Ese había sido otro día agotador. Los pesados de sus compañeros que no paraban de hacer ruido lograron que terminara con dolor de cabeza, y sumado a que el gruñón de su jefe, como siempre, lo había obligado a hacer horas extra sin recibir paga por ello. Quería dejar ese empleo pero la paga no era mala y justo ahora no podía darse el lujo de quedarse desempleado. Después de todo, ¿a qué podría aspirar alguien que apenas si terminó la primaria?

    Longya suspiró con pesadez y abrió la puerta de su departamento para colocar su bolso sobre el sillón de la sala. Observó a su alrededor durante unos segundos, como si nunca antes hubiese estado allí, y volvió a suspirar, esta vez con decepción. Era pequeño y ni siquiera tenía división entre su cuarto y la cocina. Las cosas allí también eran pocas, solo lo esencial, incluso un microondas era un lujo que no había sido capaz de darse.

    Se sentía fracasado.

    Caminó hasta el sofá y se sentó. Sacó una cerveza de su bolso y empezó a beberla lentamente mientras miraba la pared. Sí, tampoco tenía televisión.

    Tenía un empleo horrible, un departamento que le daba un poco de pena y una creciente adicción al licor. ¿Qué tenía de bueno su vida?

    —Longya, no te escuché llegar —dijo una voz que reconoció al instante. Miró en su dirección y se encontró con su jóven acompañante quien parecía que acababa de bañarse.

    Moke tenía el cabello húmedo, y el agua escurriendo por su pálida piel, lo que le dio una vista maravillosa. El menor se sonrojó ante la insistente vista del recién llegado sobre él, y trató de taparse con la toalla, fracasando en el intento.

    —¿C-Cómo te fue hoy?

    —Lo normal —dijo con una leve sonrisa para luego dar otro trago a su cerveza.

    El menor entendió lo que esa cerveza significaba. Probablemente había sido un día agotador y estresante.

    —¿Quieres cenar? No deberías tomar si no has cenado aunque sea un poco.

    —Por ahora no quiero, gracias.

    —Oh, claro que no. Duré casi dos horas cocinando como para que me rechaces.

    Longya no pudo evitar reír imaginándolo hacer desastres al cocinar lo que hizo a Moke hacer pucheros como si le hubiese leído la mente.

    —Bien, cenaré entonces.

    —Está bien. Voy a servirte en un momento.

    Moke se dispuso a vestirse ya que no había llevado ropa al baño porque no contaba conque su pareja llegaría a esa hora, por lo que empezó a buscar su ropa hasta que sintió unas grandes manos envolerlo en un abrazo provocando que su toalla cayera al suelo.

    Longya empezó a darle besos suaves detrás de las orejas mientras acariciaba sus brazos y abdomen, lo que provocó que Moke se sonrojara sin oponer mayor resistencia.

    —Si quieres hacerlo solo dilo, n-no tienes que tomarme desprevenido.

    —Entonces quiero hacerlo.

    —¿Te parece si cenamos antes de eso?

    —Primero quiero recargar energías.

    Moke se volteó, y con timidez, cerró sus ojos para recibir un suave beso de parte de su pareja, quien al instante lo levantó como si fuese una muñeca para acostarlo sobre el colchón que usaban por cama.

    Ese chico que tanto amaba era la única razón por la que se levantaba todos los días y por el cual soportaba ese estúpido empleo. Estaba convencido de que él era lo único bueno que tenía en su vida.

『...』

meeso-soup aquí está tu pedido.

Longya se robó a un niño(?)

Aquí a Moke lo imagino menos de 18 ya que yo tampoco tengo mucho problema con estos romances xD

No sé si le atiné a las personalidades que me pediste ay <\3

Espero que te guste pero siempre puedes pedir un reembolso(?) Y eso.

Esta shipp está re-linda <3

Me dan muchas ganas de escribirle una precuela explicando como se conocieron y todo lo que pasaron hasta llegar a ese punto pero viendo como soy, lo dudo akdjas

Muchas gracias por leer <3