«A veces hace falta oscuridad para ver mejor las cosas»

Donato Carris.

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Antoine

Escucho un fuerte pitido que hace que mis oídos duelan demasiado, me mareo y decido tomar fuerzas para levantarme. Analizo un poco la situación y observo a Cely tirada en el suelo con bastante sangre en su rostro.

Todo el lugar está lleno de humo y algunos escombros se alcanzan a ver.

Eso no fue una explosión normal. Lo que recuerdo es que de la explosión también salieron rayos naranjas como corrientes de electricidad.

Creo que mi mente me estará engañando ya que me golpeé la cabeza, me asomo por el lugar y el humo empieza a expandirse. Hay miles de personas muertas en toda la calle, dónde se suponía que estaba la veterinaria solo hay sangre y escombros.

Hay demasiada sangre, armas y autos -los cuáles la mayoría- ya no se pueden distinguir de lo destrozados que quedaron. Observo algunos cuerpos quemados en un lado y otros no son reconocibles.

Me escondo en mi puesto y me dan ganas de vomitar.

¿Qué demonios sucedió?

—¿Qué hacen aquí? —grito del susto al ver a Amelia detrás de mi.

Está de pie como si nada hubiera sucedido, no tiene ninguna herida o rasguño.

—C-Cely... —no puedo hablar del nerviosismo—. Ella me trajo hasta aquí.

Creo que eso la convenció, sus ojos siempre reflejan terror; aparto la mirada como lo he estado haciendo últimamente.

Sus ojos son sospechosos, no parecen reales.

«¿Será que...»

—Agarra a Cely, vámonos, en un momento llegarán las autoridades.

Asiento y cargo a Cely en la parte de atrás de mi espalda, mis piernas tiemblan un poco por el peso.

Dios, que débil soy.

—¿Dónde está Jake? —le pregunto al percatarme que no llego con ella.

—Regresa en un rato, ¿Vinieron en auto? —asiento lentamente—, Supongo que la moto en la que llegamos quedó destruida —sigue caminando y no vuelve a mirarme en ningún momento.

—Si... no está tan lejos.

Sigo temblando como un idiota y mi cerebro aún no asimila la situación.

—Está bien, vámonos —noto un poco de tristeza en su tono de voz, pero creo que es mi imaginación.

Me gusta mucho su acento, su voz es muy suave y relajante.

«No pienses en esas cosas»

Mi mente procesa un plan para escapar de aquí, pero después de esa explosión prefiero ir con ella.

«Después de un tiempo te acostumbras»

Recuerdo las palabras de Shaira mientras me esfuerzo para caminar.

Diablos, lo dudo mucho.

Después de un rato encontramos el auto que trajo Cely al arrastrarme hasta aquí, entramos y todo queda en un silencio espantoso. Acomodo a la chica con cuidado en la parte de atrás para que no se golpeé.

Ya no se ni en quien confiar.

Algo en mi interior me dice que ellos son los buenos de todo esto, pero al trasmitir tanto terror pienso en lo contrario.

Jake entra al asiento de copiloto y él si tiene algunas heridas, su traje está roto en algunas partes, y su rostro está lleno de sangre.

—Lo siento, estaba... —cuando voltea hacia atrás se queda en silencio y sus ojos brillan un poco.

—Vaya que sorpresa... —dice sonriendo como un maniático, me confundo aún más, pero su forma de sonreír me hace temblar.

Su tono de voz es diferente y parece otra persona.

—No quiero escucharte, por ahora solo lleguemos a casa —Amelia le dice y arranca el auto.

Jake asiente y se acomoda en su puesto.

Este es un espantoso y confundible momento.

Me quedaré con ellos para investigar más, siento que los he visto en alguna parte.

No... sé que los he visto, pero al tratar de recordar me duele más la cabeza y me la toco inconscientemente.

—¿Qué tan fuerte te golpeaste? No puedes morir aún —Amelia me pregunta analizando mi estado.

—No lo sé... —me duele más y siento más ganas de vomitar.

—Tomate esto chico, son pastillas para el dolor —Jake me ofrece un sobre de pastillas con una botella de agua y lo miro confundido.

Recibo el sobre y trago la pastilla enseguida, está me provoca sueño y mis párpados empiezan pesar, pasan los minutos y empiezo a quedarme dormido en el asiento.

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Amelia

—¡Tienes que ser mas cuidadoso la próxima vez! —le grito al chico.

Lo único que hace es sonreír como si al haber provocado tal explosión lo alegrara.

Me harté.

Saco el arma que se qué está debajo del volante y apunto a su cabeza con rapidez, el se queda rígido en su puesto y el único sonido que llena la camioneta son nuestras respiraciones entrecortadas.

El me mira de reojo y sonríe con burla.

—Cuando ví a esos imbéciles lo primero que se me vino a la cabeza fue destruirlos... sé que pensaste lo mismo —dice riéndose, tenía años que él no aparecía así, si vuelve a suceder no volveré a ver más a Jake—. Si piensas que consumiré a Jake estás equivocada, somos el mismo cuerpo, es estúpido pensar eso —le brindo una mirada de furia y le quitó el seguro al arma.

—Intenta una sola maldita cosa y sabes que no dudaré un segundo en matarte.

Él cierra los ojos aún sonriendo y suspira.

—Ya veo... Te preocupan estos dos ¿no? —señala hacia atrás burlándose, los mencionados se encuentran profundamente dormidos y yo evitó mirar hacia su dirección—. Que decepción, antes todos te temían, y ahora le tienes compasión a un chico porque te recuerda a alguien.

—Deberías desaparecer, sabes que detesto tu presencia.

—Lo sé, por eso volví, me aproveche de la situación —se ríe y se recuesta en su puesto—. Extrañaba ésto ¿Sabes?

Yo no, para nada lo extrañaba.

Bajo el arma con lentitud y respiro con pesadez cuando el se pone el cinturón de seguridad. Enciendo el auto arrancando con rapidez y observo todo a mi alrededor buscando alguna señal de los dos idiotas.

Sabía que era una maldita trampa, pero me causaba curiosidad saber cómo nos encontraron.

Tenemos que tener más cuidado.

El recorrido es largo y silencioso, estoy cansada, algo aturdida. Nunca creí que volvería ver a ese par, son parte del pasado, espero que así se quede.

Llegamos a casa una hora después, Shaira nos recibe llegando al auto con un ojo morado y pequeños rasguños en su mejilla izquierda.

Cely se está metiendo dónde no debe.

—Encárgate de él —le señaló a Jake o lo que sea que es ahora, este me sonríe y salgo del auto entrando a la cabaña rápido.

Me siento en el mueble derrotada.

Las cosas no han cambiado como creí, debemos apurarnos con la información o todo se irá al carajo.

Mierda.

Todo se está complicando, siento que en cualquier momento voy a estallar.

Resopló con frustración y miro con atención a Antoine que entra a la sala principal, su rostro no demuestra nada, es neutro y sus ojos cada vez tienen menos brillo. Eso me hace sonreír a mis adentros.

Observarlo me hace acordar a muchas cosas, odio que se parezcan tanto, se ha vuelto doloroso e insoportable.

Maldito niño.

Pero está funcionando todo lo que le hemos hecho, ya casi no demuestra emociones, aunque su miedo sigue.

Se sienta al lado mío un poco lejos suspirando.

—Se que no te gustan las preguntas —dice casi susurrando—. Pero por favor dime, ¿Qué demonios es Jake?

Se pasa las manos por el cabello con fuerza y las baja a su rostro suspirando.

—Jake tiene trastorno de identidad disociativo —es lo único que digo.

No puedo decirle toda la verdad.

Levanta el rostro mirándome sorprendido.

—Eso quiere decir...

—Tiene dos personalidades diferentes... tres, contando la de él, que es la que casi siempre vemos.

—¿Desde cuándo es así? —se acerca un poco más y me molesta su cercanía.

—Desde que es un niño... ha afrontado tantas cosas que su cerebro reaccionó de ese modo. Sus personalidades son tan fuertes que cuando cambian se debe tener precaución.

—¿Cómo son? —su rostro ya no está neutro, demuestra bastante curiosidad.

No puedo creer que le esté diciendo todo esto.

Pero debo lograr alguna forma que confíe en nosotros.

—Eso no te incumbe, pero sus otras dos personalidades tienen nombre, Trois y Deux.

—Sus nombres son números... —dice confundido.

—Yo no me tomé el tiempo de nombrarlos, no me parecía necesario. Él mismo lo hizo.

«Mentirosa»

En realidad otra persona fue la de la idea en ponerle nombre a sus personalidades...

—En estos momentos a quién estamos recibiendo —el concepto que usa es un poco inusual.

—En estos momentos está controlando Trois. Hace años que no salía, me pareció muy extraño....

—¿Es peligroso? —se acomoda asustado.

—Créeme que se cómo controlarlo, pero a veces es...

—No soy tan peligroso —Trois aparece de la nada cerca de Antoine, no me di cuenta en qué momento entró—. ¿Por qué el niño me mira así? ¿Le dijiste quien soy?

Antoine esta pálido y estático en su puesto, sus manos tiemblan y se nota que está sudando frío.

Trois saca un cuchillo de su bolsillo trasero y cuando trato de acercarme lo agarra del cuello y lo levanta del mueble.

—No lo mates —ordeno acercándome.

—Tranquila no le haré daño... ¿Puedo jugar con él? —le acerca el cuchillo al rostro—. Esa cicatriz está muy mal hecha, querida, me hubieras llamado para hacer ese trabajo.

—Suéltalo, no estoy para juegos —trato de acercarme.

—Mataré a este imbécil a ver si reaccionas de una vez.

Le quitó el cuchillo con facilidad y lo pateo con fuerza en su pecho empujándolo lejos, pongo a Antoine detrás de mi y este se agarra de mi cintura como un niño pequeño.

Eso me incómoda, pero trato de no pensar en eso.

—No hice nada malo, solo quería darme a conocer... —empieza a reírse con una mano en su torso—. Yo tampoco soy de juegos, bueno un poco, pero son divertidos.

—Solo lárgate a tu habitación, no te quiero ver.

—Que aburrida eres —me mira con odio por última vez y sube.

—Estoy seguro que nos matará —dice Antoine recostando su cabeza detrás de mi espalda y se aferra más a mí, lo aparto de un empujón con un poco de rabia.

Cae al piso desorientado y me mira con miedo.

—No vuelvas a tocarme de ese modo —lanzo el cuchillo cerca de él y este  queda enterrado en la madera del suelo.

Shaira entra con Cely y la ayudo con la peliroja recostandola en el mueble. Antoine se sienta en una silla cerca aún temblando mirando hacia la nada.

—Encárgate de Jake, yo me encargo de ella, solo fue un golpe —Shaira asiente y sube un poco temerosa.

Si Jake no aprende a controlarse se irá a la mierda todo.

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Glosario:

Deux: Significa dos en francés.

Trois: Significa tres en francés.

¿Qué tal les pareció Trois?

:)

_Nath_