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VIII: Cabaña maloliente

Tal vez lo que estaba viendo no era horroroso para mi, pero si completamente inesperado.

—¡Oye!

Estaba tratando de hacer reaccionar a la persona que tenía en frente, cuándo nos adentramos al dormitorio con Lex nos encontramos con un chico casi muerto, tenía parte de su estómago abierto, casi podía ver sus tripas, es un tanto asqueroso, solo esperemosque no estémuerto

—¡Oye! —lo moví repetidas veces y ni siquiera se movía.

—Creo que esta muerto, ¡hay que llamar al 911!

—No, hay que hacer algo ahora, necesito algunas cosas para poder curarlo, hay que tratar de salvarlo, si es que es posible.

—¿Qué necesitas?

—Una aguja, gasas, pinzas, agua y trapos, alcohol, también unas tij-

—Mejor traigo un botiquín, voy a revisar si hay algo útil en esta vieja casa —me interrumpió el peliazul y comenzó a buscar— ¡bingo!, que raro que en una casa tan vieja y abandonada haya un botiquín, cómo sea.

Me pasó el botiquín al instante, al igual que una botella de agua que sacó de su mochila, comencé con mi trabajo.

Limpie la herida con agua oxigenada, la herida era muy grande así que fui precavida, revise que estuviera limpia y no tuviera residuos de nada dentro, luego esterilice la aguja y comencé a coser cuidadosamente la piel.

Cuándo termine limpié la zona delicadamente con un poco de agua, y el último paso fue rodear su abdomen con aquellas vendas blanquecinas, intenté hacer RCP y afortunadamente el chico estaba despertando, pero no puedo creer que recién notará quién era aquella persona.

—¡Damien!

—¿Rebecca? —intento incorporarse pero no pudo debido al dolor.

—¿Ustedes se conocen? —cuestionó Lex con extrañez.

—Si, pero eso no importa ahora, ¿que rayos te pasó?

— ...Un demonio lo hizo, pero honestamente me lo merecía  —limpió su boca con el antebrazo.

—Solo a ti se te podría ocurrir desobedecer a un demonio —lo regañe.

Lo ayudamos a levantarse e hicimos que se apoyara en nosotros para no perder el equilibrio.

—Por suerte vinimos, de no ser así probablemente ya estarías... —habló Lex.

—Cierto, pero debemos salir de aquí, no es seguro para nadie.

Asintieron dándome la razón y partimos de vuelta al instituto, al llegar notamos que había alguien afuera merodeando en la entrada.

—Demonios, creo que nos descubrieron —susurré.

—Les dije que esto iba a salir mal —se quejó Steve en un tono molesto.

—Puedo hacer que entremos sin tener que pasar por la puerta principal —mencioné.

—¿Cómo?

Saqué de mi bolsillo el polvo de portales, por fortuna aún quedaba bastante.

—Con esto.

Puse un poco en el suelo y empuje a todos hacia el agujero que empezaba a formarse, inmediatamente estábamos en la habitación Parris, todos habían caído uno sobre otro, menos Damien y yo, al parecer nunca lo habían usado.

—¡Eso fue increíble! —exclamó Stella mientras se echaba en su cama.

—¿Nunca lo habían usado antes? —pregunté.

—¡No!, ¿esa cosa tiene efectos secundarios?

—No, o tal vez si —respondí dudosa.

—Ugh, ahora siento que se me van a salir los riñones.

—Estas exagerando, como mucho te podría doler la cabeza o darte mareos, además, a el que se le iban a salir los riñones es a él —apunté a Damien.

—Creo que debimos llevarlo a otro lado, no traerlo aquí.

—Tienes razón, no deberíamos traer a alguien lastimado aquí, menos si no es un alumno.

Damien soltó una carcajada y todos volteamos a verlo.

—Al parecer aún no se dan cuenta de mi ropa —lo miramos de pies a cabeza y efectivamente, tenía puesto el uniforme de la casa Parris— voy en segundo año.

—Bueno, al menos ahora no tendremos que llevarte a otro lado.

—Esa herida debe de sanar, no sé cómo, pero para mañana tiene que desaparecer, si no va a ser sospechoso.

—¿Cómo planeas hacer que una herida sane tan rápido? —me cuestionó uno de los gemelos.

—Creo que tendré que hacer un hechizo o algo parecido, porque si no sería imposible.

—Exacto —en ese momento recordé un hechizo de sanación, aunque dudo que sea tan poderoso.

—Damien recuéstate, veré que puedo hacer.

—Espero no morir —murmuró Damien con desconfianza.

Mientras tanto yo buscaba algunas plantas, se supone que en cada dormitorio hay una alacena con hierbas, cuando las encontré tome las necesarias y volví con ellos, me sorprende que ningún alumno se haya levantada aún por el ruido.

—No lo harás, o al menos no por ahora, tal vez esto te duela, no estoy segura —intenté calmarlo con mis palabras,  aunque honestamente creo que solo lo asusté más.

Coloque una mezcla de las hierbas sobre su abdomen y prendí un fósforo, recito rápidamente el hechizo y luego lanzo el fósforo en la herida, todos estaban preocupados pero cuándo la herida comenzó a cicatrizar todos se calmaron.

—Por un segundo pensé que ibas a terminar incendiando todo.

—Que dramático, bueno, creo que ya debería irme a dormir.

—Si, así puedes descansar, aunque ya van a ser las cinco de la mañana.

—No sé preocupen, nos vemos en unas horas, y por favor, cuiden al herido.

Me despedí de cada uno y volví a la habitaciónPutman, pero tuve que esconderme un par de veces porque habían personas rondando en los pasillos, y si me encontraban estaría en problemas, cuando entré todo estaba en silencio, me acosté y acobije bien, cerré los ojos para poder dormir, pero los abrí de golpe al escuchar una voz proveniente de la orilla de la cama.

—¿Qué rayos hacías afuera? —reconocí de inmediato la voz dulce y ruidosa de Viv.

—Quiero dormir, además, ¿que haces aquí? —como si me fuera a creer

—Vamos cuéntame, estoy aquí porque quiero saber que hacías afuera de esta habitación a estas hora.

—Lo mismo te pregunto, ahora déjame dormir —no había recibido una respuesta, por lo cual asumí que ya me había dejado en paz, pero no, me jalo de los pies hasta que me solté y me levanté— agh, bien, aunque es mucho así que.

Nos tomamos de las manos y luego me concentre en todo lo que había pasado, esa es una forma para traspasar información rápidamente de una a otra persona, la solté luego de un rato.

—Solo pasaron dos horas y ya tuviste una nueva aventura, mañana tienes que invitar a esos chicos a sentarse con nosotros, los quiero conocer, y más a esa Lex, tu supuesta vieja amiga.

—Es una buens idea, ahora si me permites, quiero dormir.

—Esta bien, buenas noches.

—Buenas noches —cerré los ojos y no me di cuenta cuando me quedé dormida.

...

Salimos de la primera clase e íbamos al comedor, ahora iba a hacer lo que Viv me pidió, fui a buscar a los chicos que conocí anoche otra mesa, los lleve en silencio y se quedaron muy quietos, parecían estatuas.

—Bueno, les quiero presentar a tres personas, ellos son Lex, Stella y Steve —apunte a cada uno, ellos solo miraban la escena un poco incómodos.

—¡Un gusto conocerlos!, yo soy Vivianne, pero díganme Viv, tu debes ser la famosa Lex —tomó a Lex de los hombros y la sentó a su lado.

—Asi es, soy Lex, un gusto... creo.

—Chicos siéntense, bueno, no los conozco mucho, pero estoy segura de que nos llevaremos muy bien.

—También lo creo —habló Stella mientras sonreía, era bastante optimista.

—¡Ya vuelvo! —grité saliendo del comedor.

—¿¡A dónde vas!? —todos se exaltaron por mi comportamiento repentino.

Ignore la pregunta y seguí corriendo, me dirigía al lugar donde estaba el teléfono, le diría a mi madre que ya se quién esa amiga tan misteriosa.

Cuándo estaba apunto de llegar me escondí detrás de una pared, había alguien usando el teléfono, pero no era cualquier persona, no, era nada más y nada menos que Virginia.

Usualmente no me importarían sus conversaciones, pero esta causaba cierta curiosidad en mi, ya que hablaba en un tono muy misterioso, lo único que pude entender de la llamada fue "todo va como debería ser", muy extraño, luego investigaré sobre esto, es demasiado sospechoso, cuando se fue corrí hacía el teléfono, marqué al número de mi madre y ella contesto al instante.

—Hola madre.

—Ah, eres tú Rebecca, ¿que pasó?, ¿¡paso algo malo!?

—Todo esta bien, tranquila, oye, ¿por qué ayer se cortó la llamada?

—Si eso, lo que pasa es que ayer hubo una falla en la conexión que hizo que se fuera la señal, pero ya lo arreglaron.

—Ah, bueno, te quería decir que ya se quien era la persona de la cuál me hablabas, Lex Finch, ¿no es así?

—¡Si!, es ella, ¿cómo esta? —por fin terminó el misterio.

—Diferente.

—¿Diferente como?

—No se parece en nada a lo que me dijiste, no es pelirroja, no tiene ojos verdes, no es alegre, bueno, supongo que si, pero no mucho.

—Oh bueno, no la veo hace muchos años, así que era probable que cambiaría.

—Es cierto,  bueno madre, debo irme.

—Adiós Becca.

—Adiós.

Corte la llamada y fui a la habitación Putman un momento, iba a poner los insectos en las cosas de Virginia, pero cuando llegué vi algo raro en mi cama.

Era un sobre con mi nombre, si esto ya era raro, se puso mucho peor, esta nota decía "Con cariño, para Rebecca, de ****", y no decía el remitente.

Estoy segura de que es la misma persona que me envió esas cosas de Joseph, abrí el sobre y había un poco de tierra húmeda y un trozo minúsculo de tejido humano, esto tiene que parar ahora, no se quien rayos envía estas cosas, pero tengo que averiguarlo pronto.

Debajo de mi cama tenía la caja con los animales que usaría para asustar a Virginia, abrí lentamente la caja y sostuve los roedores con cuidado, los puse debajo de sus sábanas, abro su armario y pongo todos los insectos restantes dentro de el, al terminar salí de la habitación y corrí de vuelta al comedor.

—¿Dónde fuiste?

—Llame a mi madre, a propósito, necesito su ayuda con algo, pero es un secreto, y así se debe quedar, les diré en la cabaña maloliente del bosque, vayan a las seis en punto.

—¿Cabaña maloliente? —preguntó Serena.

—Solo reúnanse todos, Lex sabe donde es.

—¿Ok?

Me senté y comencé a comer, todos me miraban un tanto extrañados, pero tenía mis razones para estar así, luego de un rato ví como Virginia se levantó de su mesa con sus amigas, supongo que van a ir a la habitación, tengo que ver esto.

—Em, chicos, discúlpenme un momento.

—¿Otra vez?

Me levanté otra vez de la mesa y seguí cautelosamente a Virginia, pero no me había percatado de algo, todos mis amigos me habían seguido, estaba siendo demasiado sospechosa, espero no lo arruinen.

—¿Qué estas haciendo Becca?

—Shh —abrí la puerta y todos entraron, me puse a "buscar" algo mientras podía ver de reojo a Virginia, estaba a punto de abrir su armario.

—¡Ah!, ¿¡que rayos es eso?! —estaba conteniéndome la risa, todos los chicos estaban confundidos, era entendible— agh, que asco —me acerque lentamente a ella, fingiendo que no sabía nada.

—¿Qué pasó?, ¿tienes algún problema?

—Lo que pasa es que- —poso su mirada en mi, sentía su desprecio, pero no es mayor que el que siento yo por ella— Miller, no te metas en lo que no te importa —sonó como si hablará de otra cosa.

—Esta bien Johnson, solo quería ayudar.

—Si claro —al parecer no se cree mi actuación, bueno, da igual.

—¿No me crees?, déjame demostrarlo —comencé a sacar algunos insectos de su armario.

—Te permito ayudarme, lo que pasa es que alguien metió estas asquerosidades aquí, no se quién, pero quiero que averigües.

—Claro —respondí con una amplia sonrisa, salió de la habitación e inmediatamente reí, todos seguían viéndome raro— dejen de mirarme así por favor.

—¿Todo esta bien? —preguntó Viv.

—Si, ¿porqué?

—Lo que acaba de pasar.

—Bueno, nuestras familias nunca se han llevado bien, y nosotras menos, es algo que heredamos.

—Entiendo.

—Creo que deberíamos salir de aquí —sugerí mientras dejaba los insectos en la ventana.

—¿No ibas a investigar quien hizo ese desastre en el armario?

—No necesito investigar nada, ya se quién fue.

—¿Quién? —me apunte a mi misma.

—Eso tiene sentido.

Fuimos a la clase que nos tocaba, fue fácil, probablemente porque son los primeros días, pero aburre un poco, lo único que quiero ahora es que terminen las clases para poder decirle todo a los chicos y descubrir quién rayos me envía estas cosas.

...

Por fin habían terminado, estaba demasiado ansiosa por contarles todo, aunque no se muy bien como lo haré, miré un reloj que hay colgado en la pared y veo la hora, tengo veinte minutos para estar allá.

Me apresuró para llegar a la entrada, algo me dice que es mejor salir sin que nadie me vea, y así lo hice, nadie me vió, o al menos eso creo, en el camino hacia la cabaña pude ver algunos animales, pero nada de que preocuparme, espero no llegar tarde, debería de haber sido la primera en llegar.

Cuándo estaba acercándome más hacía el lugar pude ver a todos en la entrada, tenían una cara seria y un tanto preocupada, me preguntó que pensarán.

—Por fin llegaste.

—Siento la demora —pase en medio de ellos y entre a la cabaña, estaba peor que hace unas horas, me senté en el sucio y descuidado piso de madera, todos entraron y se sentaron junto a mi haciendo un círculo.

—Puedes comenzar por favor, estoy demasiado preocupada.

Hubo un pequeño silencio incómodo.

—Maté a mi padre, no quiero que hagan preguntas sobre eso.

Sentí una tensión en ese momento, lo dije tan de repente que estoy segura de que ya se espantaron.

—¿Joseph está muerto? —preguntó Lex de repente.

—Así es.

—Vaya.

—Lo que pasa es que nadie sabe que esta muerto, solo mi hermano, Viv y yo, pero ahora estoy recibiendo cartas y paquetes con cosas de el, y eso significa que esa persona sabe lo que hice, necesito que me ayuden a descubrir quién es esa persona.

Otra vez el silencio abrumador.

—Probablemente no quieran hacerlo, pero al menos lo intenté.

—Te ayudaré, no te conozco mucho, y con lo que acabas de decir es difícil de creer, pero algo me dice que seremos cercanas y para eso se necesita apoyo —habló Stella.

—Yo también, estaré ahí para ti siempre que lo necesites, ¿recuerdas?, siempre —reafirmó Viv.

—Estoy seguro de que esto no es bueno, pero te ayudaré de todos modos —soltó Steve serio.

—Probablemente no me recuerdas bien, pero te conozco hace mucho, y te ayudaré en lo que necesites —dijo Lex.

—Cuenta con nosotras —exclamaron Melanie y Serena, que ya sabían que clase de persona soy.

—Gracias, enserio, no tenían que hacer esto, pero decidieron hacerlo igual, no lo olvidaré nunca, creo que nos vamos a llevar muy bien todos nosotros.

—Tenlo por seguro.

—Dinos ¿tienes algún sospechoso?

—Si, Virginia Johnson, desde siempre nos hemos llevado mal, además, hoy la escuche hablando por teléfono y escuché que decía "todo va como debería".

—Empecemos pronto con esto, entre mas rápido, mejor.

—Concuerdo.

Salimos de la cabaña y empezamos a caminar por el bosque.

—¿Qué les parece si asignamos tareas para cada uno? —propuso Steve.

—Siempre tiene que ser todo planeado y ordenado —habló Stella burlándose de su gemelo.

—Es mejor a que después no sepamos que hacer y se vaya todo a la mierda.

—En eso tienes razón, bueno, ¿alguien sabe sobre biología?, para que puedan encontrar algo en las cosas que me enviaron.

—Melanie y yo podemos hacer eso, creo —respondío Serena.

—Claro.

—También necesito que alguien vigile a Virginia.

—De eso nos encargamos Steve y yo, le pondremos los ojos encima —mencionó Stella haciendo señas apuntando a sus ojos.

—Bien, ahora, necesito que ustedes —apunte a Viv y a Lex— averigüen si fue Virginia o no.

—Cuenta con nosotras.

—Otra vez, gracias por esto —todos hicieron un jesto de aprobación.

Por fin llegamos a S.W.I, todos fuimos a la habitación Putman, le tenía que entregar las cosas a Serena y Melanie, pero faltaban las cosas que deje en Boston, creo que tendré que pedirle a Hunt que las traiga.

—Estas son las cosas, pero falta algo, lo deje en casa, le diré a alguien que me las traiga, mientras pueden ver esto —les entregue el sobre con tierra, Melanie lo abrió y miro el interior algo confundida.

—Esto es solo tierra.

—No, tiene mas cosas, lo sé.

—Examinaremos esto.

—Bueno, necesito hacer una llamada, cuando tenga las cosas les aviso.

—De acuerdo.

Baje rápidamente hacia el primer piso y me dirigí hacía el teléfono, que ya había usado los días anteriores, marque otra vez el número telefónico de mi casa, esperando que contestará mi hermano y no mi madre, coloque el teléfono en mi hombro, sonaron tres tonos hasta que escuche una voz femenina, era mi madre.

—¿Hola?

—Soy Rebecca, madre, ¿esta Hunter en casa?

—Déjame ver —tardo unos segundos en responder— si está.

—¿Podrías pasarme con el?, por favor.

—Esta bien, ¡Hunter! —mi madre gritó tan fuerte que molieron los oídos.

—¿¡Qué pasó?! —escuche otro grito, esta vez proveniente de mi hermano.

—Rebecca esta al teléfono —dicho esto logre oír pasos rápidos.

—Hola Becca, ¿quieres hablar conmigo?

—Así es.

—Dime, ¿que pasó?

—Necesito que hagas algo por mi, es importante.

—Soy todo oídos.

—¿Recuerdas la pequeña caja que tenía las cosas de Joseph?

—Si.

—Bien, necesito que me la traigas, es muy importante.

—¿Para cuándola necesitas?

—Lo mas pronto posible.

—Ok, adiós.

—A- —ni siquiera pude terminar de hablar y colgó el teléfono, ahora solo tengo que esperar, excelente.

Sentí unos pasos detrás de mi, voltee rápido y me encontré con Lex, se veía muy ansiosa.

—¿Pasó algo? —pregunté tratando de no ser entrometida.

—No —habló en un tono cortante— sólo necesito hablar con alguien.

—Oh, ¿es algo malo?

—Para mi si.

—¿Puedo saberlo?

—Mi padre se casó con una maldita.

—Que horrible.

—Lo es, ni siquiera se que voy a decirle, o sea, si, pero sería demasiado atrevido.

-—Quiero escucharlo.

—"Quiero que te divorcies de esa puta"

—Mejor piensa en decir otra cosa -dije riendo.

—Ja, se que lo debo hacer, pero bueno, mejor escribo todo lo que voy a decir, porque si no de seguro provoco que quiera darme en adopción.

Comencé a reír ante su comentario, pero algo, más bien alguien, hizo que parara y fuera corriendo hacia él para abrazarlo mientras que Lex miraba la escena extrañada.

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