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Érase una vez en el Reino de Alderamin, un rey y una reina que gobernaban felizmente junto a su pequeña hija, la princesa June. El reino fue próspero y grande, era uno de los muchos que tenía bajo su mando el imperio Chino.
Cualquiera diría que era una gran familia, pues la mayoría normalmente aparentaban ser perfectos ante los ojos del mundo, cuando en realidad sus almas están llenas de egoísmo y ambición .
Para cuidar y educar a su hija, los reyes se turnaban, pues con tal responsabilidad les resultó casi imposible estar con su pequeña todo el tiempo, normalmente quien la cuidaba más era su madre, con ella se divertía, jugaba y consolaba cuando algo le ocurría, con su padre aprendía sobre el reino, historia y sobre todo como imponer autoridad. Cómo en toda familia existen problemas, sin embargo esto nunca afectó en su relación familiar, eran perfectos esos momentos de luz...
Hasta que... la muerte sin piedad... se llevó a la reina Estefany causándole un gran dolor debido a una extraña enfermedad , Alderamin se cubrió de luto y más en el castillo, todos quedaron desconsolados, en especial el rey Albiore y la pequeña June de tan solo cinco años de edad.
La mayoría en el reino, conforme pasaban los días superan y llevaban con calma la muerte de la reina, pero para la familia real, no lo fue, sus vidas cambiaron, la luz que había en ellos, poco a poco se fue apagando, la relación entre padre e hija se fue quebrantando, lo único que ella quería era que su padre por lo menos le pusiera atención, sin embargo, nunca logro nada, pues él siempre se pasaba los días en su despacho y cada vez que la veía, nunca le dirigía la palabra.
La princesa de Alderamin, siempre estuvo al cuidado de los sirvientes, tenía que asistir a una escuela de la realeza y practicar otras actividades, pero aunque hiciera todo eso se sentía sola.
En la adolescencia, June se hizo rebelde, todo lo que hacía, iba en contra de una princesa, esto al rey no le gustó para nada, y aún así ni siquiera decía una palabra.
En una ocasión, como era costumbre Lady June, tenía que escoger a un candidato para que fuera su esposo y así beneficiar al reino, sin embargo ella se comportó de una manera agresiva y grosera, logrando así el enojo de su padre. De esta forma la sacó del gran salón para poder hablar con ella en privado...
-Disculpen honorables caballeros, en un momento regresamos -dijo esto para tomarla del brazo y salir de la sala
-¿Pero qué te pasa June?, fuiste muy grosera con ellos, eso no hace una princesa, te pido que te disculpes con ellos ahora- menciono el rey con autoridad, sin embargo su hija se comportó indiferente
-No me puedes obligar a algo que yo no quiero además, esos idiotas ni siquiera me interesan- dijo de manera arrogante
-Te prohíbo que te dirijas a ellos de esa manera- comenzó a alzar la voz para demostrar su autoridad como rey
-¡¡Tu siempre me prohíbes hacer todo, nunca me dejas hacer nada!!- hablo de la misma forma que él
-¡¡No me levantes la voz jovencita!!, ¿que no ves que es para el bien del reino?- menciono tratando de calmar la situación
-¡¡Tu solo piensas en el reino, jamás te has preocupado por mi, y ahora que necesitas aliados para el reino, ahora si existo a tus ojos!!- respondió muy irritada
-¡¡No me hables así!!- su mirada, para ese entonces reflejaba enojo
-¡¡Desde que mamá murió, has cambiado, ya no se si eres mi padre!!- respondió enojada y con la voz cargada de rencor
- ¡¡No metas a tu madre en esto, ahora vuelve a ese salón y discúlpate!!- cada vez mas perdía el control sobre su ira
-¡¡NO!!
-¡¡Ya basta!!
-¡¡No, tú detente que solo me buscas para tu conveniencia, te detesto, te odio, ojala y te hubieras muerto en lugar de mi madre!!- contestó enfurecida
Solo esas palabras fueron suficientes para que el rey Albiore levantara la mano contra su hija, con todo el dolor de su corazón la dio una fuerte bofetada, dejándola en el suelo.
Ella se tomó su mejilla y levantó la vista hacia su padre; a punto de quebrar en llanto, se levantó y salió corriendo hacia su habitación.
Al llegar, corrió a las mucamas de su recámara y comenzó a tirar todo lo que estaba frente a ella, cayó en un llanto que nadie podía controlar.
Por otra parte Albiore solo se sentía culpable, le dolía recordar cada palabra que dijo su hija, no se dio cuenta del daño que le provocó, fue tanto, que le deseo la muerte, el rey no encontraba una solución, los reyes de los otros reinos se habían enterado del comportamiento de la princesa de Alderamin, le recomendaron que la mandara otra vez al campamento real, pues ahí, educan a todos los príncipes para que sean buenos sucesores al trono.
Él había mandado a su hija hace algunos años y cuando volvió, ella se comportaba como toda una dama, pero no le gustó cómo la trataban, según a lo que ella le había dicho por parte de una servidora del palacio, el rey pensó que tal vez , solo tal vez, era una excelente opción, así el podría pedir a ayuda para arreglar sus problemas y su princesa sería una gran sucesora al trono.
Lo pensó muchas veces y se decidió por enviarla, le pidió a una sirvienta que empacara todas las cosas y que recibiera a la directora del campamento, Yuzuriha.
Tuvieron una charla y ese mismo día se llevarían a la princesa, al enterarse de esto, armó un escándalo, pues no quería ir, a la fuerza se la llevaron, sin embargo June le rogaba a su padre con lágrimas que no lo permitiera, él la vio fijamente y aunque le doliera en el alma, ver a su querida hija en esa situación, sabía perfectamente que era por el bien de los dos.
En el campamento, a los jóvenes que eran rebeldes, les imponían castigos severos, la pobre princesa tuvo que cargar con cada uno y hasta los peores, pues ella desobedecía completamente a la autoridad.
Al paso de los meses, se quiso escapar, sin embargo la castigaban aún más, nunca se daba por vencida, pero las esperanzas estaban cayendo, una persona le dio un consejo, que si quería volver, tenía que obedecer, sin otra opción, June acepto, pronto su carácter agresivo desapareció, sus modales cambiaron, ahora era una joven diferente, parecía que ya no era aquella princesa revoltosa y escandalosa.
Al regresar a su reino, todos la recibieron con los brazos abiertos, y lo que mas le sorprendió fue su padre, pues lo primero que hizo fue abrazarla, ella nunca antes había sentido un abrazo tan cálido de parte de su padre, no pudo evitar llorar al verlo así, entre ellos arreglaron sus problemas, y fue ahí que entendió que para ganar el amor y atención de su padre debía de obedecer sin objetar nada, su relación floreció y creció, y cada cierto tiempo volvía al campamento y daba gracias de haber entrado a ese lugar, aunque internamente lo odiaba.
En el reino de Sirrah, gobernaba el rey más joven que a tenido, pues llego al mando con tan solo catorce años de edad, debido a que sus padres murieron al regreso de un viaje por las costas de la isla reina muerte, por una extraña enfermedad.
En su palacio vivían sus hermanos, Shun y Shaun, o mejor conocidos como "los gemelos reales", y su esposa, Esmeralda. El rey conoció a su amada, gracias al reino de Ankaa, con el que compartían el intercambio comercial, él rey Guitly se enteró de la desgracia, así que decidió ayudar a aquel pequeño heredero, con forme pasaba el tiempo de preparación, la joven y el muchacho poco a poco se iban conociendo, y por si fuera poco el padre de ella decidió que lo mejor para los reinos sería que ellos se unieran en matrimonio para así fortalecer sus alianzas.
Por otra parte los gemelos fueron criados por los mismos sirvientes, pero tan pronto Ikki llegó al trono, él se encargo de darles educación para que ellos fueran grandes reyes. Sin embargo los príncipes se tenían el uno al otro, eran muy unidos desde que perdieron a sus padres, pero por órdenes del rey de Sirrah, a la joven Shaun la enviaron al campamento real, esto devastó a Shun, aunque aparentaba que estaba bien, en realidad estaba sumergido en una amarga tristeza, por lo tanto un día se encontraba Ikki haciendo los preparativos de su boda, entró su hermano a ayudarle, pero nadie imagino que la estabilidad de su relación entre hermanos acabaría colapsando en tan solo unos pocos minutos.
-Lord Shun, puedes pasarme esos papeles por favor
-¿Eh? Ah si claro
-¿Sucede algo?- pregunto sin quitar la vista de los documentos
-Na-nada
-Si te está pasando algo puedes decírmelo- mencionaba tachando algunas cosas
-Esta bien- mencionó con algo de tristeza
Estuvieron realizando sus labores, y al príncipe una pregunta le carcomían las entrañas, así que tomó el suficiente valor y pregunto esperando que su rey no lo escuchará...
-¿Por qué enviaste a Shaun al campamento?- dijo casi inaudible sin embargo su hermano lo escuchó
-¿Por qué lo dices?- dijo desinteresado
-Yo no quería decirlo- dijo muy a penado
-¿Shun ese es tu problema conmigo?- contesto viéndolo a la cara
-¿Qué? No, no es nada, es solo que...
-Mira, está fue una buena decisión, esto beneficiará al reino y de paso a Shaun- mencionó un poco estresado
-Ya se, pero ¿No crees que debiste decírselo antes?, recuerda que a ella no le gustan las cosas de improviso y... por si fuera poco nos separaste- esto último lo dijo para si mismo
-Shun, yo no tengo la obligación de decirle las cosas con anticipación y mucho menos me culpes de que los he separado, yo tengo cosas más importantes que hacer, hace poco pasó mi coronación y cuidar de un reino no es fácil y más tener que preocuparme por ustedes, dentro de dos meses me casare, ¿crees que tengo el suficiente tiempo como para decirle mis planes? No, así que lo siento por ella, dejemos de lado este tema que no tengo tiempo, si quieres ayúdame y si no, entonces vete
-Por supuesto, tu nunca tienes tiempo para los problemas de tus hermanos- respondió en un tono altanero
-¿Qué dijiste?, sabes que, basta, estoy muy estresado y no quiero lastimarte con alguna acción
-Para que haces el esfuerzo si ya has hecho cosas peores como... abandonarnos- mencionó el joven príncipe, con la voz llena de rencor
-Yo no los he abandonado- se defendió el rey
-Si claro- comentó arrogante
-¡Ya basta de tus tontearías!- contestó poniéndose de pie y golpeando el escritorio
-Esta bien, "rey"- contestó en un tono sarcástico
-¡Suficiente!, mañana mismo te vas al campamento a ver si aprendes algo, por qué yo no voy a tolerar que me hables así
-¡Tu no me obligas!- le respondió enojado
-¡Claro que puedo soy tu hermano mayor y por si fuera poco, SOY TU REY!- grito muy enfurecido
-¡Ya eso que me importa, si ni si quiera te preocupas por nosotros!
-¡Cállate y lárgate de mi oficina!, ¡NO TE QUIERO VER MAS AQUÍ!- grito el rey, pues había explotado por tanto estrés y coraje que tenia
-Yo lo-lo siento Ikki- mencionó con los ojos vidriosos y saliendo de su ataque de ira
-¿Qué no escuchaste? ¡LARGO!
-Ikki...yo..
-¡FUERA!
Sin otra opción el joven príncipe salió de la oficina y subió a su habitación, llegando cerró la puerta y se deslizó en ella para abrazarse a si mismo y llorar por todo lo que él provocó, justamente por ahí pasaba Esmeralda y al ver a Shun irse a su habitación, se preocupó y determino que habían pelado nuevamente, pero ahora había sido mas grave su discusión que las que anteriormente habían tenido.
Al entrar en la oficina habló con él y lo calmó, sin embargo no logró cambiar de opinión, después se fue con Shun e hizo lo mismo, al llegar a la habitación tocó la puerta y entró...
-Buenas tardes príncipe, ¿puedo entrar?- le preguntó con ese tono de voz maternal, que ella tenía
-Buenas tardes lady Esmeralda, claro adelante- le respondió mientras intentaba disimular su tristeza regalándole una sonrisa fingida
-Lord Shun, ¿se encuentra bien?
-Claro que si, ¿por que no habría de estarlo?
-Lo conozco muy bien, fue por la discusión con el rey, ¿no es así?
-...Si...me quiere alejar de él...no le importo
-Por favor no diga eso su majestad- habló la futura reina acariciando la mejilla del menor
-Entonces...¿por que rayos me quiere mandar a otra parte?
-...Es por su bien...algunas veces necesitamos hacer sacrificios para que nuestros seres queridos sean felices, yo no quería casarme, sin embargo, por mi padre acepté, aunque al final terminé enamorándome de Ikki...sabe algo mi lord
-...- el joven príncipe la miro con sus ojos vidriosos y sus sonrojadas mejillas
-No todo es malo, piénselo, esto ha de traer honor a su familia, y orgullo a su apellido, podrá ser un buen rey, y su querido hermano estará feliz, aunque usted no lo este, lo que importa es la felicidad de los demás y no la de uno mismo
-Pero y ¿Shaun?
-La princesa, estará bien, y podrá estar cerca de ella y de los demás príncipes si usted va al campamento...
-Esta...bien
-Que alegría, avisaré al rey y le diré algunas de las empleadas que empaque sus cosas
-Solo serán dos meses, ¿verdad?
-No se preocupe, que si podrá asistir a nuestra boda, después ha de regresar
Durante todo el día, no se dirigieron la palabra el rey, y el príncipe. A la mañana siguiente, como era de esperarse, lo llevaron al campamento real, durante todo el trayecto no dejó de llorar, puesto que esto no era lo que quería, se sentía solo, que era un estorbo para su hermano, cuando llegó, el príncipe del reino de Arkab, el hijo del Zar de Deneb y el hijo adoptivo del emperador, el mas grande Magnate de todos los reinos, lo recibieron con los brazos abiertos, puesto que desde que tenían la edad de siete años, se hicieron muy cercanos debido a las relaciones que tienen sus padres, jefes de sus naciones.
-¡Príncipe Shun!, que alegría verlo por aquí- mencionó el príncipe Seiya haciendo una pequeña reverencia
-Igualmente príncipe Seiya- dijo de la misma manera que él
-Lord de Sirrah, es un honor vernos de nuevo
-Zar, es un placer para mi- dijo sonriendo
-Príncipe Shun
-Príncipe Shiryu
-Pensábamos que ya no lo veríamos no después de la última vez que nos vimos, nos hace muy feliz que usted este aquí- mencionó el hijo del emperador
Felicidad...en ese momento recordó las palabras de Esmeralda, no importaba nada de él, solo la felicidad de los que mas amaba, y si eso era sacrificar su libertad, estaría dispuesto a todo.
A partir de ese momento, lo obligaban a tomar cursos de etiqueta, de esgrima, de política, entre otras cosas, mas bien, todas su clases eran para hombres, fuerte y valientes, buenos lideres y nada de cobardes, ese era el estereotipo que tenía, ¿cómo fingir ser valiente cuando por naturaleza es sensible?, algo fácil, tragarse su lagrimas y no mostrar ningún sentimiento, por que lo hombres no lloran y nunca se quiebran.
Sus hermanos siempre lo reprendían desde que era pequeño, por dejar fluir sus sentimientos, nunca se había puesto a pensar de que esto era un requisito para ser un excelente rey, ahora es consiente de lo que tiene que hacer.
Cuando terminó su tiempo de estancia en el campamento real, al ver lo cambiado que estaba, el rey Ikki solo lo observó cuando llegó al palacio, y dio una pequeña señal de asentimiento, ya no era aquel niño de doce años que estaba indefenso ahora ya estaba en un buen camino. Ante esto el joven príncipe sonrió, y se marchó a su habitación, se colocó delante de su gran espejo y su sonrisa se desvaneció por completo.
Fingir y mentir nunca le ha gustado, desde la muerte de sus padres, lo detestó, pero ahora es por una buena causa, la felicidad de otros, es lo que importa, ¿no es así?...no lo es...algunas veces él se pregunta ¿por que lo hace, ¿que quiere demostrar?, y piensa vagamente en que algún día encontrará nuevamente su libertad y no se verá atado a un espejo de fantasía.
Atte. La corona.
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