Bad guy se escuchó por toda la habitación y Febe quitó la almohada de su rostro para observar su cuarto oscuro. Sabía que era JungKook por el tono de llamada. Arrastró su mano a su mesita de noche y alcanzó su teléfono antes de pegarlo a su oído.

—¿Que hora es?

—Mmm las 10:30 de la mañana.

—¿Y por qué me llamas a las 10:30 de la mañana en las vacaciones?

—Amm pues será que tu papá se fue esta mañana temprano a Seul y cree que su niñita no se puede cuidar sola y tal vez porque creí que tu balcón estaría abierto y estoy aquí esperando a que me abras.

—Vaya me haz convencido.

Febe se levantó perezosamente de su cama aun con el teléfono pegado a su oreja y arrastró sus pies hasta llegar a la puerta de su balcón para abrirla.

—Hola —cerró un ojo involuntario antes la luz del sol entrando a su habitación.

—Que guapa —JungKook terminó la llamada y guardó su teléfono en su bolsillo.

—Ahorrate los comentarios —se hizo a un lado para permitirle el paso a JungKook y este se adentró a su habitación con sus manos sumergidas en los bolsillos del pantalón.

—Alguien no se levantó de muy buen humor hoy.

—Mmm —hizo un berrinche y se lanzó sobre su cama— Ven aquí, quiero dormir.

—Pero yo tengo hambre —se quejó el pelinegro y Febe le hizo señas con las manos para que se acercara. JungKook se sentó en la cama y Febe alcanzó sus espejuelos para quitarlos— ¡Oye!

—Hasta las once ¿si? —colocó las gafas en su mesita de noche y se hizo a un lado para dejarle un espacio a JungKook.

—Mi barriguita suena.

—Te prepararé muchos waffles cuando despertemos y no te obligaré a comer pizza hawaiana lo juro.

—Ok —asintió satisfecho con el trato y quitó sus zapatos para acostarse al lado de la trigueña. Sus pies se enredaron bajo las sábanas y Febe apoyó su cabeza en su pecho. Dormir entre los brazos de JungKook se estaba convirtiendo en una de las cosas preferidas de Febe.