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02

Último año del campamento real, todos los jóvenes herederos que van a tomar la corona o contraer matrimonio, deben de asistir por última vez a esta academia, es como un refuerzo de conocimientos y de dejar en claro que es lo que van a hacer cuando sean gobernantes.

La princesa se encontraba nerviosa, mientras arreglaba algunas cosas en su bolsa, guardaba libros, papeles y otras cosas más, para seguir con su plan acción, sin embargo fue interrumpida

-Su majestad, ya está lista la limosina- habló el mayordomo

-Gracias en seguida bajo...-miró sus cosas y después añadió- Llévate esas también

-Si mi lady

Cuando bajó la princesa observó a su padre y a su prometido...

-Buen viaje amada mía- dicho esto el príncipe le dio un beso en la frente

-Gracias mi lord

-Cuando regreses serás mi mayor orgullo- estas palabras le dieron ánimos, aunque de cierta forma la entristecía

-Lo hare su majestad

Subió al auto y se puso en camino al campamento real, mientras leía y revisaba algunos documentos pasados sobre el reino, sin embargo algunos datos no aparecían o no acordaban con los números, en algunas ocasiones se podía ver números tachados o simplemente poco visibles, pensó que tal vez los libros eran demasiado viejos y el tiempo los deterioró.

Por otra parte, en el reino de Sirrah, iban también en camino hacia el campamento real los "gemelos reales", según le dijeron al joven heredero que ahí conocería a su prometida, él no estaba muy entusiasmado, solo tenía que obedecer, por eso era mejor perderse en su propio mundo, divagar en sus pensamientos o simplemente leer alguna novela de época.

Pasaron algunos minutos y una hora para llegar a su destino, al bajar de sus respectivos autos, la princesa Shaun solo se limitó a hacer una reverencia como despedida, luego de eso su dama de compañía cargó sus maletas. Shun caminaba para adentrarse a las instalaciones, ahora todo se ve un poco más distinto, después de cruzar el arco de entrada pudo ver como es que alrededor de quinientos príncipes, princesas, duques, duquesas entre otros títulos importantes, se acomodaban ordenadamente de acuerdo a su rango y a su género. En el camino se encontró a sus amigos de la infancia.

-¡Príncipe Shun!- saludó alegremente el heredero del reino de Arkab

-Lord Seiya- los dos hicieron reverencia y antes de levantarse se golpearon dos veces el pecho e hicieron la señal de amor y paz

-Buenos días caballeros- saludo de la misma forma el zar de Deneb

-Zar Hyoga, un placer saludarlo- habló muy formal el joven castaño

-¿Cómo están mis señores?- preguntó el rubio mientras se acomodaba su traje

-¿Qué podemos decir?, pues bien aquí en este último año antes de ser reyes

-Muy bien dicho lord Shun

-¿Ustedes saben donde esta el futuro emperador?- preguntó lord Seiya

-No lo he visto por ninguna parte- afirmó el príncipe Shun

-Príncipes de Arkab, Deneb y Sirrah arrodíllense ante su futuro emperador- anunció con elegancia y un toque de burla el joven chino

-¡Oh mi gran señor!- elogiaron bromeando sus amigos haciendo reverencia

-Me alegra verlos por aquí, antes de que seamos esclavos de los deberes y responsabilidades, y más yo que me voy a hacer cargo de toda bendita China

-Ejem, mi señor su lenguaje, recuerde su posición- habló su consejero

-Oh lo siento Kiki, pero ya me conoces...como decía caballeros espero que la pasen excelente en este campamento, sin más que decir me retiro

-Hasta luego su majestad- se despidieron los príncipes

En ese momento resonó por todo el lugar como se encendían los micrófonos y el toque de las trompetas anunciando la llegada de la directora.

-Buenos días damas y caballeros, es un honor que estén aquí en el 46° año del campamento de Royal Academy. Me es grato agradecer a todos los reinos que han venido a participar, gracias por su apoyo, en un momento más les darán sus horarios de clases así como de descanso, si hay algún inconveniente favor de ir a mi oficina, también otro punto, las damas de compañía y mayordomos, solo estarán a su lado fuera del horario de clases, ya que ellos estarán sirviendo con los demás empelados. Mañana comenzaran las clases, este día será de descanso, pueden usar su tiempo para ver las instalaciones, jugar algún deporte, tomar el té, los que ustedes deseen, sin más me retiro, y ¡Bienvenidos a Royal Academy!- ante esto todos aplaudieron

Cada uno de los asistente se fue a su recamara de forma ordenada, en su habitación los esperaban sus sirvientes, si es que habían traído, en el caso de la princesa de Alderamín la esperaba un señora mayor.

-Buenos días su majestad, esta es su habitación

-Gracias

-Este es su horario de clases- se lo entregó sin levantar la mirada

-...Está bien...qué extraño, ahora tengo menos actividades que el año pasado, ¿sabe algo de esto?

-Si, según la directora dijo que había problemas con los docentes, así que se repetirá algún maestro y se ha de juntar con otra clase

-Entiendo

-¿Necesita algo más mi lady?

-No, pero, ¿usted estará a mi servicio, no?

-Asi es

-Normalmente no suelo preguntar, pero, ¿cómo se llama?

-Mi nombre es Charlotte, pero puede llamarme Lottie- le contestó con una gran sonrisa

-Esta bien...Charlotte puede retirarse

-Si su majestad, si necesita algo dígale a cualquier empleado, yo soy la encargada de ellos

-Lo tomare en cuenta- dijo indiferente la rubia

Al cerrar la puerta, ella de inmediato se quitó los tacones y sin poder evitarlo saltó con suma rapidez a la cama, observó la ventana y se levantó para cerrar la cortina, sin embargo algo le llamó la atención, en el patio había un joven peli verde buscando algo, hasta que un mayordomo le indicó que lo siguiera, entonces cerró la cortina dejando la habitación algo opaca. Lo siguiente que hizo fue ir al escritorio y sacó nuevamente los libros y su libreta para seguir tomando apuntes.

En el camino a la habitación del príncipe de Sirrah, este observaba como se dividían las habitaciones, los pasillos eran muy lujosos y bonitos, había cuadros de pintores famosos, uno que otro retrato de la directora y del emperador, y al llegar le entregaron su horario.

-Su majestad, aquí esta su horario

-Cielos es menos la carga a comparación del año pasado

-Eso le dará tiempo para realizar otras actividades o descansar si usted lo desea

-Si,es lo que estaba pensando

-¿Se le ofrece algo su majestad?

-Si, me traería...- hizo una pequeña pausa al observar a un joven peli negro entrar a una habitación mientras le sonreía - ...un panna cotta

-Como ordene su majestad- dicho esto hizo reverencia

Después de eso, entró a su cuarto y abrió las cortinas y la ventana, a lo lejos pudo ver como un grupo de princesas maltrataban a una pobre criada, simplemente decidió ignorar, después se sentó en su cama e inmediatamente tocaron a su puerta

-¡Pase!

-Su majestad le trajimos lo que pidió y algo de beber- habló una sirvienta mientras le llevaba la bandeja

-Muy bien

-¿Se le ofrece algo más?

-Si, ¿Dónde esta la biblioteca?- preguntó con la mirada fija en su comida

-La más frecuente esta en el ala norte

-¿Y la más vacía?

-Hay una, esta en el ala oeste, nadie la visita, pero aun así la mantienen abierta todo el día

-...Muy bien, puede retirarse

-Si su majestad

Estando solo, decidió comer, después de hacerlo, se dio cuenta que tenía mucho tiempo libre, no tenía muchas cosas que hacer, al menos hoy no, pensó en ir a caminar y recorrer los lugares, sin embargo no tenía ganas o el entusiasmo suficiente como para socializar, así que su opción más cercana fue ir a la biblioteca del ala oeste.

Por su parte la princesa June, estaba terminando parte de su investigación cuando, recordó que no había traído un libro, en el cual ahí se le informaba sobre ciertos asuntos económicos de su país y las dinastías. Guardó sus cosas y fue a la biblioteca mas cercana.

Entrando ahí se asombró, pues el lugar era enorme y al parecer no tenía bibliotecaria, la biblioteca contaba con mas de veinte pasillos y cada uno dividido por genero literario, buscó el apartado de historia, afortunadamente el libro que quería estaba a su altura, había mucho silencio supuso que estaba sola, y decidió recorrer más pasillos, además de elegir más libros y de paso conocer su nuevo escondite a partir de hoy.

Ya estaba por terminar cuando en el rincón de la sala, había un gran sillón junto con una pequeña mesa de centro, un buró con una lampara y extrañamente unos de su libros favoritos: "El ruiseñor y la rosa" de Oscar Wilde. Con sumo cuidado tomó el libro, mientras que los otros los dejaba en el sillón, y comenzó a hojearlo, entonces fue interrumpida por una voz.

-¡Ejem!, creo que ha tomado mi libro, señorita- dijo el joven peli verde algo incómodo

-¡Oh!, lo siento mucho señor- respondió inmediatamente observando al chico para luego hacer una reverencia- No sabía que usted estaba aquí, si me disculpa me retiro- después de decir esto salió corriendo, pero fue detenida

-¡Espere!, ¡Olvida sus libros!- gritó el príncipe- ¡Por favor deténgase!- le pidió pues se sintió algo culpable por lo anterior, sin embargo no hizo caso y la siguió, le seguía insistiendo pero no funcionaba hasta que- ¡Una princesa siempre debe de obedecer a los reyes y a los príncipes, ¿no es así?!

-...- se detuvo antes de llegar a la puerta

-Le suplico que se quede, no era mi intensión asustarla, ¿puede perdonarme?- por primera vez en su vida, la joven June había escuchado esas palabras proviniendo de un príncipe, normalmente o más bien nunca había sido testigo de esto, ni si quiera por parte de su padre

-...Discúlpeme usted a mi...-habló tímidamente la rubia

-No se preocupe, sabe, no soy muy bueno socializando, por algo vine aquí, no pensé que alguien más vendría, muchos piensan que las bibliotecas son aburridas, por mi parte las considero como un escape de la realidad, como si fuera...

-Un escondite o refugio de las amargas responsabilidades...- ante esto se sorprendió- Lo siento no debí hablar...

-No se disculpe...ahora que lo pienso estamos solos, si hubiera alguien aquí ya hubiera hecho un escandalo por los gritos- ambos rieron- Que descortés de mi parte, me presento, mi nombre es Shun, príncipe de Sirrah, y ¿usted es?

-June, princesa de Alderamín, para servirle mi lord- hizo una reverencia al igual que él

-Oh, he oído hablar mucho de usted, se dice que es rebelde, además de inteligente, y que en el último mes su plan de ingresos fue un total éxito, aunque aun me queda en duda, el por que, no lo aplicaron esta vez

-Gracias por los halagos, pero a la junta no le pareció lo suficientemente bueno- habló desanimada

-Le parece si nos tuteamos, tanta formalidad me fastidia, además no creo que haya problema estamos solos, ¿esta de acuerdo?

-¿Esta permitido?

-No lo se

-Mmmm entonces esta bien

-Y dime ¿que te trae por aquí?, ¿algún matrimonio o herencia?- con una seña le indicó que la siguiera para hablar con mas comodidad

-Matrimonio- respondió caminando junto a él- ¿Y tu?

-Igual, ¿ya conociste a tu prometido?

-Si, de hecho ya lo hicimos oficial hace unos días

-¿Quien es?

-Lord Reda de Arubens, ¿y tu prometida?- preguntó con curiosidad

-Es Lady Saori de Mirfak, aun no la conozco, según hoy la iba a conocer, pero sinceramente aun quiero disfrutar de mi "libertad" que me queda

-Te entiendo

-Y dime, ¿que andabas haciendo aquí?

-Vine a buscar libros de historia sobre el imperio Chino, además de los otros reinados, ya sabes para mi plan acción- ambos tomaron asiento

-Pues parece que no fue lo único que andabas buscando, te vi hojear mi libro favorito

-¿Tu libro favorito?, también es el mío, a muchos les parece algo sádico o demasiado cursi, yo lo considero poético, porque siento que el gorrión me representa, dar mi vida o mas bien mi felicidad por el bien de otros- afirmó con mucho entusiasmo y pasión

-¡Cielos!, eso fue muy profundo princesa

-Perdón si me excedí, pero normalmente no me puedo expresar de esta forma, es la primera vez que lo hago

-No te preocupes, creo que este es un lugar donde podemos ser nosotros mismos

-Se siente extraño, pero me gusta

-Lo se- ambos se miraron y rieron

Pasaron algunas horas y en ellas se la pasaron hablando de lo que querían hacer si tenían libertad, así mismo sobre unas cuantas travesuras que hicieron en su infancia, también jugaron un poco, aunque se conocieron ese mismo día, pareciera que llevaban años de una gran amistad, ambos se entendían y coincidían muy bien.

-Te digo algo más...- dijo él mientras estaban acostados en el suelo

-Claro, dime

-¿No te cansas de esto?

-¿A qué te refieres?

-De que siempre te digan que hacer, que no puedes dar tu opinión libremente, que te obliguen a casarte, que tengas que cumplir una serie de estúpidas normas, que sacrifiques tu felicidad por el "bien del reino"

-...Tienes razón pero...si eso hace feliz a mi padre o al reino, esta bien, ¿no?

-Lady June, eso es verdad, sin embargo que hay de ti, no estas cansada

-Tienes razón Lord Shun, pero, ¿cómo podremos cambiar esto?

-...Con una rebelión

-¿Qué?, ¿un golpe de estado?

-No para nada...mira- dicho esto se levanto- Nosotros somos como marionetas del reinado, que tal si eso se acaba, podremos ser libres, como Lady Di, ella se reveló contra la corona Inglesa, y todo el mundo la quería, no le importaba el que dirán o los estereotipos

-Si, pero su final fue muy trágico

-...Cierto...sin embargo si ideamos un plan que sea discreto, tal vez podamos cambiar este sistema

-Algo como tu dices, una rebelión...secreta

-Si

-Pero no creo que funcione

-¿Y si funciona?, no perdemos nada con intentarlo, es mejor arriesgarlo todo a nada

-...No lo se...aunque las consecuencias pueden ser muy malas- dijo con miedo recordando su pasado

-No pasará nada, te lo prometo, además solo seremos tu y yo contra el mundo mi lady, nadie nos traicionará

-...Aun tengo mis dudas- dijo dando la espalda

-Vamos June, eres parte de la rebeldía

-Si pero ese tiempo ya se acabó, no pienso en volver a meterme en problemas- le dio la espalda

-Pero se sentía bien romper las reglas, ¿verdad?

-...

-¿Qué dice mi lady?, ¿confías en mi?, si esto sale mal, yo daré la cara por los dos

-Eso sería demasiado injusto para ti, Shun- volteo por un momento su rostro

-Sin embargo, tu ya has vivido demasiadas- le dijo en un tono tranquilo

-...¿Cuál es el plan?..- preguntó dando la vuelta , lo que alegró mucho al príncipe

-El campamento dura aproximadamente un año, eso es tiempo suficiente para ir distribuyendo el plan durante esos meses, la recta final será que se cancele nuestro compromiso y en caso extremo renunciar al reinado

-...¿Pero cómo?

-Ah ambos nos han criado enseñando nos las reglas, más bien aquellas reglas tontas que más te aprisionan a ti como princesa
Tener buenos modales, respetar a los reyes y príncipes, no oponerse a lo que se pide, no juntarse con la servidumbre, ser perfectos, no importa el amor solo el reino, ser virgen, ser inteligente, no se debe opinar, ser humilde, carismáticos y ser buenos esposos aunque odies a tu pareja, literalmente esto es pura hipocresía

-Ya lo sé y lo peor es que todos lo hacen y eso no está bien, la mayoría se casa por conveniencia no por amor, es muy raro que se casan por esa razón, aunque algunos si se aman con el tiempo

-Exacto, pero mira, todas estas reglas no nos dejan ser libres, la mayoría de ellas te dice que no debes hacer, y lo peor de todo generan ironía, bueno al menos eso aplica en ti

-No entiendo cómo es que me piden que sea inteligente cuando ni si quiera puedo dar mi opinión - mencionó recordando la junta que tuvo en el reino

-Y que por más que demuestres que si puedes nadie confía en tus capacidades - dijo Shun algo resentido al estar bajo la sombra de su hermano

-Creo que tengo una gran idea de como podemos empezar nuestra rebelión, ¿hay una pizarra?

-Si, deja la traigo, aquí esta- respondió arrastrando el pizarrón y entregándole un gis

-Mira, las reglas son básicas, y son las que siempre hemos cumplido al pie de la letra, hay que ordenarlas de las más fácil a la más complicado, por ejemplo la primera sería la servidumbre- dijo June escribiendo

-Exacto, lo que tendríamos que hacer, sería ir con la encargada de los empleados y decirle que nos de una oportunidad de trabajar, también ser amable con ellos

-¿Cómo lo haremos?, Literalmente somos reconocidos

-Hay que disfrazarnos

-¿De verdad? - preguntó no muy convencida

-Creeme es fácil

-Ahora que lo pienso, la señora que está a mi servicio es la encargada, es la que manda a todos los empleados, se ve que es amable, si le explicamos lo que queremos hacer aceptará

-Ya ves, te lo dije

-Si, si como sea, ¿que sigue?

-Supongamos que nos acepta, ahí nos enseña lo que es trabajar, obviamente lo haremos en nuestro descanso, los horarios lo vemos al final- decía el joven anotando en la pizarra- Segundo: modales

-Ush, tengo esa clase

-No importa, sería sencillo, esto lo haríamos a partir del tercer mes, bueno depende de cómo nos vaya siendo criados, comenzaríamos con algo básico a la hora de comer, subir los codos a la mesa, usar los cubiertos incorrectos, hablar si pedir permiso o interrumpir a alguien, luego vamos subiendo de tono, es decir que podemos eructar sin discreción y hacer muchas cochinadas- hablo con emoción el príncipe

-Eh yo tal vez solo haga algunos, personalmente noe gusta ser tan sucia

-Le quitas lo divertido, en fin, cuarto mes: comenzamos a incumplir con nuestras responsabilidades, faltar a clases...

-No entregar tareas, salirse en medio de clase- aportaba con gran emoción

-Muy bien June, recuerda que conforme van pasando los días tenemos que ir aumentando de nivel, en el sexto y séptimo mes seguiremos con esto, obviamente recuerda, tiene que ser sutil, nada de aventarse un mes sin ir a clases, solo será momentáneo ya después si no quieres ir ya es cuestión de uno

-Perfecto, en el octavo mes, podremos no se, vestirnos diferente, ya sabes que a nosotras las princesas nos ordenan vestirnos femeninamente, puedo romper el código, igual tú- anotó en el pizarrón

-¿Qué?, Suena interesante pero yo no me vestiré de mujer

-Oye que masculinidad tan frágil

-Eso jamás, ¿entiendes?, tal vez pueda vestir de otra forma, no se usar bermudas o andar en calzones

-No exageres, yo no quiero ver eso- mencionó desviando la mirada

-Bueno a lo que sigue, noveno y décimo mes, empezará lo interesante, para ese tiempo ya debemos de ser arrogantes con los demás de las realeza, es decir June ya deberás reponer a lo que te digan, no te vas a quedar callada, si alguien te dice silencio, tu gritas yo estaré ahí para defenderte si te llegan a hacer algo

-Gracias...aún así desde antes me prepare para eso, igual tú, si tu hermano te obliga a hacer algo di que no

-Así será

-Para el onceavo mes no se me ocurre nada, según yo para el año ya debemos de cancelar nuestros matrimonios

-No se me ocurre nada- mencionó pensativa

-Tal vez quemar el campamento sería divertido

-Eso va en contra de lo secreto

-Cierto

-Ya se- respondió efusiva

-¿Qué cosa?

-¡Dejar de ser virgen y casta!- grito sin pensar

-Oye yo no te voy a ayudar con eso, no hay tanta confianza - dijo incómodo

-Lo siento, es que es una de las reglas

-No te preocupes, pero aún así no suena mal, o ¿quieres llegar virgen al matrimonio?

-Al matrimonio si pero si es con la persona que amo, pero, creo que es la rebeldía perfecta, yo sinceramente no amo al príncipe Reda, ni si quiera lo conozco bien, sin embargo esto estará pendiente, aún hay tiempo para pensarlo mejor- dicho esto tomó el gis y lo escribió añadiendo un signo de interrogación

-Pues lo único que falta son los horarios, mis actividades comienzan desde muy temprano, a las siete de la mañana, tengo un descanso para comer a las doce y nuevamente actividades, hasta como a las tres de la tarde termino, ¿y tú?

-Yo empiezo en la mañana, igual a las siete, tengo descanso para comer a las doce, pero termino a las dos y media de la tarde

-Excelente, podemos usar lo que nos resta del día para poner en marcha todo esto, ¿te parece?

-Si, ¿cómo sabías que íbamos a tener tiempo si no conocías mi horario?

-No lo sé

-Sinceramente, ¿crees que funcione?

-Completamente, lo único que hay que hacer es evitar que nos descubran, si esto sucede se viene todo abajo, también si es posible contagiar a los demás con nuestras acciones, que se den cuenta de que si se puede revelar contra la corona, que es más importante nuestra libertad y felicidad que lo que piense los demás

-Eso espero, me da miedo todo esto, pero quiero ser libre, quiero vivir mi vida y si se me da la oportunidad enamorarme de quien yo quiera

-Tranquila princesa, todo va estar bien, y mira para que veas que estoy comprometido y que no me voy a rendir, hay que darnos un apretón de manos estilo marinero

-¿Eh?

En eso el príncipe extendió su mano y escupió con todo y flema en ella

-¿Qué dices?- la miró entusiasmado, mientras ella intentaba no vomitar- Anda hazlo

-Bueno- June entendió la suya y escupió una gota

-¿En serio?, ¿Es todo lo que tienes?, vamos saca al marinero que traes adentro

June lo tomó como un reto y desde el fondo de su pecho expulsó toda la flema que pudo a tal grado que está salió verde

-Es un placer ser parte de esta rebelión secreta- dijo estrechando su mano

-Si, ¿de dónde aprendiste a sacar toda la flema?-  preguntó intentando no vomitar

-Una vez fui a una expedición con los navegantes comerciales de mi reino y me enseñaron algunos trucos

-Ya veo...¿nos soltamos?

-Si ya me dio asco

-A mi también

Luego de separarse tomaron un pañuelo y se limpiaron efusivamente sus manos. Guardaron todo lo que habían usado y decidieron que a las tres que era la hora en la que terminaban sus clases, se reunirían en la biblioteca para planear con más claridad sus actividades, después comenzarían a ponerlos en práctica, para por último a las once de la noche reunirse para luego irse a dormir. Por mientras disfrutarían de lo que resta del día para así mismo a la mañana poner todo en marcha.

Cuando Shun salió de la biblioteca fue a su habitación para reposar toda la emoción que vivió en la tarde, ni si quiera se había dado cuenta de que ya estaba anocheciendo, se dio una ducha rápida y justamente cuando estaba por terminar de vestirse tocaron a su puerta. Terminó lo que estaba haciendo y fue a abrir y ahí estaba un mayordomo con una señorita.

-Disculpe su majestad, pero el rey de Sirrah me a pedido que le presente a su prometida la princesa Saori de Mirfak- en ese instante el joven volvió a la realidad de golpe, por un momento la culpa cayó sobre él, sin embargo recordó lo que le prometió a Lady June.

-Mucho gusto princesa Saori - y como todo cabellero aprisionado a la corona tuvo que seguir con lo mismo, no hasta que consiga lo que más anhela, su libertad.

























































































Atte: La Corona

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