𐙚 capítulo 1O
MiYeon limpiaba la nariz ensangrentada de su omega, suspirando al terminar.
Shuhua había sido golpeado por otro omega afuera de la secundaria, supuestamente por salir con la alfa del chico, todo porque vio un like suyo en una foto de Instagram.
Tan estúpido y tóxico, desde su opinión.
—¿Por qué no me dejaste golpearlo? —se quejó.
—¿Quieres que te lleven presa?
—Si tu fueras el policía, sí. —dijo coqueta.
—Pero yo no soy policía.
—Entonces no.
Cuando logró que la sangre cesara, le colocó una curita en la nariz.
—No entendí porqué me golpeó, no tengo nada la culpa de su novia ande viendo mis fotos.
—Las personas como él actúan mucho por el impulso del momento y no piensan en lo que hacen hasta que caen en cuenta que lo hicieron, aunque tampoco es justificación.
—Si me dio un golpe en la nariz, no me quiero imaginar que le hizo a la novia, pobrecita.
—A lo mejor terminó con él, por eso fue para donde ti e hizo ese escándalo.
—Agh —se froto los ojos y dejó caer su cabeza en su cama—. No quiero ni pensar cuán rápido se esparció la noticia, ¿Crees que llamen a mi mamá?
—No deberían, sucedió fuera de las instalaciones, por lo que no es culpa de la escuela, y en todo caso que sucediera; el chico sería sentenciado y tú no, pues no le hiciste nada.
Shuhua asintió, pensaba que estas cosas sólo pasaba en las películas que veía con su mamá en la televisión.
—Tú cuarto es bonito.
Asintió, para luego abrir los ojos de golpe y caer en cuenta en la situación en la que estaba.
Después de aquel alboroto, fueron a su casa a curar su herida y no había pensado que era la primera vez que MiYeon estaba en su cuarto, el cual estaba desordenado.
—¿Cómo puedes decir que esta bonito si hay ropa regada por todas partes? —dijo avergonzada mientras recogía la ropa.
—Huele a ti y se parece a ti.
—Sí, pero igual está todo desordenado, lo limpio los fines de semana porque mi mamá no se mete a limpiar para acá —confesó—. Dijo que ella no se metería más a este cochinero y soy la que lo limpia.
La alfa soltó una risita nasal mientras ayudaba a la omega.
—¿Hello Kitty? Eres tierna. —se rió mientras tomaba un boxer.
—¡No veas eso, metiche! —trató de quitárselo pero ya lo había tirado a la ropa sucia.
—¿De casualidad no tendrás puestos uno de Badtz Maru? Era mi personaje favorito.
—¡Deja de decir eso! E-Es vergonzoso. —le regaño avergonzada.
—¿Shuhua avergonzada? Pensé que ese era mi rol.
—¡Ya! Se supone que la desvergonzada soy yo. —le dio un golpe en el hombro mientras la abrazaba.
—Sigo siendo una alfa, así suelen ser los alfas. —dijo hinchando su pecho.
—Pero tú no eres como los demás, tú eres un algodón de azúcar.
MiYeon tomo el rostro de la omega, observando detalladamente cada parte de su cara.
—¿Ahora no ha-...
Beso los labios de la omega, callando sus palabras, ésta se dejó llevar mientras enrollaba sus brazos al rededor del cuello de MiYeon, atrayendo el cuerpo de la mayor más cerca del suyo.
Estaban tan sumergidas en su mundo que casi vuelan cuando la voz de la madre de Shuhua resonó.
—¡Shuhua, ya estoy en casa!
La omega rápidamente se separo de la alfa, quien la veía también sorprendida, no había pensado en que la mamá de Shuhua llegara.
—Es mi mamá, ¿Qué hacemos?
MiYeon lo pensó un poco, hablando después de unos segundos
—Quiero conocerla.
—¿Estás segura? —preguntó, quería que MiYeon conociera a su madre, pero no porque estuviera bajo presión.
—Ya soy tu novia, creo que ya es momento.
Shuhua sonrió, dejando ver dos líneas en vez de sus ojos, y MiYeon sintió que se enamoró un poco más de la chica.
***
Amber Yeh nunca pensó vivir el momento donde su criatura más pequeña éste parada enfrente de ella con su mano entrelazada con la de una alfa mientras le decía:
—Mamá, ella es Cho MiYeon, mi novia. —la presentó.
—Es un gusto conocerla, señora Yeh. —la alfa hizo una reverencia.
—¿Eres a la que mi hija le cocino?
Las mejillas de Shuhua se encendieron en un color rojo mientras MiYeon sonreía.
—Sí, cocina muy bien, me dijo que lo aprendió de usted.
La mujer examinó a la alfa, ojos pequeños, piel blanca, altura que tal vez llegaba al 1,61, cabello negro y largo, vio como acariciaba la mano de su hija con el pulgar, sabía que aunque no lo aparentaba, estaba muy nerviosa.
Es la indicado para nuestra Shuhua. Le dijo su loba.
Y si ella lo decía, era porque tenía razón.
—El gusto es mío por conocerte, MiYeon —se levantó y se acercó hasta la pareja, extendiendo la mano en forma de saludo—. Soy Amber Yeh, mamá de Shuhua.
La alfa aceptó gustoso el saludo, por dentro Shuhua estaba aliviada porque su madre haya aceptado a MiYeon.
—Pero no crean que se salvarán de mi ronda de preguntas, a la cocina.
Les dijo mientras se dirigía hasta la cocina, MiYeon y Shuhua se miraron, para después sonreír.
La tenían.
¡Gracias por leer!
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