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🔹Extra 1🔹

Debo decir cómo primero:

Lo siento mucho por no subirles los extras... Es que como les estoy haciendo la tercera temporada jajajaja no he tenido tiempo ni de respirar, más aparte estoy publicando otras tres historias, que si no las han leído vayan a darle un vistazo:

¿Podrías Simplemente Alejarte? [Kuroken] (omegaverse)

Sueño Irreal [Kagehina]

Nada fácil [Kagehina]

Nótese la publicidad 😉 *guiño guiño*

Los capítulos que tenía como "extras" los estoy poniendo en la tercera temporada para que se alargue un poquito jajaja.

Pero aquí les traigo uno de tres extras que voy a estar subiendo.

El primer año festejando San Valentín como casados estaba ocurriendo.

Ambos habían preparado una sorpresa, por un lado, Tobio de había hecho un romántico de primera...

Cómo primera acción del día llevo a sus hijos a casa de su abuela ya que ella pidió que mínimo le dejara a los niños unas tres veces al mes. Y aunque amara a sus hijos, quería pasar un día a solas con el amor de su vida, el dueño de su corazón, el rey de su cariño... Su pequeño sol.

Al día siguiente compensaría a sus hijos llevándolos al parque de diversiones.

Se levantó temprano como de costumbre y bajo las escaleras haciendo el menor ruido posible para comenzar con su romántico día de San Valentín.

Cómo desayuno decidió hacer la comida favorita de su solecito: Tamago Kake Gohan (Salsa de huevo sobre arroz). Le pidió la receta a su hermana quien amablemente le dijo los ingredientes necesarios y aunque no le quedaba del todo la salsa, después de una llamada rápida a Miwa pudo sazonar perfectamente la comida.

Escuchó ruido proveniente de las escaleras y maldijo un poco cuando vio al dueño de sus suspiros llegando a la cocina, tallando uno de sus ojos debido al sueño. Vistiendo únicamente la parte de arriba por qué la pijama correspondía a Tobio quien traía únicamente el pantalón.

Buenos días amor... — dijo el Omega llegando a abrazarlo. — Mmmm... Que bien huele.

¿Huevito estrellado?

No... Se supone que es Tamago Kake Gohan — el Alfa volteó a ver a Shoyou con un claro puchero de molestia. — Yo debía llevarte el desayuno a la cama.

El Omega sonrió con ternura y se puso de puntitas para besar el tierno puchero que tenía su Alfa.

Lo siento... Deja me regreso a la cama.

El pelinaranja cumplió con ello, regresandole un poco la ilusión de su Alfa al llevarle el desayuno a la cama. Es decir, ya sabía que desayunaria pero aún así recibiría aquel gesto tan tierno con todo el amor que podría ofrecer.

Se recostó en la cama con la intención de ver algo en su teléfono pero tenía tanto sueño, el tener que criar a dos pequeños diablillos lo estaba agotando.

El pequeño Alfa pelinegro estaba asistiendo a terapia, debido a una depresión infantil. Situación que tenían que trabajar como familia... Su molestia comenzó con sus papás y Akane.

"¡Ella tiene toda su atención y ya no juegan conmigo!"

Tenía algo de razón y trataron de jugar más con el pequeño pero sin quererlo regresaron a la misma situación, Akane es una bebé y necesitaba más atención, eso lo sabía pero se sentía tan ignorado que intento llamar su atención de otras maneras, una de ellas: se metió en una pelea en la escuela y por poco saca sus colmillos y su voz dominante. Su Alfa despertó demasiado temprano quedando en claro que Akihiko es un Alfa Dominante... Cómo su papá.

Debido a ello, a pesar de solo tener 8 años había conseguido que su desarrollo se viera más adelantado y estaba a solo unos centímetros de alcanzar a Yachi.

Después de unos meses de terapia familiar y personal habían logrado apaciguar las aguas, habían aprendido a repartir sus tiempos y ahora todo estaba bien...

Con eso en mente se quedó perdidamente dormido, hasta que sintió como picaban su rostro y eso hizo que frunciera su ceño y poco a poco abrió los ojos encontrándose con su Alfa quien lo miraba con ternura.

Buenas tardes cariño... — dijo el Alfa acariciando la mejilla de su Omega.

¿Tardes? ¿Qué hora es? — preguntó con confusión.

Las 12:30... Te iba a dejar dormir pero si no nos apuramos perderemos la reservación. — el Alfa jalo de los brazos a Shoyou para que se levantara y viera el desayuno que estaba a un lado de él. — L-lo calenté de nuevo para que no estuviera frío... Es la primera vez que preparo algo así. Espero que te guste... Feliz-

Su habla se vio interrumpida por los labios de su Omega que lo calló con un beso.

Feliz San Valentín mi amor... Se ve delicioso... — comentó con cariño observando atentamente su comida favorita. Soltó una pequeña risita — Muchas gracias.

Ante la atenta mirada del pelinegro le dio el primer bocado y no pudo evitar soltar un ligero gemido al saborear el delicioso sazón que acababa de descubrir que tenía el Alfa.

Sabe exquisito... ¿Enserio lo hiciste tú?

El pelinegro asintió efusivamente al saber que si le había gustado, después le regalaría una paleta de maquillaje a su hermana por ayudarlo.

El desayuno del pelinaranja fue entre pequeñas platicas algunas totalmente cariñosas y en otras se asomaba una pizca de picaría. En otras más bromeaban juntos o el Omega le compartía un bocado al pelinegro que aceptaba gustoso el gesto.

Tobio bajo con los trastes sucios para lavarlos en lo que Shoyou se bañaba y se "ponía bonito para él"... Aunque bonito ya era ya sea en pijama, con lagañas en los ojos, saliva seca sobre sus mejillas y con los ojos hinchados, sabía que era más que afortunado el verlo en sus peores trapos hasta verlo vistiendo lo mejor y lo más caro del mundo.

Shoyou siempre sera perfecto para él y jamás se cansaría de pensarlo.

Amor, ya estoy listo... — el dueño de sus pensamientos llegó a la cocina donde lo esperaba su Alfa con una gran sonrisa al verlo tan lindo y sexi como siempre.

Se dieron un tierno besito y salieron tomados de las manos como siempre, pero no sabían si por el día era que se sentían más amorosos o simplemente eran así todos los días pero no le habían puesto atención a sus acciones.

Puesto a que el día era perfecto, decidieron irse caminando a un pequeño pero elegante restaurante donde tenían una reservación.

Fue en la segunda planta, y fue reservada únicamente para ellos dos.

El lugar estaba decorado con varios tipos de flores las cuales desprendían un dulce aroma, una mesa redonda en el centro con dos sillas blancas y un pasillo de pétalos de rosas naranjas y azules que daban camino a la mesa donde dos chicos los esperaban con un ramo de flores tulipanes.

El Omega no pudo evitar soltar una lágrima al ser afortunado de tener a su Alfa guiándolos hacia una de las sillas donde una pequeña caja lo esperaba.

Abrió la caja y sonrió con ternura para después sacar aquella cadena donde tenía grabada sus iniciales.

Te amo. — dijo el pelinaranja levantándose de su silla para besar a su Alfa.

Los meseros no tardaron en llegar con la entrada de su comida romántica. Iba a ser cena pero a petición del pelinaranja ya que tenía algo preparado para su Alfa, tuvo que ser comida.

Durante la comida platicaron de todo y nada, en ocasiones se quedaban en silencio pero no era incómodo en ningún modo, simplemente disfrutaban de su compañía mutua y pensaban que no era necesitaría alguna conversación ya que sabían todo de ambos.

Al llegar el atardecer, decidieron que era momento de irse pero antes de llegar a casa pasaron por un helado y se sentaron en una banca del parque observando todo tipo de escenarios.

Parejas disfrutando del día, amigos paseando y riendo, niños gritando y jugando por doquier, y uno que otro lamentándose. Eran historias diferentes, casos distintos pero al fin y al cabo vivían ese día, cada quien a su manera pero ellos se sentían afortunados de tenerse el uno al otro.

El Omega recargo su cabeza en el hombro del pelinegro y cerró sus ojos sintiéndose en total paz, escuchando como algún niño lloraba por qué se había caído o como se profesaban amor eterno otras personas.

Amor... — habló el Alfa llamando la atención del contrario.

¿Que sucede? — Preguntó el Omega separándose lo suficiente para ver el rostro de su Alfa que lo miraba con un ligero sonrojo... Definitivamente jamás se cansaría de ver cada una de las facetas del amor de su vida.

Gracias... — dijo y el pelinaranja lo vio con curiosidad preguntando el por qué le agradecía, así que siguió con el pequeño discurso que tenía preparado. — gracias por estar conmigo, por perdonarme... Creo que nunca te di las gracias por haberlo echo pero quiero hacerlo aunque me digas que no es necesario. Tú te entregaste a mí desde un principio, mientras que yo tuve otro propósito, el cual era jugar contigo pero no sé en qué momento comencé a quererte de verdad... Tu presencia se hizo indispensable para mí y cada vez te hiciste más más necesario. Me alegro de haberme dado cuenta de mis sentimientos antes de herirte más de lo que lo hice... Perdón por no creerte, perdón por desconfiar de ti y gracias por amarme... Prometo amarte y cuidarte toda mi vida, hasta que la muerte nos separe.

El pelinaranja no tuvo palabras, simplemente se lanzó al Alfa llorando en su pecho al sentirse tan feliz de haber escuchado eso, aunque haya sido después de ocho años pero poco le importaba, solo quería escuchar el perdón de él. Pero ahora su corazón estaba en paz y todas sus inseguridades que aún tenían, se disiparon en el aire calmando su corazón.

También prometo amarte y cuidarte toda mi vida, hasta que la muerte nos separe...

Ambos sonrieron y se besaron con ternura y amor. Sin necesidad de palabras se confesaron el amor que se tenían una vez más a través de ese beso. Fue lento y tranquilo pero se dedicaron a saborear sus labios como si fuera su primer beso, sintiéndose en la adolescencia... Sintiendo como si fuera su primera vez diciendo te amo.

Cuando decidieron irse, ya había anochecido así que se dispusieron a regresar a casa con el amor rebosando al rededor de ellos.

Entraron a su casa y como si fuera un acuerdo silencioso comenzaron a besarse con lucidez y lujuria.

Ambos soltaron feromonas que poco les importaba si la casa de inundaba de las mismas, ya al siguiente día abrirían las ventanas para dejar que el olor se saliera por completo.

El Alfa alzó al Omega por los muslos haciendo que esté enredarse sus piernas en su cadera.

Subieron las escaleras besándose y acariciando sus cuerpos aún sobre la ropa que poco a poco iba desapareciendo al pasar del camino.

Cuando llegaron a la habitación únicamente quedaban con su ropa interior que pronto desapareció para entrar al baño y tomar un baño... Ese era el plan inicial.

Pero en cuando el Omega dejo "caer" el jabón al suelo, se agachó sin doblar su rodillas dándole la espalda al mayor quien no desaprovechó la oportunidad para acariciar la blanquecina piel de las nalgas del pelinaranja que pronto se podrían rojas.

Shoyou levantó un poco su torso pero aún seguía formando una curva con su espalda dándole una vista completa al Alfa quien no había dejado de amasar su trasero a su antojo viéndolo con claro deseo.

Tobio deslizó uno de sus dedos desde el cuello del pelinaranja hasta llegar a la entrada del mismo para introducir su dedo sintiendo como el interior del mismo se estremecía ante su tacto.

Sin tardar mucho, encontró el punto sabiéndolo de memoria donde hacia gemir a su Omega presionando sintiendo como si su dedo fuera arrancado de su mano soltando un ligero gruñido.

¿Te gusta aquí? — preguntó moviendo su dedo fingiendo embestidas.

El más bajo no respondió, estaba más concentrado en no venirse rápidamente pero un segundo dedo lo hizo gemir más fuerte escuchando el eco de su voz por el baño.

Responde... ¿Te gusta? — dijo soltando un poco de su voz demandante.

S-sí... Me gusta... — respondió entre suspiros que intentaba calmar.

Así me gusta... Que me obedezcan.  — susurro cerca del oído del pelinaranja quien se estremeció al sentir como los dedos del más alto llegaban más profundo.

Por... Por favor... Tobio, te necesito a ti... No es necesario que hagas eso. — pidió el omega soltando un jadeo al sentir como los dedos intrusos eran retirados para después sentir como el miembro el Alfa se posicionaba en su entrada amenazando con entrar.

¿Lo quieres? — preguntó con picaría el escuchar como a pesar de que no lo estaba tocando, Shoyou estaba gimiendo.

El Omega asintió con la cabeza curveando más su espalda para intentar que Kageyama entrará de una vez.

El Alfa había descubierto que a su pareja no le gustaba que jugarán con él pero quería molestarlo un poco, así que se se alejo un poco y le dio una fuerte nalgada dejando su mano marcada en la nalga del más bajo, robándole un gritó acompañado de la esencia del chico ya que no aguanto más y se vino manchando la pared del baño.

¡Maldición! ¡Tobio mételo ya- Aahh!

No tuvo que pedirlo dos veces cuando el mencionado entro de una estocada por completo sintiendo como era envuelto con el interior sintiendo el calor abrazador que envolvía su pene. Gruñó al sentir como el más bajo apretaba.

N-no aprietes, Shoyou.

El más bajo relajo un poco su cuerpo dejando que su piernas fallaran, cayendo de rodillas.
Pero eso no evitó que el mayor, se pusiera de rodillas y volviera a entrar en el más bajo.

El sonido de sus pieles chocando no tardó en presenciarse en sus oídos.

A este punto, el Omega no podría articular ni una sola palabra entendible pero poco importaba.

Di mi nombre... — el Alfa lo jalo del cabello haciendo que se curveara más su espalda — Shoyou..., Di "Tobio".

El pelinegro aumento la velocidad y profundidad de sus estocadas sintiendo como su pene estaba cada vez más dentro del interior del pelinaranja.

No escuchó mi nombre... — el Alfa salió del Omega y lo volteó para levantarlo mientras lo apoyaba en la pared para acorraralarlo.

T-Tobio... M-mas... — pidió el Omega sintiendo nuevamente como el miembro de su esposo llenaba su interior.

Las caderas de Tobio no tardaron en moverse pero bajo la velocidad haciendo que cada movimiento se sintiera más, cada roce, cada sensación era más vivida.

Tobio... Más rápido... P-por f-favor...

La velocidad subió un poco más pero aún así no se sentía satisfecho, así que abrazo a su Alfa para acercarlo y susurrar a su oído

Vente dentro de mí... Muéstrame quien es el que manda.

Con ello, el pelinegro gruñó y mordió el cuello del Omega sintiendo como sus colmillos se encajaban nuevamente y el sabor metálico no tardó en aparecer.

Tobio aumento la velocidad y profundidad sintiendo como nuevamente su miembro se hacía más grande e inevitablemente el nudo se presentó nuevamente, sintiendo como se liberaba en el interior del Omega quien gimió al sentirse lleno por la esencia del más alto.

Sin preocupación debido a que estaba tomando pastillas para evitar otro embarazo, comenzaron a besarse con tranquilidad esperando a que el nudo bajara y el dolor que estaba sintiendo el más bajo de fuera.

Te amo... — dijo el pelinegro besando los ojos de Shoyou para limpiar sus lágrimas que tenía.

D-duele... N-no te muevas.

El pelinegro iba a decir algo hasta que escucharon algo que los dejo helados a ambos.

— Claro que duele, por eso casi obligó a Kuro a castrarse aunque me arrepentí.

Ambos voltearon a ver al teñido quien los miraba atento a cualquier gesto que tuvieran en su rostro.

¡Kenma! ¡Salte! — gritó el pelinaranja con molestia y vergüenza — ¡Ya se te hizo costumbre entrar sin tocar!

El teñido alzó los hombros sin importancia.

— Ya los he visto teniendo sexo más veces de las que me gustaría pero bueno... Siempre es bueno ver porno en vivo.

Cuando el nudo de bajo, ambos se separaron y un Shoyou sonrojado, desnudo y tembloroso comenzó a perseguir a Kenma por su habitación hasta que logrará sacarlo de ahí.

La pareja se comenzó reír y comenzaron a cambiarse ya que gracias a un Teñido y un pelinegro que estaban esperándolos abajo tuvieron que cancelar su noche romántica...

Aunque ya tendrían toda la vida para hacerlo un poco más... Y la "sorpresa" de Shoyou la haría otro día.

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Nota:

Feliz San Valentín, tal vez no sea la persona de quien quisieran leerlo o escucharlo, pero con todo mi amor les deseo un feliz San Valentín (aunque ya sea tarde) 😔❤️

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