A pocos metros de la entrada paramos, y yo me bajo de encima de él. Judas se transforma en humano de nuevo y se pone los pantalones. 

-Vamos. -me dice cuando esta listo.

Entrelaza nuestras manos y caminamos entre los bosques para llegar a la base. La gente, recolectando y plantando, entrenando juntos, tanto humanos como lobos nos observan al pasar. Creo que no esperaban que volviésemos vivos. 

Cuando llegamos a la base principal, el castillo, la puerta se abre bruscamente y Jared sale. Se dirige a su hijo y lo abraza, suelto la mano de Judas para que pueda devolverle el abrazo. Yo sonrío ante esa escena. Y por un momento me permito añorar a mi madre, ni siquiera me despedí de ella. Nunca lo volví a ver después de que los rogues atacaran. 

Rusxe sale segundos después del mismo sitio por donde llego su padre.

-¡Delia! -grita emocionada- ¡estáis vivos!

Corre hacia mi y me envuelve entre sus brazos. Me doy cuenta de cuanto la eché de menos. 

Cuando se separa de mi, nos miramos a los ojos y yo le muestro una pequeña sonrisa. Esta más delgada y unas pequeñas ojeras surcan sus ojos, y su pelo seguramente ha tenido días mejores, ahora se encuentra recogido en una cola despeinada. Pero a pesar de todo eso, esta guapísima. 

-¿Y los demás? -oigo hablar a Judas- nos separamos y salvamos a tres rebeldes, pero nos separamos. 

Jared sonríe, abre la boca para hablar, pero se calla bruscamente cuando cuatro personas salen de palacio y se unen a nosotros. La mirada de Daemon cae sobre mi y yo sonrío. Él se acerca a mi y me agarra por la cintura mientras me alza unos centímetros del suelo, para luego atraerme a su cuerpo y abrazarme.

-Delia, dios, pensé que nunca volvería a verte cuando los guardias de Niall os atraparon. De verdad, lo siento, no sabíamos que hacer, además teníamos a tres personas más con nosotros y había que traerlas.

Yo me despego de él y poso mis manos en sus mejillas, haciendo que se calle y me mire a los ojos. 

-No me des explicaciones, Daemon, hiciste justo lo que tenías que hacer. Los salvasteis, y es lo importante. 

Él me muestra una pequeña sonrisa.

Jughed, Victror y Lex también han salido y están hablando con Judas. Yo miro a mi alrededor, observando todo, hasta que noto que alguien esta detrás de mi. Me giro despacio y me encuentro con la mirada de Jared. Tiene los brazos cruzados en el pecho, el pelo revuelto y se que estos últimos días no ha dormido bien. Pero se ve tan imponente, serio e intimidante como siempre.

Yo me cruzo de brazos, y lo miro a los ojos.

-Me alegro de que estéis bien los dos, Delia. De que ya estéis aquí, además tenemos una noticia buena. -me comunica.

Yo me limito a asentir y a escucharle atentamente.

-Los chicos viniendo hacia aquí hicieron una parada, los tres chicos a los que salvaron sabían donde pararían un camión con otros veinte rebeldes. Los chicos los cogieron desprevenidos y armados, y han podido traerlos. 

Yo intento procesar la información que Jared me acaba de decir.

-¿Han salvado a veinte rebeldes? 

Jared sonríe y asiente. Todavía quedan muchos rebeldes que salvar, pero ya son veinte menos.

-Y creemos que uno de los que han llegado te conocen, ha preguntado varias veces por ti, pero no ha querido decir su nombre.

Me señala la puerta y yo le agradezco con una sonrisa antes de dirigirme hacia allí. Judas sigue hablando con los demás chicos y su hermana. Al final no ha sido un completo desastre la misión, como pensé que lo había sido.

Cuando entro uno de los guardias me indica en la habitación donde esta alojado quien dice conocerme. 

Camino con mis brazos a los lados de mi cuerpo, relajada. Observo todo a mi alrededor, parece que fue hace muchísimo tiempo que no camino por aquí, por el sitio que ahora siento como mi hogar, aunque en realidad no fue hace más que unos días.

Me paro enfrente de la puerta y llamo suavemente con mis nudillos. No responden, y vuelvo a realizar el mismo gesto. Apoyo mi mano en el pomo y lo giro. Abro la puerta y cuelo mi cabeza mirando al interior de la habitación. Al principio creo que no hay nadie y me he equivocado de habitación o se ha ido antes de que me diera tiempo a llegar.

Pero veo la figura de un hombre apoyado en la pared mientras mira por la ventana. Esta de perfil y en lo primero que me fijo es en su cabello castaño y su piel, algo más oscura de como la recuerdo.

Se me corta la respiración cuando gira su cabeza y le veo el rostro. De verdad está aquí, de nuevo conmigo, su pelo está algo más largo y sus ojos se relajan en cuanto me ve.

Abro del todo la puerta y entro corriendo al interior. Salto encima de él y rodeo su cintura con mis piernas y su cuello con mis brazos. Noto que lágrimas saltan de mis ojos. Apoyo mi cabeza entre el hueco de su cuello, entre su hombro y su barbilla.

Él me acaricia la espalda mientras me sujeta firme.

-Te eché de menos, Delia.

-No me puedo creer que estés aquí, Jax.

Cierro los ojos al tiempo que lo abrazo más fuerte aun. 

Recuerdos de las primeras veces que nos vimos llegan a mi mente. No fueron las mejores circunstancias, él era un luchador al que tenían cautivo para que peleara y entretuviera al pueblo, controlado por la reina rogue, y a mi me habían capturado, la reina rogue me encerró en la misma celda que él. Y Jax fue lo único que me mantuvo cuerda durante el tiempo que estuve allí. 

Sin él, seguramente me habría rendido, rendido yo misma. Pero él siempre estuvo allí, aunque tiempo después de que todo acabase él no quería estar cerca de nosotros, de Niall y de mi, y sospecho que era porque no le gustaba Niall. Yo loca de amor, cegada, no me di cuenta.

Pero ahora él esta aquí, de mi lado, del lado de los rebeldes, y yo no puedo estar más feliz.

Permanezco agarrado a él unos minutos más, hasta creo estar preparada para bajarme. Cuando estoy abajo él me acaricia las mejillas y limpia las pocas lágrimas que he expulsado silenciosamente de la emoción.

-Al fin, aquí. -dice sin soltarme las mejillas- No sabes todo lo que ha ocurrido, todo lo que ha pasado. Hay que destronar a Niall, sea como sea, Delia ¿Lo sabes, verdad? -asiento- Y lo vamos a conseguir. 

Yo sonrío. Eso es lo que espero. Lo que más ansío. 

-La rebelión es importante, se habla de ella en todas partes, en las ciudades menos afectadas por el sedante, se habla por las calles, entre murmullos, si estas atento puedes ver que ya esta en todos lados.

-Espera... ¿sedante?

Jax asiente y aparta las manos de mi rostro.

-Es Niall, seda a los ciudadanos, no te das cuenta. Actúan raro, más lentos, menos inteligentes. Sobretodo en ciudades grandes e importantes. Utiliza la técnica de los rogues, solo que no los controla, los deja atontados.

Niego con la cabeza sin poder creer lo que dice Jax, aunque en el fondo se que todo es verdad. Él ahora es capaz de eso, y de mucho más. Y no puedo evitar preguntarme si siempre ha sido así, o ha cambiado tanto en tan poco tiempo. Esto es horrible.

-¿Qué podemos hacer? Si supiéramos que los seda, y si hay algo para hacer que no nos afecte, y que no afecte a los demás.

Jax posa una mano en mi hombro e inclina un poco la cabeza hacia mí, mirándome directamente a los ojos.

-Se como los droga, o los seda, y también he escuchado rumores de donde llevan a los rebeldes para esclavizarlos. No todos dicen lo mismo, ni exactamente el sitio. Pero todos coinciden en algo.

Yo asimilo sus palabras. 

-¿Delia? -me llaman desde la puerta.

Yo giro mi cuerpo y me encuentro a Judas, ya con una camiseta puesta mirándome a mí y a Jax. Recuerdo que ninguno de los dos se conoce.

El aire se llena de tensión entre ellos dos. Yo bufo y niego con la cabeza.

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JULY