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07.

—Esto si es vida. —murmuró el pecoso estirando sus manos por encima de su cabeza.

El viento salado sopló moviendo sus cabellos y el sonido de las olas golpeando la orilla de la playa era música para sus oídos. Era relajante y tranquilizador, unas verdaderas vacaciones, Izuku sentía que todo el trabajo de ese año y el cansancio se iba desvaneciendo. El Omega bostezó de nuevo, tomaría otra pequeña siesta, pero antes de hacerlo, un coco fue puesto en su campo de visión.

La parte superior estaba cortada dejando ver si jugo y carne blanca, cubos de hielo junto a un pitillo con una diminuta sombrilla de color azul como adorno. Una pequeña risa se escapó del pecoso mientras tomaba el coco verde, miró hacia su lado encontrándose a Katsuki quien también tenía otro y le sonrió.

—Gracias. —dijo el pecoso antes de tomar el jugo del coco por medio del pitillo, el agua dulce y fría llenó su paladar de manera deliciosa, estaba exquisito.

—Ya hice la reservación en el restaurante, mejor que busques tu mejor ropa de encaje esta noche, la comida no será gratis. —Katsuki se sentó a su lado, pasando una de sus manos por su cintura casi desnuda, Izuku solo cerró los ojos disfrutando del tacto y el agua dulce que bebía—. ¿Dejaste de tomar las pastillas?

La pregunta del rubio en su oído lo hizo sonrojarse, no pudo evitar sonreír mientras asentía sin abrir sus ojos. Un sonido tranquilo que había provenido del rubio le hizo saber que estaba de acuerdo con su desición, se quedaron allí un rato, disfrutando del silencio, el sol y del viento.

Cuando el pecoso terminó de comer su coco se levantó del suelo volviendo a estirar sus brazos por encima de su cabeza, miró al alfa que estaba sentado aún mientras tomaba su agua de coco y sonrió con malicia. Izuku deslizó lentamente su camisa por encima de su cabeza para después tirarla hacia la manta sobre la arena.

Katsuki miró hacia arriba, poco después votó el agua de coco que estaba tomando. Lo peor vino después cuando el pecoso se quitó el short que le llegaba hasta las rodillas. Sino fuera porque ya no tenía nada en la boca Katsuki ya se hubiera ahogado, hasta con su propia saliva.

—¡Iré a nadar Kacchan! —exclamó el pecoso, dándose la vuelta para huir como el cobarde que era, corrió por la arena hasta llegar al agua y tirarse en ella.

Por su parte, Katsuki sintió como toda su sangre viajó a la zona sur de su cuerpo.
Izuku tenía un traje de baño de dos piezas, había un tipo de brasier que apenas podía cubrir los gorditos pezones del pecoso y la otra pieza estaba tensa contra su gordo trasero, era una combinación entre negro y rojo, muy sexy, demasiado diría el rubio.

—¡Por una mierda, Deku! —Katsuki se levantó dejando caer el coco que tenía en mano sobre la arena sin importarle si se votaba su agua o no, se quitó la franela y corrió hacia donde estaba el Omega jugando con el agua—. ¡Ven aquí pequeña mierda!



El rubio rugió tratando de alcanzar al pecoso, quien solo se reía mientras lo salpicaba con agua y corría escapando de las manos del alfa.  Al final del día, Katsuki atrapó al pecoso solo cuando se adentró mucho al agua y sus movimientos de escape se volvienron más torpe por ello.
Aunque aún así no le hizo más que besarlo con hambre y volver a jugar otro rato más.

(...)

La puerta del baño se abrió, Katsuki miró en esa dirección mientras terminaba de arreglar su camisa blanca, al mirar hacia donde estaba el pecoso quedó sin habla, sabía que a Izuku le gustaba arreglarse en ocasiones especiales, pero por una mierda que cada vez le sorprendía más.

Era como un tipo de vestido, no, era más como una gabardina que caía un poco más allá de sus muslos, abierta por la mitad un poco más abajo de su ombligo, era de un color verde oscuro con detalles en los bordes, en la parte superior de mangas cortas y un escote en v que dejaba ver un su cuello llegando un poco al pecho. Unos pantalones tipo licra que se apegaba a sus piernas como segunda piel, el color gris lo hacía ver de una forma más elegante.

Tenía puesto en sus pies unas zapatillas negras, subiendo de vuelta a su cuello pecoso dio cuenta con un collar que apenas era visible, pero al final una diadema con forma de corazón y una "I" en el medio. Recordaba que le dio ese dio ese collar en su cumpleaños cuando estaban en la preparatoria, lo mandó hacer para su Izuku y solo para él.

—¿M-me veo mal? —el pecoso se sonrojó bajando un poco la cabeza mientras jugaba con sus manos de manera tímida.

—¿Mal, cómo que mal?, Joder, estás hermoso, me dejaste sin palabras. ¿Por qué te casaste con alguien como yo?  —era una pregunta que Katsuki se repetía mucho últimamente, se volvería creyente se ahora en adelante, tener una nueva oportunidad para ver a su esposo de esa manera era algo que iba agradecer toda su vida.

—¿En serio? —el sonrojo cubrió todo el rostro del pecoso hasta sus orejas, pero tenía una sonrisa grande—. Kacchan dijo que sería una gran cena, entonces quise vestirme bien.

—Estás mejor que bien. —solo cuando Katsuki se acercó al pecoso notó como sus labios tenían un brillo suave, incluso se había dado un ligero maquillaje.

Se veía tan hermoso en ese momento, ¡Izuku podría ser un modelo de revista y tener a un millón de alfa babeando por él!, Pero no, estaba ahí, casado y pronto sería madre de dos hermosos cachorros. No era tan malo, pero entonces Izuku estaría figurativa mente amarrado a el de alguna u otra forma. Sin embargo, Katsuki estaba bien con eso, el sentimiento posesivo que tenía lo hacía sentirse dichoso, solo Katsuki podría ver y tener a ese bellísimo Omega.

Después de que Katsuki alabara más al pecoso, le colocó una chaqueta para el frío y salieron al restaurante. Estaba cerca de la costa en una terraza sin techo con una gran vista al mar, habían lámparas en todas partes colgando por cuerdas, daban una suave luz que de alguna manera hacían brillar más los ojos del pecoso. A perspectiva de Katsuki. 

—Kacchan, deja de mirarme así. —Izuku ya no sabía que hacer, la intensa mirada del rubio lo estaba poniendo nervioso, el pecoso solo tomó su copa para beber un poco de vino.

—¿No puedo admirarte? —el rubio contestó con su voz ronca haciendo all pecoso sonrojar más, el mesero llegó con sus órdenes, langosta y camarón, junto a unas salsas para untar, todo se miraba recién hecho y delicioso.

—Quise probar esta langosta desde que la vi en el catálogo.  —murmuró el pecoso mirando la deliciosa langosta abierta por el caparazón, un guiso estaba regada sobre su carne blanca y olía increíble.

El rubio por su parte solo miró como el pecoso tomada un cubierto para sacar carne de la langosta, untarla con una de las salsas y comerla, los labios del menor rodearon el tenedor de manera provocativa, después de sacar el tenedor los labios del pecoso se apretaron en un puchero mientras hacía sonidos como los de un pequeño ratón de puro gusto.

—¿Está bueno? —preguntó el rubio sin perderse nigún detalle, aveces no podía creer como era que Izuku podía ser tan sexy y caliente, pero él nunca se daba de cuenta de eso. 

—¡Está delicioso, Kacchan! Come antes de que se enfríe. —Izuku disfrutaba de cada bocado, le gustaba mucho la idea de estar así por un tiempo, le gustaba más ver lo cariñoso que era su Kacchan, no sabía que el rubio podía ser tan romántico.

La cena pasó llena de risas y tranquilidad, Izuku bebió del delicioso vino y comió la exquisita comida. Katsuki admiró la hermosura de su esposo mientras éste solo sonreía haciendo que se volviera más hermoso para el rubio cada vez. 

Cuando la cena acabó volvieron al hotel, el alcohol corría por la sangre del pecoso haciendo que se sintiera más caliente, igualmente atrevido, la vergüenza del pecoso se iba mucho con el alcohol, eso ocurría pocas veces ya que Izuku no solía beber demasiado. Y para Katsuki era algo que tenía un 50/50 de bueno y malo, ya debería de saber que su polla no se iba a salvar de esa noche.

—Oí Kacchan~ ya es hora de que trabajemos en nuestros bebés, ¿No lo crees?, Yo estoy ansioso por ello. —faltaba poco para llegar la habitación, pero el pecoso seguía retrasando la caminata y se negaba a soltar el brazo del rubio, se frotaba contra el como un gatito.

—Vamos Deku, espera al menos hasta llegar al cuarto. —Katsuki gruñó por lo bajo, hizo malabares tratando de abrir la puerta con un Izuku juguetón que no le dejaba poner la llave en la cerradura.

Y cuando al fin pudo entrar, apenas puso un pie dentro de la habitación antes de que el pecoso sacara sus garras, casi de una forma literal. Katsuki terminó siendo estampado a una pared, la puerta se cerró atrás de ellos e Izuku fue directamente hacia la boca del mayor. Había colocado sus manos en el pecho del alfa para mantenerlo allí mientras que sus labios con sabor a vino y mariscos devoraban la boca del rubio.

Katsuki salió de su shock momentáneo después de unos segundos, siguió el beso del Omega pasando sus manos por la pequeña cintura del menor y se pegó más a él. Izuku gimió contra la boca de Katsuki cuando este pasó sus manos de una forma algo dura por su trasero, apretando y mascando todo lo que se cruzaba en su camino. El rubio paró el beso cuando sintió algo duro en la parte baja del menor, e Izuku solo lo miró con una sonrisa ladina y salvaje.

—¿Qué es ésto? —preguntó el rubio sin entender e Izuku solo lo tomó por el borde superior de su camisa para tirarlo a la cama. El rubio cayó sentado y miró como el pecoso se acercó a el moviendo esas condenadas caderas de una forma que hizo su polla apretarse entre sus pantalones.

—¿Hum?, ¿No puedo prepararme para mí alfa? —Izuku respondió en otra pregunta mientras se quitaba su saco, seguido de la otra camisa larga quedándose solo en sus pantalones.

Katsuki tragó saliva ante la vista, el pecho del pecoso estaba algo bronceado, tenía unas marcas claras del pequeño brasier que se había puesto esa tarde, cruzaba por sus pezones duros y rosados mientras subía a sus hombros. Las zapatillas y los pantalones del pecoso sufrieron el mismo destino que la ropa de la parte superior.

—¿Listo para hacerme bebés, Kacchan? —el pecoso preguntó, sentía como su lubricante resbalaba por sus muslos gruesos, su pequeña polla estaba dura entre sus diminutas bragas de encaje que se había puesto para la ocasión.

—Joder, Deku. Mi polla está que explota nada más al verte así. —Katsuki tampoco quería esperar, casi se arrancó los botones de su camisa blanca y sacó sus pantalones en un momento, bajó también sus boxers liberando de su prisión a su dura polla chorreante de presemen.

El rubio tomó el pecoso de las caderas para darle la vuelta, se encontró, entre sus nalgas, un pequeño tapón anal con una decoración rojiza, no podía creer que a pesar de tener esa cosa dentro aún podía chorrear sus muslos con su lubricante.
No dijo nada mientras tomaba la punta para remover el aparato dentro del Omega.

—¡A-ah, Kacchan! —el pecoso gimió arqueando un poco su espalda, llevó una de sus manos a uno de sus pezones para empezar a pellizcar con algo de fuerza, la otra la llevó a su pequeñs polla y la frotó por encima de su braga.

—Te ves tan sexy, tu cuerpo es un pecado andante, mi querido esposo. —murmuró el rubio con la voz ronca mirando como el lubricante del pecoso salía por chorros de su entrada mojando todo a su paso, no quería aguantar más, su polla dura y palpitante dolía por meterse en ese delicioso calor.

Y no quiso dejarla sufrir más, sacó el tapón del pecoso, antes de meterse entre sus nalgas echó sus bragas a un lado dejando libre si entrada húmeda y rosada, tomando las caderas del Omega con una mano, lo hizo caer directamente sobre su polla, cayendo de golpe hasta el fondo y sacando un grito del menor.

No empezó con nada leve, lo agarró con fuerza haciéndolo brincar con rapidez y profundidad. Izuku gemía casi a gritos, dejando escapar de su boca saliva y sacaba su lengua en su máximo éxtasis de placer, la polla del alfa golpeaba sin reparos su pobre próstata, eso hacía que viera estrellas y tocara el cielo.

—¡Sí! ¡Ahí Kacchan! ¡Ahí! —loa ojos de Izuku se cruzaron cuando el rubio golpeó con aún más fuerza su punto dulce, sus piernas estaban entumecidas pero la excitación hacía que el dolor fuera de una forma placentero.

De pronto, el calor hirviendo salió disparado a chorros por su pequeño la polla, Izuku se había corrido entre sus bragas ensuciando todo, si esperma caía al suelo en gotas grandes. Katsuki no pudo aguantar mucho al ser succionado con fuerza, apretó al Omega contra su polla y dejó salir su semilla en su interior, grandes cargas viscosas llenaron las paredes internas del pecoso quien ronroneó complacido ante eso, le gustaba el calor que le daba en su vientre.

Cuando el rubio terminó por llenar al Omega con su semilla creyó por un momento que quizás esa noche sería una sola ronda, pues el pecoso se miraba algo cansado, sin embargo, al sentir como se levantó y lo tiró a la cama para que cayera boca arriba mientras se posiciona sobre su regazo le hizo saber que no sería tan fácil dormir esa noche.

—Apenas empieza, Kacchan. —la voz dulce del Omega le envió más de un escalofrío al cuerpo, los ojos verdes brillaban de una forma peligrosa.

Kacchan Jr, iba a morir esa noche, de una buena, pero sobre toda dolorosa, forma.

(...)

Weno ya!!!
Debería de ir a mis otras historias. 🕴️

Espero que les haya gustado el capítulo. 👀

Zaorycast. ✨✨

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