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CAPÍTULO 3: El experimento 84-B



Es Sally, el personaje de creepypasta mas amado por su historia, cuando la vi, no me lo podía creer, y se me escapó una lágrima, estaba más crecida que en su verdadera edad en la creepypasta, tenía 8 y ella aparentaba unos 15 o 16 años. Me acerqué a ella y le di un abrazo, me vi con la oportunidad de hacerlo, y cuando la abracé ella hizo lo mismo, me apretó fuertemente y empezó a llorar.

-Encantado de conocerte, Sally.- le dije mientras le abrazaba.

Si no sabéis el porqué le tengo tanto aprecio a esta chica es debido a la historia detrás de ella, y proseguiré a contárosla:

https://youtu.be/03TddI_N4MM

Sally era una niña de 8 años, cabello largo y rizado de ojos verde claro. Era una niña muy educada, alegre y obediente. Sus padres la adoraban, no podían pedir más de ella. Sally reía mientras jugaba con sus amigos afuera de su casa, jugaban a la rayuela, a las muñecas y las etiquetas. Su madre la miraba desde adentro, limpiándose las manos con su delantal, gritándole:

-¡Sally! ¡Es hora de almorzar!- le dijo su madre.

Sally levantó la vista de su juego sonriéndole.

-Está bien mamá- sentándose en la mesa muy emocionada.

Su madre le preparó un sándwich de mantequilla, unos bastones de zanahoria, un apio al lado y un zumo de naranja.

La niña empezó a comer, mientras su madre se sentaba a su lado sonriéndole:

-¿Adivina qué...? Tu tío Johnny viene de visita.- ella le sonrió con las comisuras de la boca llenas de comida.

-Mmm... ¿Tío Johnny?- repitió con su boca llena mientras la madre se reía de ella asintiendo con la cabeza.

-¡Ajam! Él viene a ayudar a tu padre con un trabajo y también a cuidarte, tal vez podamos ir a la feria juntos.- dijo con alegría su madre.

Sally masticaba rápido lo que quedaba en su plato.

La niña sonrió y saltó de su asiento nuevamente. Este verano lo pasaría genial. En el transcurso de los días el tío Johnny llegó a la casa de su hermana. Salió de su coche estirando su cabeza y dando un suspiro de cansancio.

-¡Tío Johnny!- gritó llamando su atención y corrió hacia sus brazos, quien le respondió:

-¡Hey, Sally! ¿Cómo estás?- levantándola y abrazándola apropiadamente; la niña sonrió e intercambió miradas con sus amigas.

La baja y caminan hacia la casa, llamando desde afuera a la madre.

¡Hey, Marie! ¡Ya llegué!- mientras Sally iba hacia dentro.

-¡Mamá! ¡Ya está aquí!- gritó emocionada.

La madre salió de la casa corriendo de la cocina y sonrió al ver a Johnny.

-Johnny, ¿has llegado bien?- preguntó Marie.

El hombre puso la niña en el suelo y le dio una palmadita, y abrazó a la mujer.

-Por supuesto que sí. ¿Por qué si no iba a venir aquí sano y salvo?- respondió.

A la hora de la cena, el padre de Sally llegó a casa, feliz de ver a su hermano en su casa. Caminando con su hija, se acercó a Johnny con un apretón de manos y un abrazo.

-Encantado de verte hombre, ¿Cómo estás?- le preguntó cruzando los brazos, mirando a su esposa poner la mesa.

Johnny se encogió de hombros, jugueteando con sus pulgares.

-Me separe de Karen.- alegó.

-Oh, eso es terrible, lo siento...- dijo Marie entristecida.

Johnny meneó la cabeza con una sonrisa.

-No, está bien. Estoy contento, me puedo mover libremente sin tener a alguien constantemente queriendo saber dónde estoy y lo que hago.- respondió.

Los dos hombres rieron juntos, sentándose en la mesa para comer.

Los platos se empezaron a vaciar, y Sally empezó a bostezar una y otra vez, frotándose los ojos con sus manos. Su madre sonrió y le frotó suavemente la espalda.

-Parece que alguien está cansada, ¡hora de ir a dormir!- decía su madre mientras le sonreía.

Sally asintió y saltó de su asiento, recogiendo su plato y llevándolo al fregadero. Su madre se levantó para llevarla a la cama, pero Johnny la detuvo agarrándola del brazo.

-Yo la llevo.- dijo sonriendo.

-Muy bien, gracias John.- agradeció la madre.

El hombre asintió con la cabeza, mirando a la mujer y llevó a la joven a su habitación. John sonrió y cerró la puerta detrás de él, mirando el pequeño desorden de la niña.

-¿Necesitas ayuda?- le preguntó, mirando a la niña, la cual también lo mira asintiendo.

El hombre comenzó a buscar entre sus pijamas.

-¿Tienes alguno de fresas? Apuesto a que vas a oler igual que ellas en tus sueños.- preguntó John.

Él tomó la camisa y se la mostró, inhalándolo un poco. Sally rió y negó con la cabeza para indicar que no quería llevar su pijama de fresas. Johnny asintió con la cabeza, puso la camisa de nuevo en su sitio y sacó una camisa con un unicornio.

-¿Qué tal este? Apuesto a que vas a montar en unicornio, señorita- dijo con tono bromista.

La niña se rió y negó con la cabeza. El hombre soltó un pequeño gruñido antes de colocarlo de nuevo. Luego sacó un camisón blanco.

-¿Qué tal esto? Te convertirás en una princesa.- le preguntó.

Los ojos de Sally se encendieron y dio una palmada con entusiasmo y asintió. Colocó el vestido en la cama, él se acercó a ella y comenzó a desabrocharle la camisa.

-Puedo vestirme sola, tío.- dijo con una sonrisa, mirando hacia abajo.

El hombre sonrió y asintió con la cabeza, sin dejar el trabajo a medias.

-Apuesto a que puedes, pero estás cansada, y ¿por qué no te puedo ayudar?- le preguntó, mirando a Sally cabecear un par de veces.

Una vez consiguió desabrochar la camisa, él se la deslizó por sus hombros y le dio un codazo en la panza, haciéndola reír.

Él sonrió y cogió el borde de sus pantalones cortos y tiró hacia abajo. Finalmente, el hombre agarró su camisón y empujó la apertura por encima de su cabeza, asegurándose de que sus brazos podían pasar por las mangas.

-¡Ya está!- dijo alegremente, mirando la sonrisa de la niña de nuevo, riendo mientras llegaba a la parte superior de la cama.

Johnny se levantó y recogió su ropa, la puerta se abrió y entró la madre de Sally.

-¿Estás lista para dormir?- dijo.

Johnny se levantó y corrió hacia el otro lado de la cama.

-La voy a recostar, ¿te parece bien?- preguntó John.

-Claro que sí.- Marie lo miró y sonrió moviendo la cabeza.

Miró a su hija, se inclinó y la besó en la frente, dándole las buenas noches.

La mujer tomó la ropa y Johnny la hizo salir de la habitación.

Johnny le sonrió a la madre y se acercó al interruptor de la luz, apagándolo; luego cerró cuidadosamente la puerta de la habitación con llave y miró por encima del hombro a Sally. Johnny tenía una sonrisa escalofriantemente retorcida.

Al paso de los días, Marie observó que Sally no actuaba con normalidad: ella no sonreía tan brillante como antes, no mostraba alegría ni hablaba con la misma cantidad de felicidad. Marie tomó la mano de la niña, antes de que esta se fuese a jugar con sus amigos, y se la llevó a un lado.

Sally miró a su madre con una mirada confusa.

-Cariño, ¿estás bien?- preguntó, arrodillándose para estar a la altura de su hija.

Sally miró distraídamente, y poco a poco comenzó a llorar.

-¿Sally?-Su madre abrió los ojos, confundida.

-M-mamá... Yo... Yo no quería t-to...- alcanzó a decir la niña con ataque de hipo.

-¿No querías hacer qué, amor?- preguntó la madre preocupada.

-Yo no quería jugar... Yo no quería jugar su juego...- Sally miró a su madre y la abrazó con fuerza.

-Él m-me tocó... Y me hizo toc-carlo.- Marie frunció el ceño y comenzó a acariciarle suavemente el cabello, consolándola.

-Shhh, no pasa nada, mamá está aquí ahora, fue una pesadilla, eso es todo. Todo está bien ahora, ¿de acuerdo? No te preocupes por eso.- miró a Sally, que estaba a punto de llorar, y sonrió.

Su madre sonrió y la besó en la frente.

-Ahora ve a lavarte, no querrás ir a jugar con la cara sucia.- dijo Marie para aliviarla.

Sally soltó una risita y salió corriendo al baño a lavarse la cara. Más tarde ese día, Johnny y su hermano regresaron a la casa a continuar el trabajo. Frank suspiró, sonriendo cuando vio a Sally.

El padre le devolvió el saludo, cerró la puerta del coche y caminó hasta la casa. Johnny miró a Sally sonriéndole, saludando a la niña. Su sonrisa se fue marchitando lentamente, mostrando menos felicidad en ella, pero le devolvió el saludo también. Johnny también entró en la casa, y se detuvo cuando escuchó la conversación entre su hermano y su esposa.

-Sally ¿qué?- preguntó Frank.

-Ella tuvo una pesadilla, una muy mala y me dijo: "Él me tocó."- le contó.

-Bueno, ¿quién diablos es "Él"?- preguntó Frank preocupado.

-No lo sé, Frank... Solo fue una pesadilla, quería informarte de lo que ha estado pasando con ella y por qué está actuando diferente.- dijo Marie.

Johnny frunció el ceño con ira, con los nudillos volviéndose blancos, después se calmó rápidamente, puso una sonrisa, y entró en la habitación.

-Vaya... ¿Interrumpí algo?- les preguntó, mirando a la pareja sacudiendo sus cabezas.

Johnny sonrió de nuevo, señaló al coche.

-Voy a ir a la tienda, ¿necesitas algo, Marie?- le preguntó.

La mujer sonrió y miró hacia la cocina.

-Sí, en realidad. ¿Me puedes conseguir algunos huevos, leche, pan y zumo?- dijo Marie.

Johnny asintió con la cabeza, a punto de salir hasta que se detuvo.

-Sally quería venir también, solo quería informarte.- mintió.

-Gracias, John.- sonrió Marie.

Él asintió de nuevo y se dirigió fuera de la casa con las llaves en mano, mirando a Sally con sus amigos.

Ella levantó la vista hacia él y lo miró fijamente.

-¡Vamos a comprar!- exclamó.

John se dirigió hacia el coche, haciendo un gesto a la chica para que lo siguiera. Sally se sentó allí por un momento, luego puso sus muñecas sobre la hierba.

Sally se dirigió de mala gana al coche y subió al asiento de pasajeros.

-¿Sabe mamá que iré contigo, tío?- preguntó ella.

Johnny asintió con la cabeza y puso las llaves en el encendido, arrancándolo y salió de la calzada.

-Sí, ella quiere que compremos cosas para la comida, tal vez pueda conseguir algo.- informó.

Él sonrió mirando a la niña. Sally sonrió nerviosamente y miró hacia delante, observando el paisaje. Tan pronto como llegaron a la carretera que va a la tienda, Sally se dio cuenta de que no se detuvo al estar enfrente de la tienda. Ella frunció el ceño confundida, y alzó la vista hacia él.

-Tío Johnny, te acabas de pasar la tienda...- dijo apuntando en la dirección a la tienda de alimentos integrales.

Pero él no habló, solo siguió conduciendo, con una sonrisa muy leve en su cara. La niña se sentó y miró por encima del asiento trasero, mirando a la tienda poco a poco cada vez más pequeña hasta que se perdió de vista. Al darse cuenta de que no iban al supermercado, la niña vio que el tío aparcó en un parque que había cerca de la ciudad, pero nadie salía al parque los domingos.

Sally se puso nerviosa, su respiración se aceleró, mirando al hombre con ojos muy abiertos. Johnny apagó el motor, mirándola, la ira se mostraba en su rostro.

-Te dije que no le digieras nada a mamá, ¿no?- le preguntó, mirando a la niña negando desesperadamente con la cabeza.

-No estás jugando el juego correctamente, Sally.- el hombre se acercó y sacó a la niña del auto.

-Dijiste que jugarías conmigo Sally, me mentiste.- abrió la puerta del coche a su lado, saliendo junto con ella y la empujó al suelo.

-Uno tiene que ser castigado por romper las reglas- dijo desabrochándose el cinturón.

Una pareja encontró el cuerpo de una niña de 8 años en el parque de la comunidad a las 9 PM. Era Sally.

Ahora esta niña ha encarnado en un fantasma que busca venganza y atormenta a todos aquellos que atenten violentamente contra un niño, es decir, los pederastas. Todas sus victimas son esas, y al acabar con ellas, se pone a jugar con el niño el cual ha sufrido, y después, desaparece.

FIN

-Es... es un gusto conocerte Reiner, me encantas ya solo por lo que acabas de hacer.- me dijo Sally con una sonrisa en la cara.

-Parece que nadie se resiste a tus encantos eh Sally- dijo Jeff.

-Jeff eres tontitooo jajaja- le contestó riéndose.

Por un momento me quede pensando, en que incluso los monstruos asesinos como ellos, tienen un entorno familiar que comparten, como si de hermanos se tratara, en ese momento me sentí seguro y protegido, era increíble que hubiera una relación amistosa entre ellos y yo.

-Reiner, Sally, mirad esto- nos dijo Jeff.

Nos lanzó un periódico, en el que la portada aparecía una silueta bastante alta entre los árboles y en el tronco de un árbol pegada una hoja con un dibujo en la que ponía: ¿El asesino de Outwood?

-¡ES SLENDY!- exclamó Sally.

-No me jodas... ¿el cabezón sin cara? Yo creía que era Rake, que decepción...- dijo Jeff enfadado.

-¡Jeffy! Deja de ser así con Slendy, siempre igual, dejad de una vez esas ganas de competir que tenéis siempre- dijo Sally.

-¿Competir? No me hagas reir Sally, yo quiero matar a ese desgraciado y dibujarle una sonrisa en esa inexpresesiva y vacia cara.- respondió Jeff.

Para los que no lo sepáis Slender y Jeff son rivales desde hace tiempo, tienen esa rivalidad que los caracteriza. Ya hay creepypastas en las que se enfrentan, sin un resultado.

Pero algunos, muy pocos, os estaréis preguntando quien es Slender. Es el personaje de creepypasta más conocido de todos, el más famoso, quizá sea por su serie en YouTube de Marble Hornets o por la gran variedad de videojuegos dedicados a él. Pero la historia real de Slenderman según él, es esta:

https://youtu.be/JJfkgkr97_A

Muchos dicen que estoy mal, pero no lo estoy. Muchos dicen que soy diferente, pero no lo soy. Muchos dicen que estoy loco, pero no lo estoy. Me siento solo, camino solo; sin nadie que me consuele, sin nadie que me ame.

Yo solía ser normal, como tú, es curioso porque siempre he odiado ser parte de lo normal de la multitud. Debes apreciar lo que tienes, debes orar para que nunca tengas que sentir lo que siento:

Odio, depresión, abandono, traición...

Todos vosotros tenéis vida, tenéis esperanza, yo ya he perdido estas cosas por culpa de un demente, él es el único que en verdad es malo, no yo.

Él robó mi vida, mi esperanza, mi todo; me dejó en la putrefacción después de hacer su maldito experimento.

Me dio la bienvenida con los brazos abiertos, me prometió una nueva vida, mejor que la que había vivido antes, él me mintió, se robó todo de mí. Todavía recuerdo el día, yo era un joven sano recién salido de secundaria, el sol brillaba, como sea, todos me odiaban, sentía cómo todos me juzgaban. Mi camino a casa durante el último día de la escuela fue un infierno, como de costumbre, los chicos que pasaban en sus coches gritaban cosas como:

"Maricón" o "Dúchate"; ¿Por qué me odian tanto?

Un pensamiento pasó por mi mente, estos tipos poco a poco me matarán de todos modos, ¿por qué no hacerlo rápido y sin dolor?, estaba cegado por el dolor, si hubiera sabido entonces lo que se ahora nunca me hubiera atrevido a coger esa cuerda de mi sótano, ¿pero dónde hacerlo?, no en mi casa, yo odiaba a mi madre, pero no lo suficiente para causarle un trauma.

Así que salí de casa y me dirigí a la ciudad a la parte más remota y dentro de un callejón me dispuse a acabar con mi vida.

-Joven, ¿qué estás haciendo?- dijo un hombre mayor en ese mismo sotano.

-Ponerle fin a esto.- respondí.

-¿Estás loco?, ven, ven conmigo, creo que te puedo ayudar.- dijo el hombre con cara de preocupación.

-¿Ayudarme?, si no eres más que un anciano, déjame morir en paz.- le dije entristecido.

-Ahora no puedo hacer eso. Ven.-dijo con voz ronca y me agarró del brazo.

Cuando luché tiró con más fuerza. Me caí y él volvió a sujetar mi mano y rápidamente me arrastró dentro de un edificio y cerró la puerta detrás de nosotros.

-Joven, creo que puedo ayudarte, sé cómo te sientes, por favor escúchame.- me suplicó el hombre.

-Me cago en tu puta estampa, muy bien, pero date prisa.- le dije enfadado

-Una vida es algo precioso, pero qué dirías si yo te ofreciera una vida nueva y totalmente gratis.- me ofreció el hombre.

-Yo diría que dónde coño hay que firmar.- le respondí sonriente.

-Bueno, he estado haciendo una investigación sobre la anatomía humana y después de unos cuantos experimentos, creo que he dominado la manipulación de la forma humana. Creo que puedo convertirte en cualquier cosa o cualquier persona que desees. Claro, bajo ciertas circunstancias.- explicó el viejo.

-¿Cómo cuales?- pregunté.

Sacó una hoja de papel.

-Bueno, primero que nada firma aquí.- me pidió.

-¿Qué pasa si no quiero?- le pregunté desafiante.

-Bueno, en eso radica la segunda circunstancia, tú no tienes elección.- dijo el hombre con una siniestra sonrisa.

-¿Qué?- pregunté extrañado

-Ya me has oído mi querido amigo... - dijo el viejo.

Sacó una jeringa con un líquido verde.

-Ahora estate quieto.- reiteró.

Traté de correr, traté de gritar, pero él me agarró y me enterró la aguja en el cuello, entonces todo se volvió negro.

Me desperté en una cámara de vidrio y por alguna razón estaba vestido de traje. Segundos después de que me desperté, él entró en la habitación con una bata de laboratorio.

-Hola, mi amigo, ¿tuviste una buena siesta?- me pregunto irónicamente.

-¿Dónde estoy?- pregunté asustado.

-Eso no es de tu interés, todo lo que tienes que hacer es sentarte y dejar que me haga cargo de todo el trabajo.- me ordenó.

-¿Qué me estás haciendo, psicópata?, te voy a matar.- le dije apretando mi mandíbula.

-Hijo, no te tengo miedo, tú te vas a quedar ahí mientras yo hago historia.- dijo con expresión de locura.

-¿Historia?- pregunté.

-Sí, cuando por fin logre hacer una transformación de todo el cuerpo en ti.- dijo mientras me miraba a través del cristal.

Tocó un interruptor y comenzó a hablar en un micrófono —Probando, probando, bueno ahora comenzaremos con el experimento 84-B.

-¿Qué demonios estás haciendo?- le pregunté con miedo.

-Los signos vitales del sujeto, parecen ser normales, su frecuencia cardíaca se ha disparado, sin embargo, la actividad cerebral es alta y los niveles de insulina son normales.- dijo tras ver los datos en un ordenador.

-¡Déjame ir!- exclamé

-Listo para comenzar con el experimento.- dijo el hombre pasando de mi. 

Se dio la vuelta para accionar una palanca

-Activando primer nudo.- dijo. 

Un rayo de energía comenzó a perforar mi cuerpo, rompiendo mi ser en pedazos, no podía gritar, mi visión se tornó borrosa y de pronto estaba ciego.

-La apariencia del sujeto empieza a deformarse, activación del segundo nudo.- decía mientras anotaba en una libreta.

El dolor aumentó, sentí como mi boca y mis ojos se cerraban.

-La cara del sujeto esta completamente transformada, activación B.- volvía a apuntar.

Una sirena sonaba, "ERROR, ERROR", él grito:

-¡No!, su rostro y las extremidades no se han desarrollado plenamente, tengo que abortar el experimento.- dijo el hombre preocupado.

Lo último que escuché fue un gran estruendo.

Me desperté, esta vez en los escombros de aquel lugar, apenas podía ver, era como si una pantalla de algún tipo me tapara los ojos. Sentía la boca como si hubiera sido cosida con aguja e hilo, no podía respirar, puesto que mi nariz se había cerrado también, pero de alguna manera no tenía la necesidad de respirar.

Me levanté, mis brazos y piernas se sentían extraños, me tomó casi un minuto volver a tomar el control sobre ellos, entonces comencé a caminar entre los escombros.

Un ordenador destrozado yacía al lado de un pie desmembrado, un rastro de sangre me llevó a un pasillo y después a una puerta, podía oír ruidos, abrí la puerta y vi a un policía levantar algunas cosas, se dio la vuelta y me vio, gritó y salió corriendo.

Yo traté de gritarle que se detuviera, pero no pude hablar, así que lo perseguí, a medida que corría sentí como si mis piernas estuvieran cambiando, como si estuvieran creciendo mientras me movía. Pronto alcancé al policía y traté de tomarlo del hombro, un tentáculo salió de mí y le atravesó el pecho, me maldijo y cayó.

"¿Qué coño ha pasado?" pensé.

Miré al cadáver, un agujero enorme se encontraba en su pecho, no lo pude ayudar.

Continué siguiendo el rastro de sangre hasta que me encontré con el cuerpo del hombre, él fue aplastado con una viga, intenté levantarla, en ese momento los tentáculos volvieron a salir, levantaron la viga sin mucho esfuerzo y arrojaron el cuerpo del hombre con mucha fuerza hacia la pared y me salpicó una lluvia de sangre.

Miré por todos lados buscando un lugar por donde escapar, pero era un callejón sin salida, seguí buscando hasta que me encontré en un cuarto de baño, era lo que necesitaba para lavarme la sangre. Me miré en el espejo y me dí cuenta de que yo no tenía una cara.

Yo vivo en las pesadillas de adolescentes y adultos por igual, todo por culpa de ese maldito. Poco después de esta experiencia he ido descubriendo mis verdaderos poderes, puedo estirar mis brazos y mis piernas, también puedo producir tentáculos de mi espalda.

Después de todo lo que he vivido yo sólo quiero un amigo, así que busco personas, niños, ellos son los únicos que no me ven con temor, pero no siempre puedo controlar mi cuerpo, de vez en cuando me equivoco y alguien muere, pero no es mi culpa, yo solo busco compañía.

Me gustan las fotografías, me gusta entrar en ellas, siempre hay personas que toman fotos de la vida silvestre, así que decidí vivir en los bosques, pero siempre que me acerco a una persona para ver cómo salí en la foto, ellos corren y una cosa lleva a otra y una persona más muere en mis manos.

Juro que esa no es mi intención, pero he perdido el sentido de... Bueno, de todo. Ya no sé cómo ser una persona, las cosas siempre son malas alrededor de mí, parece que siempre voy a matar a alguien.

Solo quiero pedirte un favor, cuando me veas no huyas, de hecho debes correr hacia mí y darme la bienvenida, eso significaría mucho para mí y eso podría salvar tu vida.

Pero ¿Como sabrás que soy yo? Puedes fácilmente buscarme, sólo debes ir a Google y escribir Slenderman...

FIN.

-¡Tenemos que encontrarlo!- dijo Sally.

Tras minutos de discusión y varias tonterías de por medio, acabamos terminando un plan para encontrar a Slender, el cual no me gustó nada.

-¿Esta noche a las 22:00 en el bosque de Outwood?- Propuso Jeff.

-No tengo otra opción ¿verdad?- pregunté con miedo.

-Exacto, y si no...- dijo Jeff gesticulando un corte en el cuello con la mano.

*tragué saliva*

-Pues nada, sin objeciones. El plan es ese. No nos falles Reiner. De lo contrario...- dijo Jeff.

-Que siii, ya me he enterado.- dije.

Sinceramente Slender es uno de los más fuertes, incluso sin tocarte es capaz de inducirte en un estado a decir verdad nada agradable.

Cuando llegué al bosque, estaban Sally y Jeff esperándome en la entrada del bosque, estaban igual de abrigados que yo, hasta ellos sienten el frío que hacía, a quien se le ocurre ir a un bosque a esas horas un fin de semana... Le tuve que decir a mi madre que me iba a casa de Charlie, uno de mis amigos, solamente para que me dejará salir, espero que no llame a su casa para preguntarle sobre mí...

-¡Que frioo haceeee!- dijo Sally.

Si os digo la verdad es monísima incluso siendo el monstruo que es. Normal que sea tan querida por Jeff.

-Es tu turno Reiner, cuando llegué grita, y entraremos a escena- dijo Jeff.

Si, exactamente, fui el cebo para atraer a Slender, y no solo a Slender, un resfriado también estaba persiguiéndome...

Pasaron los minutos y nadie llegaba, Jeff, estaba en una de las ramas de un árbol apoyado y durmiendo. Odio hacer el trabajo sucio mientras otros duermen...

Sally, se fue a buscarlo por el bosque. Y a mí, pues lo dicho anteriormente, esperando a ser emboscado, el trabajo soñado por muchos...

En ese momento empecé a escuchar unos fuertes pasos, y en un segundo, apareció una figura alta enfrente de mí. Era él. Me dispuse a gritar, pero sin saber porque mi voz no salía, quizá sea por el miedo que tuve, otra vez...

-A.a...Ayudameee- decía una voz de mi mente.

En ese momento comencé a sentir un dolor de cabeza insoportable, y comencé a gritar. De Slender comenzaron a salir unos tentáculos de su espalda, se disponía a atacarme sin el quererlo.

Eso tentáculos se acercaron rápidamente hacia a mi intentando atacarme y clavarse en mi cuerpo; pero sorprendentemente no fueron a por mí. En ese momento me quedé confuso, ¿Por qué no me atacó? Pero en ese mismo instante la barrera que apareció cuando Jeff me atacó, volvió a aparecer en mi espalda, entonces me giré y trague saliva fuertemente. Era... ¡Era Rake! Me iba a atacar por las espaldas con sus largas garras para matarme. Es increíblemente rápido, en ese segundo los tentáculos de Slender fueron a por Rake, alejándolo de mí.

-Esa luz...- Dijo Rake.

En menos de dos segundos se lanzó a por Slenderman con la intención de degollarlo. Pero justo ahí, apareció velozmente Jeff, placando a Rake. Y Sally llego también a escena, llevándose al extenuado Slender fuera del combate entre Jeff y Rake.

-¡Tú! Mandado de Zalgo, dile de mi parte que lo voy a matar de forma que ni en sus siguientes vidas se olvidara de su muerte.- dijo Jeff sonriendo.

- Jajajaja, eso si no te mato yo antes capullo.- dijo Rake riendo.

-¿A pero que sabes hablar? ¡Acércate si tienes huevos desgraciado! Aunque ahora que lo pienso, vas desnudo y no se te ve nada, que penita cuando te toque acordarte de tu novia, eso de no poder desahogarse es una putada...- dijo Jeff desquiciándolo.

-A ver graciosito, usa la lógica por un momento, estas protegiendo a un tío que buscas matar desde hace tiempo ¿Que coño te ha dado conmigo si te estoy ayudando? Deberías unirte a Zalgo, podría ayudarte a matar a ese gilipollas.- contestó Rake.

- Es lo que toca, además yo no quiero el poder de un demonio y pasar a ser su posesión, no es plan, además no creo que le gustase a Sally que matara a Slender, eso es lo único que le salva.- dijo Jeff girando la cabeza hacia Slender.

Algo en mi me dijo que me levantará, era un poder extraño...

-¿Que le pasa a vuestra mascota? Se ha levantado y esta haciendo cosas raras.- dijo Rake.

https://youtu.be/FVbZfxysGMo

Todos se giraron dirección hacia mi.

-¿Reiner?- dijo Sally asustada.

En ese instante me comencé a crujir mis huesos. Después de la aparición de ese escudo me volví otra persona, había cambiado totalmente mi personalidad, no era yo...

-¿A quien llamas mascota? Te enseñaré a no menospreciar a tus contrincantes...- le dije inconscientemente.

-Ey chaval no alardees, que ese escudo no te va a salvar siempre.- dijo Jeff

-Cállate...- le respondí.

-¿De que vas? Quieres que tu familia mue... ¿ra?- dijo Jeff confuso.

Comencé a cambiar físicamente también, mi pelo empezó a crecer y cambio a un color platino, y no solo cambió mi pelo, mis ojos también, a un color rojo sangre. Una mirada atemorizante y desafiante emergía de mi. Rebosaba fuerza, y confianza, no tenia miedo, deseaba con ansía el matar. Una sed de sangre indescriptible. Necesitaba torcer el cuello, dejar sin respiración o destrozar la yugular a alguien. Ya no era débil... Ya no tenía miedo... Simplemente me encantaba esa sensación, ese poder... Ahora el miedo lo daba yo, es hora de cambiar las tornas.

-¿Que coño esta pasando con Reiner?- preguntó Jeff.

-No lo se, pero tengo la sensación de que vamos a sufrir ambos.- respondió Rake.

-Pues ahí te quedas máquina. Adiós.- dijo Jeff sonriéndole mientras huía a toda velocidad.

-Hijo de puta...- susurró Rake.

Alcé mi mano inconscientemente y de esta una luz comenzó a brillar, esa luz fue cogiendo forma, y de esta apreció una espada. Con la espada en mi mano, iba acercándome poco a poco a Rake sin yo quererlo, mi cuerpo se movía solo, sin voluntad propia, sin mis ordenes. 

-Tú... ¡TU ERES EL VERDADERO MONSTRUO!- dijo Rake despavorido.

En ese instante mi espada emitió un destello increíble, y cuando ese destello se paró, Rake estaba en el suelo, debilitado y fuera de combate. En ese segundo Jeff decidido, fue a asestarle el golpe final. Pero... de repente una música se puso a sonar , era una canción de nana, una canción infantil, la verdad es melodía me resultó familiar, era la famosa canción infantil de caja musical de Pops goes the Weasel. ¿Por que comenzó a sonar esa canción? Comencé a pensar, y me vino a la cabeza otra creepypasta, una creepypasta en la que esa canción era crucial a la hora de matar a alguien. Era proveniente de...

-¿Que coño es esa música?- dijo Jeff confuso.

-Vas a morir, Jeff...- dijo con sus últimos alientos Rake.

-¡Cállate!- gritó Jeff

Mis ojos volvieron a su color original. Volví a ser yo por un instante, pensé en quien podría causar esa música, y por fin di con la 'persona'.

-¡Cuidado Jeff! ¡Es Laughin Jack!- le grité a Jeff.

En ese instante emergió como un portal oscuro, y de este una sombra se dirigió hacia Jeff. Era Laughin Jack. Se dispuso a matar a Jeff tras su confusión y por sorpresa. Pero uno de los tentáculos de Slender lo paró. Jack al ver que no pudo asesinar a Jeff, aprovecho y cogió a Rake, y con una velocidad increíble, se escabulló de esa zona, alejándose hacia el portal del que salió. Pero de repente se paró y se giró hacia nosotros.

- Acabáis de firmar la guerra, vais a morir todos, en nombre de Zalgo.- dijo Jack con una sonrisa.

Cuando terminó de decir eso, se giro de nuevo hacia el portal. Una vez lo atravesó, el portal disminuyó hasta desaparecer. La música dejo de sonar, y en ese segundo, Jack despareció con Rake.

-Mi... cabeza...- dije mientras me caía del cansancio.

Volví a ser yo, mi pelo volvió a su color original al igual que mis ojos y la espada se desvaneció tras un pequeño destello. Comenzaba a ver borroso, y mis ojos iban cerrándose poco a poco. Sally se acerco con velocidad.

-¡Reiner!- gritó Sally.

Tras unas horas dormido, acabe despertando en la casa abandonada, allí estaban Slender, Jeff y Sally esperando a que me despertara.

-Tenemos que hablar sobre cosas Reiner, ven conmigo, tienes un poder que aun desconoces...- dijo Sally.

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