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CAPÍTULO 17

Recorro los pasillos de las celdas. Solo están iluminados por pequeñas farolitas que cuelgan del techo y emiten poca luz, suficiente.

No me acuerdo de donde estaba mi celda así que me dedico a vagar por los pasillos.

Me detengo. Oigo un pequeño ruido en una celda cercana. Como una piedra siendo tirada al suelo. 

Ando hasta que me encuentro separada del interior de la celda por unos barrotes. Las rejas. 

Victor esta sentando en el suelo, la espalda apoyada en la pared y las piernas encogidas. Y tira al suelo piedrecitas. 

Mira en mi dirección y abre mucho los ojos cuando me ve. 

-¿Delia? -pregunta confuso. 

-Victor. -digo su nombre seco.

Se levanta del suelo y se acerca a la reja. 

-¿Que haces aquí? ¿No ganaste la guerra ? Destruiste a mi madre... deberías ser feliz por ahí con Niall... ¿No? -dice neutro. 

-Pensé que sería así. Pero me equivoque. Y respecto a tu madre... -empiezo a decir. 

-Déjalo, se merecía lo que le paso, aunque fuera mi madre...

¿Qué? ¿Qué acaba de decir Victor?

-¿No estabas de su lado? -digo confusa. 

-Si, lo estaba. Total, no tenía más remedio. No podía hacer nada, era su simple títere en un juego. 

Estoy sin palabras. 

-Me obligo a unirme a vosotros, para saber vuestros puntos débiles y poder destruiros.

-Pero la cosa se torció. Y ganamos nosotros. 

Victor asiente. 

-A mi no me gustaba lo que hacia, intente detenerla, fue imposible.

-No te creo. 

-No espero que lo hagas. -confiesa desde detrás de las rejas. Mirándome fijamente a los ojos. -no lo merezco después de todo. 

-¿Por qué estas aquí? -le pregunto. 

-Cuando acabaste con mi madre me quite del medio. Todos me conocían ya como el hijo de la reina. Me tope con uno de los guardias de Jared a los pocos meses y me trajeron aquí. Llevo aquí encerrado desde hace más de cinco meses. -admite. 

¿Cinco meses encerrado en esa celda? 

-¿Y tú que haces aquí, Delia? 

-Antes de explicártelo, tienes que prometer guardarme un secreto. 

Me mira extraño. 

-Aquí no soy Delia, soy Mare, Mare Brown. No soy la reina, novia y, hace poco, prometida de rey Niall. He venido aquí a ayudar y no puedo dejar que sepan que soy Delia. ¿Entendido? 

-¿Sois los reyes? ¿Niall y tú prometidos? No tenía ni idea... ¿Por eso la peluca y las lentillas?

-Nos coronaron después de ganar la guerra con tu madre. Esto... ¿Cómo sabes que es una peluca y no mi pelo natural teñido y planchado?

-No es tu pelo. Yo lo noto. Me gustabas más de morena. -admite. 

Enarco una ceja. 

-Y entones dime ¿Qué haces aquí? Con los rebeldes. Eres la reina, tenías novio e incluso estabas prometida. Eres terca como una mula y siempre haces algo por alguna razón. Y esta razón tiene que ser buena.

Me meto un poco de pelo de la peluca rubia detrás de la oreja antes de contestar. 

-Fueron varias razones. Niall y Ville, alguien en quien confiaba, me tenían metida en una burbuja en un mundo perfecta, y simplemente se rompió. Creía que después de la guerra los problemas de gente muy rica y gente pobre, entre humanos y hombres lobo, y eso... se habían solucionado. 

Me mira atento sin decir palabra. 

-Fui una ilusa. Creí que se había solucionado pero no fue así. Y todo me exploto en la cara. Una parte grande de la población vivía en malas condiciones, y no se hacía nada para solucionarlo. Cuando lo supe Niall quiso encadenar me a él, me pidió matrimonio. Él quería que no hiciese nada respecto al problema. Querían seguir controlando me. ¡Lo habían hecho todo el tiempo y no me había ni dado cuenta!

-¿Y por eso viniste aquí? ¿Quieres solucionar el problema?

-Si, además me entere de que Niall me estaba poniendo los cuernos con la ex la madrugada que me pidió matrimonio. Ya no tenía nada que me atara allí. Y allí no servía de nada. Aquí puedo ayudar. No me iré hasta que esto no este solucionado. Aquí no soy una reina ni nada especial. Pero puedo ser de mucha ayuda. 

Victor asiente. 

-Ahora tengo que irme... pero promete me que no dirás nada a nadie. No puedes decir ni quien soy, ni quien fui. Aquí soy Mare Brown. No nos conocemos. Y no soy nada importante. 

-Esta bien, lo prometo. ¿Nunca le dirás nada de quien eres a nadie?

-No lo sé -admito- a lo mejor algún día... quien sabe. -digo. 

Asiente. 

-Adiós Victor, ya nos veremos. 

-Adiós. 

Empiezo a andar por el mismo camino que he venido hasta que encuentro la puerta por la que entrado. Cierro y coloco los candados con ayuda de algún poder mío.

Cuando termino me dirijo de nuevo al palacio. 

Llego a mi habitación sin ser vista por nadie. O eso creo.



Me levanto temprano, no puedo arriesgarme a que vengan a despertarme o entren en la habitación y no tenga las lentillas ni la peluca. 

Me meto en la ducha, me lavo el cuerpo y mi pelo negro. Salgo y me enrollo el cuerpo el cuerpo en una toalla. 

Me pongo la ropa interior y me desenredo el pelo. 

Me visto completamente de negro y me coloco las lentillas tapando mis ojos morados. 

Me seco el pelo y me pongo la peluca rubia.

Vuelvo a ser Mare Brown.

Salgo de la habitación y me dirijo a la cocina, tengo hambre, quiero comer algo.



A las cinco de la tarde estoy tirada boca abajo en la cama mientras leo un libro. No había oído hablar de él, es antiguo, pero Rusxe me lo recomendó antes, cuando estuve en su habitación. Llevo una hora leyendo. Vine a mi habitación hace una hora. Cuando terminó el entrenamiento. 

Llaman a la puerta aunque no le hago caso, el libro esta demasiado interesante. 

Oigo como se abre aunque no miro quien ha entrado en la habitación hasta que no habla.

-Si que te has enganchado al libro de mi hermana. -dice Soph.

Despego la mirada del libro para fijarla en ella y sonrío.

-Esta muy bien ¿tú no lo has leído?

-No. -niega- Ni creo que lo haga, Rusxe ha hablado tanto de él que me se el libro mejor que ella. 

Río. 

Me siento en la cama y cierro el libro, no sin antes poner el marcapáginas.

Soph se sienta en mi cama, a mi lado. 

-¿Vienes a entrenar con Rusxe y conmigo esta tarde? -pregunta -vamos a entrenar en las interiores.

Estoy a punto de decir que si cuando el rostro de Judas aparece en mi mente. 

-He quedado con tu hermano...-no me deja continuar.

-¿Has que dado con mi hermano? ¿Con Judas? ¿El Judas...?

-Si con ese. Solo conozco un Judas. Y no es una cita o algo así. Vamos ha entrenar a las siete fuera. Quiero comentarle algunas cosas. -explico.

-Voy a hacer como que os creo. Pero entre vosotros veo esa chispa. Puede que no llegue a nada, sois los dos unos cabezotas... más tercos que una mula. -añade-Pero... esa chispa...

-Déjate de chispas, ni leches, Soph. -le digo riéndome. 

Ella también ríe. 

-Bueno pues ya me voy... te dejo arreglarte y ponerte guapa, más de lo que ya eres -me guiña un ojo y yo río- es raro, en realidad... -comenta bajito, aunque la escucho. 

-¿El qué? 

Ella me mira y sonríe.

-A mi hermano nunca le han ido las rubias. Les gustan de pelo oscuro, Marrón chocolate y negro. -comenta- Aunque bueno, para todo hay una primera vez... ¿Quién lo diría? Mi hermano ha encontrado la chispa en una rubia. 

Abre la puerta de la habitación y se dispone a salir. 

-¡No existe ninguna chispa! ¡Y esto no es una cita! Por dios, solo vamos a entrenar. -le grito. 

-SI, blah, blah, blah... entrenar, la guerra, lo que el rey quiere hacernos, blah, blah, blah... problemas, problemas y obligaciones, y más problemas. Hay que buscar tiempo para otras cosas. ¡¿Si no para que queremos ganar?! -exclama y pregunta a la vez- Si nuestra vida solo gira en torno estos problemas acabaran consumiéndonos. 

Me quedo estupefacta por todo lo que ha dicho Soph con la puerta abierta apunto de irse. 

Da un paso más y se para, mira hacia mi.

-Por cierto, respecto a lo último que has dicho... repítetelo hasta que te lo creas, amiga...

-¡Soph! .grito algo indignada.

Pero ella ya se ha largado de la habitación. Ahora solo quedamos mis pensamientos y yo.

Paro de leer, leí un rato más cuando Soph se fue, y me dirijo al baño. Allí me lavo la cara y me peino un poco la peluca.

Llevo la ropa típica de aquí. 

Me recojo en una trenza floja la peluca rubia y compruebo que no se me ve ningún pelo negro ni se nota que es peluca.

Me pongo un poco de rímel y algo de brillo de labios, pero nada de base o polvos.

Cuando estoy lista abro la puerta de mi habitación y salgo. Cierro y echo a andar por el pasillo en busca de la salida.

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JULY

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