Salgo de palacio y me dirijo a sitio de entrenamiento exterior. 

Llego a la verja y veo que Judas esta a punto de cerrarla después. 

-Espera. -grito.

Él levanta la cabeza de la cerradura de la puerta y fija su mirada en mi.

Veo una pequeña sonrisa en su rostro antes de volver a fijar la mirada en la cerradura, esta vez para abrirla.

Yo me dirijo hacia él. Abre y yo entro. Cierra detrás de mi. 

-Mare. -saluda. 

-Judas.

-Pues vamos, empecemos. Allí están las pistolas y los silenciadores. ¿Estarás bien utilizándolas? 

No soy experta en pistolas, no las he cogido mucho, pero tengo buena puntería. Soy más de arcos y flechas. 

-Si. -respondo. 

Me mira y asiente.

Los dos empezamos a andar hasta llegar al lugar donde están varias armas. 

Judas coge una pistola y un silenciador. Yo lo imito. 

Nos situamos y veo como levanta los brazos, y se centra en su objetivo. Una diana colgada de un árbol a unos metros de ti. 

Suelta el gatillo y la bala sale disparada. 

Da en todo el centro de la diana. 

Baja la pistola y me mira. 

-Te toca a ti. -comenta. -Por cierto... ¿de que era lo que querías hablar?

Me coloco en el sitio donde el estaba segundos antes. 

-Mi coche. -es lo único que digo.

Él enarca una ceja y me mira extraño.

-Quiero saber donde esta mi coche. 

Levanto los brazos y apunto con la pistola en mis manos. Suelto el gatillo y me fijo en donde da.

-Bien. -susurro cuando veo que se ha clavado dos milímetros del centro, donde Judas la ha clavado.

-Eres buena. -afirma.

-Gracias... aunque tu eres impresionante. -no puedo evitar decirlo.

Me sonríe.

-¿Mi coche? -repito.

-¿El coche en donde llegaste? 

Asiento.

Cogimos toda la comida y medicamentos y las guardamos para que no se pusieran malos.

Asiento. 

-Puedes cogerlo cuando quieras, puedo enseñarte donde esta. Total, es tuyo, puedes tenerlo donde quieras, aunque como sabes no quería que se estropeasen. 

-Si, eso. Y no quiero nada para mi, lo traje para todos... no es muchísimo pero pensé que algo podía ayudar.

Levanta los brazos y se coloca en posición. Da justo en el mismo lugar de antes. 

-Gracias... vas a ayudar a mucha gente con eso. -me informa.

Sonrío.

-¿Hacemos tiro con arco? -pregunto/sugiero.

Judas me mira.

-Esta bien. ¿Te gusta?

-Me encanta. -afirmo.

Me recuerda a Niall, pero me da igual. Me encanta y se me da muy bien, no voy a dejar de hacerlo porque me traiga recuerdos.

Dejamos las pistolas y agarramos los arcos.

Me pasa tres flechas y él se queda con otras tres.

Los dos tiramos a dos dianas, bastante lejanas. Las dos flechas impactan en el centro de cada diana.

Bajo el arco y lo miro.

Él lo baja pero sigue mirando las dianas fijamente.

-Eres muy buena. -dice.

-Gracias. Aunque tu también.

Sonríe, aunque no me mira.

Tiramos las dos flechas restantes que nos quedan.

-¿Combate cuerpo a cuerpo? -pregunta.

-Si, es lo que he dicho.

Me mira estupefacto.

-¿Ya quieres empezar con eso? ¿Tr ves preparada?

Asiento.

Si no práctico ya con alguien perderé la agilidad, técnica, velocidad y demás.

Y si empieza otra guerra, no es conveniente eso.

-Pues esta bien. Dejemos los arcos y calentemos.

Estamos cara a cara.

Sus ojos penetran los mios.

Se ha quitado su camiseta. Su tableta esta a vista mía, y se ha llevado varias miradas de parte mía.

Se ha quitado todo tipo de abalorios. Sus anillos, pulseras...

-¿Que sabes de combate cuerpo a cuerpo? -pregunta.

-Bastante. Hubo una guerra, hubo que participar.

Aunque yo tenía más ventaja, mis poderes.

-Bien. Ataca.

Sin pensarlo levanto mi puño y apunto a su pómulo.

Solo lo roza, logra esquivarlo... Por los pelos.

Recojo mi brazo.

-Bien, eres rápida.

Asiento.

-Vuelve a atacar.

Lo hago con la otra mano.

-Otra vez.

Vuelvo a hacerlo.

-Bien, eres rápida, pero no demasiado fuerte. -dice cuando descansamos -tienes agilidad y técnica, no esta nada mal.

-Flexiona así -lo hace él- las rodillas.

Lo hago.

-Eres rápida así que tienes que aprovechar eso, y dar en puntos donde desequilibren más. Rodilla es lo mejor. Si eres rápida y no se lo ve venir es un buen punto a tu favor.

Asiento.

-Si después de la rodilla le das en el cuello y luego en la otra rodilla lograras desestabilizar lo. Si te ves muy apuradas ve a los puntos débiles, ojos es lo mejor.

-Entendido.

-Ahora atacaré yo. -comenta.

-Bien.

Judas ed rápido y muy fuerte. Tiene todos los puntos débiles y técnicas controladas.

Me lanza un puñetazo al pómulo que creo no poder esquivar pero no llega a darme lo.

Me da en una rodilla por detrás pierdo el equilibrio. Pienso que voy a darme un buen choque en el suelo hasta que noto unos brazos sobre mi.

Tenemos los torsos muy pegados, completamente juntos, y una mano me ha agarrado el brazo y otra la espalda.

Mi respiración es agitada y Judas lo nota.

Sonríe.

-No eres mala, pero todavía te quedan cosas que aprender.

Susurra muy cerca de mi boca. Todavía no me ha soltado.

Asiento, ahora mismo creo que no soy capaz de formar y decir una frase que tenga sentido.

-Creo que ya esta bien por hoy. Son ya las diez de la noche. Es hora de cenar.

-Si, claro... estupendo. -respondo.

-Duchate y nos vemos en la cocina. ¿De acuerdo?

Asiento.

Él despega su torso desnudo de mi y yo me pongo recta. Controlo y regulo mi respiración mientras el se pone la camiseta y recoge lo que hemos desordenado.

Ya en mi habitación me relajo. Me quito la peluca y las lentillas y entro en la ducha.

Salgo y me enrollo en una toalla.

Me visto y peino la peluca antes de volver a colocarla en mi cabeza.

Me pongo las lentillas.

Salgo me de mi habitación y recorro los pasillos de palacio, saludando a algunas personas mientras paso, hasta llegar a la cocina.

A esta hora, casa las once, ya todos han comido. Cuando entro veo a Judas con una camiseta de tirantes, de esas grandes de hueco para meter los brazos, unos pantalones de chándal y el pelo largo y moreno, mojado por la ducha.

Se da la vuelta cuando me escucha entrar.

-Buenas noches. -dice.

Asiento y sonrió.

Entro y me siento en la gran mesa que hay en la cocina, solo ocupada por nosotros dos. Uno en frente de otro. Ya lleva todos sus anillos, pulseras y colgante puestas.

Me siento y Judas me pasa mi plato. Rellena dos vasos con agua y él también se sienta.

-¿Como va la cosa? -pregunto- ¿Sabéis si el rey tiene planeado atacar?

-Ayer nos mando una carta. Solo un par de frases... Aunque no sabemos a lo que se refiere.

-¿Que ponía? -digo intento no mostrar demasiado interés, podría ser sospechoso.

-"Cogeré lo que es mío y siempre lo será. Luego os haré lo que sois en realidad, simples esclavos que están a mi servicio"

-El rey Niall.

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JULY