𐙚 capítulo O2
No le llevó ningunas galletas a la omega.
Vamos, la alfa no pudo verla a los ojos cuando fue a tomar su orden, ¿Cómo pueden pensar que sería capaz de llevarle galletas y decirle: lo siento si pensabas que sería yo quien les cobraría, soy una maldita cobarde cuando se trata de ti.
No era capaz, y su loba estaba molesta por eso.
La bola de pelos (como la llamaba MiYeon) no paraba de reprocharle por haber "ilusionada" a la omega.
Eres una cobarde.
Eso lo sé.
Y una idiota.
Eso también lo sé.
¿Por qué lo haces difícil?
Eso... No lo sé.
—Holaaa, tierra llamado a Cho MiYeon. —HyeWon chasqueaba sus dedos en la cara de la alfa, quien salió de su trance.
—¿Eh? Hye, no te escuché.
—¿Qué tienes rondando en tu cabecita para que andes por las nubes? —MiYeon suspiró.
—Ayer Shuhua fué con SoYeon a mi trabajo. —empezó a contar.
—Oh.
—Y no me paraba de ver.
—Oh.
—Y SeungMin dijo que se puso triste porque no fui yo a cobrarles. —abultó sus labios formando un puchero.
—¿Y por qué rayos no fuiste tú a cobrarles? —le dio un zape en la nuca.
—Ay, me puse muy nerviosa ¿Ok? —confesó—. No podía verla a los ojos, su mirada era tan...
—¿Tan...? —la animo a seguir.
—¿Intimidante?
—...
La escandalosa risa de HyeWon hizo romper el silencio, MiYeon miro a la beta sin entender nada.
—¿Shuhua con una mirada intimidante? MiYeon, he visto a esa omega y su mirada no es para nada intimidante. —se limpió las lágrimas que se habían escapado de sus ojos por la risa.
—Sigue burlandote, animal del monte. —se levantó de la mesa y se fue hasta su salón.
—¡Hey, te escuché! —le reclamó la beta, sintiéndose ofendida.
Cuando llegó a su salón, vio a Shuhua sentada en su mesa.
¿Qué hace ella aquí?
—MiYeon Sunbae —la omega la llamo, sacándola de sus pensamientos, esta acercándose a la alfa—. Hola.
—H-Hola Shuhua, uhm ¿Necesitas algo? —se rasco la nuca, una señal de que estaba nerviosa.
—Nada en especial, sólo quería ver cómo estaba.
—¿Yo? Estoy bien.
—Me alegro, ¿Tiene planes para esta tarde? —preguntó mirándola directo a los ojos, No otra vez.
—N-No, estoy libre, ¿Por qué?
—Quisiera invitarla a salir hoy, al parque de diversiones.
MiYeon... MiYeon no sabía que responder, se quedó en blanco unos segundos. La omega empezaba a preocuparse.
—¿Sunbae? —la llamó—. MiYeon Unnie.
La alfa regresó de su viaje astral, viendo con un sonrojo a la extranjera.
—Me parece bien. —fue lo único que salió de sus labios, Shuhua sonrió.
—Entonces nos vemos en el parque a las seis —dijo dirigiéndose a la salida—. ¡No llegue tarde! —le gritó antes de salir.
—Mierda, pensé que moriría. —exclamó mientras se ponía una mano en el corazón
***
Miraba su ropa una y otra vez, quería verse perfecta para su cita con la omega, aunque no sabía si llamarla cita, pero tampoco lo podía llamar "salida de amigas" cuando las únicas palabras que han compartido fueron las de hoy por la mañana.
—¿La persona con la que sales es tan importante que tienes que verte una y otra vez al espejo? —su hermano mayor, JiMin, estaba recostado en el marco de la puerta con los brazos cruzados.
—Recuerdas la omega que te comente la otra vez?
—¿Yeh Shuhua? —MiYeon asintió.
—Bueno, me invitó a salir.
El alfa la miro, sorprendido.
—¿Ella te invito a salir?
—Sí.
—Whao, esa omega es diferente, me gusta, hazla mi cuñada.
MiYeon negó y vio la hora en su teléfono, eran las cinco y cuarenta, y para llegar al parque tenía que caminar unos veinte minutos.
—Ya me tengo que ir. —tomó su billetera y la guardo junto su teléfono en un bolsito que cargaba en el hombro.
—Que te vaya bien.
—¡Eso espero! —le gritó la alfa mientras salía de la casa.
***
Shuhua miraba su reloj por tercera vez, la alfa aún no llegaba.
—Seis y dos, tranquila Shuhua, son sólo dos minutos.
Subió la mitad y miró a la alfa venir corriendo hacia ella.
—Lamento la tardanza, ¿Te hice esperar?
—No —mentira, estaba ahí desde las cinco y cincuenta, llevaba doce minutos alli—. Vamos.
Ambas caminaban en un silencio incomodó, ninguna sabía que decir.
—¿Está en el club de música, cierto? —habló Shuhua.
—S-Sí, tocó el piano. Aunque tambien se tocar el violín y la guitarra.
—¿En serio? Apuesto que es la mejor tocando.
—No me considero la mejor, pero mal no tocó.
—¿Podría algún día tocar para mi?
La forma tan directa con la que se expresaba Shuhua la iba a matar.
—Si tu quieres, podría hacerlo.
La omega rió.
—Tenemos que ir a comprar los tickets para los juegos —tomó la mano de Cho—. Vamos.
Me va a dar un ataque cardíaco. Pensó.
***
—¡AAAHHHH! —gritaba MiYeon, asustada mientras se aferraba del tubo, Shuhua sonreía por la adrenalina que sentía.
Se habían subido a la montaña rusa por petición de la omega, ahora MiYeon se arrepentía mucho.
Cuando el juego de detuvo pudo respirar.
—Pensé que moriría. —se quejó bajándose del juego.
—Ay Unnie, no sea dramática, ¡Fue divertido!
—No me vuelvo a subir.
Shuhua río por la actitud de la alfa, pensaba que MiYeon sería seria, vaya que estaba equivocada.
—¿Quieres ir a la rueda de la fortuna? —pregunto MiYeon, la menor asintió.
Caminaron hasta aquella atracción y esperaron que se detuviera y las personas se bajarán, para luego subir ellas.
—¿Le gusta algún deporte, Unnie? —preguntó Shuhua mientras iban subiendo.
—Practiqué basquetbol desde los siete a los once.
—¿Y por qué dejó de practicar?
—Ya no tenía el mismo interés de antes, no lo he dejado por completo, de vez en cuando, sino tengo que ir a trabajar, me quedo a jugar con HyeWon en la cancha de la escuela un rato. —Shuhua podía ver un brillo en los ojos de MiYeon, la forma en la que hablan era tan tranquila.
No dijeron más nada y disfrutaron la vista que les ofrecía el juego.
***
Era de hora de ir a casa, aunque ninguna de las dos quería irse.
—¿Es serio tenemos que irnos? —pregunto triste Shuhua, recostada sobre el hombro de la alfa mientras tenían sus manos unidas.
—Son las diez de la noche y mañana hay clases —besó la mano de la omega—. Gracias por invitarme.
—Gracias a usted por aceptar venir.
—¿Quieres que te acompañe a tu casa?
—No se preocupe, Unnie, vivo a una calle de aquí, además el lugar es transitado.
—Está bien —dejó un beso en la frente de Shuhua—. ¡Nos vemos mañana! —se fue corriendo de ahí, dejando a una omega con mariposa en el estómago.
¡Gracias por leer!
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