Leo, el mejor amigo de Niall, esta delante mía. Tiene mi peluca rubia a sus pies, ahora mi pelo negro cortado a capas cae por mi espalda, y una espada cuelga de su mano.

-¿Qué?... ¿Por qué?... ¿Qué haces en este bando? ¿Te secuestraron...?

No tengo tiempo para tanta tontería... ¿Secuestrame? ¿Qué mierda?

Levanto mi espada y me acerco a él. Doy un golpe que el sabe esquivar.

-A mi nadie me secuestro, Leo. Me fui yo.

Me mira extraño, como si no creyese que yo me iría por mi cuenta.

Doy otro golpe con la espada, esta vez le rozo el brazo. Una herida superficial es lo que le provoco.

Se que él no tiene culpa de nada, pero si no paramos aquí, a todos los del otro bando entraran y arrasaran con todo. No podemos permitir que eso pase.

Mira la herida y me mira a mi.

-¡Joder, Delia! No quiero hacerte daño...

-No tenemos opción, Leo. Estamos en diferente bando. Luchas con el rey Niall y yo contra él.

-¡Pero eso es lo que no entiendo! ¿Por qué contra él?

Luchamos con espadas pero no nos hacemos daño. Mierda, no puedo hacerle más daño.

-¿Es qué no sabes nada? -grito.

-¡Lo último que se es que él te pedía matrimonio y tu aceptabas, Delia! ¡Parecías feliz!

Eso me duele más que cualquier disparo o arañazo.

Porque confirmo mis sospechas. Nadie se daba cuenta de como me sentí allí, de que me estaba apagando. Y nadie lo veía, él tampoco. Solo Mer.

-¡Ya da igual! -digo- ¡Ahora estoy aquí! ¡Lucho contra ti! ¡Contra Niall! Y no dejaré que ganeis esta guerra.

Pero no quiro matarlo. Y como una cobarde salgo corriendo. Me aparto de él y me escabullo entre la guerra que hay a mi alrededor. El olor a muerte y sangre entra por mis fosas nasales y hay un momento en el que me mareo.

Dejo de correr para matar a dos hombres que se aproximan a mi. Siento mis ojos húmedos mientras lucho contra una mujer, mayor que yo.

Dios, Leo ha desenterrado tanto...

Le pego un corte detrás de la rodilla a la mujer, que grita de dolor. Me mira muy mal.
Me pega un corte en el muslo. Arde. Arde mucho.

Ha mandado mi espada de un golpe a otro sitio y una de la pistola que tengo en la mano no tiene balas. Mierda.

Mis dedos vuelven a cosquillearme. De mi mano sale una bola de hielo. Impacta contra ella y cae al suelo. No creo haberla matado. Pero salgo corriendo antes de ver si es mi afirmación es verdadera.

Paro de correr y me quito las lentillas. Ya no me sirven. Ya no se ni siquiera donde queda la peluca.

Me congelo en mi sitio cuando veo a una mujer, a la que conozco tanto. Su melena rubia esta recogida en una cola de caballo despelucada.

Joder.

Lydia.

Y esta luchando contra Lex.

No puedo hacer daño a Lex, ni a Lydia.

Corro hacia ellos. Los dos se detienen para mirarme.

Lydia abre la boca y parece que no cree que este allí, al lado suya.

-¿Delia? -dice.

-¿Delia? -dice extrañado Lex.

Abre mucho los ojos.

-¿Eres Delia? Joder, eres la reina Delia... -dice sin creerselo.

-¿Pero...? ¿Qué haces aquí? Te secuestraron... ¡Ellos te secuestraron!

-Nadie me secuestro, Lydia. Vine aquí por que quise. Quise ayudar... Quiero ayudar todavía...

Me mira sin decir palabra. Ninguno de los dos.

-No quería, no podía seguir como estaba. Como una pobre chica encerrada en palacio. Sin hacer nada ¡Era la reina! ¡Y no hacia nada! ¡Me manipulaban! ¡Me mentían! Y yo no me daba cuenta... Hasta que lo supe todo... Y no lo aguante. Yo no soy así, Lydia.

Lex se mueve y llega a mi lado. Me mira y posa la mano con la que no sujeta la espada en uno de mis hombros.

-¿Que mentiras más contó, Niall? No lo sé. No me importa. Solo quiero ganar esta guerra. Acabar con muchas injusticias. Acabar con el reinado de Niall.

De pronto todo el movimiento a nuestro alrededor para. Todoa lo hombres y mujeres que estaban luchando paran. Los lobos no luchan. Todo se queda en completo silencio.

No entiendo lo que pasa.

Un camino se abre ante mi, ya que todos los que están luchando, se dividen en dos. Un hombre camina hacia mi, acompañado de otros tres.

Estoy congelada en mi sitio.

No puedo moverme. No puedo ni respirar.

Camina hacia mi con aire despreocupado. Pero en las facciones de su cara se cuelan demasiados sentimientos, pero ninguno en particular.

Su pelo rubio oscuro esta algo más largo de como lo tenía cuando lo conocí. Y lleva algún tatuaje más.

Solo lleva unos pantalones negros holgados que caen en su cintura.

Esta muy musculado y algo se mueve en mi interior. No se lo que es.

Todos nos miran a él y a mi.

Nadie se mueve.

-Delia, mi reina Delia.

-Niall...

Los dos nos miramos fijamente. Él me escanea con la mirada.

Se que he cambiado. Mi pelo, por ejemplo, pero no solo eso.

En este tiempo se que he pasado de ser una muchacha, saliendo de la adolescencia a una mujer completamente. Ahora estoy más musculada, debido a las horas de entrenamiento y mis curvas se marcan más.

Sus ojos. Los miro fijamente. Son todo lo contrario a lo que expresa su cara y su postura.

Sus ojos no tienen ese aura de superioridad que lo rodea. Al contrario, parece tristes. No tiene ese aire de confiado...

Es extraño, como si en su mente se debatiera un conflicto aun pero del que estamos viviendo ahora.

Un hombre anda por el mismo camino por el que Niall vino antes. Se coloca justo al lado de él. Por un segundo todas las miradas caen sobre Ville. Pero pronto vuelven a dirigirse a nosotros.

Escucho pasos detrás mía. Pero no soy capaz de moverme. Ni girarme para ver quién es.

Una figura se coloca al lado mía, Jared. No se en que momento Lex se apartó de ese sitio.

En el otro lado. Judas. Y eso me tranquiliza. Mi mente vuelve a estar conectada a mi cuerpo.

Judas posa su mano en mi cintura. Y eso hace que mi cuerpo se relaje un poco. No he apartado la mirada de Niall ni un segundo.

Él tampoco de mi.

Su gesto cambia cuando ve lo que ha hecho Judas.

Su entrecejo se  frunce y una brisa de maldad recae sobre sus ojos.

Los bandos se muestran completamente divididos, aunque los guerreros están completamente mezclados.

Jared poda la mano en mi hombro.

Yo lo miro por un segundo y él me devuelve la mirada.

-Bien hecho, Delia. -susurra.

-¿Usted lo sabía?

Asiente.

-¿Cómo...?

-No es difícil reconocerte. Además no todo el mundo hace lo que tu has hecho, Delia. Solo hizo falta investigar un poco para darse cuenta.

Ahora Jared tiene la mano sobre mi hombro y la de Jared esta en mi espalda.

No tengo miedo de enfrentarme a Niall, ni a todo su ejercito.

-¡Rendios! -grita Niall. -Y no os haremos mucho daño... Trabajaréis para mi, como habéis estado haciendo tanto tiempo... No morirá más gente. -afirma. -Y tu, Delia. Ven conmigo. Seguiras siendo la Reina. Mi reina... ¡Rendios! Así cumplid las órdenes de vuestro rey.

Doy un paso delante. Deshaciéndome de las manos de Jared y Judas.

No tengo miedo ni duda cuando afirmo:

-Nunca.

Esto se vuelve interesante...  Niall ha vuelto. Y esto cada vez está más tenso...

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JULY