Bueno...
~Holi. Gracias por esperar tanto tiempo :v~
Las horas pasaron. Probablemente las 10 y pico. No podría saberlo, estaba en la cama, acostado pacíficamente, tan pacífico que ni siquiera reaccionaba, seguía sin recuperar el conocimiento. Aunque mejoró, como cualquier persona recibiendo leve atención puede mejorar. Escuchaba algunos murmullos, voces femeninas, bastante asustadas, sonaban como si tuvieran un terremoto bajo sus pies. Voces temblorosas que soltaban angustias con cada palabra que salía de sus bocas.
No estaba seguro de querer despertar. Es decir, claro que no era su completa decisión, si no también de su cuerpo. Pero le aterraba saber qué le pasó. Saber por qué esas voces que siempre sonaron tan tranquilas ahora están al borde del llanto. Apenas y podía recordar lo que vivió: estaba en su casa sentado frente a la computadora, hablando con Maud mientras revisaba su herida. No le interesaba tanto ésta, si no la causa de ella. Jugueteaba ligeramente con la llaga, y tal vez uno de esos movimientos fue más brusco de lo que debería. ¿Por qué? La sangre volvió a fluir.
Issac nunca ha ido a un doctor, no al menos desde que tiene memoria. En realidad su salud no ha sido mala, pero sí algunas condiciones con las que nació. Como por ejemplo, su visión borrosa. Hace apenas unos 6 años que se dio cuenta de que necesitaba gafas. Cada día su visión se reducía más y más al punto de que era indispensable usarlas. Pero a él nunca le agradó usarlas. Sentía que se veía ridículo con unas ruedas de tremenda grosez. Así que exclusivamente las usa cuando está con Maud, o solo en casa.
Él siempre fue delgado. Nunca se alimentó bien. En estos días apenas y desayunaba, casi todo eran cosas dulces, como las galletas que preparaba y obsequiaba la madre de Maud.
Eso de sangrar tanto ya le había sucedido, pero no tanto como esta última vez. Cualquier pequeño raspón le dolía como encajarse un vidrio en un nervio, o una vena. Cosa que le acababa de suceder... Ah, cierto. Esa llaga. Maldita sea, primera vez que quiero hacer algo bien y me sucede esto. Bueno...
Estar acostado mientras dos chicas a su alrededor están sufriendo no se siente nada cómodo. Intentó levantarse de una vez, pasara lo que pasara. Su mente le decía ¡Levántate! Pero el cuerpo quería un impulso para hacer sus órdenes realidad.
//Me estoy comenzando a poner nervioso ¿despertaré? Es decir, hombre, estoy despierto, consiente, pero no del todo. Mi cuerpo parece abandonarme. Me estoy desparramando aquí. No yo, si no mi vida, yo sigo aquí, esperando a que pase alguna clase de milagro que me haga despertar.//
En eso comienza una conversación.
-¿Cómo va?
-Me gustaría saberlo...
-Agh... -La chica se desploma en sus propias piernas y comienza a llorar.
-Ya hija, está bien, solo es... una pérdida de sangre, debe...
-¡LO SÉ! PERO MIRALO.... No puedo.... –Más palabras, más lágrimas.
-¿No será mejor que lo dejemos deposar un poco?...
Esa voz...
-De hecho lo es. Vamos niños- A su madre siempre le agradó llamarnos "niños"- Despertará en un rato si dejamos de molestarlo.
-Okey...
//Puedo sentir a alguien abrazando a otra persona. Es decir, la voz, la voz de... ¿Maud? Sí, es Maud la que está llorando. La están abrazando. No sé quién sea pero espero que la haga sentir mejor. Odio ver... escucharla llorar. Odio estar así ¡QUIERO DESPERTAR!//
Su cuerpo se levanta de golpe al igual que sus parpados. Ahí está su pequeño empujonsito.
Está ligeramente sudado. Bueno, bastante, pero ligeramente comparado con lo que siempre suele sudar. Por lo menos está despierto.
-Hey, Iss.
Una voz femenina lo llama de su lado derecho. Es la madre de Maud, tiene una sonrisa que no se puede explicar, está feliz de verlo despierto obviamente, pero esa boca no se ve llena de felicidad.
-Ugh... Dios, señ...- Su voz se quiebra antes de terminar la palabra. Levanta su mano y sostiene su frente con el puño. Un dolor de cabeza pasajero le prohibió hablar.
-Issac, cariño, ¿de verdad nunca habías ido antes a un doctor?
-Ehm.. no... -Abandona su pose anterior para mantener contacto más directo con la madre de la chica- ¿Maud le contó?
-Así es
-Oh...
Es un poco vergonzoso que lo sepa, seguro y a de creer que es un miedoso a las agujas como comúnmente todos son. Pero no es eso. Nunca fue eso.
Lo ve directo a los ojos. Su mirada cansada, preocupada, le llega un poco. Tiene unos ojos verdes, iguales a los de Maud. Podría asegurar que los heredó de ella. Ya que de su padre no tiene nada, mas que el color de cabello. Su madre tiene cabello lacio, largo y negro profundo, de los más negros que ha visto.
-Sabes qué soy veterinaria, pero para eso también se necesita saber mucho de medicina. Estudié varias cosas ¿sabes? Pero me quedé en veterinaria porque vi que a Madeline le encantaban las mascotas, (cabe mencionar que su madre tuvo a Madeline, es decir Maud, a una muy joven edad, ella seguía estudiando), y ¿por qué no?... A lo que quiero llegar, Iss, es que tienes una enfermedad que no se detecta a simple vista, pero puede llegar a afectarte mucho...
La mirada del chico se ve igual de preocupada que la de la mujer. No deja de verla a los ojos, ojos comunicadores como los de su hija.
-¿Cuál?... –Apenas y puede hablar, tiene un pequeño pero poderoso nudo en la garganta
~Es lo único que tengo ;-;~
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