"Los sentimientos"
La rutina siempre es igual. Ethan se levantaba, desayunaba unas dos tostadas untando con un queso cremoso y bebiendo un café. Luego, estudiaba un poco, se iba al hospital, y desde allí se retiraba a la iglesia para orar y limpiar.
El sacerdote le comunicó a Ethan que no podría continuar limpiando esta catedral. No podía mantenerlo, habían acortado el presupuesto y de su sueldo les estaban abonando hasta el momento.
El joven preocupado por su situación económica se fue, y más en esta época. Marchó a la universidad, y se cruzó con un profesor quien le dijo:
-"Sr. Peterson, buenas noches, ¿qué le ocurrió en el examen? – siguió con cierta intranquilidad- me he quedado asombrado por su forma de responder y resolver los cuestionamientos".
-"No comprendo, ¿me fue excelente? -con sarcasmo rio.
-"Le fue extremadamente calamitoso"
Ethan quedó perplejo al oír algo que no se esperaba y decidió retirarse. Pasó por su bar favorito, y le dijo al mozo:
-"La de siempre".
Se tomó hasta el agua de las flores. ¿Qué pasaría si te cambian la rutina?
Este joven comenzó a caminar de costero a costero, salió del bar. Cruzó la calle con el semáforo en verde, no sabía a donde se dirigía solamente caminaba y tambaleaba. De repente, se aproximaba un coche a alta velocidad, él permaneciendo a unos cuantos metros de la vereda comenzó a correr, y se chocó con un hombre enorme, con barba pronunciada y una mirada fija. Este lo sujetó de la ropa y le preguntó:
-"¿te ocurre algo, maldita rata callejera?"- con tonalidad amenazante.
-"me han dicho cosas peores- continuó- igual está bien por la mentalidad que debes tener"- susurró (si la tienes).
El joven provocaba al hombre, quien medía mas de un metro noventa, bastante corpulento y ya se encontraba irritado.Él comenzó a golpearlo; con una mano lo sujetó del cuello, y con la otra lo golpeó fuertemente en la zona media del estomago, repitiendo de manera consecutiva la acción varias veces hasta asperjar el suelo con sangre. Luego, lo arremetió contra la pared de una casa, mientras varias personas que caminaban por la calle se cruzaban para no entrometerse, nadie llamaba por ayudaba, la pelea continuaba. El hombre sudaba la frente, enrojecido y furioso dio una violenta patada en la parte abdominal, una tras otra. En un momento Ethan le dijo:
-"eso es todo lo que tienes – después lo volvió a provocar diciéndole – siento pena por ti" - sin aliento alguno, sus ojos comenzaron a obnubilarse, su labio inferior cubierto por sangre y sin energía dejó caer sus brazos que sujetaban a los de él a modo de defensa.
El hombre alegó:
-"me aburre escuchar tus comentarios, y... tengo mejores cosas que hacer que perder el tiempo contigo".
Ethan al ser liberado, desvanece en el pavimento, quedando tendido, desangrándose, mientras esto ocurría, una joven que caminaba por la misma calle lo vio. No sabía que hacer, por un lado, podía ser un ladrón que le dieron su merecido o por el otro, un pobre, a quien le dieron una paliza por alguna razón desconocida. La joven decidió ayudarlo. Le preguntó el nombre, pero apenas emitía sonido, solamente gemía dolor. Ella le agarró su documentación, y pidió un taxi. Durante el viaje, él entrecruzó su brazo con el de ella y apoyó su cabeza en su hombro. Realmente fue extraño para ella, que un desconocido la esté abrazando en cierta forma. Intentó sacárselo lentamente. Él, de manera inconsciente, le apretujaba con mayor fuerza. Dando cierta ternura, lo permitió.
Al llegar al apartamento, subieron y ella abrió la puerta. Ethan no era un buen colaborador. Finalmente, lo dejó en su cama y buscó el botiquín. Intentó curar las heridas con una gasa y alcohol. La joven aprovechó y observó la casa, miraba las fotos. No parecía un ladrón, o una persona maligna. Al ver que era una persona "buena" le ofreció un café.
Pasaron unas horas, el sol estaba desapareciendo. Ethan retornó a la realidad, le preguntó:
- "¿y... tú quién eres?".
- "tu salvadora"- riéndose irónicamente y al rato le explicó.
- "¿Cuánto quieres?".
- "Perdón, no aceptaré eso. Lo ayudé y así que mi labor está hecho".
- "Entonces, eres médica".
- "No, no – breve pausa – tomé algunas clases de RCP".
Ethan insistió y ella asió el dinero. Al momento, él le dijo que seguramente habrá revisado su documentación y reclamó el suyo. Respondió: "Francesca".
Tocaron timbre, él abrió. Apareció el propietario del apartamento y le exigió los últimos dos pagos. Ethan le respondió que no podría abonar estos meses, entonces, el dueño no tuvo más opción que darle un plazo de hasta cinco días. Por consiguiente, Francesca le devolvió el dinero pensando que lo necesitaría más. Posteriormente, el joven empezó a empacar. Peterson fue a la catedral y le suplicó al párroco alojarse un tiempo, él no lo permitió. El joven con inventiva le impetró:
- "En la casa de nuestro padre no me alojarás".
- "Joven, no me comprometas, no puedo permitirte eso".
Peterson mostró un rostro desolado, el cual convenció al sacerdote enunciándole con firmeza:
- "Dormirás en la sacristía, por dos días".
Al día siguiente, Ethan se dirigió al hospital. En aquel lugar, se ubicaba la señora Abbie, una paciente con días que progresaba y otros en los que no. Conversaron un lapso corto y luego se retiró. Habló con el doctor:
- "La paciente no se trató a tiempo, sinceramente, le contaré que el estado de salud es de un mes".
El joven salió del sitio preocupado y, en ese instante, se cruzó con Francesca, una muchacha fresca, alegre con un cierto temperamento, vestía una falda y una blusa de conjunto azul oscuro, con su cabello ondulado recogido y su mirada con esos ojos color negro. Él consultó si pertenecía a la zona. Ella replicó con la cabeza afirmándolo y seguidamente interrogó por su vivienda. Ethan sorprendido por creer en que le había conseguido hasta eso. Francesca al darse cuenta del malentendido, lo negó de igual forma, ofreció su ayuda nuevamente. En ese confuso episodio, Peterson dudó mucho por la actitud de ella y se retiró.
Al finalizar el campamento en la iglesia, tocó timbre y le abrió Daniel. El ex párroco le ofreció de beber algo y Ethan aceptó sí tenía algo bastante fuerte. Daniel le contestó que no bebía más, y el joven se rio, después señaló el mueble. Ambos tomaron asiento y pasaron horas. Rieron mucho, contaban aventuras hasta que, en un momento, Daniel le contó:
- "Sabes, muchacho..., si soy padre y me enteró de que mi hija tiene novio, lo mato" – expresando una risa de locura.
- "¿Pero tienes a una hija?".
- "Eh... eh..., sí, pero nadie la va a tocar – bebió un trago – vale más que mil botellas de Everclear".
Ethan pensaba interiormente "espero que no haya salido igual a él". Luego, Daniel preguntó por Connor, aunque no hubo una respuesta, solo un gesto demostrando su insignificancia. Al aparecer los primeros rayos de luz, Ethan fue a visitar a su fiel señora Abbie. La pobre y humilde estaba mejor por los calmantes, su estado en esta mañana mejoró un poco. El joven preguntó sobre el transcurso del tiempo en ese lugar. Abbie al estar en un preferentemente estado de salud como consecuencia se hallaba alegre y curiosa, al interrogar sobre Connor. Ethan fijó la vista en cualquier otro punto, menos el rostro de ella y luego dijo:
- "Se fue de casa" – lo más lacónico y adusto posible.
Abbie inauditamente desconcertada por las palabras y su forma áspera de comunicárselo, despertó su inmediatamente curiosidad e interpeló:
- "¿Cómo es eso?, ¿se fue?".
Peterson se inclinó hacia abajo, levantó solamente su rostro y mientras tenía sus manos cruzadas y sudadas contestó:
- "Ese día..., me acorraló entre él y el otro, yo embriagado opté por la evidentemente elección".
- "Búscalo de nuevo, te hace mucha falta" – exigió que la mirara a los ojos.
- "No puedo, está hecho y lo hecho esta" – expresaba Ethan con tal amargura como una flor marchita, sus manos transpiradas y su nerviosismo incontrolable.
- "Te voy a decir algo, sabes que no soy tu madre ni la persona más apropiada para darte un sermón, sin embargo, te voy a decir de todas formas, podrás alejarte, esconderte, pero no podrás escapar de la verdad por eso hay que aceptarla. Mientras mas tiempo pase, Ethan, más dolerá." – el joven la observó persistentemente y asintió con la cabeza.
El muchacho abandonó el hospital y principió la exploración. ¿Dónde estaría alguien como Connor? El joven se condujo hacia la universidad, donde estudió y también daba clases. Ingresó al sitio, indagó, sin embargo, falló no había asistido más por un período corto. Probablemente, esto sería más complejo de lo esperado. Pensó: "si mi amigo, no daba clases, o da en otro centro, o... trabaja en lo estudiado. Si supuestamente es eso, seguramente, este en una estación de policías, en un hospital, o en algún juicio, ¿tan lejos llegó?".
Marchó a la iglesia, habló con el sacerdote:
- "No lo vi en estos días, posiblemente, este en su casa o en su trabajo".
- ¿Dónde vive o trabaja?".
- Desconozco la ubicación exacta. Creería que estaría en el Departamento de policías de Nueva York y se reside en Central Park West".
No se sintió muy confortable, se dirigió al departamento y un oficial lo recordó e indicó que recientemente egresó hacia su hogar. Ethan preguntó dónde vivía, el oficial no sabía con precisión, una leve visión en Central..., el sargento tenía los datos del cadete, aunque no se encontraba.
Interrogó por su labor y le respondió; "es un licenciado en criminalística". Ethan recordaba la frase de Abbie, sentía culpa por no haberlo elegido, por otro lado, pensaba en si lo odiaría, capaz no debía ir a buscarlo. Caminaba por la calle W96th St y Amsterdam Ave, en aquel sitio se situaba el "Dive Bar", su lugar favorito, divisó del lado contrario de la calle una situación particular, se hallaba Francesca, parecía estar molesta, le hablaba a alguien en el interior del taxi. Entonces, Ethan se arrimó. La saludó y ella le mostró una sonrisa preocupante.
- "¿Quién está adentro?" – habló Ethan señalando el vehículo con los ojos.
- "Mi padre" – con un tono fastidioso.
Intentó verlo Peterson, aunque no lo logró, ella no quería que lo conociera en este estado. Le llegó la inquietud e indagó, qué le había ocurrido. Francesca sin dar vueltas, confesó que hubo un intercambio de palabras terminando de forma violenta. El taxi se marchó con el padre de la joven. Por consiguiente, él amablemente le ofreció tomar un trago. Ella consintió. Se sentaron en la barra y ambos pidieron un "Yuengling & Son". El joven le contaba la historia de esta bebida. En 1829, un hombre alemán llamado David Gottlieb Jingling creó esta belleza de cerveza, la llamó Eagle Brewery. "Pasó momentos duros", le decía Ethan a ella, quien lo miraba con ternura al hablar. Esa cerveza la prohibieron por exceso de alcohol en el siglo XIX, sin embargo, el gran Roosevelt, presidente número treinta y dos de los Estados Unidos derribó esa ley. El nombre se modificó al apellido de su fundador "Yuengling & Son". La gran explicación de Ethan sorprendía, al estar por el tercer vaso.
Francesca le ofreció una propuesta:
- "Tengo que ir a una especie de cita de amigos, es decir, una amiga con su novio y yo, con el mío" – mostrándole una sonrisa pícara al final.
Por supuesto, no accedió a semejante disparate, empezó a decir muchas y repetitivas veces "no". En seguida, ella cambió de tema interrogando sobre su vida. Ethan suspiró, se sujetó la cabeza y abrió la conversación.
- "Busco a un amigo, la persona que me ha cuidado está feneciendo y no tengo un hogar propio".
Aconteció un mutismo, cada uno bebió su trago y luego ella se le ocurrió una magnífica idea:
- "Si ayudo a encontrar a tu amigo, ¿tú me ayudas a resolver mi cita?".
Él accedió con una respiración profunda. Ella anotó los datos necesarios, abonó los tragos y se retiró rozando delicadamente sus labios en la mejilla de él, quedando perplejo al recibir un saludo tan cariñoso en su vida.
A la mañana siguiente, Peterson se dirigió al hospital, en ese sitio, el mismo médico habló con él:
- "Buenos días, le debo comunicar que por si no lo sabía, esto es una clínica privada, nosotros atendemos urgencias como las tuvo la paciente Abbie, sin embargo, usted si o si tiene la obligación de abonar dicho servicio".
Ethan comenzó a ponerse nervioso, (digamos que Manhattan es una de las ciudades más caras de EE.UU.), se sentó y trató de tranquilizarse, pero sus manos empezaron a temblar, luego las piernas:
- "¿Cu... Cu... Cu... Cuan... to... debo abonar?".
El médico le comunicó que el valor solicitado serían unos USD 20.000, arrojándole un baldazo de agua fría, el profesional sin pensarlo le dijo que si no pagaba ese monto se iba la paciente hoy mismo. Ethan no soportaba más la noticia y se fue dejándolo plantado sin respuesta alguna. El muchacho fue a visitar a Francesca, le suplicó su ayuda inmediata para encontrar a su amigo. Comenzaron a pensar: Si Connor trabaja debe estar allí, fuiste y te derivaron con el jefe para hoy. Ellos se dirigieron al Departamento de policías. El sargento no quería hablar con ellos, estaba demasiado ocupado. Ethan insistió, con su ira incontenible, arrojó todos los papeles, máquinas de escribir, el teléfono al suelo. Los policías lo sujetaron entre dos, él no cedía y se acercó un tercero aporreándolo fuertemente en la boca del estómago, otra vez, aunque con más arremetimiento para sosegarlo. Después, lo dejaron afuera del edificio. Ella lo tranquilizaba y razonaba otro lugar. Razonaba: si en el trabajo no sabemos, la iglesia al parecer tampoco, en la universidad fue investigado y el mismo resultado. No sabría qué lugar ir. Ethan se hallaba devastado, sin ansias de nada, meramente recordó que el sacerdote le dijo en Central Park West. La calle era muy amplia y podría estar en cualquier avenida. Comenzaron a preguntar casa por casa. Estaban agotados, caminaron un montón, se acercaba la hora de la cita y aún nada, quedaban unas cuadras más, Ethan siguió y tocó timbre a un departamento de aproximadamente tres pisos, color blanco, era la calle 23 W 83rd St, empezó a preguntar a cada piso. En el segundo piso, cuarto B atendió una voz, dijo:
- "Hola, ¿quién es?".
Peterson reconoció ese tono de voz y le refrescó la memoria. Connor inmediatamente bajó, abrió la puerta y observó sin mostrar una sonrisa, sin manifestar un rasgo de felicidad. Lo saludó como si fuera un extraño, cambiando completamente el clima de alegría que vivían derrumbándose ante la frivolidad de su amigo. Con un tono de voz preocupado le dijo:
- "¿Puedo pasar?".
Connor abrió su puerta íntegramente, Francesca esperó afuera. Ethan rogó un perdón por parte de su amigo. Decidió contestarle:
- "No debo perdonar a nadie, tú escogiste y aquí tienes tus consecuencias".
Él, a pesar de estar luctuoso y contrito, no creyó que esta parte sería tan difícil.
- "No sabes lo que pase sin ti, necesito de tu ayuda, Abbie me lo pidió, eres mi Watson".
Connor estaba a punto de hablar, pero otorgó mutismo y permitió que el silencio y el pensamiento hablen por sí solos.
- "Sabes, la mentira es la verdad oculta" – saltó Connor, quien estaba de brazos cruzados, fijando la vista al suelo.
- "Has oído escuchar 'mejor perdonar que seguir sufriendo'– continuó levantando meramente los ojos – por Abbie, lo haré".
Esa frase fue la desencadenante para que se rompiera el clima tenso que se vivía. Por otra parte, Connor creyendo la relación amorosa entre Ethan y Francesca, conjeturó de modo sarcástico su devaneo. Ethan rechistó, en consecuencia, su amigo lo entendió. Empezó a contarle toda la situación de la señora Abbie. Connor le acotó que a ella no podrían abandonarla, por ende, habrá que romper la alcancía. Ethan solicitó si aprobaría alojarse un tiempo. Ahora bien, el licenciado en criminalística, se condujo hacia el hospital. En tanto, Peterson puso manos a la obra en empacar sus pertenencias y mudarse, además, debe prepararse para la "cita". Llegó al hospital, el médico se mostró inquisitivo, el joven comprendió a donde quería llegar, y le preguntó:
- "¿Usted insinúa derivar a la paciente a un hospital público?".
El médico corrigió:
- "No insinúo nada, este sistema es así, pagas continuas con el servicio, sino...".
Lamentablemente, la verdad es mala, frívola, cruda, perniciosa, sin embargo, es auténtica, pura y veraz. Connor con impotencia le musitó con un tono acre; no vales absolutamente nada, usted debe salvar vidas, no hacerlas sufrir. El hombre quitó el documento el cual debía firmar. Lo realizó. Por otro lado, Ethan en dos mochilas partió a la casa nueva, despidiéndose de Daniel Clifford. Él le citó un rumor de que su hija está en un devaneo un tanto especial, ojalá no sea de tal palo tal astilla. A Peterson no lo inquietó la noticia y se marchó. Mientras Connor sentado en una silla de espera, vio que se llevaban a Abbie. Quedó en shock, al no creer que una persona fuese tan vitupera y orate, por esta razón, corrió hasta alcanzarla, ella lo observó y únicamente barboteo:
- "Dile a Ethan... que me busque, es un favor urgente".
El joven les gritó a los médicos con ímpetu y furia preguntando a dónde se la llevaban y ellos lo ignoraron, subieron a la ambulancia. Su rostro era abatido, a pesar de ello, se dirigió hacia la administración, farfulló sobre el problema. Desconocía la ubicación, eso sí, le recalcaron la deuda.
Ethan ingresó al hogar, su primera impresión fue la total limpieza y orden, el sol estaba cayendo, de igual modo, una luz reverberó en la mesada. Él acomodó sus pertenencias para mantener esa blancura, no obstante, se duchó para luego arreglarse y así vestir una vestimenta acorde a la situación.
Al anochecer, el joven estaba por irse hasta que se arrimó su amigo, quien con desasosiego farfulló el dilema de Abbie. Él lo apaciguó y prometió que mañana se encargaría del trance y se retiró.
Francesca saludaba a su amiga y al novio, al tanto, llegó Ethan y ella apresuradamente se aproximó a saludarlo y le criticó la forma de vestirse caracterizándolo un andurriasmo, él contestó exaltado:
- "¡Es lo mejor que tengo!".
Trató de salvarlo del papelón, igualmente la mancha en la camisa no saldría. Ellos tomaron asiento. Ethan y la otra pareja se presentaron, Amelie era joven radiante con una personalidad acre, mordaz, esto mostró a una persona inversamente fría por tanto era débil, o más bien dicho, sentimentalmente sensible. Su pareja era un muchacho aparentemente normal con una personalidad obsesiva, tozuda y un carácter agresivo.
Comenzaron a conversar de diferentes temas, en cierto momento, Amelie preguntó sobre la relación de Francesca y Ethan, él se atascó mientras comía, al escuchar eso, con toda sutileza arrojó un cubierto al suelo. Francesca se inclinó para recogerlo y el joven también.
- "¡Nunca me dijiste que iba a ser tu pareja amorosa! – continuó farfullando y musitando – ¡me has dicho una cita con amigos!".
Ella le respondió hablándole con el mismo tono:
- "¿Creías que ibas a hacer?, ¿mi amiguito? Para eso invito a una amiga. Otra cosa: uno- te lo había dicho y dos- si te digo que tengo una cita de pareja, es para que lo sea, ahora te la aguantas, ¿capisci?".
Ambos se levantaron, y él empezó hablar diciendo que le gustó de ella su nariz tan grande y gruesa, ella intervino contándoles que le atrajo de él su peca en la mejilla izquierda. Comentó el fanatismo por el alcohol, él sin quedarse callado respondió pues, ella le da placer asilar a las personas desconocidas en la calle, parece que quiere ganar la ruleta. Brandon y Amelie soltaron una tímida risa. Francesca continuó reticente ante Ethan expresando, en otro contexto, el modo de convivencia que sufría con el desorden, los envases de alcohol apoyados por todos lados, copas sucias, ropa mugrienta en el suelo hasta la ropa interior. Prontamente el joven elevó más alto el nivel defendiéndose con un tono más sarcástico, pues él no podía dormir de noche con los resuellos que había, es más, ni embriago se dormía, parecía una especie de tormenta silenciosa que de repente un sonido estruendoso, que se apagaba lentamente y francamente venía el rayo que era cuando se escuchaba absolutamente ese silencio que se asemejaba que falleció y de nuevo. Brandon se reía sin parar, sin duda alguna, en el duelo salió victorioso Ethan, quien luego se fue con el joven a tomar un trago. El novio de Amelie le preguntó, si le gustaría estar con otra. Claramente, no de respuesta inmediata y devolviéndosela. Sorpresivamente, Brandon lo negó repetitivas veces mientras observaba a otras mujeres pasar por su lado y su mirada se le diluía hasta caerse. Luego, se juntaron con sus 'novias'. A medianoche, Brandon dijo:
- "Vámonos".
Amelie se quejó y rechistó. Él con voz más seria dijo nuevamente:
- "Vámonos, ¡ya!" – acatándole esta vez, aunque malhumorada se terminó retirándose. Ethan aprovechó y se fue antes de los reproches y del discurso que supuestamente creería que le diría Francesca.
Él llegó a casa de Connor, todavía estaba despierto, se encontraba sentado con unos mapas sobre la mesa, Ethan le preguntó qué haría, pero Connor le respondió con enfado y reprochándole la salida, la despreocupación por su madre. Peterson saltó.
- "¡No, no y no! – con ímpetu continuó – ella jamás fue, es y será mi madre, solo me cubrió de esos que me querían encerrar, y me alimentó de vez en cuando, mi madre se suicidó esa..." – prefirió conservar el comentario y se retiró a beber.
Caminando por las calles, entró a su bar favorito, pidió lo de siempre, aunque desafortunadamente no tenía un centavo, claramente si no pagabas, no consumías. Egresó hacia el hogar de Daniel, por motivos que no quiso dar Clifford le regaló un Whisky para que se fuera.
A la mañana siguiente cuando los pájaros cantaban, un sonido estruendoso y aturdidor sonó, Ethan, con jaqueca, se despertó del suelo, era Connor arrojando libros de unos cinco centímetros de ancho cerca del rostro, luego le roció agua en el mismo. Se quejó, después su fiel amigo le recordó el compromiso.
Su rutina con respecto a la anterior se modificó, en ese momento, no tenía sus dos tostadas así que comió unas galletas, más tarde, Connor le preguntó, en dónde se la podrían haber llevado. Aunque Ethan sin ninguna duda le respondió:
- "Si es una clínica privada, se la llevarían a una publica, y para no desperdiciar su tiempo la habrán dejado en el más cercano" – ambos se dirigieron.
Amelie paseaba por algún lugar de Manhattan, allí se cruzó a Francesca, quien la saludó amablemente y se disculpó por la cena de la anterior vez, posteriormente le interrogó por el ojo herido y ella rápidamente contestó que se había chocado contra un poste de luz hace cinco o seis días. Sinceramente, su ojo estaba levemente inflamado de color verdoso o pantano. Francesca y su amiga continuaron conversando. Mientras Ethan, en el hospital, esperaba para que lo atendieran, en eso, se arrimó un doctor y lo invitó a pasar. Ingresó solo, allí se hallaba la señora Abbie y le preguntó por su vida, él le dijo que encontró a Connor y volvieron a ser amigos. Ella le dijo a él que le tenía que contar algo muy importante, con sus oídos escuchó:
- "Tuve un marido maravilloso, pero la vida no es perfecta y en un accidente..." – se derramaba una lágrima de sus ojos que contemplaba el amor profundo que le tenía, más bien era el corazón quien desprendía las lágrimas de dolor – tuve un hijo, aunque por no casarme antes, es esta sociedad, lo abandoné – una torrentada de dolor invadió el rostro contrito, luctuoso y marcado por su traspié, el cual marchitaba en cada momento su débil corazón maltrecho.
De forma frívola le dijo:
- "¿qué quieres?".
Seguidamente ella respondió fijándole los ojos como una flecha:
- "¡Encuéntralo!".
Él sin gesticular, sin decir una palabra, abrió la puerta y se fue dejándola con la avidez y soledad. Contó todo a Connor y su amigo le cuestionó su actitud.
- "¿Por qué debo de buscar al hijo que abandono, por algo lo hizo?" – renuente.
- "Fuimos abandonados ambos, ¿por qué esto?" – dijo Connor.
- "Si tus padres te quisieran te buscarían. Sí, seguro te quieren por eso están aquí, verdad – lo miró con ojos vacíos – el que debe, es ese pobre malhadado, y si no ella" – retirándose del hospital.
Ethan caminaba rápidamente hacia un bar, allí vislumbró a Brandon, aparentaba serlo e ingresó. Se sentó junto a él, ellos se saludaron y el joven por curiosidad le señaló la mano derecha de él. Entonces le contó que se había cortado en el trabajo, por supuesto siguió indagando. El novio de Amelie continuó:
- "Trabajo en una carnicería, aunque con la zona y el trabajo de mi esposa vivimos bien".
Ethan le resaltó la palabra "esposa" y él lo aclaró:
- "pues, es mi novia y futura esposa, ella no va a estar con nadie, únicamente conmigo".
Lo invitó unos tragos a Ethan, conversaron una variedad de temas hasta que Peterson le preguntó sobre su novia, si sabía dónde estaba. Él dijo:
- "Por supuesto que sí, como no voy a saberlo, debo hacerlo, debo cuidarla. Ella está caminando por un lugar que le gusta ir y después va a comprarse ropa. Aunque no me deja acompañarla".
Mientras tanto, Connor se ofreció a buscar al hijo abandonado, pero ella lo negó, prefería que lo hiciera Ethan. Insistió.
- "Cuando tenía 20 años, tuve un hijo con mi exmarido, era muy bueno, trabajador, fiel, pero cometimos un adulterio, tenerlo antes de casarnos".
Le interrogó el nombre, Frank Foster, era necesario considerar que al ser tan pequeño se lo podría haber cambiado. Connor pensó que se debería recapitular desde el origen.
Abbie comenzó a contarle:
- "A los 20 años, lo di a luz, lo mantuvimos oculto durante los primeros tres meses, luego mi marido se lo llevó a un convento, le pagábamos para que estudiara hasta el año. Mi esposo falleció y la cuota para mi hijo se acabó".
Pidió la dirección del convento.
Amelie, al terminar de realizar compras, junto a Francesca volvieron a su casa. Al llegar, tomaron un café, Francesca le abrió sus sentimientos, decía que encontró a su compañero, lo describió inteligente, delgado, y utilizó la palabra sentimentalmente asintomático. Ella le recomendó arriesgarse. Por consiguiente, ingresó Brandon y Ethan. Se juntaron todos a almorzar. Peterson se fue a comprar algunos insumos y Amelie se ofreció a acompañarlo. En el camino, ella le preguntaba si estaba en pareja. Él le respondió pensando en la cena pasada, que sí, con Francesca. Sin duda alguna, ella marcó la evidencia de esa verosimilitud. De igual manera, Ethan evadió la pregunta y comenzó a indagarla:
- "¿Cómo te llevas con Brandon?".
- "Él es bueno, cuidador, sin embargo, es demasiado sobreprotector y busco un espacio como para alejarme porque tanto tiempo no soporto. Se debe tener una ocupación personal – dijo ella, el joven le continuó la conversación – hace un tiempo breve comencé clases de baile".
Sorprendido él de forma grácil inquirió pues que días lo realizaba.
- "Martes, jueves y sábado, por lo tanto, hoy en el atardecer va a venir a mi casa".
Compraron lo necesario y volvieron.
En tanto, Francesca hablaba con Brandon del trabajo y él le comentó que le daría una sorpresa. Allí vinieron los otros dos con los elementos necesarios para cocinar. Más tarde, entretanto, Brandon relató que ayer dejaron una advertencia explicando las impuntualidades de Amelie. En su defensa:
- "yo llego tarde por motivo que te llevas el auto y no pasa ningún taxi. Además, vos vives yéndote más temprano de lo normal".
Él se justificó de manera tropel, pues que prefería presentarse temprano que tarde.
Ethan convidó una copa a él y Francesca le quitó de repente su copa para que no tomara expresando que no debería. El joven lo aceptó, sin embargo, su rostro se transformó demostrando su inconformidad y desacuerdo. Luego, el almuerzo finalizó y el muchacho se fue al hospital acompañado de Francesca había insistido de modo infatigable.
En ese lugar se hallaba Connor reposando su espalda contra la pared y sus piernas estiradas geométricamente formando un triángulo equilátero, estando de brazos cruzados pensando en todo lo vivido hasta que de pronto cesó por motivo de la llegada de su amigo y la acompañante. Ella saludó a Abbie, y luego se marchó. Tiempo más tarde Peterson le relató lo ocurrido en el almuerzo y como se conocieron. Su amigo le contestó:
- "Ella está sencillamente enamorada".
Él no comprendió, fue tal su ingenuidad que expresó que se trataba de Connor. Su amigo le gritó marcándole de quien se enamoró. Por supuesto, su reacción no fue alegre sino todo lo contrario y le dijo:
- "voy a poner punto final. Esto se termina hoy".
Ethan con todo su ímpetu y furia golpeó la puerta de Francesca, se le ocurrían miles de palabras, de pronto, la puerta se abrió lentamente, ella salió y en ese instante las palabras estaban por fluir, el sonido se rebelaba, pero aquello se cubrió con un cálido abrazo entre labios. Con ternura ella acarició los del él sintiendo un hormigueo recorría su cuerpo. Él trató de separarse marchando para atrás, mientras ella se adelantaba acariciándole el pelo con sus manos. Las manos del joven ejercieron presión en la zona del pecho y jaló enérgicamente arrastrándola un paso hacia atrás y despegando sus labios de ella. Él le reprochó el acto atrevido, descortés:
- "¡Eres mi llaga que me presiona constantemente, tu alma está desfigurada! ¡Por salvarme tienes ese permiso para involucrarte en mi vida, yo no te permití entrar, tú empujaste esa puerta! ¡No tienes el derecho de hacer esta desfachatez, desvergüenza, vituperio! ¡Todo ¿por qué, por qué?! – ella intentó hablar ante la agresión de la ametralladora de palabras demoledoramente destructivas e hirientes – me pides que sea tu noviecito frente a tus amigos, pero al parecer la señorita se creyó la fantasía y la hizo realidad. Está claro como el agua, usted nunca tendrá pareja por eso imaginaste semejante e inconmensurable ilusión. Conjeturo que te haya quedado esclarecidamente el mensaje" – retirándose después de haber acechado esa mirada punzante.
Francesca quedó perpleja como una estatua apenas pudo procesar todo ese constante y doloroso odio que él le tenía. Solamente podía inundar sus ojos con un mar de lágrimas y dar paso a que se propagara más el incendio que consumía el oxígeno que había en su corazón despedazado en fragmentos irrecuperables. Ingresó a su hogar y se acostó en la cama tapándose con las sabanas para contener el dolor. Ethan con tal desahogo tocó el timbre a Connor. Él abrió la puerta y, en ese lapso, Peterson le contó con todo detalle, el rostro de su amigo era de no creer. Ambos tomaron asiento, Ethan tomó un vaso de whisky y lo bebió de un sopetón. Su amigo le explicó:
- "ella te eligió, y no está mal – le arrancó el vaso de la mano para atraer la atención - tú podrás ser un sabio, luchador, hasta prodigio. Un niño huérfano sin nada, ni madre y aquí está con una biblioteca todo lo que aprendiste. Prueba que, si te enfrentas a cualquier problema, se logra vencer. Pero meramente existe una cosa que en los libros no vas a encontrar y es los sentimientos, eso no se estudia, se siente. El afecto faltante de tus padres, la ausencia del amor maternal dio como resultado, un joven sin corazón".
Ethan intercedió y rechistó no tomar el papel de filósofo porque no le asienta:
- "No me hables de amor porque si yo no tengo, tú tampoco".
- "Tienes razón, aunque existe una diferencia entre los dos. Yo quiero a las personas, tú no te quieres ni a ti mismo – mientras Peterson continuaba bebiendo nuevamente – el amor se siente de manera incondicional, por eso nunca entenderás porque ella hace las acciones que hace, y tampoco jamás el abandono de tus padres"
- "¡Basta, se terminó, que se encarroñen tus conjeturas!" – saliendo de la casa.
Daniel le abrió al joven, quien le pidió un whisky. En tanto, ambos sentados tomando, el ex sacerdote expresó que se encontraba angustiado, por motivo, de su hija, le contó sobre los dichos de ese muchacho parecía que le leyó un diccionario entero. Ethan abatido musitó 'lo siento' retirándose. Sus ejes no se hallaban en sí, la mente a pesar del etanol, funcionaban lo suficiente como para concluir ideas, trató de comprender todo. Observaba a una madre llevando a su bebé en el carro, miraba la sonrisa de esa persona, los cuidados, sus ojos fijaban la vista en niños y adultos, aunque en su mente pasaban recuerdos antiguos hasta los más recientes. Se arrodilló en la calle, cerca de una plaza, comenzó a llorar, gritar y a liberar por primera vez, toda su ira, angustia menos su felicidad por ningún motivo. De repente, tiró la botella con algo de líquido al cesto. Caminó directamente al hogar de Francesca. Golpeó su puerta y sin señales de vida se estaba por marchar, de pronto, escuchó un leve sonido de un objeto que fuese apoyado sobre una superficie de vidrio. Él decidió hablarle por detrás de la puerta.
- "Perdóname, sé que lo dicho fue espantoso, horrible. Es más, soy un mentiroso y como lo soy todo eso fue mentira".
Nada, absolutamente nada se escuchó, sin respuesta por parte del receptor. Se alejó. Le comentó cada palabra a Connor, y su devolución fue:
- "si ese es tu perdón, yo me suicido en este momento".
Indicó que debería volver, además, expresarle sinceras disculpas y sus sentimientos.
Justo antes de dirigirse allí, le dijo sin ánimo:
- "Es hija de Daniel".
Sin creerlo, su amigo le repitió la frase con más énfasis y agregándole 'el borracho Clifford, ese anciano'. Lo dejó en soledad para que procesara la información.
Tocó la puerta de Francesca nuevamente, sin más remedio, pidió sinceras disculpas, no volvería a ocurrir, además, le comentó que se iba al 'Dive Bar' a embriagarse y esperaría que alguien lo salvara mientras caminara por las peligrosas calles. Francesca no tuvo opción, llegó al bar, localizó a Ethan reposando en la barra bebiendo y ella le reclamó por qué; por qué todo este papel. Él contestó:
- "¿No es amor? Aquello que se siente profundamente. Aprendí algo que desconocía. Esto, una forma de vivir, disfrutar, ayudar, acompañar y sobre todo mostrarse débil ante una persona, esa fragilidad marca la humanidad del individuo, por esta razón, comprendí lo que es. Al saberlo te ruego que me disculpes por todo otra vez – ella dio su opinión.
- "No sé si pueda perdonar semejantes insultos. De todas formas, lo hecho, hecho está, y no cambiará nada de todo de lo que tú digas, perdóname. Igualmente me alegra saber que reconoces tus errores, y por eso, intentaré olvidarlo".
Ambos se aproximaron, y se abrazaron cálidamente. Bebieron un café, y conversaron, él le preguntó si le gustaba bailar, ella directamente lo invitó. Sin embargo, lo negó rotundamente, por otra parte, el joven se refería a que Amelie iba a unas clases. Además, mencionó que invitaría a un profesor hoy a su casa. Ella asombrada y de pronto modificó su rostro. Ethan se preocupó e interrogó:
- "Hoy Brandon le daría una sorpresa" - dijo Francesca.
Peterson demostró su seriedad:
- "Esto es malo. Él es muy celoso, tiene conductas autoritarias y sobreprotectoras. Si encuentra esa escena puede... - interrumpió ella – Amelie estaba interesada por ese muchacho".
- "¡el corte! – expresó Ethan desarrollando – Brandon se cortó la mano, ¿puede ser que esa pareja se llevaba bien? – ella lo desconocía - ¿tuvo alguna herida ella?".
- "Sí, en el ojo, pero fue contra un poste, me comentó".
-"El poste de Brandon, ese poste. Esta pareja no andaba en términos aceptables, seguramente hubo peleas agresivas, por ejemplo, no te acuerdas la "cita" que tuvimos, él reaccionó muy autoritario. Este podría ser el detonante, por ende, alguien no estaría con nosotros si no vamos pronto".
Luego, pusieron una música de jazz, muy sensual, incendiando rápidamente el ambiente prendiendo solas las velas románticas, comenzaron con el primer ocho. Él se despidió y se dirigió al auto. Por otra parte, Ethan y Francesca esperaban de manera impaciente el taxi. Amelie siguió hasta el estribillo, cada vez más cerca a él. Brandon encendió el motor del vehículo y manejó hacia su hogar. Ethan y Francesca subieron al famoso y típico auto amarrillo y negro, mientras Amelie sujetada por su profesor, extendía su pierna derecha marcando otro paso de baile, para luego flexionada acercarla y ser sostenida, él masajeó su pierna hasta zonas que el fuego se convirtiera en una llama ardiente interminable y excitante. Brandon a unos pocos metros de llegar, Amelie terminaba su coreografía con una mirada encarneciendo los ojos del profesor. El novio de la alumna abrió la puerta lentamente, ingresó sin emitir sonido con sus zapatos, cerró con delicadeza, la música continuaba de fondo. Se dirigió hacia la cocina, buscó una botella y dos copas de vidrio. Ethan y Francesca a pocas cuadras se les aglomeraron una cantidad suficiente de vehículos tantos que era imposible avanzar. Amelie se encontraba en la habitación, con la puerta cerrada. El novio llenó las copas de champañas y arrojó una argolla en uno de los recipientes. Caminando despacio se arrimó a la entrada, en eso, Ethan descendió del auto y corrió, ella lo intentó seguir. Jaló la aldaba y empujó. La felicidad de él era inconmensurable, imposible que se fuera, la argolla sumergida esperando ser utilizada.
- "¡Amor!".
Ethan corría sin aliento, tenía que detener la situación antes de una tragedia. Lamentablemente, Brandon observó absolutamente todo, las copas se deslizaron por sus manos al igual que sus lágrimas cayendo y creando un estruendo, y la argolla se deslizó deteniéndose debajo del borde de la cama. A veces una pareja no está hecha el uno para el otro, sino el uno meramente por el otro. Sus manos se apretujaron fuertemente y ellos saltaron sorprendidos intentando explicarlo.
El novio de ella dijo seriamente:
-"Vete de aquí, si no quieres que me altere".
El profesor se retiró. Brandon cerró la puerta con llave y le repitió:
- "¡¿por qué, por qué, por qué tuviste que hacer esto?!" - aumentando el tono cada vez más alto.
- "No volverá a ocurrir"- ella preocupada por su reacción, temiendo a lo que pudiese hacer.
Ella se levantó y vistiéndose fue a buscar una escoba. Él la sujetó fuertemente del antebrazo. Fijó su vista presionándola más. Ella intentó quitárselo de encima defendiéndose, desafortunadamente, no lo logró, la arrojó hacia el suelo, sus manos abrazaron su débil cuello ejerciendo presión y gritando:
- "¿por qué?"
Ella con el insuficiente oxígeno restante asió un trozo de vidrio, produciéndole una herida en la mejilla, él se arrebató bruscamente el vidrio, mientras intentaba huir. Él la volvió a sujetar, la comprimió contra la puerta e interrogó, al no responder, le produjo un corte en la misma mejilla. Luego, asió su pelo tirándole de él con mucha fuerza, mientras gritaba de dolor. Ella dejó la puerta destrabada. Ethan ferozmente entró, escuchó ruidos, y con la pierna derecha dio un seco golpe a la entrada de la habitación, como consecuencia, Amelie se desprendió, chocándose con Brandon hacia el suelo. Peterson la levantó protegiéndola de él. Brandon sin control rempujó, gritaba "te amo". Francesca se acercó y le comentó que se la llevaba a su casa. Ethan lo tranquilizaba, después decidió compartir algunos tragos para posteriormente marcharse al hogar de Francesca. En ese sitio, Peterson indagó a la víctima:
- "¿Por qué provocaste a Brandon?".
- "Lo lamento".
- "Es una persona celosa y le echaste leña al fuego – luego le confirmó – vamos a encerrarlo".
Francesca intervino defendiendo al victimario:
- "No es un asesino, y ella lo traicionó en su casa".
Amelie saltó confesando que su novio cometió el mismo acto varias veces, la extorsionaba, la arremetía siempre estaba encima de ella. El joven aprobó su confesión, Francesca no opinaba lo mismo y declaró:
- "¿el corte en la mano de Brandon?".
- "Ella se defendió de sus ataques".
Ethan fue a la casa del victimario y la hija de Clifford decidió comprar unos alimentos para la cena. Brandon no soportó más y la buscó. El joven, al llegar, lo llamó. Su ausencia dio provecho a investigar el hogar. Se dirigió a la habitación, los vidrios esparcidos mostraban los hechos, él observó un destello, se arrimó, era una argolla. Pensó en voz alta:" si la argolla era para Amelie es porque se casarían. Un celoso, obsesivo, que quiera casarse y supuestamente la traicione".
Esto lo consultó con su amigo, Connor, quien razonó de la misma manera: si ocurre de esa forma, opino que él podría ser la víctima. Porque es una persona obsesionada por ella, y haría lo que fuese para protegerla. Imagínate una persona, cuide a su mascota de toda la vida, siempre juntos, su pareja decide venderlo sin su consentimiento. Su reacción no será la misma, pero elévalo a la situación que tenemos. Las personas reaccionan diferente porque su personalidad define sus actos. Este individuo es celoso por ende agresivo, aunque puede que sea agresivo voluntario o de este tipo que se denomina agresivo involuntario, no lo controla. Concluyo que él jamás la mataría porque el ama de modo incondicional y enfermizo. Necesitaría más una terapia que un encierro. El peligro es la persona que vende a la mascota. En este caso, Amelie es la victimaria. Provocó a su pareja teniendo conciencia de su personalidad, le fue infiel realmente. Digamos que ella no es víctima, tampoco es victimaria judicialmente. Por esta razón, determino que es una victimaria moralmente. Además, creo que por la conducta que presenta él, se habrá ido a la casa donde está Amelie.
Ethan argumentó:
- "Que tiene de malo estar con otro, es decir; sí, no esta bien lo que hizo, aunque vos mismo me dijiste que se ama de manera incondicional, probablemente ella este en esa situación, y no pensó en la consecuencias al igual que Brandon, no controla sus impulsos agresivos. Esto no se encuentra en los libros, Connor, esto se siente".
Brandon ingresó y ella le ordenó que se fuera. Él se disculpaba constantemente, explicaba que nunca estuvo con otra, solamente tenía a esta mujer. El problema nacía de que ella no mostraba afecto hacia él, cariño y todo era un círculo de peleas. Trataba de despejarse, únicamente quería que este bien. En eso, se abalanzó para darle un afecto y ella lo empujó para huir. Él la persiguió, logró prenderla y la constriñó contra la pared. Su nariz rozó sus mejillas bajando al cuello, sus labios la tocaron, sus miradas nunca se cruzaron en ningún punto, él respiraba profundamente, acariciaba su cuerpo. Ella demostraba satisfacción al punto de liberarla, en ese instante, corrió hacia la cocina, asió un cuchillo y apuntó. Ethan y Connor llegaron contemplando la situación. Peterson quedó congelado, su mente rebobinó al momento en que Mora Lowell se suicidó. Connor lo despertó del trance, observaron la colocación de las partes. Ethan tuvo una idea, caminó lentamente detrás de Brandon, lo raptó de espaldas arrojándolo para atrás, mientras Amelie se lanzó con el objeto punzante en mano penetrando en la zona del abdomen inferior izquierdo unos tres centímetros de profundidad. Ethan miró a Connor giró la cabeza de oeste a este, desvaneciéndose en el suelo. Allí llegó Francesca y su dolor acechó inmensamente, dejándose caer de rodillas y apretando la herida. Aunque la hemorragia seguía como un río sin fin. Ethan por última vez habló:
- "yo la maté, fue mi culpa".
Ethan cerró sus ojos y el dolor se intensificó en todos. Connor gritó, '¡Ethan!' Francesca retuvo a Amelie. Más tarde, realizaron el velatorio y el entierro del joven. Ellos lloraban desconsolados, la fosa se hallaba a la izquierda de la de Abbie y a la derecha de sus padres. El cajón estaba abierto. Ella no mencionaba ninguna palabra y su amigo habló:
- "Fue un buen amigo, gran detective y la verdad le gustara estar cerca de sus seres queridos".
El sepulturero cerraba la tumba y, de pronto, el muerto abrió los ojos y dijo:
- "¿Dónde estoy?".
En eso Connor le explicó que se había desmayado, él perdido, nervioso y confundido:
- "¿Amelie me mató?".
- "No" – respondió Connor.
- "¡Amelie matará a Brandon!".
- "Tranquilo está a salvo y ella detenida".
- "¿Qué ocurrió?".
- "Ingresaste a la acción y quedaste completamente tieso, luego te desvaneciste. Al momento de la distracción, aproveché para acercarme a Amelie y la detuvimos".
Interrogó por Francesca y se encontraba junto con Brandon.
Ethan y Connor decidieron indagar a ambos. Peterson comenzó el cuestionario:
- "¿Por qué traicionaste a Brandon?".
- "Mi vida empieza a ahora. Antes no vivía".
- "Cuéntame detalladamente todos los hechos que te implicaron a lo sucedido".
- "Pelear todos los días, interrogatorios constantemente, no podía hacer nada sola".
Connor siguió preguntándole a Brandon; por qué toda la persecución. Él se defendió:
- "Siempre me provocaba. Decía que me traicionaría si tanto insistía. Reconozco ser celoso, violento no quiero, pero me dice cosas de ese estilo y...".
- "Ella te culpa de que la traicionaste mucho antes".
- "¡No! Jamás le haría pasar tal amargura".
- "¿por qué la intentaste matar?" – preguntaron Peterson y el licenciado en criminalística.
- "No, no quise hacerle daño. Solamente me enojé y quería la verdad de eso. Yo me quería casar" – dijo Brandon.
- "Me estaba acosando, me intentó matar una vez. Yo me defendí" – respondió Amelie
Ethan y Connor se juntaron a debatir los testimonios. El caso no se elevó a juicio y determinaron que es una pareja tóxica y debería tomar distancia, por ello, pidieron una perimetral para ambos. Francesca y los dos amigos fueron a ver a Abbie. El médico dio el alta y determinó que debían tener precauciones. Su sistema inmunológico se encontraba, sin defensas. El joven Peterson le comunicó la situación económica precaria y el hombre dijo pues que la volverá a ver pronto.
Realizaron el traslado. En la humilde casa de Abbie, se encontraban todos. La paciente estaba acostada, Francesca al lado cuidándola. Peterson salió a tomar aire, su amigo consideró oportuno acompañarle. Connor opinaba sobre todo lo ocurrido. Ethan preguntó el motivo de haber llegado a estudiar esto. Connor explicó lo de sus padres. El joven habló:
- "ya lo decidí – su amigo se preocupó, no comprendía – no lo haré más esto".
Su amigo todavía seguía sin entenderlo.
- "Abandono la carrera, y todo aquello relacionado con crímenes".
Sorprendido intentó hacerlo entrar en razón, convencerlo de una pésima decisión. Ethan se explayó no poder soportar los de sus padres, el caso Lowell y no podrá continuar viendo asesinatos o cargar con toda la responsabilidad que esto conlleva. A veces las decisiones se deben decidir con cautela, y otras se deben permitir que la misma vida lo decida por ti, porque cada paso tiene su sentido y su por qué.
Al día siguiente, Ethan y Connor, en su vivienda, desayunaban un café con galletas. De repente, golpearon la puerta, Connor atendió a las personas, unos tres policías y un fiscal, quien habló en nombre de todos:
- "¿Connor Peterson? – afirmó el joven – queda detenido por principal sospechoso por homicidio agravado. Tiene derecho a guardar silencio, todo lo que diga será utilizado en su contra en el momento de un tribunal, tiene derecho a un abogado y si no puede pagarlo se le asignará uno de oficio".
Ethan contempló cuando arrestaron a su fiel amigo, su rostro evidenciaba su inculpabilidad. Peterson pensó por más decisiones en que uno tome, uno tiene designado su camino y únicamente se debe elegir la decisión que lo lleve a ello. No hay peor temor que la inseguridad. En esta vida, los pecados lo pagan los que no deben y los verdaderos culpables ríen de ello.
PD: Dejen si desean su comentario y opinen que les pareció este capitulo y los personajes. Gracias por leerlo.
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