12.
Izuku quitaba su ropa lentamente de su cuerpo, no había prisa, su pequeña estaba dormida y su esposo terminaba de arreglar la cocina. Echó la camisa y los pantalones al cesto de la rosa sucia, no pudo evitar caminar hacia el gran espejo de la habitación para mirarse.
Su estómago estaba algo blando, aunque no gordo, ser activo le había ayudado a mantenerse en forma. Pequeñas cicatrices blancas estaban de forma vertical en la parte baja de su vientre, eran las pequeñas estrías que le habían quedado después del embarazo.
Utilizó cremas y varias cosas para ellas, aún así le quedaron unas pocas. No era que las odiara, o que estuviera insegura de ellas, a Katsuki le gustaba besarlas y decir que esas pequeñas estrías eran la prueba de la bella vida que se estuvo gestado en su interior.
Aún así le gustaría tener su piel algo más limpia, pero ya no importaba. Estaba seguro de las palabras que siempre le decía su alfa "tu cuerpo es hermoso tal y como está". El pecoso salió de sus pensamientos cuando escuchó la puerta del cuarto ser cerrada suavemente, incluso el sonido del seguro ser puesto pudo percibir.
Se volteó lentamente hacia el rubio, Izuku solo tenía su ropa interior puesta, y Katsuki estaba allí, mirándolo y devorando su cuerpo de pies a cabeza con la mirada. Izuku podía sentir su cuerpo responder tan solo a eso, sus pezones se pusieron duros y su entrada estaba empezando a lubricar.
El rubio no dijo nada, pero se acercó a el y lo tomó entre sus brazos, pasó una de sus manos por su espalda baja y la otra acunó su rostro. Sus labios fueron tomados en solo unos cuantos segundos, el pecoso rodeó el cuello del mayor con sus manos, enredando sus dedos entre la cabellera rubia.
Gimoteó débilmente cuando la lengua del alfa se adentró en su boca moviéndose por todas partes como el dueño y conocedor que era de todo el lugar. Katsuki lo llevó entre trompicones a la cama, en donde el Omega fue el primero en caer, separándose del beso y mirando hacia arriba, deseoso, como Katsuki se quitaba la ropa.
—Kacchan. —ronroneó el pecoso, Katsuki solo terminó por sacarse los pantalones junto con su ropa interior y dejando en libertad su polla dura y palpitante, chorreaba presemen a montón.
—Shhhhh. Recuerda que Mahoro puede oírte, trata de contener tus gritos. —el rubio habló con morbo y malicia, Izuku solo sonrió con nervios sabiendo que significaba eso, Katsuki no iba a tener piedad sobre su cuerpo.
Izuku se mordió el labio inferior cuando el rubio subió a su cuerpo, le besó en los labios una vez más antes de bajar por su cuello y clavícula, dejando una hilera de besos, chupetones y mordidas leves por el camino. Solo se detuvo cuando llegó a su destino, uno de sus pezones duros y rosados que exigían atención.
—A-ah, K-kacchan. —Izuku gimió tratando de contener lo más posible su voz, su pobre pezón era abusado salvajemente, los dientes de Katsuki lo rodeaban apretando y tirando de el mientras le chupaba, la otra mano estaba en su otro pezón apretando con saña, era demasiado.
Katsuki no dejó en paz ese pequeño botón hasta que no vio que estaba hinchado y rojo, después fue al otro para hacerle lo mismo, anhelaba que volvieran a producir leche materna, a los alfas siempre les encantaba tomar de esa leche y Katsuki no era la excepción. Después cuando Izuku se volvió un desastre lleno de gemidos solo por sus pezones abusados, bajó, dejó otro camino de besos por su estómago, pasando por su ombligo y finalmente llegar a su vientre.
—Tu cuerpo es hermoso, y tus estrías lo son aún más. —Katsuki murmuró besando cada pequeña estría que encontró en su camino, el rubio se preguntaba qué tan idiota pudo haber sido antes.
Bastante, en su opinión. No podía dejar de querer matar a su antiguo yo por eso, ahora que le dedicaba más tiempo a su esposo e hija sentía que no tenía nada que buscar en otra parte, lo tenía todo, un hogar cálido y una hermosa familia amorosa, no podía pedir más.
Además, estar con su esposo cada noche, adorar su cuerpo y acariciarlo por todas partes para maravillarse con lo hermoso que era, no había nada mejor en el mundo. Katsuki tomó la pequeña polla del Omega entre sus dedos, apretando y masturbando con firmeza, haciendo que el pecoso se tapara la boca con ambas manos para no dejar salir ningún gemido fuerte, era una gran vista.
—¿Te sientes bien, Deku? —preguntó el rubio con morbo y casi se rió cuando lo vio asentir con rapidez, Katsuki se lamió el labio inferior mientras aumentaba un poco la velocidad—. Quiero que lo digas, hazlo.
Izuku casi pone los ojos en blanco por el placer que estaba recibiendo, pronto sintió como un par de dedos entraron en su interior sin ningún tipo de suavidad, eso sacó del pecoso un gemido lastimero que no pudo ser detenido.
—¡S-sí me gusta, Kacchan! —el pecoso chilló y casi se corrió cuando un calor mojado cubrió su pequeña polla, Katsuki se la había metido en la boca—. ¡Demas-ia-ah!~
Los dedos en su interior se movían fuertes, abriéndose y dando embestidas contra su punto dulce, además de que el rubio estaba succionando su pobre y sensible polla. No pudo soportarlo poco mucho tiempo, arqueó su espalda con fuerza mientras se corría en la boca del rubio, y trató de amortiguar el fuerte gemido con sus manos.
Izuku quedó exhausto y mirando estrellas, pero sabía que debía de reponer aire pronto, pues el rubio se acomodó entre sus piernas, poniéndolas sobre sus hombros e inclinándose al frente.
Una punta gruesa y cálida presionó contra su entrada.
—Es-pe-¡Rah!~ —el rubio entró de una sola embestida y casi se corre de nuevo con sólo eso.
De verdad que no tuvo piedad con su pobre cuerpo, la velocidad y profundidad no bajó en ningún momento, en lugar de eso Katsuki parecía como si quisiera entrar aún más profundo de lo que ya podía. Izuku sentía que sería partido a la mitad, no podría con tanto placer.
Aunque eso era algo bueno, Katsuki siempre parecía sediento de su cuerpo aún con los años de casados que tenían, amaba eso, lo hacía sentirse como si apenas estuviera empezando su relación, joven y deseado. Así que ahora solo podía tratar de callar sus gemidos para que su hija al otro lado del pasillo no lo pudiera escuchar.
Y mirar a esos ojos rubí que le devolvían la mirada con deseo y lujuria, pero también amor. Katsuki adoraba todo de el, hasta el rincón más pequeño de su piel.
Su Kacchan era el mejor alfa del mundo, y por eso lo amaba con su alma.
—Eres hermoso, Izuku. —el rubio se las arregló para hablar, el pecoso sintió como su rostro se volvía rojo, más de lo que ya estaba, esas palabras tan dulces siempre hacían que su pecho se sintiera bien, bastante cálido.
Katsuki se salió del interior del pecoso, quien dejó salir un pequeño chillido de frustración al sentirse vacío, sin embargo, fue volteado boca abajo rápidamente y su trasero fue alzado, la polla del rubio volvió a llenar su interior reanudando las embestidas que hace un momento.
Izuku pudo cubrir mejor sus gemidos con las sábanas de la cama contra su boca. Katsuki sostenía con fuerza de sus caderas para arremeter con más velocidad. Era gloriosa la vista del trasero pecoso que se sacudía con cada embestida que le daba, excitante.
Las apretadas paredes cálidas del menor lo llevaron al límite y le hicieron correrse.
El pecoso se corrió también, manchando las sábanas bajo suyo, Katsuki se quedó un momento allí, dejando que su polla fuera ordeñada y toda su semilla se derramara dentro del menor.
Izuku al fin pudo respirar sin que ningún gemido fuera a salir de sus labios, o casi, sus jadeos por aire sonaban casi a gemidos de alivio. Fue tomado en los brazos del rubio, Katsuki había salido de su interior con cuidado y lo cargó estilo princesa para llevarlo al baño.
—¿Crees que puedas aguantar otra ronda en la bañera? —el rubio le preguntó e Izuku supo que esa noche iba a ser larga, aunque la disfrutaría al máximo.
(...)
—Mama, ¿Que es esa marca en tu cuello? —Mahoro preguntó y después abrió los ojos con algo de miedo—. ¿¡Anoche te picó un bicho!? ¿¡Habrá en mi cuarto!?
El pecoso estaba sonrojado, pero eso no evitó que se pudiera reír por las divertidas ocurrencias que decía su pequeña. Mahoro solo ladeó la cabeza sin entender la risa de su madre, ¡Tenía que saber si en su habitación podrían haber bichos!, No quería despertar con una cucaracha en su cama.
—No son bichos, pequeña renacuajo. Solo son marcas de amor. —su padre colocó al frente suyo un plato lleno de panqueques con miel y fresas encima, quería preguntar que era eso de "marcas de amor", pero ese desayuno se miraba muy apetitoso como para dejarlo esperar.
Mahoro tomó su tenedor y cortó un gran trozo de panqueque para comer, miró como su padre rubio ponía otro plato casi igual a su madre y al lado una taza de café negro y humeante. Katsuki se sentó después con su propia comida y su taza de café.
La mañana era tranquila y sus padres estaban contentos, al menos su papá no había hecho enojar al pecoso, siempre que pasaba eso Izuku no le hablaba y se la pasaba haciendo pucheros todo el día, Mahoro miraba como su padre trataba de hacer todo lo posible por arreglar lo que sea que haya hecho.
La última vez no se hablaron bien casi por tres días cuando su padre dañó accidentalmente una figurita de All Might de edición limitada de su madre, había sido una experiencia muy positiva, eso creía Mahoro, pues aprendió a que nunca debía de tocar la colección de su madre.
Pero esa mañana, al ambiente estaba tranquilo y relajante, podía sentir el aroma de sus padres mezclado de una manera armoniosa haciendo que todo fuera cálido.
Mahoro siguió devorando su plato hasta que lo terminó por completo.
—Hay que limpiar con cuidado tu boca para que no ensucies el uniforme. —Izuku tomó una servilleta para limpiar el mismo los resto de la miel que había quedado untada en las mejillas de su hija.
Katsuki solo miró a su pequeña familia, terminó de comer y beber su café antes de levantarse de la mesa, tomó los platos sucios para ponerlos en el lavaplatos y fue a su habitación para cambiarse de ropa.
Cuando regresó dio con que el pecoso estaba terminado de cepillar el cabello de su pequeña, le hizo dos colitas a los lados de su cabeza.
—¡Mira papá!, ¿Me queda bien? —ella preguntó sacudiendo su cabeza a los lados para sacudir su cabellera rubia.
El rubio se acercó a ella terminando de abotonar las mangas de su traje, tomó el pequeño sombrero y se lo puso de sorpresa haciendo que soltara un chillido.
—Te ves hermosa, renacuajo. No sacudas tanto la cabeza o se daña. —murmuró el rubio con suavidad y la mocosa solo sonrió en grande mostrando sus dientes desiguales, ya pronto se le iban aflojar y los mudaría—. Y tu, ¿No piensas darme mis besos de despedida?
Izuku rió por lo bajo alzando los brazos para que el alfa pudiera acomodarse en ellos, el pecoso dejó un par de besos en las mejillas del mayor y terminó dando uno más duradero en sus labios. Mahoro arrugó el entre cejo y pateó levemente las piernas del rubio.
—¡Papá!, Ya dije que no sigas besando a mamá si no me van a dar un hermano, ¡Y tenemos que irnos o llegaremos tarde! —exclamó la pequeña con obvia irritación, jalaba los pantalones de su padre para apartarlo de su madre, sin embargo, era como una hormiga tratando de mover un rinoceronte.
Cuando Katsuki se separó del beso miró hacia abajo, sonrió divertido e Izuku también lo hacía, el pecoso le volvió a dejar otro pequeño beso de piquito en los labios y le sonrió con cariño.
—Que tengas un buen día Kacchan. —el pecoso le dijo con suavidad y Katsuki asintió sintiendo su corazón saltar, no había nada mejor que su pecoso.
—Tu también y si llegan adolescentes ruidosos a la biblioteca les pateas el culo y los echas a la calle. —Katsuki se separó del Omega quien se rió ante lo dicho por el rubio,
El alfa salió de su hogar siendo seguido por una mocosa refunfuñando y hablando cosas que no entendía por lo bajo. Katsuki la acomodó en su puesto trasero y condujo hasta la guardería, dejó que saliera y fuera con los demás cachorros.
Pudo ver como ella corría hacia un cachorro de cabellos amarillos y dientes afilados. Ella jugueteó con sus dedos y tenía una sonrisa tímida, una que conocía bien ya que era heredada de cierto pecoso. Katsuki tenía que hablar seriamente con cierto alfa de cabellos rojos.
(...)
Wenas~ gente bonita. UwU
Que les pareció el capítulo de hoy?
Zaorycast. ✨✨
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