No le llevó ningunas galletas al omega.

Vamos, el alfa no pudo verlo a los ojos cuando fue a tomar su orden, ¿Cómo pueden pensar que sería capaz de llevarle galletas y decirle: "Lo siento si pensabas que sería yo quien les cobraría, soy un maldito cobarde cuando se trata de ti"?

No era capaz, y su lobo estaba molesto por eso.

La "bola de pelos" (como lo llamaba Chan) no paraba de reprocharle por haber "ilusionado" al omega.

Eres un cobarde.

Eso lo sé.

Y un idiota.

Eso también lo sé.

¿Por qué lo haces difícil?

Eso... No lo sé.

— Holaaa, tierra llamado a Bang Chan — Changbin chasqueaba sus dedos en la cara del alfa, quien salió de su trance.

— ¿Eh? Bin, no te escuché.

— ¿Qué tienes rondando en tu cabecita para que andes por las nubes? — Chan suspiró.

— Ayer Felix fue con Jisung a mi trabajo — empezó a contar.

— Oh.

— Y no me paraba de ver.

— Oh.

— Y Ryujin dijo que se puso triste porque no fui yo a cobrarles — abultó sus labios formando un puchero.

— ¿Y por qué rayos no fuiste tú a cobrarles? — le dio un zape en la nuca.

— Ay, me puse muy nervioso ¿Ok? — confesó —. No podía verlo a los ojos, su mirada era tan...

— ¿Tan...? — lo animó a seguir.

— ¿Intimidante?

— ...

La escandalosa risa de Changbin hizo rompió el silencio, Chan mirando al beta sin entender nada.

— ¿Felix con una mirada intimidante? Chan, he visto a ese omega y su mirada no es para nada intimidante — se limpió las lágrimas que se habían escapado de sus ojos por la risa.

— Sigue burlandote, animal del monte — se levantó de la mesa y se fue hasta su salón.

— ¡Hey, te escuché! — le reclamó el beta, sintiéndose ofendido.

Cuando llegó a su salón, vio a Felix sentado en su mesa.

¿Qué hace él aquí?

— Chan sunbae — el omega lo llamo sacándole de sus pensamientos, este acercándose al alfa —. Hola.

— H-hola Felix, uhm ¿Necesitas algo? — se rascó la nuca, una señal de que estaba nervioso.

— Nada en especial, sólo quería ver cómo estaba.

— ¿Yo? Estoy bien.

— Me alegro, ¿Tiene planes para esta tarde? —preguntó mirándolo directo a los ojos, No otra vez.

— N-no, estoy libre, ¿Por qué?

— Quisiera invitarlo a salir hoy, al parque de diversiones.

Chan... Chan no sabía que responder, se quedó en blanco unos segundos. El omega empezaba a preocuparse.

— ¿Sunbae? — lo llamó —. Chan hyung.

El alfa regresó de su viaje astral, viendo con un sonrojo al omega.

— Me parece bien — fue lo único que salió de sus labios, Felix sonrió.

— Entonces nos vemos en el parque a las seis — dijo dirigiéndose a la salida —. ¡No llegue tarde! — le gritó antes de salir.

— Mierda, pensé que moriría — exclamó mientras se ponía una mano en el corazón.

Miraba su ropa una y otra vez, quería verse perfecto para su cita con el omega, aunque no sabía si llamarlo cita, pero tampoco lo podía llamar "salida de amigos" cuando las únicas palabras que han compartido fueron las de hoy por la mañana.

— ¿La persona con la que sales es tan importante que tienes que verte una y otra vez al espejo? — su hermana, Yunjin, estaba recostada en el marco de la puerta con los brazos cruzados.

— ¿Recuerdas el omega que te comente la otra vez?

— ¿Lee Felix? — Chan asintió.

— Bueno, me invitó a salir.

La alfa lo miro sorprendida.

— ¿Él te invito a salir?

— Sí.

— Wow, ese omega es diferente, me gusta, hazlo mi cuñado.

Chan negó y vio la hora en su teléfono, eran las 5:40 pm y para llegar al parque tenía que caminar unos 20 minutos.

— Ya me tengo que ir — tomó su billetera y guardo su teléfono en el bolsillo de su pantalón.

— Que te vaya bien.

— ¡Eso espero! — le gritó el alfa mientras salía de la casa.

Felix miraba su reloj por tercera vez, el alfa aún no llegaba.

— Seis y dos, tranquilo Felix, son sólo dos minutos.

Subió la mitad y miró al alfa venir corriendo hacia él.

— Lamento la tardanza, ¿Te hice esperar?

—  No — mentira, estaba ahí desde las cinco y cincuenta, llevaba doce minutos ahí —. Vamos.

Ambos caminaban en un silencio incomodó, ninguno sabíamos que decir.

— ¿Está en el club de música, cierto? — habló Felix.

— S-sí, tocó el piano.

— ¿En serio? Apuesto que es el mejor tocando.

— No me considero el mejor, pero mal no tocó.

— ¿Podría algún día tocar para mi?

La forma tan directa con la que se expresaba Felix lo iba a matar.

— Si tu quieres, podría hacerlo — el omega rió.

— Tenemos que ir a comprar los tickets pasan los juegos — tomó la mano de Bang —. Vamos.

Me va a dar un ataque cardíaco. Pensó.

— ¡AAAHHHH! — gritaba Chan asustado mientras se aferraba del tubo, Felix sonreía por la adrenalina que sentía.

Se había subido a la montaña rusa por petición del omega, ahora Chan se arrepentia mucho.

Cuando el juego de detuvo pudo respirar.

— Pensé que moriría — se quejó bajandose del juego.

— Ay hyung, no sea dramático, ¡Fue divertido!

— No me vuelvo a subir.

Felix río por la actitud del alfa, pensaba que Chan sería serio, vaya que estaba equivocado.

— ¿Quieres ir a la rueda de la fortuna? — preguntó Chan, el omega asintió.

Caminaron hasta aquella atracción y esperaron que se detuviera y las personas se bajarán, para luego subir ellos.

— ¿Le gusta algún deporte hyung? — preguntó Felix mientras iban subiendo.

— Practiqué basketball desde los siete a los once.

— ¿Y por qué dejó de practicar?

— Ya no tenía el mismo interés de antes, no lo he dejado por completo, de vez en cuando sino tengo que ir a trabajar me quedo a jugar con Changbin en la cancha de la escuela un rato — Felix podía ver un brillo en los ojos de Chan, la forma en la que hablan era tan tranquila.

No dijeron más nada y disfrutaron la vista que les ofrecía el juego.

Era de hora de ir a casa, aunque ninguno de los querían irse.

— ¿Es necesario tener que irnos? — preguntó triste Felix, recostado sobre el hombro del alfa mientras tenían sus manos unidas.

— Son las diez de la noche y mañana hay clases — besó la mano del omega —. Gracias por invitarme.

— Gracias a usted por aceptar venir.

— ¿Quieres que te acompañe a tu casa?

— No se preocupe, hyung, vivo a una calle de aquí, además el lugar es transitado.

— Está bien — dejó un beso en la frente de Felix —. ¡Nos vemos mañana! — se fue corriendo de ahí, dejando a un omega con mariposa en el estómago.