029
Yoongi no volvió a acercarse a Hoseok.
Si, se mantuvo aun en la enfermería, pero procuró sentarse en la silla más alejada de la camilla del menor. Su mente se volvió un desastre y su pecho tuvo una extraña opresión que le molestó lo suficiente como para no poder simplemente ignorarlo.
Pasaron diez minutos, quizás más, pero al final la señora Jung apareció por la puerta para recoger a Hoseok. Ella le saludó con una sonrisa antes de acercarse a su hijo, acariciándole la frente con manos gentiles.
Yoongi continuó con la mirada baja y sin reparar mucho en los Jung.
"¿Yoongi-yah?" llamó la mujer, acercándose a él para mirarle con preocupación.
"¿Si?" murmuró de vuelta, su mente volviendo al mundo real para prestarle atención a la mujer.
"¿Pasó algo? Luces un poco pálido" dijo, acariciándole la mejilla con suavidad.
Yoongi dejó salir un suspiro abatido y miró a Hoseok, quién dormía sobre la camilla después de que le administraron un supresor. Sintió su pecho retorcerse al verlo ahí en su estado más vulnerable y, aunque le avergonzaba admitirlo, por dentro deseaba tanto ayudarlo con su celo.
«Tú no eres un alfa»
Su corazón dolió al recordarlo y su lobo aulló acongojado.
"Hobi me apartó" es todo lo que logró formular, su voz saliendo bajita y temblorosa.
Junghwa frunció el ceño, ligeramente confundida con la confesión poco elaborada de Yoongi. Sin embargo, sus labios se abrieron ligeramente cuando captó lo que eso significaba.
"Oh, cariño, no estés triste" murmuró, tratando de buscar la manera correcta de consolar al menor. "Está en celo, no es su culpa que-"
"Lo sé" cortó el peliazul, una risita resignada saliendo de sus labios justo después. "Lo sé, pero... duele darse cuenta de que nuestras naturalezas nos repelen"
Yoongi sentía su nariz picar y sus ojitos arder. Quería llorar un poquito solo porque la vida no paraba de ponerle obstáculos en su relación con Hoseok. ¿Por qué cuando encontraba una solución a un problema, otro aparecía para estrellarse en su rostro?
No era justo.
"Hey, cariño, no digas eso" Junghwa no tardó en sostenerle el rostro para mirarle a la cara con atención. "Sé que es difícil, nuestra biología omega es complicada pero... quizás si intentas que se familiarice contigo estando en celo puede que ustedes-" la mujer dejó de hablar, algo aturdida ante la idea de hablar de la vida sexual de su hijo.
Yoongi parpadeó y el rubor no tardó en subirle a las mejillas.
"Usted, uh, ¿usted me dejaría...? ¿que yo y...? ¿en su celo?" las preguntas salieron dispersas y confusas por culpa de los nervios pero Junghwa fue capaz de entenderlo.
"Yo no soy quién debe dejarte, sino él" respondió con simpleza, una sonrisa dibujándose en sus labios.
"¿Y cree que él...?"
"Inténtalo y lo sabrás" es todo lo que terminó diciendo y Yoongi sintió un escalofrío recorrerlo de pies a cabeza. "¿Quieres venir a casa con nosotros?"
"Si" la respuesta le salió automática.
Junghwa asintió y sacó su teléfono del bolso que colgaba de su hombro. Le escuchó hablar en susurros contra la bocina del celular y cuando colgó simplemente volvió a acercarse a Hoseok para acariciar sus cabellos. Fue cuestión de tiempo para que un hombre castaño y de anteojos apareciera por la puerta de enfermería, Yoongi se tensó ligeramente al reconocer que dicho individuo era un alfa pero se relajó al ver como la señora Jung lo recibía con un beso efímero.
Oh, por fin conocía al papá de Hoseok.
"Cargalo al auto, querido" pidió Junghwa a su alfa, él asintió mientras acomodaba mejor sus gafas sobre el puente de su nariz.
"¿Y este niño quién es?" preguntó el hombre, mientras tomaba en brazos el cuerpo afiebrado e inconsciente de Hoseok.
"Él es Yoongi" respondió Junghwa, mientras le hacia una señal al peliazul para que los siguiera.
"Oh, con que el famoso Yoongi"
Y sin decir nada más, los cuatro caminaron fuera de la escuela para dirigirse al auto de los Jung. Cuando Yoongi se acomodó en el asiento trasero, con la cabeza de Hoseok reposando sobre su hombro, sintió su estómago vibrar en nervios.
Bien, era ahora o nunca.
El olor a celo se concentraba con mayor intensidad alrededor de aquella habitación cerrada. Yoongi se mantenía parado con la espalda pegada a la superficie de la puerta, su mirada nerviosa firmemente clavada en la silueta de Hoseok, la cual se asomaba por debajo de las sabanas con una delicadeza hipnotizante.
Había quedado encerrado allí, en la habitación de Hoseok para intentar aliviar su celo. Incluso el resto de la familia Jung había decidido abandonar la casa para darles privacidad y la única que se había quedado fue Junghwa, pero solo para asegurarse de que ambos estuviesen bien.
En ese momento, Yoongi sentía la sangre rugirle en los oídos, las mejillas le ardían cada que inspiraba aire y sus pulmones se llenaban de aquella almizclada fragancia a chocolate. Con lentitud, Yoongi se acercó a la cama, observando como el maravilloso cuerpo de Hoseok se estiraba sobre su cama con la misma gracilidad de un felino enorme.
Tragó saliva audiblemente cuando llegó al filo del colchón y, con una lentitud estudiada, se inclinó lo suficiente como para estirar su mano y acariciar con sus dedos la afiebrada piel de la frente de Hoseok. Al sentir el calor contra la yema de sus dedos, Yoongi frunció los labios con preocupación.
La parte más peligrosa de los celos siempre sería la elevada fiebre pues, si no se trataba correctamente, podría complicar todo.
"Mgh, alfa" tarareó Hoseok, sus ojos cerrados y su ceño ligeramente fruncido.
"No, Hobi, soy Yoongi" murmuró el peliazul mientras bajaba sus caricias a la mejilla del más alto.
El omega pelirrojo frunció el ceño ante su respuesta y, con curiosidad, enterró su respingada nariz en la muñeca de Yoongi para olfatear con urgencia. Al sentir el aroma dulzón de los jazmines, Hoseok soltó un gruñido quejumbroso e irritado.
"Omega" acusó, apartando el rostro de las caricias del mayor.
"S-si, soy tu omega, Hobi" susurró Yoongi con un nudo en la garganta y los nervios haciendo estragos en él.
"Pero necesito un alfa, necesito su nudo y sus cachorros" insistió de mala gana, antes de cubrirse de pies a cabeza con una de sus mantas. "Tú no puedes darme eso, omega raro"
La declaración hizo que los ojos de Yoongi se anegaran en lágrimas, tomó un par de profundas y temblorosas respiraciones antes de colocar una rodilla sobre el colchón. Con cuidado se cernió sobre el cuerpo de Hoseok y, muy lentamente, le destapó el rostro para poder robarle un pequeño besito en los labios, tomando al omega en celo por sorpresa.
Hoseok gimió asombrado contra los delicados labios de Yoongi, sin embargo, trató de removerse al sentir la fragancia dulce y típica de otro omega.
El lobo de Hoseok quería un alfa, no a ese raro omega que le besaba tan, tan, tan bien.
Por su parte, Yoongi barrió su lengua sobre la del pelirrojo, asaltando su boca por completo y recorriendo cada recoveco de aquella cavidad bucal tan húmeda y apetitosa. Chupó y mordisqueó sus belfos, lamió y succionó su lengua, gimió y gruñó contra su boca hasta que sintió, por fin, como el cuerpo de Hoseok se derretía bajo su toque.
"Mgh, o-omega" gimoteó Hoseok, sus manos aferrándose a la camisa del mayor para obligarlo a tumbarse sobre él.
Porque el lobo de Hoseok se había rendido ante otro omega, ¡Pero no podían culparlo! El omega raro besaba muy bien.
Mientras tanto, Yoongi se posicionó entre las torneadas piernas del pelirrojo y, sin dejar de besarle, aferró sus manos a la cintura estrecha del contrario. Sentía su cuerpo arder, la lujuria corriendo por sus venas como combustible que avivaba la excitación que viajaba por cada terminación nerviosa de su cuerpo. Ya comenzaba a sentir como su propio lubricante le escurría por su agujero, a la par de la erección que se escondía entre la tela de sus pantalones, dura y en busca de algo de atención.
"¿Puedo?" jadeó Yoongi, mientras llevaba una de sus manos al borde del pantalón del pelirrojo.
Hoseok pareció debatirse mentalmente para responder, sus ojos nublados y desenfocados por el celo se posaron sobre el rostro de Yoongi con intensidad, como si lo analizara exhaustivamente para decidir si valía la pena cederle algún permiso. Yoongi, por su lado, sintió aquellos segundos en silencio como una eterna tortura, los nervios se atenazaban en el fondo de su estómago con tanta intensidad que incluso sentía toda su piel vibrar.
"S-si, hazlo, omega" susurró, enrollando sus piernas alrededor de las estrechas caderas del peliazul.
Porque si el omega raro podía besarlo así, entonces él podría satisfacerlo como lo haría un alfa, ¿cierto?
Yoongi suspiró aliviado ante la afirmativa del menor y, con rapidez, desabrochó el botón del pantalón de Hoseok para bajarlos con todo y ropa interior. Rápidamente, tomó la erección de Hoseok con una de sus manos, envolviendo el tronco con sus largos dedos para comenzar a masturbarlo con lentitud y cuidado.
"Oh, omega, eres tan, tan bueno" tarareó Hoseok, arqueando ligeramente la espalda ante los movimientos de la mano de Yoongi sobre su falo.
Yoongi observó como Hoseok ponía los ojos en blanco por culpa del placer y, tomando más confianza, comenzó a mover su mano con mayor velocidad sobre la caliente erección del pelirrojo. Los gemidos de Hoseok comenzaron a incrementar en volumen, volviéndose ruidoso y descuidado con cada segundo transcurrido.
El aroma a celo se potenció, Yoongi casi podía saborear en su lengua la excitación que desbordaba por cada poro de Hoseok. Sus ojos bajaron por el cuerpo semidesnudo del menor, sus pupilas dilatándose al observar como la entrada brillante y rosada del menor expulsaba lubricante abundantemente. Sin dejar de masturbarlo, Yoongi acomodó su cuerpo correctamente para dejar su rostro a la altura de la entrepierna del pelirrojo y, sin previo aviso, engulló la erección ajena entre sus ávidos labios.
Ante el contacto, Hoseok gimió ruidosamente, arqueando la espalda y encogiendo los dedos de sus pies ante la abrumadora sensación de placer. La fiebre y el calor de su lujuria, provocó que el sudor resbalara por todo su pecho e hiciera que su camiseta se le pegara a la piel. Una vista ciertamente maravillosa, que tenía a Yoongi totalmente hipnotizado y jadeando por aire.
Sin apartar su mirada del rostro sonrojado de Hoseok, Yoongi continuó succionando con avidez la pesada erección entre sus labios y lamiendo cada extensión como si su vida dependiese de ello. Sin embargo, pronto se dió cuenta de que eso no sería suficiente como para lograr que el omega en celo se corriera, así que con muchísimo cuidado lo giró, dejándolo recostado sobre su estómago y con el culo elevado en el aire.
"¿Omega? ¿Qué...? ¡Oh, si!"
Hoseok enterró el rostro en la almohada y olvidó lo que había intentado preguntar, es más, en ese momento había olvidado incluso su nombre al sentir la húmeda lengua de Yoongi lamer el borde de su lubricado agujero.
¿Quién necesitaba un estúpido alfa cuando él podía tener a ese omega raro haciéndole ver el cielo con solo su lengua?
El mundo pareció dar violentas vueltas a su alrededor, dejándole indefenso y tumbado sobre aquella cama como si su cuerpo hubiese perdido las fuerzas, con solo la lengua de Yoongi atendiendo la necesidad que le quemaba las entrañas.
Sus muslos temblaron y sus caderas se menearon, buscando y persiguiendo la deliciosa humedad de la boca de Yoongi, quién lamía su dilatada entrada con tal habilidad que su erección se sacudió ante el placer. Sintió aquel músculo rosado y húmedo comenzar a adentrarse más y más por su entrada, dilatando sus paredes hasta que Yoongi pudo ser capaz de follarle, literalmente, con su lengua.
Los gemidos que abandonaron su garganta se volvieron más necesitados y desastrosos, sentía su lubricante natural escurrir por su abertura y delizarse por el mentón de Yoongi. Era un desastre, aquello era un verdadero desastre que el lobo de Hoseok no lograba comprender pero al que ya no podía resistirse.
Sus muslos estaban húmedos y temblorosos, su respiración completamente desastrosa e irregular. El calor se arremolinaba en su vientre bajo lentamente, avisándole que su orgasmo pronto le azotaría. Sin embargo, la lengua de Yoongi no era suficiente para apagar la llamarada que encendía sus entrañas, las cuales pedían a gritos por un nudo.
"Omega, omega, p-por favor, t-tus dedos" rogó, meneando las caderas con desesperación.
Yoongi no se hizo esperar, rápidamente introdujo dos de sus dedos dentro de la entrada de Hoseok, la cual se contrajo alrededor de sus falanges con necesidad. Ante aquello, Hoseok simplemente se desplomó sobre la cama, hecho completamente un desastre de fluidos y gemidos desordenados.
Los dígitos del peliazul se movieron dentro de la cavidad de Hoseok, entrando y saliendo con rapidez mientras buscaba a tientas el punto dulce en su interior. No tardó en encontrarlo y, cuando presionó aquel lugar especial, observó como la espalda de Hoseok se arqueaba de una manera tan obscena que sintió su propia entrada dilatarse en excitación.
Jugueteó con sus dedos en el interior de Hoseok un poco más, golpeteando su próstata una y otra vez con la punta de sus largos dedos antes de sentir como las paredes internas de Hoseok se apretaban alrededor, justo después el omega en celo se corrió con fuerza contra las sabanas.
La habitación se quedó en silencio por unos segundos, solamente la respiración agitada de Hoseok rebotando en las paredes. Yoongi lentamente retiró sus dedos del interior de Hoseok y se dejó caer a su lado, con la erección aun escondida entre sus pantalones y su agujero húmedo por su propio lubricante.
No le importaba, Hoseok era quién estaba en celo y quién merecía su atención y cuidado.
"O-omega, eres tan bueno" susurró Hoseok, su voz saliendo destrozada.
Yoongi giró el rostro para mirarlo y descubrió que el pelirrojo le observaba con una sonrisa modorra en los labios. Su corazón se agitó en el mismo instante en que Hoseok se acurrucó contra su costado, también dejando un beso sobre su pecho y cerrando sus ojitos perezosamente.
"Tu lobo ya me aceptó, ¿eh?" murmuró Yoongi, apoyando su mejilla contra la coronilla del menor.
El aroma de Hoseok fluctuó en el aire incluso más dulce y potente, como si su lobo le diera una afirmativa a través de sus feromonas a pesar de encontrarse dormido.
Ante aquello suspiró tranquilo y cerró los ojos, por un momento había temido que Hoseok le echara de una patada por no ser un alfa y no le dejara ayudarlo. Pero su omega había cedido, le había permitido tocarlo y aliviarle como cualquier pareja normal y eso, oh, eso era bastante gratificante para su inseguro corazón.
Porque ahora estaba seguro de que él y Hoseok podían estar juntos sin que sus familias, la sociedad o sus naturalezas se opusieran a su amor.
Y si nada de eso podía separarlos, entonces nada más podría hacerlo.
bueno, sin comentarios
decidí poner un poco de
hobi bottom (aunque no
soy muy fan) para equili-
brar esto de la versatili-
dad jejeje :3
en fin, espero les haya
gustado xq la vdd a mi
me sigue dando pena
escribir estas escenas XD
gracias por comentar y
votar, nos leemos en la
próxima actualización
(¿y el último cap?) los
amoooooooooooo <3
# # fairyoongis.
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