Las dos chicas terminaron de acomodar todas sus cosas en aquella habitación, para luego salir a explorar el resto del pueblo.

Mirabel al conocer el lugar a la perfección, llevo a Dolores a comer una rica comida, pues ya era hora de almorzar.

Ella llevo a Dolores hasta un pequeño restaurante, donde al momento de entrar vieron como había bastantes personas comiendo.

Ellas se sentaron en una mesa y ordenaron algo para así poder comer.

Esperaron unos minutos hasta que finalmente les entregaron su comida.

Mirabel- vaya, se ve muy deliciosa

Dolores- a decir verdad, si

Mirabel- bueno que esperas, comencemos a comer

Dolores- está bien

Ambas jóvenes comenzaron a comer aquella deliciosa comida que les habían servido, y tal como se veía era bastante buena, Dolores incluso sintió que aquel sabor era un poco mejor que la comida que su tía Julieta hacía.

Dolores- esto está bastante bueno- exclamo mientras continuaba comiendo

Mirabel- yo y mi tío bruno siempre veníamos aquí cuando viajábamos

Dolores- pero, ¿el precio de la comida no será muy caro?

Mirabel- el señor de la tienda conoce a mi tío, y siempre le hace descuentos

Dolores- bueno, el no está aquí, no creo que nos haga un descuento

Mirabel- ya verás que sí, el dueño del lugar es una persona muy amable

Dolores- de todos modos, alistare dinero, pues no quiero quedar mal

Mirabel- no te preocupes mucho

Dolores- ¿y qué haremos los días siguientes?

Mirabel- bueno, hay muchas cosas que se pueden hacer aquí, por ejemplo, pasear, ir a la plaza, comer, ir a la feria del pueblo

Dolores- ¿Qué feria?

Mirabel- precisamente llegamos en la semana donde el pueblo realiza su tradicional feria, ahí hay música a todo volumen, comida, y muchas cosas mas

Dolores- vaya, suena bien, ¿Qué días son?

Mirabel- la feria empezara dentro de dos días, si gustas podemos ir

Dolores- claro me encantaría

Mirabel- bien, entonces iremos aquel día

Dolores- yo ya terminé de comer, ¿y tú?

Mirabel- sí, ahora tenemos que ir con el señor para pagar la cuenta

Dolores- bien, vamos

Ambas jóvenes se levantaron de la mesa y caminaron en dirección a la puerta para así poder pagar la cuenta y continuar explorando aquel pueblo.