IX: Recordando
Hunter había llegado, la verdad no imaginaba que fuera a venir tan rápido, lo abracé y casi tiro todo lo que tenía en sus manos.
—¿Tanto me extrañaste? —Hunt río mientras me separaba de él, pero no respondí.
—Gracias por traerlo tan rápido, oh, ella es Lex —apunté a mi amiga mientras se acercaba curiosa.
—¡Lex! —corrió a abrazarla mientras yo miraba confundida la escena— ¿eres tú?, casi no te reconozco.
—Ah, si... —correspondió un poco el abrazo mientras trataba de asimilar lo que pasaba.
—¿Ustedes se conocen? —pregunté con confusión.
—¡Claro!, ah, es cierto, probablemente no lo recuerdes...
—No mucho, pero sigo sin entender qué rayos fue lo que paso.
—¿Con qué? —preguntó Hunt.
—¿Porqué no recuerdo nada?
—Ah, eso, es algo complicado.
—Quiero saberlo.
—Bien, déjame recordar...
FLASHBACK
Hunter POV's
Podía ver a Rebecca, estaba tirada en el suelo, se veía tan frágil, quería ayudarla, pero no podía hacer nada, lamentablemente pude ver lo que pasó.
Mi hermana, no se cómo, pero, cayó de las escaleras del tercer piso, podía escuchar su llanto y sentir sus lágrimas, rodó por los peldaños y quedó tendida en el suelo.
Estaba seguro de que esto era muy malo, espero no le pase algo grave, pobre de mi hermanita, antes de que me sacaran de ahí, pude ver a Lex en el último piso llorando desconsoladamente, no sé porque siento que será la última vez que la veré.
FIN FLASHBACK
Rebecca POV's
—Eso sucedió, aunque no sé muy bien cómo, recuerdo que mamá dijo que habías perdido algunos recuerdos y olvidado personas, casi todos los que habías conocido en Inglaterra, incluyendo a Lex, y luego de eso volvimos a América, eso fue cuando tenías cuatro años.
—Entiendo... que extraño, pero, ¿cómo fue que caí?
—Yo estaba arriba contigo, no sé como te caíste, pero nadie te empujo o algo así, talvez te tropezaste.
—Probablemente, ¿y qué pasó con Lex después?
—No estoy seguro, sería mejor que ella te cuente.
—Me sentí vacía, por que eras mi mejor amiga y tuviste que irte, ni siquiera me importo que me culparon, solo me lastimaba no poder verte.
—¿Culparte?
—Probablemente nunca lo reconozca, pero tu madre siempre me culpo por lo que te paso, aunque solo tenía cinco años.
—Ni siquiera sé cómo se le ocurre pensar eso —se quejó Hunter molesto.
—No se preocupen, eso ya pasó, ahora todo es mejor —mencionó Lex, cómo si estuviera tratando de convencerse a si misma, así que le brinde una sonrisa.
—Hunt, creo que es mejor que te vayas, puede que nos metamos en problemas si te quedaste mucho tiempo.
—Esta bien, adiós, fue un gusto poder volverte a ver después de tanto tiempo Lex.
—También fue bueno verte —sonrió.
Hunter lanzo un poco del líquido de portales y se lanzó hacía este.
—Mejor le doy esto a Serena y a Melanie, ¿me acompañas?
—Claro, luego llamo a mi padre, ¿dónde están ellas? —me puse a pensar y recordé que no sabía dónde se encontraban.
—Eh... no lo sé —me miró con una mueca y comenzó a caminar— ¿dónde vamos?
—No lo sé, tendremos que buscar por todo el instituto gracias a tu coeficiente intelectual.
—Gracias —respondí sarcásticamente.
Nos dirigimos hacía el comedor, no estaban ahí, luego fuimos hacía el patio, tampoco, fuimos a cada sala buscando y no las encontramos, recorrimos todo el instituto.
El último lugar al que fuimos fue la habitación Putnam, abrí la puerta con la respiración agitada y me encontré con ambas chicas riendo, atrás mío estaba Lex recargando su cuerpo en sus piernas tratando de poder respirar bien debido a que corrió por las escaleras, mala decisión, cuando por fin se calmo entramos y nos tiramos en mi cama, podía sentir las miradas de las chicas.
—¿Pasó algo?
—Las buscamos por todo el instituto y al final estaban aquí —respire pesadamente— les trajimos esto —les entregué la caja— son las demás cosas que deben examinar.
—Sobre eso, encontramos algunas cosas en la tierra que nos diste —me senté en la orilla de la cama con claro interés.
—Primero, la piel con sangre, eso es un asco —comentó Melanie con disgusto— todavía no sabemos de quién es, tierra húmeda y un poco roja, había un polvo gris encima, no tengo idea de que sea, pero lo que estoy segura que les va a ayudar a encontrar esa persona es ésto —levantó una pinza con un ¿cabello?
—¿Un cabello rubio?
—Así es, podemos comparar el color, largo y grosor con el de-
Melanie fue interrumpida por un fuerte golpe en la puerta de la habitación, corrí a abrir y ví a Stella y Steve alarmados, entraron rápido mientras intentaban esconderse.
—¿Qué pasó?
—Vir-Virginia —Stella respiró profundo— escuchamos que estaba ejecutando un plan, y en él te mencionó, dijo que pronto estarás en problemas —en ese instante entendí todo.
—¿Por qué están tan agitados?
—Vinimos corriendo.
—¿Por qué?
—Virginia viene hacía acá, nos vió escuchándola.
—¿¡Qué!?
Vimos como Virginia entraba enojada, miraba hacía todos lados buscando algo con la mirada, hasta que posó sus orbes verdes en los gemelos, estaba acercándose a ellos furiosa, estoy segura de que iba a hacerles algo, así que me puse enfrente de ella e hice que retrocediera un poco.
—Virginia, tengo noticias que darte —hablé tratando de sonar calmada, a pesar de que no lo estaba— los insectos nadie los puso ahí, llegaron por sí solos, tu armario tenía mucha humedad y la otra noticia es que ¡voy a matarte!
—¿¡Qu-
Me lancé encima de ella y comencé a golpearla en la cara, ella gritaba y lloraba, todos me estaban mirando sorprendidos, estaba sobre de Virginia y ella estaba abajo tratando de quitarme o parar los golpes, cosa que no resultó.
—¡Cállate! —le tapé la boca con mis manos— ¿no te gusto mandar todas esas porquerías?, ¡ahora te tienen que gustar los golpes también!
Le destapé su la boca y rápido empezó a gritar otra vez, le dí una bofetada y se cayó un poco, no decía nada, solo lloraba mientras miraba hacía un costado, Serena y Melanie trataron de separarme de ella pero les grite y retrocedieron.
Le solté una mano a la rubia, quería ver si al menos sabía, o podía defenderse, empezó a tirarme un poco el cabello, luego lo soltó y me golpeaba en el pecho, pero ni siquiera dolía realmente.
—Que decepción, ni siquiera sabes defenderte, golpeas como bebé —la empujé un poco, ya que quería levantarse.
Solté sus manos para dejar las mías libres, tomé su cuello y comencé a apretarlo tanto como pudiera, en eso veo como entra alguien a la habitación, era la subdirectora, atrás de ella venían algunos alumnos, asumo qué a mirar la pelea, en el momento que volví a posar mi mirada en Virginia sentí algo filoso rozar mi mejilla, la toqué y ví mis dedos con sangre.
—Ahora si que lo pagaras.
La subdirectora me agarró de los brazos para que soltará a Virginia, pero no lo logró, tome un cuchillo que estaba en mi bolsillo e hice un corte a lo largo de su brazo, un poco de sangre salpicó en mi cara y manos, ella simplemente gritaba del dolor.
Virginia hizo un movimiento, que no se cómo, pero logro dejarme abajo de ella, me golpeaba, aunque no me lastimaba, la empujé y cayó a mi lado.
Volví a subirme arriba de ella con la intención de seguir golpeándola, pero ahora la subdirectora logró tomarme del brazo, y a Virginia también, nos levantó molesta.
—¡Ustedes vienen conmigo a la dirección!
Salimos de la habitación, aún con la subdirectora agarrandonos los brazos, caminamos hasta la dirección, cuándoentramos a la oficina había algunas personas dentro, entre todas ellas, la directora, esto va a ser un problema, pero al menos valió la pena.
—Aquí están las señoritas Miller y Johnson, estaban peleando en la habitación Punam —exclamó la señorita Longbridge dirigiéndose a la directora.
—Tomen asiento —Virginia y yo nos sentamos y por un segundo, nos miramos con una cara de odio— señoritas, esta conducta fue muy inadecuada, ¿lo sabían?
—Si —respondimos.
—Bien, este comportamiento es inaceptable, y grave, ya que por lo que veo, ambas están sangrando, por el protocolo debería expulsarlas, pero esto quedará como una gran advertencia, que no se repita, ahora, quiero que me cuenten qué pasó, con lujo de detalles.
—Pasa que esta mal- —interrumpí a Virginia.
—¿Puedo hablar un momento con Virginia a solas?
—De acuerdo, pero no discutan.
—Por supuesto —sonreí, la tomé del brazo y la llevé a una esquina de la habitación— no digas nada de esto, no es necesario que más gente sepa, sería un problema mayor, y si hablas juro que de verdad te mataré, y sabes que soy capaz — susurré mientras ella me miraba molesta.
—Bien —murmuró resignada.
—Yo contare lo que pasó, tú solo sígueme la corriente —nos sentamos otra vez y mire a la directora con seriedad, ella me miraba con atención.
—Lo que pasa es que Virginia se molestó con mis amigos, entonces los defendí, algunos insectos habían entrado en su armario y pensó que ellos los habían dejado allí, pero no fue así, yo tengo la culpa por empezar esto, lo siento —me disculpé con la cabeza gacha.
—Entiendo, ambas tuvieron la culpa, las dejare ir, no llamaré a sus padres, pero si esto se repite, no será sólo una advertencia, ¿entendido?
—Si directora.
—Bien, ahora vayan a la enfermería, miren nada más esas heridas.
Salimos de la dirección y nos dirigimos a la enfermería, podía sentir la mirada de Virginia sobre mi, un sentimiento de odio, no era la primera vez que alguien me miraba así y tampoco sería la última.
No me importa que lo haga, de hecho, me causa gracia, ya que yo siento mas rechazo por ella.
Ya estábamos afuera de la enfermería, toque la puerta, lo hice más de cinco veces, aburrida de tocar mire por la ventana de la puerta pero no estaba la señota Lemman, que es la enfermera, pero la puerta estaba sin seguro, estaba pensando en si entrar o no, al final decidí que lo iba a hacer, hice que Virginia entrara conmigo, la empuje y cayó sentada en una silla.
—¡Oye!, ten mas cuidado —rodé los ojos restándole importancia— ¿por qué entramos si no está la enfermera?
—No me importaría si te amputan el brazo, pero probablemente estaría en más problemas —exclamé mientras rebuscaba algunas cosas para poder curarnos.
—Es cierto, tienes suerte de que no hayan llamado a nuestros padres, porque si no
de seguro te expulsaban —mencionó con aires de grandeza.
—No creas que a ti no te hubieran dsdo un castigo, recuerda que hiciste esto —apunté la herida en mi mejilla.
—¿Acaso te duele? —hizo un puchero que honestamente me provocó náuseas.
—No seas ridícula, me han dado golpes más fuertes, esto no es nada, y para que te quede claro —la miré — sin tu apellido no eres nada, solo eres una niñita materialista.
—¿Por qué el cambio de tema tan radical? —sonrío.
—Supongo que quería dejarlo en claro.
—Por supuesto —respondío con sarcasmo— no me importa la opinión que tengas de mi —comencé a ponerle un poco de suero en la herida— en especial porque no eres nadie, si quisiera con todo el dinero podría comprar a tu familia entera, incluyendote.
La miré en silencio esperando a que continuará hablando tonterías.
—Con dinero puedes hacer lo que quieras, hasta comprar personas.
—En ese caso, ¿de casualidad compraste a tus amigas? —iba a responderme, pero puse alcohol en su herida, causando que se callara y apretara sus ojos— no exageres, no duele tanto
—Claro que si.
—Ajá —con un algodón puse el mismo líquido sobre mi mejilla, demostrando que yo tenía razón.
—Mi corte es más grande —se defendió.
Limpié bien su herida y le puse una pomada que encontré, pasé una gasa alrededor de su brazo y la amarre, ella solo tenía una mueca de dolor mientras yo la miraba aburrida.
—Quiero que me respondas algo —hablé cambiando de tema nuevamente.
—¿Qué quieres?
—Lo mejor será salir de aquí en primer lugar.
—Nunca creí decir esto, pero estoy de acuerdo —reí levemente y tomé un parche para poner en mi herida, luego salimos de la enfermería y empezamos a caminar con calma hacía nuestra habitación.
—¿Por qué hacías eso? —pregunté mirando hacia el frente mientras ponía el parche en mi mejilla.
—¿Qué cosa?
—Sabía que eras lenta, pero no me imaginaba que tanto —susurré— ¿por que enviaste esas cosas?, ¿y cual era ese plan que estabas poniendo en marcha?
—No voy a responder eso —giró su vista hacía un lado, suspiré pesadamente y la obligué a mirarme.
—No me hagas tener que lastimarte de nuevo para que hables, ahora responde —pensó durante un momento y habló.
—Quería que te sintieras mal, el plan era que enviaría esas cosas, así te preocuparías, empezarías a buscar quién lo hizo, pero sin poder averiguarlo, y luego se las darías a la policía, pero al final ellos te descubren, imagino que ya sospechas lo que pasa después —eso nisiquiera tenía sentido, pero viniendo de ella lo creo, tiene planes demasiado mal elaborados.
—¿Por qué eres así?, ¿por qué quieres que vaya a ese lugar?
—Cómo si no supieras la respuesta, te odio —respondío de una manera tan seca que me costó procesarlo.
—¿Y porque me odias? —pregunté por simple curiosidad.
—Por que si no lo hago me irá mal —la mire atónita, sabía a lo que se refería, nuestras familias.
—No tienes que hacer lo que ellos quieran, puedes odiarme si lo deseas, pero que no sea por qué ellos te obligan a hacerlo.
Se quedó en silencio y la mire de reojo, tenía los ojos llorosos, puede que no me agrade, pero tampoco quiero que lloré, inconscientemente, la abracé, solo pude oír un pequeño suspiro por parte de ella.
—También te odio, pero no quiero que llores —solté una risita.
—... Gracias —agradecio en un susurro casi inaudible— pero voy a seguir odiandote.
—Bien —tensé mi mandíbula— solo no hagas lo que otros te digan, hace lo que en verdad quieras, ¿entendiste?
—Si idiota —volvió a ser la misma.
—Todavía no entiendo algo.
—¿Qué?
—Te escuche hablando por teléfono con alguien sobre un plan, ¿era ese plan?
—Ah, eso, alguien me estaba ayudando con esto, de todos modos, ¿no te enseñaron a no escuchar conversaciones ajenas?
—¿Quién? —ignoré su pregunta.
—Mi hermano.
—¿Tienes un hermano? —lo que recordaba es que en su familia por cada matrimonio solo se podía tener un hijo, por lo cuál no podría tener un hermano.
—Es mi hermanastro.
—Oh, que caída tan baja para los Johnson.
—Lo mismo digo —se cruzó de brazos.
—Mis hermanos y yo somos hijos del mismo padre, ahora si me permites, tengo que retirarme.
—Adelante —bufé y comencé a caminar más rápido, pero retrocedí quedando otra vez en frente de Virginia.
—Se me olvidaba algo, no te vuelvas a entrometer en lo que no te incumbe —me miro sin expresión alguna y seguí mi camino.
Cuándo llegué habían bastantes personas, y al poner un pie dentro todod me miraron fijamente, las amigas de la rubia venían hacía mi, pero como no quería más problemas solo las ignoré.
—Imbécil, ¿como te atreves a tocar a Virginia?
Ambas se acercaban más y más, con intenciones de golpearme, pero solo fingí no escucharlas, así que al rato me dejaron en paz, como se dice, perro que ladra no muerde.
—¡Eso fue increíble! —gritó Viv refiriendose a la pelea, reí ante su comentario.
—Lo fue, pero apuesto a que te metiste en muchos problemas, ¿no es así? —habló Lex.
—No, bueno, un poco, pero nada grave.
—¿No te van a expulsar? —preguntó Steve preocupado.
—No se podrán deshacer tan fácilmente de mi.
—Menos mal —suspiró Stella con alivio.
—Oigan chicos, les quería dar como un tipo de, ¿recompensa? por haberme ayudado.
Chasquee los dedos y todos tenían puestos unos collares con un cristal y un dije con su inicial, incluyéndome, todos los cristales eran de distintos colores.
—¡Que lindo! —exclamó Stella dando saltitos.
—Si, muchas gracias, no tenías que hacerlo —sonrió Serena.
—Lo sé, pero sentí que debía hacerlo, por cierto, los cristales son amuletos.
—Aún mejor.
—Oye Becca —Steve llamó mi atención.
—¿Si?
—¿Qué pasó para que casi conviertas en filete a Virginia?
—Ella fue la que envió todas esas cosas, planeaba enviarme a un reformatorio, solo hice eso sin pensarlo, igual no me arrepiento.
—¿Qué hora es?
—Las 17:25 ¿por?
—Creo que nuestros padres ya deberían de haber venido a buscarnos —había olvidado que era viernes.
—Ahora que lo dices, es cierto, hace una hora debieron de estar aquí.
—Esto es extraño, ¿qué les parece si los voy a dejar a sus casas?
—Literalmente estas loca, vivimos en estados diferentes.
—¿Y?, recuerda que tengo esto —mostré el polvo de portales.
—Ese polvo es una mierda, nunca volveré a viajar con esa cosa —se quejó Steve.
—¿Sabes?, yo lo dudó —abrí un portal y empujé a Steve, por suerte ya sabía que vivía en New York, espero que no me odie por hacer eso.
—Bueno, supongo que también debo irme —se despidió Stella para entrar al mismo portal, cuándo ella cruzó este desapareció.
—Bueno, ¿y ustedes dónde viven?
—Yo vivo en California —respondío Lex, diablos, eso está lejos.
—Yo en Georgia —siguió Melanie.
—Vermont —mencionó Serena.
—Bien, Viv y yo vivimos en Massachusetts, primero iremos a la casa de Lex, luego donde Melanie, Serena y por último Viv y yo, ¿ok?
Todos asintieron y entraron al portal, yo iba de última, en cuánto cruzamos, un sonido de autos y una vista de luces en los cielos nos recibió, estábamos frente a unos departamentos, muy lujosos a decir verdad.
—¿Es aquí? —Lex asintió.
—Adiós, nos vemos —se despidió e introdujo hacia el gran edificio.
Lancé un poco del polvo a el suelo, nos adentramos nuevamente hacia el portal, y así dos veces más, hasta que llegamos a mi casa, Viv iba a estar conmigo, mi madre nos tenia que ir a buscar a las dos, ya que el padre de Viv siempre está muy ocupado.
Golpee la oscura puerta de casa, esperando a que alguien abriera, escuché un "voy" con voz grave pero armoniosa, asi que pertenecía a mi hermano, esperamos un rato hasta que sentimos la puerta abrirse, dejando mostrar a un Hunter cansado y de mal humor.
—¿Qué rayos te pasó?
—Ya verás —abrió totalmente la puerta dejándonos entrar, pude escuchar la puerta cerrándose detrás mío, pero no era lo que llamaba mi atención en ese momento, si no la incómoda, o mas bien dicho, asquerosa escena que tenía en frente.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro