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Capítulo 25

«Es fácil vivir con los
ojos cerrados interpretando
mal todo lo que se ve»

Jhon Lennon.

~~~~~~•~~~~~~

Hace seis años

Ava Dubois

Siento mi cuerpo bastante ligero.

Todo el peso que sentía se va esfumando poco a poco de cada musculo de mi cuerpo. Algo cálido me cubre, pero no logro descifrar muy bien lo que es.

Pero, cuando trato de respirar me doy cuenta que en realidad estoy cayendo, se siente algo muy espeso en vez del aire que tanto necesito ; agua, es tan densa que hace que mi cuerpo se estremezca ante ella.

No sé si es un océano, o un lago; solo sé que llevo cayendo desde hace mucho tiempo, no he llegado al final, o algún fondo donde pueda sostenerme.

Solo caigo y caigo...

No entiendo porque siempre mi cuerpo se sumerge con tanta suavidad... Se ha vuelto agradable caer sin retorno...

Una leve luz ilumina todo el lugar; es un poco molesta, siempre siento necesidad de ir hacia ella. Pero me encanta la sensación de mi cuerpo al seguir cayendo, quiero llegar al fondo, quiero estar en ese oscuro y denso lugar...

¡Ava!

Escucho una voz a lo lejos que hace que me queje un poco cuando resuena con fuerza en mi cabeza, una extraña oscuridad empieza a llenar el lugar y la pequeña luz que había desaparece.

—¡Ava!

Mi respiración entrecortada es el único sonido que llena la habitación.

Trato de inhalar y exhalar con tranquilidad, pero mi respiración no es nada más que jadeos irregulares.

Cierro los ojos con fuerza, tomo una bocanada de aire en un débil esfuerzo de calmarme y una leve sensación cálida invade mi mejilla.

Confundida abro mis ojos con dificultad, pero al observar a Aitor con su palma en mi mejilla un escalofrío me recorre la espalda.

Lo aparto de un manotazo y me mira confundido.

—No vuelvas a tocarme —suelto con un hilo de voz

—Estaba gritando —contesta con sequedad, su mirada se oscurece un poco mientras recorre el lugar con esos ojos carmesí.

Mi respiración sigue entrecortada y noto como mi cuerpo tiembla ligeramente.

Me acomodo en la cama apretando los puños a mis costados.

«¿Que hace acá?»

—Le dije que se levantará temprano.

«Ah, eso»

Mi cabeza empieza a reaccionar un poco y recuerdo que hoy es el cumpleaños de Axel.

—N-no escuché la alarma.

—No importa —dice y se levanta de la cama—. La espero en la cocina signorina.

—Cuantas veces tengo que recordarte que no me llames así —expreso con molestia, pero él ya no se encuentra en la habitación.

Siempre me habla de esa forma tan extraña.

Me levanto de la cama estirándome un poco mientras me dirijo al baño con pereza, me miro al espejo y observo el desastre que soy en estos momentos.

«Ugh»

Me baño con rapidez-o eso trato-y uso un poco de agua fría para quitarme el sueño.

Últimamente no he dormido bien...

Mis pesadillas siempre son de lo mismo, me encuentro en un lugar completamente lleno de agua. Y siempre hay una pequeña luz que resalta en todo lugar.

Supongo que no tendrá algún significado.

Me cambio rápido poniéndome una sudadera gris sencilla y la camiseta negra ajustada que suele utilizarse en el lugar; observo mi cabello con una mueca y me hago una trenza tratando de arreglarlo un poco. Algunos mechones se salen, pero decido dejarlo así.

Camino con pereza hacia la cocina y las personas que van pasando por los pasillos se alejan disimuladamente de mí.

Suspiro sintiendo molestia.

Debería estar acostumbrada a que me tengan miedo. Pero sigue siendo molesto.

Llego a la cocina y observo con extrañeza la escena que hay en el lugar.

Alice y André están tratando de apagar el fuego que llena toda la estufa abanicando sus manos hacia el con desespero; Aitor está buscando cosas con rapidez en los cajones del mesón y un olor bastante fuerte inunda todo el lugar.

Cualquiera se preguntaría porque no usamos nuestras energías para ocasiones así. Pero Adrien nos prohibió usarlas en cosas cotidianas, no podemos acostumbramos a ellas para todo. Dijo que teníamos que aprender a hacer las cosas sin ayuda de nuestra energía.

Entro al lugar pensando en cómo ayudar, pero alguien pasa al lado mío empujandome soltando un grito ahogado.

—¡Qué demonios están haciendo! —el grito de June hace eco en todo lugar, unos empleados llegan detrás de ella y apagan el fuego con un extintor.

—Queríamos hacer el desayuno de Axel —dice Alice casi susurrando.

—¡Les dije que yo me encargaría de eso! —grita de nuevo y suspira mirándolos con furia—. Ni siquiera saben cocinar.

—Ya hemos tenido clases...

—De cosas demasiado básicas —June interrumpe a André y él chico se cruza de brazos molesto.

June empieza a regañarlos recalcando que somos unos irresponsables, mientras ella los regaña yo suelto un pequeño bostezo observándolos a todos.

«Estoy muy cansada»

June ha sido como una madre para nosotros toda la vida, ha sido muy comprensiva y siempre trata de hacernos sentir bien en cualquier situación. Creo que es difícil para ella tratar con cinco jóvenes con trastornos mentales y "poderes" inhumanos.

Siento una presencia extraña a mi lado y todo mi cuerpo se estremece al darme cuenta quién es.

—Buenos días —la gruesa voz de Adrien resalta en la cocina provocando que todos queden en silencio—. Parece que hoy se levantaron bastante temprano.

Me alejo un poco del hombre cruzándome de brazos incómoda.

El ladea su cabeza inspeccionándome de reojo, pero dirige su mirada con rapidez hacia June y ella arruga su nariz con desagrado.

—¿Qué sucedió? —pregunta la rubia.

—Axel tuvo otro ataque.

Los chicos hacen sonidos de queja y escucho como André maldice un poco en susurros.

Axel tiene unos extraños ataques desde hace más de dos años, sus otras almas tratan de tener el control de su cuerpo; el trata de evitarlo, pero, al ser una fuerza tan grande empieza a convulsionar y queda inconsciente por bastante tiempo.

Adrien ha tratado de que él chico hablé con sus otras almas para poder tener poder absoluto sobre su cuerpo, pero Axel se niega a hacerlo.

Se ha convertido en un problema bastante grave.

—Creo que lo mejor es dejar lo que tenían planeado para después —Adrien agrega arreglándose la manga de su bata—, Tienen entrenamiento en quince minutos, rápido.

Todos asentimos en silencio y yo soy la primera que sale del lugar para dirigirme a mi habitación, la puerta automática se desliza hacia un lado y entro al lugar buscando mi uniforme.

Los empleados del lugar nos diseñaron un uniforme para poder usarlo en nuestros entrenamientos, es un traje negro de cuerpo completo que es bastante incomodo, no conozco el material con el que lo diseñaron, pero es bastante ligero.

Termino de ponerme el traje y me observo al espejo con un poco de fastidio.

«Odio los entrenamientos»

Suspiro y agarro fuerzas para ir a la sala de entrenamiento, cuando salgo de mi habitación me cruzo con Alice, pero la chica acelera el paso.

Camino con lentitud y me pongo a pensar en porque me tendrá tanto miedo.

Aunque eso debería darme igual.

La única persona con la que hablo en este maldito lugar es Axel, siempre estamos juntos y trata de hacerme sentir que soy parte del grupo. A veces hablo con June y Aitor también habla conmigo, pero no es mucho lo que conversamos.

Llego a la sala y entro al lugar sintiéndome un poco horrible, últimamente los entrenamientos han sido muy constantes.

Todos nos acomodamos en una línea recta esperando a que nos den órdenes.

Observo en la parte superior la pequeña sala donde nos observan varias personas, contando a Adrien; tiene un cristal bastante ancho para poder vernos bien.

Tiene una altura bastante considerable por si llega a pasar un accidente.

Bueno chicos deben mostrarnos lo que han avanzado esta última semana se escucha la voz de Adrien por los altavoces y hace un ademán con la mano para comenzar—. Aitor comienza tú por favor.

Todos volteamos a mirar al chico y del suelo se levanta una pequeña plataforma que encima tiene un metal que se ve bastante resistente, y al lado de esta hay una vela pequeña.

Aitor cierra los ojos y suspira, levanta su única mano hacia la vela y hace un pequeño chasquido con sus dedos, el fuego de la pequeña vela se vuelve más grande y fuerte, él chico dirige el fuego hacia el metal con fuerza y este empieza a derretirse.

El líquido del metal cae al suelo quemando un poco la plataforma, la vela vuelve a su normalidad y Aitor da dos pasos atrás.

Bien hecho dice Adrien.

Algo que me causa curiosidad de la habilidad de Aitor es que cuando manipula el fuego, se torna rojo. No el típico color que se puede observar en un fuego común, se vuelve completamente rojo.

Parece sangre en llamas.

Suspiro pensando en que mostraré yo, la verdad no practique nada por miedo a que...

«Agh, odio estar aquí»

Observo con cautela a Alice que está a un lado, mueve su pierna con inquietud agarrándose de una forma extraña sus manos con su mirada está fija en Aitor.

Siempre he sabido que ella me tiene miedo, así que no sería raro que actúe así estando al lado mío.

El problema de toda esta situación es que no recuerdo que sucedió para que todos acá me tengan miedo.

Me alejo un poco de ella disimuladamente y Adrien desde arriba me brinda una sonrisa extraña.

De acuerdo, sigues tu Ava Adrien posiciona su mirada en mí, de una manera bastante seria y me estremezco un poco al escuchar mi nombre.

Los chicos voltean a mirarme y una pequeña plataforma aparece del suelo con un pequeño cubo de metal encima de este, la plataforma termina de subir a la altura de mi cintura y observo con miedo el pequeño cubo.

Veamos que aprendiste está semana escucho un pequeño tono de burla en la voz de Adrien y reprimo mi rabia.

Nunca he pasado a los entrenamientos ya que nunca me ha gustado usar mi energía. Siempre decido no utilizarla o irme, a veces ni siquiera llego.

Suspiro tomando fuerzas y posiciono mi mirada en el cubo.

¿Debería mostrar lo que he aprendido?

Aprendí a combinar las energías entre ellas, me di cuenta de que al controlar tantas podía modificarlas y combinarlas de muchas formas.

Nadie lo sabe... Decidí guardarme ese secreto.

Siento un escalofrío en todo mi cuerpo y hago que el pequeño cubo de metal se vuelva líquido. Este empieza a esparcirse en toda la plataforma a punto de caer, pero empieza a flotar en el aire formando una pequeña esfera.

Hago que la esfera se vuelva sólida y cae encima en la plataforma agrietándola un poco.

Levanto mi mira hacia Adrien y una extraña sensación me invade al verlo con una expresión de sorpresa.

Felicitaciones Ava es lo único que dice sin dejar de mirar la esfera.

Siento una corriente extraña por todo mi cuerpo y una punzada en mi cabeza me marea un poco al sentir ese dolor tan desagradable.

Utilizar cualquier energía, mínima función que realice, hace que mi cuerpo se debilite. Nunca he entendido la razón de ello y Adrien no lo sabe.

Empiezo a escuchar un leve pitido que me ensordece y me mareo de nuevo, cierro mis ojos con fuerza calmando mi respiración decidiendo que lo mejor es salir de ahí.

Llego a la entrada con rapidez y salgo del lugar trotando, cuando llego a la mitad del pasillo me recuesto en la pared tratando de controlar mis náuseas.

Suspiro calmando un poco mi respiración y me dirijo a la habitación de Axel. Llego a su puerta y está se desliza mostrándome la habitación, entro con lentitud y observo todo a mi alrededor buscando a Axel.

—Deberías dejarme en paz por hoy, ya te escuché suficiente —escucho la voz de Axel y lo veo salir del baño secando su cabello con una pequeña toalla—. ¿Saben qué? no soporto a ninguno.

Lo miro con extrañeza y recuerdo que puede hablar con sus otras almas, él chico levanta su mirada y crece una sonrisa sincera en su rostro.

—Hola amargada —me dice dejando la toalla encima de un pequeño mueble.

—Feliz cumpleaños... —musito acercándome a la cama y me siento en ella suspirando.

—¿Tuvieron entrenamiento hoy? —dice saltando a la cama sentándose, cruzando sus piernas.

Imitó su acción mientras asiento lentamente. Sube una ceja mirándome de arriba hacia abajo y detiene su mirada en mis manos temblorosas.

—Ya veo... —relame sus labios y me sonríe—. ¿Hiciste lo que te dije?

—Si lo hice, pero... siempre me sucede lo mismo a pesar de haber usado solo dos energías

—Hmmm —Axel trata de peinarse su cabello húmedo y hace una pequeña mueca cuando sus dedos se enredan en los mechones blancos—. Deberías decirl..

—Parece que a cierta señorita le gusta hacer salidas dramáticas —Axel es interrumpido por otra voz y dirijo mi mirada a la puerta.

Entrecierro mis ojos observando a Aitor que está apoyado en la puerta con una mirada bastante seria.

Se acerca hacia mí con pasos largos y me agarra del brazo desprevenida.

—¿Qué haces...? —protesto tratando de zafarme, pero el aprieta más el agarre.

Observa mi mano moviéndola con delicadeza, pero está empieza a temblar con más frecuencia, cuando él hace fuerza sobre mi muñeca.

—¿Ha hablado con Adrien?

Me suelto de su agarre y me cubro la mano mirándolo con fastidio.

—No es de tu incumbencia.

—Ava... —dice con un tono de molestia, y la forma en la que dice mi nombre me inquieta, dirijo mi mirada a Axel que observa a Aitor con cierta sorpresa.

—Él tiene razón, deberías decirle a Adrien —Axel me mira con seriedad también y resoplo con fastidio.

Aitor rodea la cama y se sienta al lado de Axel dándole un puño en el hombro.

—Feliz cumpleaños hombrecito —le dice a Axel y él chico le agradece con una sonrisa.

Axel arruga el rostro y cierra los ojos con fuerza agarrándose el puente de su nariz.

—¿Estás bien? —pregunta Aitor.

—Si... es que los otros hablan al mismo tiempo y es un poco molesto...

—¿Los otros?

—Creo que se refiere a sus otras almas —le aclaro.

—Deberías ponerles un nombre...

—¿Nombres? —dice Axel confundido—. Ni que fueran animales.

Los dos chicos se ríen como tontos y yo niego con la cabeza mirándome por ultima vez la muñeca que ya no tiembla.

—Es buena idea —comento.

—Puedes ponerle números —dice Aitor y su mirada se dirige al otro lado de la habitación—. ¿Hay alguno que siempre esté presente?

—Si... Aunque es bastante callado y siempre tiene una cara de amargado —responde Axel con una mueca—. El otro es un fastidio, es demasiado intenso y siempre tiene algo que opinar.

—Bueno, hay muchas opciones, tal vez algo sencillo como números. O si quieres algo más novedoso, estrellas.

—No lo sé... —Axel mantiene un gesto pensativo.

Suspiro un poco y sigo pensando que no es mala idea.

«Pero... ¿estrellas?»

—Los números no me parecen mala idea, son sencillos y serían fáciles de recordar —propongo mirando a Axel.

Axel no se lleva bien con sus otras almas, así que nunca se tomó el tiempo de nombrarlas.

—Aitor ¿Podrías buscar ideas en un libro? —comenta Axel de la nada.

El chico hace una mueca posando su mano en su cintura.

—Sinceramente es algo importuno, pero podría intentarlo.

«Impor... ¿Qué?»

Aitor es una persona que se mantiene pegado a los libros todo el tiempo, es el que mas sabe de todos aquí del mundo exterior. Tenemos prohibido salir de este lugar porque según Adrien las personas no están preparadas para ver algo tan "diferente", suele enfatizar que este es nuestro hogar.

Aitor es muy curioso-demasiado diría yo-se aprovecha que todos los años en nuestros cumpleaños podemos pedir lo que deseemos, así que el siempre pide libros.

Creo que por eso su forma peculiar de hablar.

Los chicos empiezan a hablar en cómo diferenciar las almas y yo observo por última vez mis manos que ya dejaron de temblar.

«Espero que esto no empeore a futuro»

Observo a los dos idiotas con un poco de diversión cuando empiezan a comentar ideas de cómo hacer que Axel se lleve bien con sus otras almas.

Debe ser terrorífico tener a dos personas más en tu interior.

Duramos toda la mañana hablando sobre el tema hasta que nos llamaron a todos para ir a comer algo; ya que nadie tuvo un desayuno prudente. Axel tiene que quedarse en su habitación ya que no tiene muchas fuerzas para caminar.

El "almuerzo" ha sido bastante incómodo, sobre todo porque me senté al lado de Alice.

«Odio cuando Axel no está»

La chica ha estado temblando durante todo el transcurso de la comida y trato de disimular que no me doy cuenta, pero se nota bastante su miedo.

—Bueno Ava... —Adrien rompe el extraño silencio y reprimo una sonrisa al notar como Aitor pone sus ojos en blanco al escuchar la voz de Adrien—. Parece que has aprendido a controlar tus energías.

No respondo y le brindo una sonrisa que se convierte en mueca.

No quiero hablar sobre el tema, trato de esforzarme, pero me ha costado.

Termino de comer y me levanto de la mesa tratando de no tocar a Alice, camino hacia la cocina y lavo el pequeño plato con rapidez.

Salgo del lugar dirigiéndome hacia el pequeño gimnasio que hay en las instalaciones, acomodo un poco mi uniforme y me pongo unas pequeñas vendas en las manos para protegerlas.

Camino hacia el saco que hay en el gimnasio y empiezo a golpearlo con suavidad.

Adrien siempre ha pensado que soy un fracaso porque no uso mi energía, si él supiera lo que siento en mi cuerpo después de usarla no pensaría lo mismo.

Mis golpes empiezan a tomar más fuerza mientras pienso en que hacer.

Quiero decirle, pero siento que no servirá de nada, tal vez deje de entrenarme o me deseche como dicen los rumores.

«No es como si te importará salir de este lugar»

Golpeó con rapidez el saco y siento una furia incontrolable, golpeó varias veces sin parar y siento como mi puño derecho se entierra en el saco rompiéndolo. Observo con sorpresa el objeto y la arena que empieza a salir de este, saco mi mano con rapidez provocando que la mayor parte de la arena del saco salga con fuerza inundando todo el suelo.

«Mierda»

¿Por qué me esmero tanto en demostrarle a Adrien que soy suficiente?

Suelto el saco de su pequeño agarre principal llevándolo a una esquina del lugar, intento limpiar el pequeño desastre que hice y agarro uno nuevo. Sigo practicando con mas cuidado, creo que dure toda la tarde así porque después de un tiempo observo entrar a Adrien al lugar.

Observa la esquina donde se encuentra el saco que está roto y estoy seguro que su mirada se ilumina un poco.

—Vas a romper el lugar si sigues así —dice acercándose.

Finjo no ponerle atención y sigo golpeando el saco imaginando que es su cara.

—¿Has dormido bien? —pregunta deteniendo su paso ya cerca de mí.

—Eso no es de tu incumbencia.

—Claro que sí... No te has visto esas ojeras —dice en un tono molesto.

No contesto nada y Adrien suspira cansado.

—Hoy te toca revisar que todos se vayan a dormir.

Detengo mis golpes y asiento lentamente respirando con dificultad. Adrien sale del lugar dejándome en completo silencio y me quito las vendas guardándolas en un pequeño cajón.

Salgo del gimnasio bostezando un poco, no sabía que había durado tanto tiempo.

Observo el reloj que hay en el pasillo que marca las nueve de la noche.

Todas las noches algunos de nosotros deben revisar que todos se vayan a dormir, ya que una vez los chicos quedaron despiertos y al día siguiente en el entrenamiento se quedaron dormidos.

Así que para "castigarnos" decidieron dejarnos a cargo de enviar a dormir a todos.

Cuando es mi turno todos se van a acostar temprano...

Es una razón que ya me cansé de mencionar.

Reviso las habitaciones y se encuentran dormidos, pero cuando llegó a la habitación de Aitor no lo encuentro en ningún lado.

Empiezo a buscarlo en todo el lugar y por alguna extraña razón lo encuentro en la sala de elementos de robótica. Lo veo sentando en una pequeña silla y parece que está dibujando algo encima de una mesa.

La puerta de vidrio se desliza y entro a la gigante sala observando los aparatos que hay en todos lados. Me acerco lentamente al chico y toco su hombro con suavidad.

—¡Merde! —él chico se sobresalta en su puesto volteándose provocando que varias herramientas caigan haciendo bastante ruido—. ¿Por qué aparece así de la nada?...

—¿Qué haces despierto?

—Eh... —carraspea con nerviosismo y esconde unas hojas que hay encima de la mesa.

Lo empujó con fuerza y le quitó la hoja, él chico cae al suelo desorientado y observo los planos de un prototipo robótico para un brazo.

Una pequeña sonrisa aparece en mi rostro y el me mira desde el suelo con una mirada seria, sus ojos demuestran un poco de molestia.

Lo ayudo a levantarse del suelo y se soba la parte baja de su espalda sentándose de nuevo en la silla. Queda en completo silencio y hace pequeños movimientos con sus dedos sobre la mesa.

—La verdad es muy buena idea —digo rompiendo el silencio.

—¿Le parece? —noto en su voz un tono de emoción.

—Claro, sería genial verte con un brazo robótico —digo dejando las hojas encima de la mesa.

Analizo su brazo derecho con disimulo recordando lo que nos dijo Adrien. Según lo que recuerdo es que Aitor tuvo un accidente muy pequeño en dónde perdió su antebrazo derecho, aún así a falta de este, es el que mejor le va en los entrenamientos.

—¿Hoy es su turno de revisar si se fueron a dormir? —pregunta y asiento con lentitud—. Con razón todos se fueron a dormir temprano.

Entrecierro mis ojos mirándolo con seriedad y empieza a reírse.

—Es increíble que le tengan miedo a alguien tan pequeño...

—Oh, cállate.

El empieza a reírse a carcajadas y suspira mirándome con burla.

—Es molestando Signorina.

—¿Por qué me dices así? —pregunto con curiosidad, siempre me ha dicho de esa forma, pero nunca he encontrado la razón.

Siempre se dirige a mi de forma extraña.

—Hmmm —parece pensar en algo y me brinda una pequeña sonrisa—. Creo que siempre le he hablado de esa forma, hasta suelo dirigirme así con June.

Lo miro con sorpresa y medito en su respuesta.

—¿Por qué en mi idioma?

—Respeto, supongo —se ríe un poco y se levanta de su puesto—. Desde que nos conocemos creo que nunca me he dirigido a usted por su nombre.

«Esta mañana lo hizo»

—¿Por qué?

Aparta la mirada y organiza las hojas.

—Me parece muy íntimo dirigirme a alguien por su nombre.

Lo pienso bien y es cierto que solo con Axel lo hace.

—Debería ir a dormir.

—No parece que tengas mucho sueño —digo cruzando mis brazos—. ¿Puedo ayudarte con eso?

Señalo las hojas que hay en la mesa analizándolas un poco.

—¿Segura?

Asiento poco convencida, pero prefiero esto a tener otra pesadilla.

Empecé a ayudarlo pensando en que material usaremos para que sea resistente. No me fijé en como pasó el tiempo, pero nos quedamos toda la noche diseñando el prototipo.

Esa noche conocí una parte de Aitor que jamás había visto al frente de otras personas y eso me hizo sentir bastante cómoda con él.

Es bueno saber que ahora tengo a alguien más con quién hablar.

~~~~~~•~~~~~~

Glosario:

Merde!: Mierda! en francés.

Signorina: Señorita en italiano.






_Nath_

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