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CAPÍTULO 11

Dejo de mirar a Victor y me siento el la colcha que esta en el suelo. Joder, Victor esta aquí. ¿Llevara aquí estos  más de siete meses y por eso no hemos sabido nada de él? 

Me ha cogido de sorpresa. Era al último que esperaba ver aquí. 

Después de unas horas de aburrimiento mirando a la nada, ya que aquí no hay nada que hacer, llaman a la puerta. 

Miro hacia esa dirección cuando la puerta es abierta. 

Todavía tengo puesta la peluca rubia, ahora bastante despelucada, y las lentillas marrones. 

-Su nombre. -me pregunta uno de los seis guardias que entra. 

Todos visten de negro. 

Pero no son los típicos guardias. No. No llevan un uniforme o ropa parecida a un uniforme. Si no van como chicos malos con los que no quieres enfrentarte nunca. Todos llevan chaquetas de cuero y camisetas negras con botas militares negras. Veo algunos tatuajes en alguno de ellos. 

En el cuello y manos. Algunos tienen la chaqueta remangada y veo también tatuajes en los brazos. 

-Mare Brown. -miento. Ya he utilizado ese nombre antes, y por ahora ese va a ser mi nombre. 

-Mare. -repite el que me lo ha preguntado. 

-Exacto. -respondo. 

Él me echa una mala mirada y yo tengo que aguantarme las ganas de sonreír. 

-Lex, venga no te distraigas. -le dice uno de los otros hombres. 

Así que este se llama Lex, tiene el pelo corto marrón, tiene la voz varonil pero no ronca. Es guapo. Y tiene un porte varonil.  

-Levanta. -me dice Lex. 

Le hago caso, y como buena chica, me levanto de la colcha en la que estoy sentada. 

Me peino un poco la peluca rubia. La tengo muy despelucada, pero algo mejor esta. 

-Ponedle las esposas. -dice, para mí, que Lex es el que manda. 

¿Qué? 

-¿Es necesario? -rajo. 

-Si. -responde. 

Otro de los chicos se me acerca con unas esposas. Extiendo los brazos sin poner objeciones. El chico me las pone en las muñecas. Me aprietan un poco, pero el dolor es soportable. 

Lex me evalúa con una mirada desde mis pies hasta mi pelo rubio, en realidad peluca. 

-Vamos.

 Dos se sitúan delante dirigiendo el camino, dos al lado mía, cada uno en un lado, y uno de ellos es Lex. Los otros dos van detrás y son quien cierra la puerta de la celda. 

Miro a Victor cuando salgo. Él me esta mirando. Esta sentando en el suelo de su celda. Me mira sonriente y se despide con un gesto de burla en la cara y unos movimientos de mano. 

Yo le mando una mirada amenazante pero no malgasto mis poderes en él, además no quiero que me descubran. Quiero que piensen que soy una humana sencilla, inocente e inofensiva. Todo lo que justo no soy, pero ellos eso no lo saben. 

Lex me agarra del brazo y me hace ir más rápido. 

Pierdo de vista a Victor. 

Recorremos un largo pasillo de celdas, casi todas están vacías, al menos las que son de rejas, las que son como en la que estuve no veo al interior, así que no lo se. 

Uno de los que va delante mía abre una pesada puerta gris y todos salimos al exterior. El sol da de pleno. Los arboles dan mucha sombra pero el sol hoy da muy fuerte. 

Es como una ciudad. Muchas personas andan y corren de un lado a otro, veo a muchos niños y niñas corretear. Todos están musculados, hombres, mujeres y niños. Hay pequeño puestos donde se dan comida, ropa y accesorios. 

Los niños sonríen y se lo pasan en grande jugando con pelotas. Todos están bastante sucios, hay barro por todos lados, se ven preocupados cada vez que ensucian la ropa y veo como algunas mujeres y hombres ríen y les gritan que no se preocupen, ya se podrán lavar ahora divertirse. 

Ellos vuelven a seguir con el juego. Ese tipo de escena me hace sonreír. Veo a un grupo de hombres correr algo alejados, sin camisetas. Ninguno tiene más de treinta y cinco años. Muchos tienen tatuajes y tableta. 

Casi me quedo con la boca abierta si no llega a ser porque Lex me coge del brazo y me hace continuar. Veo otro grupo de mujeres corriendo alejadas del grupo de hombres, tampoco tienen más de treinta y cinco años. 

Seguimos andando. Nadie nos hace mucho caso. 

Aquí no hay nada de lujos y visten muy sencillos todos. Muchos visten de negro y gris. Todo ropa oscura. Aunque si que hay otros que viste con ropas coloridas. Andamos unos pocos metros y veo que hay niños entrenando y un poco más adelantes hombres y mujeres. Todo el mundo entrena. Pero parecen que no están obligados, al contrario, lo hacen por que quieren. 

Hacen parones y descansan mientras otros ahora son los que entrenan. 

Hay una zona donde las personas entrenan su puntería con todo tipo de armas, joder, hasta los niños practican, y todos tienen buena puntería. Más adelante veo una zona donde entrenan lobos, también hay licántropos aquí. 

Veo casas algo lejos pero no vamos hacia allí. Lex me vuelve a coger del brazo y me hace sguir a los demás, alejándonos de todo esto. 

Después de unos minutos caminando veo algo lejos una construcción bastante grande. Como un castillo. 

Lo afirmo cuando nos acercamos. 

-¿A donde vamos? -pregunto. 

-A ver al jefe -no lo llaman rey, eso me extraña- pero antes haremos una parada.

Asiento. 

Tres de los hombres se van y me quedo con otros tres, incluyendo a Lex. 

Entramos en el palacio. Esta todo muy limpio pero se ve que es antiguo. Además todo esta pintado de gris claro. A penas hay decoración, nada comparado con el palacio en el que he vivido por más de siete meses. 

Recorremos muchos pasillos, con casi todas las puertas por las que pasamos cerradas hasta que nos paramos en una. 

Uno de los otros dos chicos llaman a la puerta y de ella salen dos chicas. 

Son las dos muy parecidas aunque una tiene el pelo más oscuro y rizado y otra el pelo más claro y liso. 

-¡Hola! .saluda entusiasmada la del pelo rizado. 

-¿Es ella? -pregunta la otra, señalándome. 

Lex asiente. 

-Vendremos por ella en dos horas. 

Las dos chicas asienten.  

-Tomad las llaves de sus esposas. 

La del cabello más claro la coge. 

-Vale, pues hasta dentro de dos horas. 

La del cabello rizada besa a Lex y se despiden. 

Los chicos se van y las dos chicas me arrastran dentro de la habitación.

-Soy Sophia, aunque todos me llaman Soph. -se presenta la del pelo rizada. 

-Yo Rusxe. -comenta la del pelo liso y más claro. 

-Yo soy -estoy apunto de decir mi verdadero nombre- Mare. 

-Encantadas. -dicen al unísono, se miran y ríen. 

-¿Mmm... para que estoy aquí? 

Ellas se miran y sonríen. 

-Pues para que te duches y arregles un poco antes de ver al jefe. 

-Vale, esta bien. Necesito darme una ducha. 

Ellas asienten. Me quitan las esposas y yo lo agradezco mucho. 

-Allí esta la ducha. 

Me señalan una puerta cerrada. 

-Ve y dúchate. Te esperamos aquí. -comenta Rusxe. 

-Esta bien. Gracias. 

Sonríen y me dirijo a la ducha. 

-Dentro del baño están tus mochilas. -me dice Soph. 

-Vale. -respondo. 

Me meto en el baño y cierro la puerta. 

Rápidamente me quito la peluca y las lentillas y las meto en una de las cajas de lentillas que traía en la mochila. 

Me meto en la ducha y me lavo completamente. 

Salgo rápidamente de la ducha y me envuelvo el cuerpo con una toalla, al igual que mi pelo negro. 

Peino la peluca, quedando como nueva. 

Me seco el pelo y me lo recojo como puedo. Me vuelvo a colocar la peluca y me pongo las lentillas marrones de nueva, tapando mis ojos morados. 

Me visto de negro totalmente, añadiendo una chaqueta de cuero. 

Salgo del baño y me encuentro con Soph y Rusxe esperándome. 

Voten y comenten que les pareció. 

Ya nos leemos. 

JULY

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