CAPÍTULO 54
Camino con paso firme alejándome junto con Jax de los demás rebeldes. Debemos darnos prisa, tenemos que avanzar rápido. A los rebeldes nos quedamos sin tiempo, muchos de nosotros están esclavizados, y los quieren separar, y si eso pasa estaremos completamente perdidos, no somos suficientes, ni suficientemente fuertes. Si seguimos como estamos no podremos enfrentarnos contra Maximo y Niall.
Piso fuerte la hierba y la tierra bajo mis pies, agarro las asas de mi mochila mientras esquivo los árboles del bosque. Tendremos que andar bastante, y llevamos las provisiones justas, no podemos retrasarnos.
Los dos caminamos en silencio y evitando hacer ruido, estamos alejados de la civilización y seguramente no haya nadie a kilometros de nosotros pero no podemos arriesgarnos.
El sol ya está en pleno esplendor unas horas después de habernos alejado de todos los demás. Nuestro camino no es difícil, y bajo los árboles se crea una sombra que evita que nos de el sol completamente.
Ya casi al anochecer paramos de andar y buscamos algún lugar donde refugiarnos, elegimos una pequeña cueva, tapada por plantas y que es difícil de encontrar. A esta hora Judas y todos lo demás ya deben de estar en el refugio, pero Jax y yo no volveremos, ese no es el plan.
No utilizo mis poderes, no cuando no son necesarios, además de que me agotaría mucho más rápido y tendría que descansar mucho más, y tiempo es de lo que menos tenemos.
-Toma, bebe un poco. -me da Jax una botella de plástico llena de agua.
Yo le agradezco con una sonrisa y tomo un trago.
No tardamos en acomodarnos dentro de la cueva, nos aseguramos de que no somos vistos, además de que la oscuridad de la noche nos facilita mucho más las cosas, es mucho más difícil que alguien nos encuentre. Ninguno hará guardia, nos arriesgaremos, ya que sino necesitaríamos más tiempo.
No dormimos mucho, pero si lo suficiente para poder seguir el camino cuando los primeros rayos del sol iluminan el cielo. En un pequeño río que nos encontramos a pocos metros de la cueva nos lavamos las manos y la cara, despejándonos un poco.
-Creo que tardaremos un día más en llegar a este paso. -comenta Jax a mi lado mientras caminamos.
Yo asiento, en realidad solo sigo el camino, no se cuanto se tarda a pie.
Después de dos horas caminando escucho un ruido a unos metros, Jax también lo ha oído y los dos nos quedamos completamente en silencio. Muevo mi cabeza de un lado a otro, viendo si debería de preocuparme o solo es algún animal. Le hago señas en silencio a Jax, tenemos que escondernos. Él señala dos rocas grandes, cubiertas de hierba y yo tan solo asiento.
Volvemos a escuchar un ruido y los dos nos damos prisa para llegar a las rocas, esconderse detrás de un árbol no serviría, no son lo suficientemente gordos de tronco en esta zona.
Jax estira de mi brazo y me hace agacharme mientras corremos hasta llegar a las rocas, los dos no sentamos con la espalda apoyada sobre ellas y Jax me hace un gesto para que guarde silencio.
Ahora se escuchan varios sonidos acercarse. Jax asoma un poco la cabeza pero enseguida vuelve a la misma posición que antes.
-Guardias de Niall, -susurra casi de forma inentendible- son unos diez pero no vienen directamente hasta nosotros, creo que no nos han visto.
-¿Van armados? -pregunto.
-Algunos de ellos.
Asiento e intento controlar mi respiración. Nos superan en número y si no van todos armados quiere decir que hay hombres lobos en el grupo, estaríamos acabados si nos descubren.
Ruidos de pisadas se escuchan y algunas voces de hombres, pero no hablan mucho y no dicen nada importante como para que nos sirva de algo. Estamos muy alejados de los rebeldes, así que no me preocupa que los descubran.
Intentamos no hacer ruido y pasamos allí varios minutos escondidos, hasta que es seguro que estén muy alejados y no oigamos sus pisadas. Si ellos van en esa dirección nosotros también vamos bien.
Cuando nos levantamos nos sacudimos la ropa, manchada de hierba y tierra, y bebemos algo de agua. Esto ya nos ha hecho perder tiempo así que no tardamos en volver a caminar.
-Tenemos que estar pendientes, ya por aquí puede haber guardias y no podemos dejar que nos vean.
Yo asiento hacia lo que ha dicho Jax pero no digo nada más. No podemos dejar que nos vea, sería demasiado arriesgado y sospechoso. Tendríamos que matarlos.
Andamos durante varias horas más y tenemos que escondernos de dos tropas de guardias durante el camino, pero no somos vistos. Yo no paro de darle vueltas en la cabeza a lo que estoy a punto de hacer, y solo espero que todo salga bien y no se tuerza todo en el último segundo.
No es el mejor plan de todos, y no quiero ni hablar con Jax mientras camino. No está bien estructurado ni pensado y pueden salir mal muchas cosas, pero no es que tengamos pocas opciones, es que solo tenemos esta.
Suspiro mientras camino a paso rápido al lado de Jax. El sol está en todo su esplendor pero no hace mucha calor entre los árboles, Jax tampoco habla demasiado en el camino, pero teniéndolo al lado me siento muchísimo mejor, y se que si no hubiera venido ahora mismo estaría sintiéndome peor.
Paramos un momento antes de entrar a la ciudad horas después, ya he perdido la cuenta de las horas que han pasado. Comemos algo de lo que traemos en la mochila escondidos para no ser vistos. No falta demasiado para que anochezca, pero si nos dará tiempo a llegar a mi destino antes de que oscurezca por completo.
Nos levantamos del pequeño escondite donde hemos pasado unos minutos y nos sacudimos las ropas. Intento peinarme un poco el pelo, pero no hay nada que hacer ahora mismo, es un completo nido de pájaros.
-¿Estás segura que quieres hacerlo? -me pregunta Jax antes de continuar.
Yo paro de hacer lo que estoy hacer para mirarlo directamente a los ojos.
-No hay más opciones, tengo que hacerlo Jax, estamos todos contra la espada y la pared. Niall va ganando, y lo sabe, y nosotros también lo sabemos, pero esto no se lo esperara, esto es único que puedo hacer.
Jax asiente y se pasa la mano por el pelo, frustrado, en realidad sabe que tengo razón.
Se acerca a mi y sin decir nada me abraza. Rodea mi cuerpo con sus brazos y me pega a él. Yo le devuelvo el abrazo y apoyo mi cabeza en su pecho, cierro los ojos y me permito relajarme durante unos efímeros segundos.
Cuando nos despegamos, él acaricia mi rostro y yo le muestro una pequeña sonrisa sin mostrar mis dientes.
-Vámonos, se nos hace tarde. -dice antes de empezar a andar.
Yo lo sigo en silencio.
-Y recuerda que no estás sola, da igual lo sola que te sientas, no estarás sola.
Yo solo asiento, pero no lo siento así, voy a estar completamente sola y cualquier mínimo error que cometa puede costarnos a todos muy caro.
Tiempo después entramos en la ciudad, no andamos juntos, él va unos pasos alejados de mi y no nos dirigimos la palabra, ya estamos rodeados de gente y él solo me acompañará, pero no pueden verlo junto a mí. Yo voy casi todo el tiempo mirando hacia el suelo, intentado que algunos mechones tapen parte de mi rostro y no me reconozcan.
La gente a mi alrededor no me hace mucho caso, cada uno va metido en sus pensamientos, y con tanta gente casi no se escucha ruido. Mi corazón bombea a toda velocidad en mi pecho, cada vez estoy más nerviosa.
Me concentro en mis pasos, recorriendo calles y dirigiéndome hacia el mismísimo infierno.
Paro de andar, escondida en una pequeña y estrecha calle, acompañada de Jax. Le doy mi mochila y él la acepta. Me despeino el pelo y miro a Jax.
-¿Estoy bien?
Él frunce el ceño mientras me escanea con la mirada, yo muevo mis manos intentando tranquilizarme.
Él estiro su mano y la pusa en mi clavícula derecha, estira la camiseta y la rompe, yo lo miro extrañada pero él hace otro boquete encima de mi cadera izquierda. Aparta sus manos de encima mía y las restriega en una de las paredes. Luego las posa en mi rostro y en mi pelo, ensuciándome.
-Bien, ahora si. -dice mirándome.
Yo asiento y lo abrazo.
-Pase lo que pase, no dejes que te capturen.
-¿Delia?
-Adiós, Jax. -digo antes de apartarlo y salir corriendo del callejón.
No me vuelvo a verlo, no puedo, él tiene que irse, o no seré capaz de hacerlo.
Corro en dirección al castillo, al castillo donde esta Niall y Maximo, su padre. Está rodeado de demasiados guardias, pero es justo lo que yo quería. Necesito causar revuelo, desorden, y que Niall salga.
Yo corro en dirección a la puerta de entrada, aunque sería imposible entrar, está custodiada de demasiados guardias, y ni si quiera intento utilizar mis poderes.
-¡Niall! -grito, aunque se que no está aquí, o al menos quiero pensar que no todavía.
Los guardias me miran extrañados mientras corro hacia ellos, y disimuladamente muevo mi mano para que una suave brisa me aparte los mechones que caen sobre mi rostro, dejando al descubierto mi rostro.
Sus caras cambian cuando me reconocen, y al menos seis de ellos corren hacia mi, armados, imponentes y fuertes, deseando acabar conmigo. Trago duro pero no paro, y vuelvo a gritar el nombre de Niall, alto y fuerte, mientras la voz se me rompe y estoy a punto de echarme a llorar aquí mismo.
Los guardias llegan hacia mi, sujetándome e inmovilizándome. Yo me retuerzo entre tantos agarres, seguramente tenga moratones por todos lados más tarde.
-¡NIALL! -grito, sollozando. -¡Niall!
Uno de los guardias me da una bofetada, que consigue que me parta el labio y tengo que escupir sangre al suelo.
-¡No! ¡Niall! -vuelvo a gritar su nombre, pero las puertas del castillo no se abren.
Cierro los ojos un segundo, mientras hago que algunas lágrimas caigan de mis ojos.
-¡Niall! ¡Por favor, Niall! -sigo gritando, intentando deshacerme del amarre de los guardias.
Caigo al suelo de costado cuando uno de ellos me pega una bofetada, e impacto fuerte contra el suelo. Todo da vueltas a mi alrededor, pero intento mantener cuerda, todo lo cuerda que puedo. Solo espero que Jax ya se haya ido de aquí y este de camino a la guarida de los rebeldes.
Los guardias me agarran los brazos y vuelven a levantarme, yo me retuerzo, pero es imposible que me suelten.
-¡Niall! -grito a la nada de nuevo, todo está en completo silencio, y solo se escuchan mis gritos.
Cierro los ojos y miro hacia abajo, mientras una lágrima recorre mi mejilla, los guardias siguen sin soltarme. Hasta que escucho un ruido.
Las puertas del castillo se abren con un fuerte ruido y yo miro directamente hacia allí.
Estoy casi tirada en el suelo de rodillas, mis ropas están sucias y más rotas, gracias a los guardias, mi pelo me cae sobre el rostro, totalmente despeinado y sucio, tengo heridas en los brazos y los guardias tiran de mi hacia atrás.
Ahí está él. Mirándome fijamente, perfectamente vestido y peinado. Viste un traje elegante negro y tiene el ceño fruncido, pero cuando me ve, sus ojos se tiñen de curiosidad y se suavizan.
-Niall... -susurro mirándolo directamente, y se que él ha visto como pronunciaba su nombre.
-¡Suéltenla! -grita.
Los guardias inmediatamente lo hacen y yo caigo al suelo. Todo queda en absoluto silencio cuando caigo al suelo y noto como los ojos de Niall están clavados en mí.
Me levanto despacio y miro a Niall, y corro hacia él. Él está completamente quieto, mirando como corro hacia él. Todos los guardias nos miran cuando me pego a él y lo rodeo con mis brazos.
-Niall... -susurro contra su pecho- lo siento, esto -sollozo- debe acabar ya.
Me desmorono ante él, y noto como se mueve y me rodea con sus brazos.
-Hay que acabar con esto, debes de acabar con los rebeldes y que esto pare de una vez. -susurro para que solo él me oiga, mientras de mis ojos cae alguna que otra lágrima.
Él me abraza más fuerte contra su pecho y yo trago saliva disimuladamente.
-Ya estás aquí, y eso es lo importante. -me dice mientras aun seguimos abrazados- y haremos que esto pare y todo vuelva a ser como antes. Acabaremos con él -y se perfectamente a quien se refiere- y con todos los rebeldes, y solo lo recordaremos como un recuerdo más, una anécdota.
Asiento suavemente con la cabeza aun apoyada en su pecho.
-Siempre has sido tú... -susurro, y me duele hasta el alma mientras lo digo.
Él se despega un poco de mí y me sujeta la barbilla con unas de sus manos, con la otra limpia los restos de las lágrimas que aun me quedan.
Y me besa. Sus labios vuelven a estar sobre los míos, moviéndose duramente, me está devorando. Yo cierro los ojos y le sigo el ritmo mientras apoyo mis manos sobre su pecho. Le devuelvo el beso igual de feroz. Ansioso y desesperado.
Nuestros labios permanecen pegados pero en movimiento durante unos minutos más hasta que nos separamos. Él me mira y me sonríe, yo le devuelvo una pequeña sonrisa.
-Vamos dentro -dice.
Asiento y el entrelaza sus dedos con los míos mientras me guie hacia dentro.
Lo miro de perfil, su rostro decorado con una inmensa sonrisa, y no puedo evitar sonreír también. Lo odio.
Niall acaba de dejar entrar al caballo de Troya, yo.
¡Al fin actualice! Este ha sido uno de los capítulos que más difícil se me ha hecho escribir, espero que lo disfrutaran!!!
Voten y comenten... y recuerden, REBELDE, segundo libro de la saga ELLA, está a punto de terminar...
VOTEN Y COMENTEN🥰🥰
JULY
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro