¡Nos atacan! Dios mío... ¿Niall estará aquí?

-Vamos. Tenemos que llegar a palacio y saber a que distancia están.

Asiento y los dos salimos corriendo hacia palacio.

Freno en seco cuando llegamos a la salida del bosque.

-Vete tú. -digo- enseguida te alcanzo.

Me mira dudoso un segundo, luego asiente y sale corriendo.

Yo me vuelvo a poner las lentillas. Salgo corriendo en la misma dirección donde él fue antes.

Hay demasiado jaleo por todos lados. Armas se pasan de unos a otros y algunas ropas de protección, a los humanos.

Tengo que empujar a algunas personas para hacerme paso antes de llegar a las puertas de palacio. Abro de un empujón y salgo corriendo hacia el salón.

No paro hasta que estoy entrando en él. Tengo la respiración muy agitada y lo busco por todas partes.

Da ordenes a algunos guerreros. A los más entrenados y Jared, su padre y el jefe, hace lo mismo.

Cuando terminan con algunos ellos corren hacia la puerta, donde yo estoy y pasan de largo como una fecha.

Me acerco a él. Veo que mira distintos mapas y marca señales en ellos.

-¿Por donde vienen? -pregunto.

Judas me mira. En diez minutos, como mucho, estarán aporreando la puerta de palacio si seguimos así.

Trago grueso.

-¿Puedes llevar a los niños a las cárceles? -pregunta. A las segundas, son seguras y no hay ningún preso, ellos están en la primera.

Asiento. He pasado algunas veces por allí pero nunca he entrado.

Salgo corriendo del salón y me dirijo a la salida.

Una vez fuera me fijo en los niños. Algunos lloran otros solo parecen en shock, y algunos parece que no se creen que sus padre tenga armas, y las va a utilizar,de verdad.

Consigo reunir a unos pocos de niños y los llevo a, como me indico Judas, a la carcel segunda.

Dejo allí a algunos niños y a los más mayores algún arma. Es mejor ser precavida.

Cuando vuelvo cientos de guerreros están rodeando la entrada de palacio.

-Hoy, ha llegado la hora de demostrar cómo somos, que sabemos hacer, que no somos unos indebiles, no, somos fuertes, guerreros y muchas cosas y no sos dejaremos ni intimidar ni perder fácilmente. -grita Jared, veo a Judas detrás suya. De rusxe y Soph no veo rastro.

-Ahora -Judas es el que habla ahora, sustituyendo a su padre- debemos salir y pararlos. No deben de entran en esta zona o acabarán y arruinaran ¡Todo! Así que iremos y le plantamos cara... ¡Vamos!

Muchos guerreros salen disparados y otros mientras corren adoptan su forma lobuna. Yo corro con toda la gente. Lista para pelear.
Me agarran del brazo y tiran de mi justo antes de poder salir de palacio.

-Ten cuidado, -me dice Judas mirándome serio- tienes que saber que puede que alguien que conozcas, un familiar, un amigo... Puede estar entre los que vienen.

Me congelo un momento en mi sitio.

Ahora soy enemiga del bando en el que estaba antes, y es duro darse cuenta de que voy a luchar contra gente que antes era compañero.

Asiento.

-Lo se, y si, tendré cuidado.

-Bien. -dice y creo que ya me soltará pqra poder irme.

Pero no es así.

Estira del brazo de donde me agarra y me planta en beso.

Yo le correspondo.

Es corto, fogoso y sabe a despedida.

-Agarra algún arma antes de irte, Delia. Y ten cuidado. -es lo último que dice cuando me suelta y sale disparado al exterior.

Sigo anonadada cuando el sale de palacio.

Rusxe llega corriendo y grita mi nombre.

-¡Mare!

Se para delante mía con algunas armas.

-Toma.

Me pasa una espada y dos pistolas.

-Gracias. -digo.

-Solo ten cuidado ¿Vale?

Asiento. Puede que sea la última vez que lq vea.

Le doy un abrazo rápido y salgo corriendo por el mismo camino por donde se fue Judas.

Fuera todo es un caos. Pero no hay guerra aquí. Todavía no han llegado.

Veo mujeres y hombres cargados con armas correr y perderse a lo lejos. Veo hombres lobo enormes correr por todos lados. El ruido de la pelea si que se escucha, alejado.

Con las armas cogidas como puedo. Una pistola en la mano y en la otra una espada. Colgada como puedo en mi llevo la otra pistola.

Corro lo más rápido que puedo. La pelea esta en pleno apogeo. Cuanto más corro más ruido escucho. Escucho a los lobos gruñir y disparos por todos lados.

Minutos después he llegado a la pelea.

Veo caras conocidas de gente de mi bando, pero del enemigo no.

Disparó a un hombre que intenta matar a una mujer. El hombre cae al suelo, gritando por el dolor, ha sido en el brazo derecho, y se que el disparo no ha sido mortal.

Me defiendo de unos cuantos más con la ayuda de la espada. No quiero gastar balas innecesariamente.

Detrás mía veo una figura borrosa, pero me da tiempo a agacharme antes de que me diese un espadazo, que sin duda estaba planeado para que la cabeza se desplegará de mi cuerpo.

Me vuelvo con la espada en la mano.

El hombre, de unos treinta y pocos años, y yo empezamos a pelear con espadas.

El hombre me hace un rasguño en el cuello, no es profundo pero arde y se que sale algo de sangre.

Y me enciendo.

Siento que todo mi cuerpo arde. Suelto la espada en el suelo y el hombre parece que creo que me he rendido.

Con la mano libre ya toco mi cuello. Mis dedos se tiñen de rojo instantáneamente.

Mis dedos pican por la energía acumulada. Y una oleada de viento sale de mi, derrumbandolo a él y quedando la espada muy lejos de él.

Su cuerpo impactando con él suelo produce un sonido sordo.

No se si esta muerto, y por mucho que sea de mi otro bando, no me gustaría haberlo matado. No tengo tiempo para comprobarlo.
Agarro mi espada del suelo y salgo corriendo hacia otro hombre.

No me preocupo por la herida de mi cuello.

Todo son gritos, llantos, disparos, espadas chocando contra otras.

El cielo se nubla, esta de un tono muy gris... Como si reflejara lo que esta pasando aquí, en el suelo.

Me enfrento a una mujer, a la que le dispararan mientras lucha conmigo. Cae al suelo, inmóvil, muerta y veo que de su torso sale sangre sin control, manchando todo. El olor a sangre es fuerte.

No se quien ha sido. No me entretengo a buscarlo.

A lo lejos veo a Erick, le sangra una herida en el brazo y lucha contra dos hombres. Veo como una mujer se le acerca por detrás, con la espada en alto. Saco mi otra pistola y tiro al suelo la espada.

Ahora estoy con dos pistolas en mis manos.

Disparo a la mujer que cae al suelo retorciéndose de dolor, le he dado en el muslo, y a uno de los honbres con los quw se enfrenta Erick.

Erick le clava la espada al otro en la barriga y cuando se la saca en hombre cae al suelo.

Busca la dirección de donde vinieron los disparos y se encuentra conmigo.

Los dos corremos hasta encontrarnos.

-¿Has visto a Soph? -pregunto.

Esta allí. Señala a una chica luchando contra otra. La melena de Soph es inconfundible.

Veo a un hombre acercarse a nosotros. Levanto la pistola y le pego un tiro en el brazo derecho.

Su espada cae al suelo.

-No he visto a Judas... -dice.

-La última vez que yo lo vi estaba saliendo de palacio.

Asiente, preocupado.

Levanta su mano, con una pistola y dispara a algo detrás mía. La bala pasa muy cerca de mi, pero no me asusto.

-Me voy. Lex necesita ayuda. Espero verte otra vez, Mare, así que hazme el favor de que no te maten.

-Lo mismo digo, Lex.

Sale corriendo y en sugundos lo pierdo de vista entre la pelea.

Guardo una de las pistolas y me agacho. Una bala pasa por encima mío justo cuando cojo la espada.

Un hombre me ha disparado, sin llegar a darme y piensa volver a repetirlo.

Vuelve a disparar pero logro quitarme de la trayectoria de la bala. No llega ni a rozarme.
Un hombre cae muerto detrás mía, y ya se quien ha recibido la bala en vez de yo.

Viuelve a disparar y está si me roza. Una herida superficial en el brazo.

Levanto la mano, y disparó. El hombre cae muerto al instante y veo como le sale sangre de la cabeza.

Me duele verlo, no quería matarlo.

Alguien desde atrás agarra mi cabeza y la hecha hacia atrás. Pero no me agarra el pelo, agarra la peluca rubia que llevo puesta.

Me giro y veo como la peluca cae a su lado. Él la ha soltado. Y me mira sin poder creerse que soy yo.

-¿Delia? -pregunta.

-Leo. -afimo yo.

¡Empezo la acción!

Que ganas tenía, yo almenos. Esto acaba de empezar, chicxs. Todavía tiene que pasar muchas cosas...

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JULY