CAPÍTULO 50
-Él es Jax, -le presento a Judas- un viejo amigo.
Judas se acerca a nosotros con los brazos colgados a cada lado del cuerpo y su melena peinada hacia un lado. Mira fijamente a Jax, pero este no cambia el gesto de su cara.
-Soy Judas. -se presenta serio colocándose al lado mía. Lo noto algo extraño pero decido no comentar nada mientras Jax esté delante.
Mi amigo lo mira fijamente, los dos tienen el pelo moreno y largo, pero los dos son muy distintos, además Judas algo más mayor.
-Se quien eres, estás en la boca de bastantes personas últimamente. -dice Jax.
Observo el rostro de Judas, yo estoy totalmente cayada. Judas tuerce el gesto y una sonrisa picarona se implanta en su rostro. Su dentadura perfecta sale a la vista y veo los músculos de sus brazos tensos, además veo parte de su tatuaje.
-Bueno, eso no es nada malo. -dice.
Todo se queda en completo silencio durante unos segundos y yo me estoy empezando a sentir incómoda. Judas está completamente relajado a mi lado, y no parece darse cuenta o no quiere darse cuenta, de que ha interrumpido una charla entre Jax y yo.
-Judas... -lo llamo y él me mira- ¿querías algo? -le pregunto, intentando calmar el ambiente.
-Te estaba buscando, los dos necesitamos descansar después de lo que hemos pasado. Además tenemos que hacer algo con los rebeldes que siguen capturados.
-Está bien, vete tú a descansar, enseguida te acompaño.
Él asiente y se inclina hacia mi, posa sus labios sobre los míos y me besa suavemente. Yo cierro los ojos y lo saboreo unos efímeros segundos. Noto como me acaricia la nuca justo antes de separarse.
Me mira a los ojos, yo aun sigo con los labios entreabiertos, y me muestra una pequeña sonrisa. Yo parezco un pececillo sediento y él, él es un maldito dios griego, y lo peor es que lo sabe bien.
-No tardes mucho, te estaré esperando. -me dice caminando hacia la puerta mientras se aleja- y tú- señala a Jax- pareces majo y le caes bien a Delia, espero que podamos ser amigos.
Jax asiente y le hace un leve movimiento de cabeza en forma de asentimiento. Observo como Judas sale de la habitación, aunque en la habitación ya se ha impregnado parte de su olor, y eso me encanta.
La situación entre él y Jax no ha sido demasiado incómoda, podría haber sido peor. Yo me giro hacia el chico al lado mía y le muestro una pequeña sonrisa mientras meto detrás de mi oreja un mechón de mi pelo rubio.
-¿Es tu novio? -me pregunta.
Yo me quedo muda, sin saber que responder a eso. La situación es bastante más difícil de lo que parece. No se en que situación nos encontramos, y no hemos hablado aun de ello, eso parece el menor de nuestros problemas mirando la situación en la que nos encontramos. Y encima he descubierto que es hermano de sangre por parte de madre con Niall. Rey que gobierna el mundo injustamente y exnovio mío.
-Sinceramente no lo se, Jax. Ese tema es el menor de los que tenemos en esta situación.
-Solo hay que ver como se miran, Delia. Babeáis el uno por el otro, están completamente enamorados.
Yo sonrío levemente.
-No es momento de hablar de esto, él me está esperando y tenemos muchos problemas ahora mismo, hay muchísimos rebeldes secuestrados y el pueblo bajo el mandato de Niall está completamente cegado, y ahora aun más, gracias al sedante del que me has hablado.
Él me observa con los brazos cruzados, analizando y escuchando cada palabra que digo.
-Pero no todo está perdido, Delia.
-No. Pero esta situación es incluso peor que la reina rogue. Con ella todo el mundo sabía que era mala y había que acabar con ella, eso o estabas controlado, pero ahora todo el mundo confía en Niall, y somos nosotros los malos.
Él bufa y niega con la cabeza. Sabe que tengo razón, esto es incluso peor, ahora en esta historia nosotros somos los malos para la mayoría de las personas. Somos los rebeldes que están contra el rey sin ninguna razón... según ellos.
Y de que crean eso tienen la culpa Niall y Ville, para el pueblo Niall es un buen rey, heredero directo al trono y un buen gobernante. Ellos no saben que están muy equivocados y que todos los problemas los tienen tapados con una cortina de humo, y hay que hacer desaparecer ese humo que les nubla la vista.
No todo es de color de rosa, como ellos creen. La reina rogue fue un gran problema, pero el problema era visto, este es peor, este problema no se ve a simple vista.
No saben todo lo que pasan muchas de las personas, a las que quieren esclavizar y las que ya están esclavizadas, como la hermana de Judas. No tienen idea de que el ideal de Niall es que para que unos cuantos vivan muy bien, otros tienen que vivir muy mal.
-Ve a descansar con Judas, Delia. -me dice Jax, posando su mano en mi hombro y haciendo que lo mire a los ojos- Si estás sin descansar no ayudarás en nada, y ahora mismo no podrás arreglar nada.
Yo asiento y lo abrazo, y él me rodea con sus brazos, envolviéndome con todo su aroma. Me siento bien así. No siento nada por él, a parte de mucho cariño y una muy buena amistad, el corazón no me late acelerado ni pienso en querer besarlo cada dos segundos, como me pasa con Judas, pero aquí entre sus brazos me siento muy bien.
Él se despega de mí y me sonríe. Nos despedimos y yo ando hacia la puerta a paso lento. Jax se queda en la habitación con los brazos cruzados. Me sonríe y yo le devuelvo el gesto. Cuando salgo de la habitación cierro la puerta despacio detrás de mi, y lo dejo solo.
Me froto los ojos, allí parada, delante de la puerta de la habitación, antes de andar hacia la habitación de Judas.
Ando relajada, noto mi cuerpo algo pesado, necesito descansar y estar completamente descansada para cuando sepamos que vamos a hacer después de está situación. Tengo que estar completamente bien para poder hacer todo lo que pueda.
Minutos después estoy frente la puerta de Judas, en la habitación solo he entrado una vez, y fue antes de irnos.
Llamo con dos toques a la puerta, escucho algo de jaleo en la habitación hasta que escucho como el pomo de la puerta gira y se abre.
Judas con el pelo mojado y con unos pantalones de chándal negro colgándole de las caderas con el pecho completamente destapado, es lo que me saluda.
Él me sonríe y yo entro al cuarto. Escucho como cierra la puerta detrás de mía y yo me siento relajada aquí dentro, la habitación huele a él, tiene su olor impregnado.
Noto como me rodea las caderas y pega su pecho a mi espalda, yo cierro los ojos y apoyo mi nuca en su hombro. Sus manos se cuelan por debajo de mis caderas y sus pulgares trazan círculos imaginarios sobre mi piel.
-Te estaba esperando. -me susurra al oído.
Yo me giro, sin perder el contacto de sus caricias sobre mi piel y le rodeo el cuello con mis brazos. Noto su pelo húmedo y frío bajo mi tacto.
Le muestro una pequeña sonrisa y me pongo de puntillas, uniendo nuestros labios. Él corresponde mi beso y los dos cerramos los ojos, disfrutando del momento, pero no todo dura para siempre, por mucho que yo quiera quedarme congelada en este mismo instante, y por falta de aire, más mía que suya, tenemos que separarnos.
-Debemos descansar, Judas.
Él bufa pero asiente. Los dos nos acercamos a su cama, que está perfectamente hecha. Yo observo mi ropa antes de meterme en ella, ya que Judas ya la está destapando para poder acostarnos.
-¿Tienes una camiseta que prestarme? -pregunto y él me mira.
Él deja de hacer lo que está haciendo y se dirige a su armario. Loa abre y rebusca unos segundos hasta que saca una camiseta gris y ancha. Me la pasa y yo le agradezco.
Me quito la camiseta y los pantalones que llevo encima, los doble y los dejo bien puesto en un lado de la habitación, para luego ponerme la camiseta de Judas.
Entro un momento al baño. Lavo mi cara y hago mis necesidades, antes de salir observo mi reflejo en el espejo. Mis ojos morados resaltan bajo las leves ojeras que surcan bajo mis ojos y mi pelo está algo sucio y apagado, pero estoy tan cansada que no me lo lavaré, así que decido recogérmelo en un moño en lo alto de la nuca.
Salgo del baño frotándome los ojos y dirigiéndome a la cama, allí ya está esperándome Judas, sentado y tapado hasta la cintura.
-La camiseta te queda mejor a ti que a mí. -me dice y yo le sonrío.
Me acerco a él y me monto en la cama, me tumbo dándole la espalda. Él también se acuesta y se acerca a mi espalda. Nos cubre a los dos con la colcha y pasa su mano por mi cintura. Yo estiro el brazo y apago el interruptor de la luz, dejando la habitación casi a oscuras.
-Descansa. -susurra contra mi oído.
Yo giro levemente, y él no aparta la mano de encima mía. Quedamos cara a cara tumbados sobre el colchón de su cama. Y yo le sonrío suavemente. Alza su mano, antes posada en mi cintura, y acaricia delicadamente mi mejilla.
Por un momento me quedo estática mirándolo a los ojos y disfrutando de su caricia.
Yo me acerco más a él y lo abrazo. Él se tumba boca arriba y yo apoyo mi cabeza sobre su pecho desnudo, y mi brazo sobre su abdomen. Escucho el ritmo pausado de su corazón bajo se pecho y cierro los ojos. Él me acaricia el pelo mientras mira hacia el techo de la habitación.
A los segundos me quedo dormida entre los brazos de Judas.
¡Aquí tienen nuevo capítulo! Se que no ha sido muy intenso... pero necesitaba algo relajado después de lo que ha pasado... y de lo que tiene que pasar.
AVISO: ¡Quedan pocos capítulos para que la historia finalice!
Voten y comenten ❤❤❤
JULY
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