49
—¿4 meses papá? —el señor Kim asintió sin una excusa correcta para ofrecer— pero, siempre me haz contado todo ¿por qué me lo haz ocultado?
—Febe... amor... No quise ocultártelo, yo... solo necesitaba que llegara el momento adecuado en que estuviera al menos algo seguro de que podría presentártela, no voy a traer a alguien a casa para presentarte a los pocos meses de haberla conocido.
—Entiendo, pero no se trata de habérmela presentado, se trata de habérmela mencionado al menos una vez.
Hubo un silencio.
—¿Es que paso mucho tiempo con JungKook? —pensó que tal vez ese pudiera haber sido el problema y que no le había dado algún chance de que se lo dijera. Pero es que habían sido 4 meses, incluso los días que iban a pescar solos, tenía oportunidad de habérselo dicho.
—No Febe —tomó un respiro— solo no quería que pensaras que estaba reemplazando a mamá...
—Oh papá —Febe arrastró su brazo por encima de la mesa alcanzando la mano de su padre.
—Sabes que ella siempre será el amor de mi vida cariño —le sonrió besando su mano y Febe tocó el rostro de su padre sintiendo la piel más reseca, sus ojos ligeramente brillosos y una sonrisa cansada en sus labios.
—Mamá hubiera querido que le dieras otra oportunidad a alguien.
—¿Tu crees? —preguntó su padre notándose pequeño por un momento.
—Ella está observándonos con una sonrisa a ti y a mí desde la estrella más brillante del cielo
—Estoy seguro pequeña.
—Así que trae esa chica a casa que debo saber quien fue la que derribó el corazón de hielo de mi padre.
—A Naeyeon le gustará escuchar eso.
—Oh, lindo nombre.
—Estoy seguro de que podrán agradarse la una a la otra.
—Se veía feliz JungKook, dios deberías haberlo visto. Cuando hablaba de ella se le iluminaban los ojos. Estoy ansiosa por conocerla, seguro papá prepara alguna cena o algo por el estilo.
—Oh, de hecho, mamá preparó algo —dijo JungKook al otro lado de la línea.
—¿De qué se trata?
—Pasado mañana es el cumpleaños de Jin Hyung, mamá tiende a hacer cenas familiares por los cumpleaños y por supuesto, me pidió que te invitara.
—Oh ¿yo?
—Sip, y tu padre también, creo que utilizará la cena de Jin para que ambas familias se conozcan o algo por el estilo. Pero si no quieres está bien —habló rápido sintiéndose nervioso.
—Oh no no no, si que quiero. Es... —no encontraba las palabras, estaba nerviosa y feliz al mismo tiempo tal vez— es muy bonito de su parte.
—Uffff me alegra que pienses eso —se rió— la verdad es que cuando se trata de ti me encantaría que nuestras familias tuvieran la oportunidad de conocerse.
—Me parece buena idea, será la primera vez que me presente ante tu mamá como tu pareja, dios de solo pensarlo —se cubrió su rostro con la almohada.
—Y para ponerte más nerviosa aún, frente a mi hermano, su esposa, el padre de Jin.
—Oh dios malooo —JungKook no pudo evitar reírse.
—También estoy nervioso ¿que crees? Te presentaré ante casi toda mi familia, todas las personas que amo estarán reunidas en un mismo lugar.
—Ok, podré soportarlo, no te separes de mí.
—No pretendía hacerlo. Tú padre puede llevar a Naeyeon si gusta. Mamá no tendría molestias algunas.
—Tal vez si quiera ir con ella.
—Mmm —dijo asintiendo— ve a hacer tus tareas que no fui solo para que pudieras hacerlas sin distracciones.
—¡Ok papá!
—Amm tal vez en inglés me guste un poco más como suene.
Febe pensó sin entender.
—¿Da- Daddy?
JungKook echó a reír al escucharla decir aquello.
—¡JK! —chilló abochornada al percatarse de lo que estaba diciendo aunque al final terminó riendo.
—Vale Vale, ya paro. Nos vemos mañana en clases.
—Ten lindos sueños.
—Igual —susurró— sueña con los angelitos.
El resto del día antes de la llegada del cumple de Jin había sido intenso y ajetreado. Febe y su padre habían ido de compras juntos por primera vez en algunos años y Febe se había encargado de que su padre se probara algún traje nuevo que pudiera comprar. Había pasado un tiempo desde que iban a reuniones formales o cenas importantes. Febe había aprovechado para escoger el vestido que llevaría para la cena. A sabiendas de que tenía algunos con poco uso guardados en su closet, pero había que aprovechar la oportunidad para comprarse alguno nuevo.
El señor Kim había estado distante gran parte de ese sábado en la mañana. Sabia que su hija y su actual pareja se conocerían en algunos minutos. Para Febe el encuentro con Naeyeon había sido muy agradable, la mujer era muy carismática para su edad. Era un contraste entre divertida y madura que a Febe lograba engancharle. Aunque aun entre ambas existía un poco de timidez.
Ya en casa cerca de la hora donde JungKook y Jimin iría a recogerles los nervios estaban a flor de piel.
Mientras tanto un JungKook inquieto se removía en el asiento delantero del coche de Jimin mientras se observaba en el espejo retrovisor.
—¿Que tal estoy? —le preguntó a Jimin acomodando un poco más su cabello, era la primera vez que se peinaba hacia atrás y su frente se encontraba descubierta. Acomodó sus lentes en el puente de su nariz y estiró el piercing de su labio inferior entre sus dientes sintiéndose más nervioso aún.
—Jeon a Febe le van a temblar las piernas nada más te vea —le aseguró Jimin con una sonrisa sugerente.
—Okok —tomó un respiro, estaba tan ido que no se había detenido si quiera a reprocharle a Park por lo que había dicho— ¿vienes?
—oh no te preocupes los espero aquí.
—Está bien.
JungKook salió del auto y completó los pocos pasos que lo apartaban de la casa de Febe. No iba a mentir, ganas de trepar los ladrillos y tuberías para llegar a su habitación no le faltaron, pero por esta vez, al menos por esta vez tocaría la puerta. Sabía que Febe no le abriría y se preparó mentalmente para recibir al señor Kim y antes de que pudiera tocar ya le estaba abriendo la puerta y JungKook pegó un brinco del susto soltando algún improperio.
—¡Mierda!
—Buenas noches para ti también.
—¡No! Señor Kim no era lo que quería decir.
—Anda pasa. Es bueno que esta vez hayas entrado por la puerta.
JungKook no sabía que sus ojos se podrían expandir como los de un búho, hasta ese momento.
—¿Qué? —dijo casi inaudible.
—Muchas veces puedo escucharlos conversar por más que susurren.
—Paredes finas. —agregó JungKook entre dientes.
—Ni que lo digas.
—Oh, debes de ser JungKook —apareció una mujer contemporánea al señor Kim con una sonrisa. Portaba un vestido coral hasta el suelo que la hacía lucir más esbelta y elegante y su largo cabello negro se encontraba recogido en un alto moño.
—Lo soy, es un gusto señora Min, Febe me ha hablado muy bien de usted.
—El gusto es mío JungKook.
—Puedes ir arriba si quieres y decirle que ya estamos listos —le sugirió el padre de Febe.
JungKook asintió y haciendo una leve reverencia fue escaleras arriba.
Antes de adentrarse a su habitación, arregló su traje, cabello y lentes y con una sonrisa abrió la puerta dando un paso adentro.
—¡JungKook!
—¡Joder! —y tan rápido como había abierto la puerta la había vuelto a cerrar— dios Febe, lo siento.
Y JungKook solo estaba exagerando, lo único que había visto era a Febe de espaldas intentado cerrar la cremallera de su vestido blanco.
La puerta se abrió y JungKook dio un paso hacia atrás al ver a Febe tan de cerca. Esta vez estaba de frente y pudo ver lo preciosa que se encontraba. Un maquillaje casi natural descansaba sobre sus rostro. Su cabello suelto caía sobre sus hombros y el vestido blanco se ajustaba ligeramente a su cuerpo. JungKook realmente quería decirle muchas cosas pero es que prefería continuar mudo.
En cambio Febe no había podido quedar menos que embobada al ver tal estilo en JungKook y que le quedara tan malditamente bien, si antes Febe veía a JungKook sexy ahora realmente habría que inventar otro idioma para describir lo que estaba observando.
Y es que ninguno se atrevía a decir lo que pensaba del contrario en el momento.
—Yo... amm —¿que que iba a decir? Febe en ese momento no estaba segura ni de su propio nombre y JungKook no se quedaba atrás— yo realmente necesito ayuda con mi cremallera.
Febe se apartó de la puerta dejándole el espacio libre a JungKook quien se adentró en su habitación sin articular palabra alguna. Dio media vueltas quedando de espaldas al pelinegro y corrió su pelo hacia el frente para dejarle el espacio libre. En frente a ella se encontraba su espejo donde ambos se reflejaban de pies a cabeza.
JungKook tragó saliva observando la blanca espalda de Febe frente a él, podía notar que a ese vestido no le hacían falta sujetadores. Levantó la vista al espejo y llevó sus manos al zíper para comenzar a ascenderlo.
—Estás preciosa —dijo cuando sus miradas se cruzaron mediante el reflejo. JungKook no pudo evitar reírse cuando el ziper se trabó en medio de su recorrido.
—Oh oh.
—No te preocupes ya está.
Y le dio gracias al ziper porque la verdad le había ayudado a salir un poco del trance.
—¿A quíen engaño? tú te vez malditamente bien Jeon —continuó Febe cubriendo su rostro momentáneamente. JungKook aun desde atrás pasó sus brazos por las caderas de Febe pegándose en el acto y envolviéndola. Podía sentir su perfume aun más de cerca, es que todo en ella estaba siendo más tentador de lo que normalmente era. Y mierda, estaba feliz, a Febe le había gustado verlo así.
—No tienes idea de cuanto quería escucharte decir eso —sonrió contra su cuello y dejó un beso sobre su piel, seguido de otros que llegaron hasta su hombro. Febe inconscientemente había ladeado su cuello para permitirle más espacio y el agarre de JungKook sobre sus caderas se hizo más fuerte— y si te soy más sincero, estás a punto de volverme loco hoy —susurró aun sobre su piel.
—JungKook —no estaba haciendo nada en ese momento y podía entender perfectamente que Febe le pedía que hiciera algo, mínimo, cualquier cosa.
Las respiraciones estaban pesadas y Febe soltó una risa nerviosa cuando sintió los fríos dedos de JungKook sobre su espalda adentrándose en la cremallera aún abierta. Se dejó caer un poco hacia atrás apoyándose sobre él y sus dedos avanzaron lentamente hasta quedar en frente. La tensión era demasiado fuerte y solo bastó un mínimo roce para que Febe soltara un pequeño gemido, cuando los dedos de Jungkook tocaron sutilmente su pezón. Y es que tal mínimo gesto había causado estragos sobre todo su cuerpo, su bajo vientre consquilleaba y sus piernas temblaban, podía sentir que JungKook también se encontraba nervioso debido a que sólo se encontraba tanteando esperando las reacciones de Febe. Podía observar todas sus expresiones a través del espejo.
Su dedo índice y anular trazaron un círculo sobre su pezón y Febe podía desvanecerse ahí mismo. La imagen era digna de ver, y es que su cabeza solo podía comenzar a maquinar muchas cosas que podrían ocurrir y lo bien que se sentía darle algo parecido al placer a la chica entre sus brazos.
Gruñó por lo bajo al comenzar a sentir sus pantalones apretados y entre suspiros extrajo su mano del interior del vestido y abrazó a Febe por detrás de nuevo. Quería, dios, claro que quería, pero no había tiempo, los estaban esperando abajo y definitivamente ese no era el sitio adecuado.
—Aquí no —sonrió aun un poco agitado—. Las paredes son muy finas.
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