~Avanza~
Jared y Maud se encontraban en la sala, sentados en el mismo sofá pero sin dirigirse la palabra. Maud sollozaba un poco. Estaba obviamente preocupada, muy preocupada por su mejor amigo. Aunque sabía que estaba en buenas manos con su madre.
-Maud... ¿Te encuentras bien?- Jared quería distraerla un poco de la ansiedad.
Maud posaba sus puños en sus piernas, mirando a lado contrario de su nuevo vecino, con sus verdes ojos brillantes como flores y rocío después de la lluvia. Temblaba.
-Sí, hombre, discúlpame por haberme puesto así, tu viste a Iss, viste cómo estaba él, no podía pensar en nada que no fuera ayudarlo, me... - Resbalaban un par de gotas por sus mejillas- me moría de miedo...
-Tranquila. Ya pasó, sé que...
Jared no había terminado de consolar a su amiga cuando unos pasos se escuchaban bajar por la escalera de madera rechinante. Antes de comenzar a llorar más, Maud saltó del asiento y corrió a ver cómo estaba su mejor amigo. Estaban él y su madre bajando, Iss apoyando su mano no vendada en el hombro de su segunda mamá. Ambos con una pequeña sonrisa. Maud estaba aliviada.
-Iss, bobo, me asustaste... -La chica se lanzó a los brazos de Issac, con la suficiente delicadeza como para no lastimar a su amigo recién curado. Marliece miraba a los dos, con un pequeño suspiro para sacar la preocupación que la consumía por dentro. Se dirigió a Jared para darle las gracias por traerlos y ofrecerle un bocadillo como era su costumbre con los invitados.
//Jared...//
-Maud, gracias. No sé qué hubiera pasado si no llegabas.
-Y nunca lo sabrás. Siempre voy a estar al tanto de lo que te pasa...- Maud hundía su rostro en el hombro de Issac para ocultar sus cuantas lágrimas. No le gustaba mucho que la vieran llorar.
-Chicos, es muy tarde ya. Será mejor que Issac y Jared vayan a sus casas. En especial tu Issac, cariño. Debes descansar.
-P... pero, ¿y si vuelve a pasarte algo?- Dijo Maud aún preocupada.
-Ehm, Iss- Jared se levantó del asiento- ¿Puedo darte mi número? Si te pasa algo, te sientes mal o lo que sea, llámame.
Issac quería responder, o lo que sea, pero aparte de la vergüenza que nunca desaparecía cuando Jared le dirigía la palabra, estaba muy débil como para decirle No gracias o cualquier otra cosa. Además sabía que lo necesitaba, que si por una u otra razón Maud no pudiera salir de casa, debería tener a alguien más. Simplemente afirmó con la cabeza, poniéndose ligeramente rojo como de costumbre.
11:48 pm. Jared e Issac se despiden de Maud con un abrazo. Iss abraza también a la madre de su amiga. "No te preocupes, vas a estar bien cariño", le susurra ella en el oído. Issac se siente algo preocupado, pero sabe que tiene a dos personas a su lado que no lo van a dejar solo. ¿Quizá se convertiría en tres?
Issac se disponía a irse rápidamente, pero una voz lo detuvo.
-Iss, ¿te llevo? Sé que no estamos lejos de tu casa pero es tarde, y no quisiera que te pasara nada de camino allá.
-Uhm- Su rostro rojo como la playera del chico.-Bueno, sí, supongo...
//Okey okey Issac, no es hora de dramas. Les hiciste pasar un trago amargo a todos aquí por tus estúpidas acciones. Estúpido cuerpo, estúpido momento, estúpido corte, estúpido, estúpido...//
-¿Todo bien?
Jared ya llevaba algo de rato esperando a que el pelinegro entrara a la camioneta. Se había quedado perdido en sus pensamientos Estúpidos sin querer, otra vez. Pero era inevitable, tenía muchas cosas en su cabeza en ese momento, y todo eso acompañado de una migraña horrible.
Issac se disponía a abrir la puerta del vehículo y subir, cuando su cerebro se volvió a conectar con la realidad. ¿Estaba subiendo en el mismo auto que Jared? ¿¿JUNTOS?? Estaba recién despertado de una siesta no planificada, no se había dado cuenta de muchas cosas en realidad, pero este acontecimiento hizo que reaccionara. Mismo auto, mismo espacio, van a estar juntos ¿verdad? Aunque sea un rato pequeño JUNTOS. Solos... La calma de Issac había desaparecido por completo, temblaba, nervioso, por compartir el mismo espacio que ese chico que le había salvado la vida...
Pero el mismo se había prometido dejar los dramas de un lado. Aunque se tratara de Jared, del chico de la playera roja que tanto le hacía fantasear, aunque se tratara de él.
Con una actitud positiva poco creíble, abrió la puerta de la camioneta y entró. Jared veía al chico, algo confundido, o mejor dicho preocupado. Pero el bien sabía el momento por el que Issac estaba pasando, así que durante el camino no hizo ningún comentario. Issac viendo hacia la ventana, con sus brazos abrazándose a sí mismo, y su boca apretada. Tenía al chico con el que soñaba cerca, el chico que lo había salvado de sí mismo, y ni si quiera podía decir gracias.
Un par de minutos después Jared se estacionó fuera de la casa de Issac.
-Bueno, pues, ya tienes mi teléfono, ten la confianza de llamarme si me necesitas, cualquier cosa de verdad. –Dijo el castaño dirigiendo su vista hacia su acompañante. Este seguía viendo en dirección a la ventana, sin saber si voltear, agradecer, responder, bajar y correr o golpearse la cara contra el vidrio del vehículo.
Su rostro comenzaba a cambiar de avergonzado a irritado. Consigo mismo. Tenía a su lado a alguien que tanto deseaba, y a pesar de eso no podía decir nada, y tanto que Jared había hecho por él, tanto que no merecía. Solo quería bajar del auto, irse.
-¿Issac?
La cálida voz de Jared le recorrió la espina a Iss, decía su nombre de una manera única.
-Eh, sí, perdón ya me voy.
//Pedazo de maleducado, al menos voltea a verlo//
Con el cuerpo arqueado, ligeramente enrojecido del rostro, por fin volteó a ver a Jared a la cara. Hace ya unas cuantos minutos que no volteaba a verlo.
Los labios de Jared sonreían. Tenía puesta esa cara de galán que usan los adolescentes para hacerle ver a una chica que le interesaba. En este caso a un chico. El pelinegro volteó a ver a sus ojos, sus claros ojos que conocía bien. Ambos se quedaron viendo fijamente como por 10 segundos sin ninguna palabra, solo el sonido de la noche.
Los ojos ocre del mayor por fin se apartaron. – No es nada.- Una sonrisa avergonzada se asomó antes de que Issac saliera corriendo de vergüenza hacia el porte de su hogar. Entró y permaneció recargado en la puerta hasta que escuchó que la camioneta de Jared se alejó de su casa. Volteó a ver a su brazo vendado pero no pensaba en ello. Por fin había logrado algo con el chico: hacerlo sonreír.
~HEY!! VOLVÍ!! Joder pero qué bonito se siente retomar esto. Gracias Baleh por inspirarme a seguir, sé que estarás leyendo esto xdxdx.
Y pues eso, es un inicio de capítulo relativamente pequeño comparado con el resto que he subido, pero no me es fácil retomar esto y que las ideas fluuuyan libremente.
Gracias a los que leen esto y esperen más de este par de hijos mios muajaja.~
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