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10

— Febe el timbre— gritó su padre desde el sofá mientras veía su drama preferido.

— Abre tú papá, bajo en unos minutos— gritó Febe de vuelta.

El hombre gruñó por tener que salir de su comodidad y se encaminó hacia la puerta para abrirla.

— Buenas noches, ¿Febe se encuentra?

Un JungKook nervioso con un holgado suéter negro, pantalones rasgados piercings adornando su rostro y sus redondos lentes se encontraba frente al padre de Febe mientras tragaba sonoramente saliva por su garganta.

—  ¿Eres... su amigo?

— uh si señor mi nombre es JungKook— habló el trigueño extendiendo su mano.

— Y yo soy su padre— habló el hombre estrechando su mano con más fuerza de lo normal.

— Ya, ya lo noto.

— Pero pasa no seas tímido, ella está en su habitación. Te dejaría subir — observó al chico de pies a cabeza con una mirada amenazante — pero creo que mejor te quedas aquí conmigo.

— Cl-claro señor.

Se observó en el espejo sintiéndose inquieta. Mierda, necesitaba la opinión de una amiga pero por desgracia no tenía y cuando le preguntaba a su padre este solo asentía a favor de su atuendo, al no ser que la ropa que llevara enseñara mucha piel.

Se había puesto unos ajustados pantalones de mezclilla junto a una blusa negra de brillos que se perdía en el interior de los vaqueros, unos tacones negros cubrían sus pies y su cabello suelto caía cubriendo su espalda.

Bien, estaba bien.

Respiró nerviosa y le echó una ultima mirada a su maquillaje antes de tomar su bolso y salir de su habitación.

— ¡No!— gritó JungKook casi con desespero— No puede ser cierto.

— Sabía que se acostaba con la sirvienta— habló su padre en tono seguro.

— Pero... ¿y si mujer?— lloriqueó JungKook— la pobre está muriendo en el hospital— llevó sus manos a sus ojos mientras hacía un puchero.

— Si hijo lo sé— lloriqueó el padre de Febe a su lado.

— ¿Terminaron de llorar como bebés? — chilló Febe a sus espaldas.

Ambos dieron un brinco sobre el sofá y JungKook limpió rápidamente sus lágrimas con las mangas del suéter y colocó de vuelta sus lentes resbaladizos adoptando un semblante serio, mientras su padre carraspeaba disimulando y cambiaba el canal al de deportes.

— Oh hija, no te escuchamos bajar.

JungKook se puso en pie observando a la trigueña frente a él.

Mierda, ahora si estaba seguro de que quería que Febe fuera la madre de sus hijos.

— Chico ya comenzabas a caerme bien, pero si continuas mirando a mi hija como si fuera la última coca cola del desierto tendremos problemas.

— Si señor, digo, no lo haré señor.

Febe río divertida y dio una pequeña vuelta en el lugar.

— ¿Me veo bien?

Demasiado bien, pensó JungKook.

— Uff— el padre de Febe lo volvió a mirar, esta vez con una ceja levantada y JungKook sólo optó por levantar su pulgar con una sonrisa nerviosa— Genial.

— Pues andando. JiMin debe de estar maldiciendo en el auto de tanto que lo he hecho esperar— JungKook sólo sonrió mientras la observaba despedirse de su padre— Te quiero papi.

— La vas a cuidar bien ¿cierto JungKook? Nada de manitas sobre ella ¿mmm?

— Si señor.

El señor Kim volvió a dirigirse a su hija y le susurró bajito.

— Me agrada ese chico.

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