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CAPITULO 11

Se miraba una y otra vez, analizando lo que tenía puesto en ese preciso momento, si bien el rey había ordenado que le colocasen las más finas prendas, en verdad no daba con lo que sus ojos estaban apreciando, su cabello adornado con pequeñas perlas, sus labios pintados levemente en un rosa que le hacían ver resaltantes, el peinado despejando en parte su frente, aquellas ropas algo holgadas debido a su complexión, pantalones que lograban ajustarse un poco a sus piernas y marcar su cintura y aquella camisa de seda blanca, y el hermoso saco de terciopelo rojo, combinaba a la perfección con el atuendo que el rey llevaría puesto aquel día.

Beom Gyu no dejaba de ir y venir sonriendo al ver a Soo Bin tan elegante, parecía de aquellos príncipes que había visto en distintas pinturas, definitivamente Soo Bin encajaba a la perfección con la realeza.

—¡Te ves como un verdadero príncipe, Soo Bin! —no pudo evitar que esas palabras saliesen de sus labios, Soo Bin le miro con una sonrisa.

Tal vez Beom Gyu pudiese tener razón, y aún así, cualquiera que le conociera en realidad sabría que a pesar de esas ropas y todo detalle en él, seguía siendo un omega campesino, un plebeyo que no tuvo la suerte de seguir con su familia gracias a un rey.

—¿Soo Bin? —pregunto Beom Gyu al ver que Soo Bin se mostraba algo melancólico.

—Creo que... —estaba a punto de hablar pero las puertas se abrieron dando paso a Chang Bin, ambos omegas miraron en dirección a aquel beta.

—El rey le espera —menciono Chang Bin para disponerse a salir de allí, sin cerrar la puerta.

—Prométeme que me dirás como es estar rodeado de una fiesta real —menciono Beom Gyu sus ojos brillaban ante las expectativas que tenía al respecto, Soo Bin no pudo evitar soltar una suave risa al escuchar eso.

—Y eso haré, Beom Gyu —en verdad ese omega sigue teniendo un corazón de un infante.

Soo Bin salio de la habitación después de una corta pero afectuosa despedida con Beom Gyu, camino por el pasillo con algo de prisa hasta que por fin dio hacía las escaleras, miro a Yeon Jun quien le daba la espalda, al parecer Chang Bin sería el encargado de conducir el carruaje, pues le estaba dando indicaciones de dónde irían.

—... no olvides que entre menos tenga piedras el camino, menos afectará a las ruedas del carruaje.

—Su majestad —Yeon Jun miro por detrás de su hombro, encontrándose con Soo Bin quien apenas iba a bajar los últimos peldaños de la escalera, sonrió volteándose por completo y caminando hacía él en cuanto Soo Bin había llegado a los dos últimos escalones.

—Debo decir —menciono el rey sin dejar de posar su vista en Soo Bin, ¡había quedado esplendido!—, que mi sirvientes saben hacer un grandioso trabajo cuando se los ordeno —extendió su mano hacía Soo Bin para que la tomase, pero Soo Bin no lo hizo—, pareces un principe omega.

Soo Bin paso de largo la mano del rey, Chang Bin apretó los labios, eso había sido divertido, jamás creyó que Yeon Jun, el rey de Daegu, recibiría tal trato de uno de sus súbditos.

—Las ropas no cambian lo que sigo siendo, Yeon Jun —y luego allí estaba esa informalidad, Yeon Jun en otras ocasiones le hubiese mandado a encerrar, después de todo le estaba faltando el respeto a su superior.

Pero Yeon Jun decidió ignorar aquello.

El viaje había sido tedioso, Soo Bin pensaba que el viajar en carruaje era de lo peor, y más si se trataba de uno cerrado, pero al menos lo soportaría solo por esa noche. Cuando estuvieron por fin en la entrada de otro palacio, Soo Bin no pudo evitar la necesidad de mirar aquel lugar, el carruaje se había detenido por fin, y se podía ver a alfas y omegas por todo el lugar, seguramente había coroneles, sargentos, princesas y príncipes, reyes y reinas, era increíble ver a tantas personas en el lugar, y solo se trataba de los jardines, estaba a punto de bajar del carruaje cuando de nueva cuenta miro aquella mano extendida, el rey parecía ser muy insistente con que tomase su mano.

—Deberías aceptarla, es muy mal visto que la pareja del otro dude demasiado en tomar la mano —y aún así, Soo Bin no acepto aquella ayuda, salio por su propia cuenta del carruaje, haciendo que el rey soltase un suspiro.

—Y usted debería saber que no obtendrá mi mano así de fácil —menciono Soo Bin.

—Hay que entrar —propuso Yeon Jun, Soo Bin simplemente le siguió, mirando con mucha admiración todo lo que había a su alrededor, quería guardar cada detalle para relatárselo a Beom Gyu, cuando por fin estuvieron con aquel hombre que hacía saber a los demás quien había llegado.

Soo Bin se quedo quieto, Yeon Jun le miro para después fruncir el ceño.

—¿Pasa algo?

—¿Qué dirás cuando nos presenten? —pregunto Soo Bin, pero la mirada de Yeon Jun no le daba algún rasgo de preocupación, parecía ser que tenía todo planeado desde el principio.

—Eso no debería ser una preocupación para ti —extendió de nueva cuenta su mano hacía el omega—, solo por esta vez deja que tome tu mano.

Soo Bin miraba aquella mano cubierta por un guante blanco, ¿acaso era siquiera correcto que él estuviese siendo la compañía del rey? Ni siquiera lo podía considerar, era ridículo, él no debía de estar presente en aquel momento, él debía de estar con su hermano y su madre, no allí, no mientras utiliza prendas de vestir tan lujosas mientras que su madre esta enferma y seguramente él y ella muriendo de hambre.

—Tengo que irme —menciono Soo Bin, no podía quedarse allí, no debía estar allí, pero antes de que siquiera saliese corriendo, Yeon Jun le tomo su muñeca, deteniendo sus acciones, una pequeña corriente paso por su cuerpo al sentir aquel toque, ambos lo sintieron, Soo Bin trago grueso, debía ser broma.
   
No, él no.

—No tienes porque escapar —Yeon Jun fingió no haber sentido aquella corriente que había sentido con el tacto con Soo Bin, ese tema sería hablado en otro momento, ahora lo importante era entrar a esa fiesta—, vamos.

Soo Bin se dejo arrastrar por Yeon Jun, prestando atención a lo que aquel hombre que presentaba a los invitados diría.

—¡El rey de Daegu, Choi Yeon Jun, y su prometido, Kim Soo Bin!

En ese momento él solo quería salir corriendo de inmediato, ¿esas habían sido las palabras correctas que había logrado escuchar? No lo sabía, no estaría del todo seguro de aquella presentación.

De lo único que estaba seguro era de aquella sensación que había tenido cuando el rey tomo su mano, aquella corriente solo significaba una cosa, y Soo Bin rogaba porque no fuese verdad, el rey no podía tratarse de su pareja destinada.

Para Soo Bin, toda la fiesta había pasado totalmente desapercibida.

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Ahhh, ¿Yeonjun y Soobin destinados? ¿Ustedes qué piensan? 🤔

Espero les guste el capitulo!! 💖 Gracias por todo su apoyo, por sus votos y comentarios, muchas gracias. ❤❤

Espero que está adaptación sea de su agrado, nos vemos la próxima semana. 💖💖 Cuídensen mucho!! ❤

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