024
Yoongi sintió su pecho calentito en cuanto Hoseok le tomó del brazo para arrastrarle a través de los pasillos, sin importarle las miradas indiscretas que los demás estudiantes les dedicaban. Mordió su labio y simplemente le siguió, era la hora del receso y había planeado pasar su tiempo solo, como había estado acostumbrado a hacerlo los últimos días. Sin embargo, Hoseok le había interceptado en el mismo momento en el que salió de su salón y ahora estaba allí, siendo arrastrado a quién sabe dónde por el sonriente pelirrojo.
A decir verdad no le importaba, Yoongi seguiría a Hoseok hasta el fin del mundo.
Así que no se quejó y le siguió con confianza, viendo como el más alto parecía querer contener la evidente emoción que quería desbordarse fuera de su cuerpo. No supo cuantos pasillos doblaron y atravesaron hasta que por fin llegaron al auditorio, allí donde se presentaban las obras de teatro y algunos otros eventos escolares. Frunció el ceño algo confundido por el lugar elegido, pero su expresión de desconcierto se convirtió en una sonrisa tímida cuando vió a dos personas esperándoles sobre el escenario.
Eran Taehyung y Seokjin.
"¡Hyung! ¡Hola, hyung!" Taehyung exclamó emocionado, bajando del escenario de un salto y corriendo hacia él.
Yoongi soltó una risita ahogada en cuanto el alto y delgado cuerpo del alfa colisionó torpemente contra el suyo, sintiendo también como los brazos ajenos le rodeaban la cintura en un abrazo tan eufórico que incluso le levantó del suelo.
Ah, había extrañado tanto a ese alfa tonto.
Se dejó abrazar, cerrando los ojos y dejando su frente apoyada sobre el hombro de su mejor amigo y simplemente disfrutando del contacto. Aunque, segundos después, tuvo que removerse incómodamente cuando accidentalmente las manos del alfa rozaron las heridas de su espalda que la camisa del uniforme ocultaba.
"Tae, bajame baboso" pidió, ocultando el dolor en su voz y tratando de disimularla con un tono burlón.
Enseguida el alfa le bajó y le regaló una enorme sonrisa geométrica que dejaba a la vista todos sus blancos dientes. Oh, jodido alfa adorable.
"Lo extrañe mucho hyung, nunca habíamos estado separados por tanto tiempo" lloriqueo el alfa con tono berrinchudo, Yoongi rodó los ojos ante la actitud infantil del castaño.
"Ya, ya, deja de lloriquear" dijo fingiendo fastidio, aunque su sonrisa era imposible de contener.
"¡No vuelva a abandonarme o lloraré eternamente!" exigió con exagerado dramatismo.
Yoongi suspiro, reconociendo para sus adentros lo mucho que había extrañado la actitud infantil y melodramática de su mejor amigo.
"Esta bien, esta bien" aceptó mientras soltaba una risita. "Siento haberme distanciado de ti, Tae" agregó, viendo como el alfa le regalaba una mirada conmovida ante su disculpa.
Yoongi sabía que detrás de esa fachada juguetona, estaba un preocupado alfa que había estado triste por la separación a la que lo obligó a permanecer.
"¿Y yo qué? Nadie piensa en este hyung mortificado" fue turno de Seokjin para hablar, pues no había querido interrumpir el momento entre Taehyung y el peliazul.
"La verdad es que no" molestó Yoongi, viendo como el mayor pintaba una expresión completamente ofendida en su bello rostro.
"¡Oye! ¡Mocoso sin cora-!" el quejido del beta fue completamente interrumpido por Yoongi, quién lo abrazó fuertemente de imprevisto.
Yoongi suspiro en cuanto Seokjin correspondió el abrazo, expresando así lo mucho que ambos se habían extrañado. Él y Seokjin tenían una dinámica más complicada, pues ambos solían hacerse bromas y fingir que no se querían tanto, pero en el fondo ambos reconocían lo muy importantes que eran para el otro y Yoongi estaba seguro de que ese abrazo diría mucho más de lo que podrían decirse en voz alta.
"Lo extrañe mucho hyung" murmuro en voz baja y con algo de timidez, no estaba acostumbrado a decirle esas cursilerías a su hyung.
"Yah, yo también mocoso" admitió el mayor antes de separarse del abrazo con una sonrisa en los labios.
El auditorio quedó en silencio después de eso, Yoongi se acercó hasta Hoseok -quien había decidido no intervenir en la escena- y sin previo aviso le sujetó por las mejillas para depositar un pequeño y suave besito. Hoseok al instante enrojeció por el gesto inesperado.
"¿Y eso?" murmuro, parpadeando lentamente para procesar el momento.
"Gracias por traerme con ellos, seguramente no lo habría hecho yo mismo por mi cuenta en un largo tiempo" admitió con una expresión algo triste en su rostro, Hoseok formuló un puchero.
"No agradezca, solo quiero que usted esté bien" confesó, subiendo sus manos a la cintura del mayor para abrazarlo por ahí.
Yoongi suspiro contento y envolvió sus brazos alrededor de la nuca del menor para corresponder al abrazo. Sabía que las cosas no habían cambiado, en su hogar las cosas seguían tensas, sus compañeros no dejaban de tener un ojo sobre ellos y sabía que Hoseok le ocultaba algo, pero quería fingir por un momento que todo estaba bien ahí entre los brazos de su omega y las presencias de sus amigos.
Ya después volvería al mundo real y seguiría sobreviviendo a él.
"Deberíamos ir a almorzar juntos, ¿qué dicen?" Seokjin dijo, llamando la atención de la pareja.
"¡Si! Eso sería genial" acotó Hoseok, dejándole una última caricia a la espalda baja de Yoongi antes de separarse del abrazo por completo.
"Llamaré a Jimin para que nos acompañe" avisó Taehyung mientras sacaba su teléfono móvil de su bolsillo.
"Oh, oh, ¿puedo invitar a dos amigos? Ya los conocen, son Namjoon y Jungkook" pidió Hoseok mientras le hacia ojitos a Seokjin.
El mayor de todos rió encantado por el carisma del pelirrojo y asintió, viéndose incapaz de negarse ante esa mirada de cachorro tan adorable. Hoseok por su parte chilló emocionado al recibir una afirmativa y enseguida se encargó de contactar a sus dos amigos.
Yoongi en cambio simplemente observó en silencio todo, admirando como sus amigos y los de Hoseok se reunían minutos después en las mesas exteriores para compartir sus almuerzos. Y aunque a Yoongi le hubiese gustado sentarse al lado de Hoseok para recargar su cabeza en el hombro ajeno e inhalar su aroma, se la pasó totalmente a gusto con la presencia de Jimin a su lado, siendo aún más cómodo cuando notó que el alfa cachetón probablemente se había rociado de neutralizador pues no sentía su aroma picándole en la nariz.
Por un momento, sentado allí rodeado de risas, se sintió completamente como un adolescente omega normal.
Aunque la realidad distaba mucho de ello.
Yoongi suspiro pesadamente en cuanto cerró los ojos, dejándose caer rendido en su colchón. Había sido un largo día de clases, pero al menos las miradas indiscretas por parte de sus compañeros habían disminuido considerablemente. Quizás no del todo, pero algo era algo y le daba la sensación de que comenzaban a olvidarse de los chismes suyos para concentrarse en otros.
Lo que fuese, lo agradecía. Sentía que podía respirar mejor ahora que no se sentía vigilado.
Satisfecho con aquel avance, se estiró en su cama con cuidado, procurando que su cara quedase enterrada entre las suaves telas de sus mantas y su estómago contra el colchón, totalmente bocabajo para que las heridas en su espalda no le dieran problemas.
Deseaba que las marcas de la fusta en su piel sanaran antes de que a su padre se le ocurriera pintar unos nuevos.
Pronto la habitación se inundó de su aroma dulzón, demostrando lo relajado que estaba allí en su lugar seguro. Ante eso, se sintió adormilado y decidió que sería buena idea tomar una siesta antes de que su padre llegase del trabajo y todo se pusiera tenso. Cerró los ojos, su cuerpo lánguido sobre el colchón dispuesto a descansar, seguía sin quitarse el uniforme pero no tenía ganas de levantarse para quitárselo y que por ello se le ahuyentase el sueño.
Estuvo a punto de quedarse completamente dormido, pero el ruido de la puerta siendo cuidadosamente abierta le interrumpió. Con cansancio alzó el rostro de donde lo tenía y admiró como su madre se deslizaba dentro de la habitación con sigilo. Ante aquella escena, Yoongi no pudo evitar fruncir el ceño con confusión pues, aunque le doliera admitirlo, su madre procuraba siempre estar lejos de él para evitar que la ira de su padre se volcara sobre ella.
"¿Mamá?" murmuro algo somnoliento, ella enseguida levantó la mirada en su dirección.
"Yoongi" suspiro la mujer antes de acercarse a su cama con pasos titubeantes, luciendo casi como si se sintiese fuera de lugar.
El peliazul se sentó lentamente sobre su colchón, tallando unos de sus ojos con su puño para aclarar su vista. Parpadeó suavemente y observó como su madre se acercaba hasta sentarse a un lado de su cama, los ojos de la mujer reflejaban un cansancio y amargura que le erizó la piel al pálido.
"¿Qué sucede, mamá?" murmuro, acercándose a ella para poder mirarla bien.
La mujer soltó un suspiro y bajó la mirada fingiendo que sus inquietos dedos eran más interesantes que la mirada preocupada de su hijo.
"Lamento tanto todo" susurró ella, su voz saliendo tan temblorosa que Yoongi casi saboreó las lágrimas ajenas. "Lamento no poder hacer nada para impedir que te dañe" añadió mientras lágrimas amargas se escurrían por sus mejillas en un llanto silencioso.
El corazón de Yoongi se apretó en su pecho
Como pudo, sostuvo el rostro de su madre con ambas manos, tratando desesperadamente de limpiar cada una de las gruesas lágrimas que caían por su fino y demacrado rostro. Oh, su madre lucía tan exhausta, incluso se veía más vieja de lo que realmente era. Su padre, ese alfa desgraciado, se estaba tragando la vitalidad y la juventud de esa pobre omega.
Lo odiaba tanto, lo odiaba por someter a toda su familia a una infelicidad de la cual parecían no poder escapar.
"No te disculpes mamá, tú eres víctima igual que yo" consoló, sus ojos oscuros dedicándole una de las miradas más compasivas que tenía a su progenitora.
Sin embargo, ella negó, su rostro arrugandose en cruda culpa.
"Si yo fuera lo suficientemente valiente lo dejaría, te tomaría a ti y a Chaeyoung y los llevaría lejos de tu padre para mantenerlos a salvo" confesó en un susurro, claramente temerosa de que sus palabras fueran escuchadas por oídos indebidos. "Pero no lo soy, no soy capaz de dejar a mi alfa aún cuando me duele el alma cada que veo sufrir a mis cachorros" sollozó, sus ojos agotados luciendo llenos de rencor.
Yoongi también sentía rabia correrle por las venas en ese momento, le dolía ver a su madre tan impotente y desamparada pero no poder hacer nada. En momentos como ese desearía ser un alfa solo para poder ser capaz de enfrentar a su padre y salvar a su familia.
"Podemos hacerlo mami, podemos huir" susurró, dejando ir el rostro de su madre para poder sostenerle las manos con firmeza.
Su expresión entera se volvió una de completa determinación, tanta que su madre le miró algo cohibida.
"¿Cómo? Si le pido el divorcio me lo negará y nos hará daño, además, no tenemos a dónde más ir cielo" se lamentó, apretando las manos de su hijo con impotencia. "Soy una omega inútil, no termine la escuela y así no me darán trabajo, ¿cómo los sacaré adelante?" añadió entre dientes, luciendo claramente enojada consigo misma.
"Huyamos mamá, simplemente huyamos lejos de aquí, lo demás puede esperar pero huir sería el primer paso" rogó desesperado, soltandose del agarre de su madre para poder acurrucarse en busca de su calor maternal.
Se sintió casi como si regresara a tener cinco años, cuando corría a ocultarse en el pecho de su madre para protegerse de los monstruos que vivían debajo de su cama. Y aunque en ese momento también buscaba protegerse de un monstruo, el que le atemorizada ahora no era uno de su imaginación, sino que era su propio padre.
Era tan devastador notar como las cosas cambiaban en solo años.
Tan notable como que ya no cabía en el regazo de su madre porque ahora era más alto que ella, o que el aroma de su progenitora ya no era dulzón y tranquilizador, sino amargo y enfermizo.
Y todo por culpa del monstruo que vivía aterrando a toda la familia.
"¿Huir lejos?" susurró la omega, sujetando la parte posterior de la cabeza de Yoongi para sostenerlo más cerca de su cuerpo.
"Si, lejos de él, para siempre" murmuro con claro tono anhelante y soñador.
Su pecho se agitó en emoción cuando, después de tantos años, volvió a escuchar la melódica risa de su madre.
"Suena como el plan perfecto" suspiro ella, claramente ilusionada. "Deberíamos intentarlo, ¿no crees?" susurró acariciando la espalda del peliazul.
Yoongi sonrió emocionado con su rostro completamente oculto en el pecho de su madre, las lágrimas de felicidad agolpándose en el borde de sus ojos ante el fuerte sentimiento de esperanza que se alojó en su corazón.
"Si, deberíamos hacerlo" coincidió antes de separarse lo suficiente como para mirar a su madre. "No justo ahora, no mañana, pero pronto. Debemos tomarlo de sorpresa y huir de aquí Chaeyoung, tú y yo, ¿qué dices?" sus ojos estaban anegados en lágrimas pero su sonrisa era tan genuina que incluso pararía una guerra.
"Suena perfecto"
Y su madre volvió a abrazarlo contra su pecho, casi como si quisiese ocultarlo del mundo entero para que nada más le hiciese daño. Sentirse así de nuevo, entre los brazos de su madre, se sintió maravillosa y jodidamente reparador.
"Bien. Pero de momento, dejame curarte lo de la espalda, cielo" pidió la omega mientras sorbía su nariz.
Yoongi simplemente asintió y sin decir nada se dió la vuelta para darle la espalda a su madre, con cuidado se quitó la camiseta para dejar su torso al descubierto y se acostó bocabajo en silencio. Pronto sintió las delicadas manos de su madre esparcir ungüento delicadamente por cada herida de su piel, buscando que con ello sanaran más rápido. Después de eso, le obligó a enderezarse para que pudiera vendarle cuidadosamente, rodeando su torso y apretando solo lo suficiente.
Una vez estuvo satisfecha, su madre volvió a abrazarlo y ambos quedaron recostados sobre su cama con tranquilidad. Y solo porque Yoongi no quería romper el hermoso silencio fue que no se atrevió a mencionar nada sobre el aroma de su mamá, el cual dejó de ser amargo y regresando a ser dulce.
"Eres lo más importante para mi Yoongi, tú y Chaeyoung" murmuro la omega mayor mientras dejaba reposar su mejilla contra los cabellos teñidos de su hijo.
"¿Qué yo qué?" la voz de Chaeyoung rompió el silencio quedito, ambos omegas mayores rápidamente miraron a la entrada de la habitación topandose con la pequeña.
"Que te queremos" resolvió Yoongi con una sonrisa cariñosa, la sonrisa de la infante no tardó en aparecer en su redonda carita.
"¿Mucho, mucho?" preguntó, dando ligeros saltitos sobre la punta de sus pies con entusiasmo.
"Mucho, mucho" confirmó su madre, mirando con adoración a su hija.
"¿Entonces yo también puedo subirme a la cama con ustedes?" preguntó con suma emoción, tanta que mordió su labio inferior para no exclamar tan fuerte.
"Claro, ven aquí"
Y la niña no espero otra señal para lanzarse contra la cama y acurrucarse en medio de su hermano mayor y su madre, incluso soltando un ronroneo bajito en cuanto se vió rodeada del calor de los omegas mayores.
"Mhm, mami y hermanito son calentitos" murmuro la pequeña mientras apoyaba su cabecita en el pecho de su mamá.
La omega sonrió, tratando de reprimir las lágrimas que se juntaron en sus ojos. Le dolía reconocer que su cercanía con sus hijos era casi nula gracias a su temor (su estúpido temor, según ella) por la ira de su alfa. Se odiaba por temerle tanto como para alejar a sus hijos pero ahí, acurrucada entre sus cachorros sentía que volvía a recuperar la paz que estuvo extraviada por tantos años en su vida.
Claro que, como todo lo bueno que le pasaba a los Min, la paz no duró demasiado ya que los tres pudieron escuchar el ruido de la puerta ser cerrada con brusquedad anunciando que la presencia del señor Min estaba de vuelta.
Y por lo tanto, la burbuja de paz se reventó.
Yoongi vió a su madre levantarse con rapidez de la cama para salir de la habitación cuanto antes, sin embargo, tomó la muñeca de su madre y la obligó a mirarlo por un segundo más.
"Tranquila mamá, no olvides que huiremos de aquí" recordó en un murmullo bajísimo, temeroso de que el miedo le hiciese olvidar la promesa recién hecha.
Ella simplemente asintió, la nube de terror disipándose un poco de los ojos de la omega antes de que abandonara la habitación de una vez por todas. Yoongi suspiro y miró de nuevo a Chaeyoung, quien le observaba curiosa desde su regazo.
"¿Nos iremos de aquí?" susurró en su oído, como si fuese un secreto nacional.
Yoongi sonrió y asintió despacio, para después juntar su dedo índice contra sus labios mientras murmuraba un "shh".
"Pero es un secreto Chae, no lo digas en presencia de papá" susurró de vuelta contra la orejita de la niña.
Ella sonrió emocionada y asintió tan fervientemente que Yoongi temió que se hiciese daño.
"Secreto" prometió, antes de bajarse de la cama a toda velocidad para salir de la habitación como si fuese un espía.
Yoongi rió despacito y suspiro en cuanto se dio cuenta que estaba otra vez solo en su habitación. Subió su mano a la altura de su pecho y presionó su palma allí, sintiendo el retumbar que su pecho emitía ante los latidos desbocados de su corazón.
Huir lejos de su padre, era un fantástico sueño que deseaba cumplir pronto.
buENAAAS
actualización nocturna xq
soy una desempleada que
terminó de escribir a esta
hora XD
en fin, lamento haberme
tardado tanto en actualizar
y lamento también que este
capítulo casi no hubiese sope
pero quería centrarme un
poquito en yoongi, dsp de
todo lo que pasó se lo merece
como sea, gracias por leer y
votar, los amoooo <3 nos leemos
en la próxima actualización!
⌗ shyoongichi.
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