y le causó un shock tremendo a Issei por la pérdida de sangre, razón por la cual está utilizando un ventilador mecánico que lo ayudaba a respirar.
Al ser una complicación grave como un Hemotórax, se le realizó una cirugía urgente al castaño para reparar la lección y cerrar la herida, así como para drenar cualquier acumulación de aire o sangre en el espacio pleural.
En la sala de hospital donde se encontraba Issei, estaban dos personas: Seika y Urokodaki.
Sentados en unas sillas veían al inconsciente castaño, en silencio, ninguno dijo nada, hasta que...
"Vaya, el muchacho si que se hizo mierda. ¿Qué clase de trampas tienes en el bosque? Está claro que estás loco."
"Mmph... Bueno... Nunca imaginé que fueran tan.... ¿Inhumanas? De hecho, es increíble que alguien con cuerpo de demonio fuera quedado en este estado por trampas humanos."
Urokodaki veía el resultado de su esfuerzo, que erróneamente, fue utilizado con una persona equivocada. Seika por otra parte pensó que el viejo estaba loco de remate, y se prometió a ella misma nunca más entrar a ese bosque lleno de trampas malévolas.
"¿Crees que el muchacho vuelva? Le prometimos hacerlo más fuerte... Pero... Bueno.... Termino fue con problemas respiratorios. Así no podrá usar la respiración de concentración total. A menos que esperemos años a que su herida en el pulmón sane por completo."
"Ciertamente tienes razón, asique tendremos que usar eso."
"¡¿Hablas de la lágrimas de Phoenix?! ¡¿Pero cómo diablos la conseguiremos?!"
"Acaso lo vas a dejar morir... Seika."
"Hmph, odio cuando me manipulas diciendo mi nombre, idiota."
Con un puchero y brazos cruzados Seika espetó molesta, Urokodaki por otra parte siguió observando al inconsciente Issei, no se sabía que expresión tenia en la cara gracias a la máscara de Tengu pusta en su rostro, pero por lo menos se entendía que estaba preocupado.
La mujer de vestido negro notó esto y sonrió.
"Tranquilo, va a estar bien, después de todo es []·[]"
"Si, tienes razón."
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Mientras tanto, en la residencia de Ravel, la rubia se encontraba en un escritorio organizando documentos respecto a sus deberes como la encargada de las a fueras de la ciudad, aunque el trabajo era algo tedioso ella no lo odia.
De hecho, esto era un pasatiempo para olvidar el gran hambre que hacía, ella no tenía muchos fondos que digamos, y sus ahorros se fueron a lo que ahora era su residencia.
"¿Qué estará haciendo ese tonto? ¿Acaso estará cazando demonios callejeros? No, no lo creo."
Sin tomarle más importancia a esos pensamientos decidió concentrarse más en los documentos en su escritorio. Ojeras se le veían claramente por lo cansada que estaba, y su cabeza se tambaleaba por el sueño que tragaba sus energías.
[¿Ravel? ¿Estás hay?]
Un círculo mágico apareció en el oído de la Phoenix quién se sobresaltó al notar que se trataba de la presidenta del Consejo estudiantil.
Recomponiendo su postura, su espalda se puso erigida y acomodó su cabello despeinado.
"¿Sona-sempai? Si si, aqui estoy, todavía no pienso ahorcarme, ya sabes"
[¿Perdón?]
"¿Eh? No nada nada. ¿Para que me llama Sona-sempai?"
[Ah, sobre eso, Ravel, necesitamos tu presencia para dar una información al grupo de Rias y el tuyo. ¿Vienes?]
"Con mucho gusto iría, pero mi caballero no se encuentra, está... Está... ¡Está cazando demonio renegados si si, es eso!"
[¿Huh? Ya veo... Pero no importa, puedes venir tu sola, no hay problemas. La reunión será aquí en la Academia a las 10 de la mañana, puedes venir enseguida vestida con el uniforme de la Academia, después de todo las clases son al medio día asique ya sabes]
"¿Sólo dos horas de reunión?"
[Hoy las clases se terminan temprano, a las cinco de la tarde es la salida de hoy. Después de que todos los estudiantes se vayan los tres séquitos se volverán a reunir, y, como es lógico, darán sus opiniones sobre la información que se les dará ahora]
"Hmph... Entiendo... Estaré haya, no se preocupe, Sona-sempai."
[Estaré esperando tu presencia Ravel]
Luego de esa charla Sona corto la comunicación, la pequeña Fénix se levantó de su asiento y subió las escaleras al segundo piso para a listarse.
Unas cuántos minutos pasaron y Ravel salió de su habitación ya vestida con el uniforme de la Academia Kuoh, creando un círculo mágico debajó de sus pies se teletransportó a la Academia.
"————"
"Oh, vaya. Llegaste."
En un lugar diferente, Ravel apareció. Estaba al frente del portón de la Academia Kuoh y observó a su alrededor inspeccionando que nadie del mundo humano la hubiera visto usando magia de teletransporte.
Efectivamente, nadie del mundo humano, pero en cambio, fue Sona sitri con quién se encontró.
La voz de la heredera de Clan estremeció a la Fénix, ella era consciente de lo severa que era la peli negra delante suyo, asique actuó con respeto y nerviosismo.
"Ho-hola, So-so-sona-sempai... ¿Cómo está? Acaso, ¿Llegue tarde?"
"No no, nada de eso, yo también vengo llegando. Pero te recomiendo que no vuelvas a usar magia para esta clase de cosas, si un humano te ve, sería un gran problema. Puedes usar el bus público."
"(Ah, sobre eso, no tengo dinero)" Pensó con ironía. "S-Sí, como usted diga Sona-sempai."
"Ven, vamos."
"¡Sí!"
Las dos princesas demoníacas ingresaron a la Academia Kuoh, camianron por unos minutos hasta llegar a la sala del Consejo Estudiantil, donde se llevaría acabo la reunión entre los tres séquitos.
Las primeras en entrar fueron Sona y Ravel, luego fue el grupo Sitri, comenzando por Tsubaki y luego los demás.
El séquito de Rias Gremory fue el último, y la primera en llegar fue Akeno con Kiba, luego le siguieron los demás, la faltante fue Rias, quién, ahora oficialmente comprometida con Raiser Phoenix, se quedaría en el Inframundo.
Sona aplaudió, el sonido del aplauso atrajo la atención de todos los presentes y dijo:
"Bueno, es hora de empezar."
La reunión está apunto de empezar, pero sin que nadie supiera y se percatara, algo sucedía lejos de todos ellos, y, lamentablemente faltaba poco para que interrumpiera.
Fin del capítulo.
Sólo tengo algo que decir....
¡Regresé! xd.....
¡Nos vemos en otro capítulo! (Y no, no tengo excusas del porque abandone temporalmente esta historia xD)
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