Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

48

Ned Branthley

Todo el departamento de Hillary está siendo inspeccionado en estos momentos, la orden fue dada inmediatamente debido a la magnitud del caso. Ella ha sido llevada a la estación de policía para su respectiva interrogación, en cuanto el chico describió a la persona que estaba hablando con el joven encontrado en el bosque, el boceto final fue el rostro parecido al de la agente. A mí en lo personal esto me parece muy extraño, ¿si la asesina siempre ha utilizado nombres y rostros falsos, por qué mostrarse ante éste de forma diferente? El agente del FBI Frank, asegura que a lo mejor Hillary no contaría con que el chico de las bebidas les escucharía. Viendo lo metódica que ha actuado esta asesina, la verdad paso de creer todo esto.

Ahora estamos en su habitación, todo el equipo revisa con sumo cuidado, la habitación está ordenada; me acerco al ordenador que está encima de la cama, pero al encenderlo me encuentro con que está bloqueado, Frank se me acerca la toma en sus manos enguantadas y lo guarda en la bolsa de plástico. Hay fotos en su taburete, puedo ver a una Hillary joven junto a sus padres, una Hillary más grande graduada junto a su madre y una recibiendo la placa del FBI. Sus expresiones se miran diferente en las fotos, en la primera se observa feliz, tranquila y ya en la última se ve seria, justo como es ahora.

—¡Revisen bajo la cama! —Gritó Frank al notar que nada encontramos—, detrás de los armarios, ningún lugar se queda sin ser revisado, recuerden que ella es una agente del FBI, y seguro tiene algún lugar secreto.

Inspecciono con sumo cuidado la habitación, a pesar de estar toda revolcada actualmente, trato de encontrar algo fuera de lugar, algo que marque su realidad como asesina; me acerco a unas libretas, abro una que se encuentra encima de todas, al ojearla puedo ver que tiene apuntes de la investigación, interrogantes en muchas partes, sigo pasando las páginas, el nombre de Alice Franz se encuentra en grande, igual al nombre de Leider. No recuerdo ese nombre para nada, hay unas flechas que los unen y pone «amante» ahora entiendo que ese es su papá. La última hoja tiene el nombre de Rose —profesora de la hija de Alice— mas un número de teléfono y dirección de aquí de la ciudad. Tomo fotografías antes de guardar la libreta en la bolsa, cuando escucho que ruedan la cama a mi espalda.

—¡Aquí hay algo! —Informa uno de los oficiales, me giro para observar, debajo de la cama, hay una alfombra de esas que son muy gruesas, ella al ser rodada deja entrever un lugar en el piso como un hueco, con tapa y todo.

—Revisen eso —Digo por fin sin que Frank se me adelante—. ¡Traigan algo para romper el candado!

A los pocos segundos entra un oficial con una de esas herramientas para romper hierro, hace lo propio con el candado, me acerco para ver mejor y el agente también lo hace. Al levantar la tapa, nos damos cuenta que es un baúl, del tamaño del hueco en el piso de la habitación. Allí se pueden ver: pelucas, aretes, herramientas de maquillaje profesional, ropa, gafas... Hay una que está doblada al inicio, tiene un papel encima que dice: Roxanne, chica tímida, vanguardista y sumisa.

Frank se coloca a mi lado para leer también, ese nombre me suena de algo. La empieza a describir igual: Cabello castaño casi rubio, ojos café grandes, nariz larga con una prominencia pequeña, labios finos. Tendrá una tía llamada Cloe, internada en el hospital para enfermedades terminales y cáncer...

Me detengo allí, ya sé donde escuché ese nombre, la mamá de John me dijo que así se llamaba la chica con la que él fue a verse.


No espero a escuchar las preguntas de Frank, le entrego la hoja y salgo casi corriendo, el corazón me late a mil por horas, no puede ser lo que estoy pensando. Marco una vez más el número de John cuando entro a mi auto, sale apagado, maldigo internamente, llamo a la estación y exijo que preparen a Hillary para interrogarla, sé que es muy pronto, que no tengo el material completo de la investigación, no obstante necesito verla al rostro y que me diga que hizo con John. 

Esa sensación de miedo que atraviesa mi estómago tenía mucho tiempo que no la sentía, la última vez fue cuando vi las noticias de la muerte de mi papá por la televisión, quería que todo fuese mentira, que lo que el periodista decía eran locuras, que mi padre se había defendido de esos bandidos.

¡Por favor Dios, por favor que John esté bien, que esté vivo!

Imploro mentalmente mientras manejo a una velocidad alta, poco me importa ahora respetar el tránsito. Cuando logro llegar apago el motor y me bajo de una, paso las puertas principales de la estación; como siempre el lugar se encuentra al tope de personas.

—¡Ah! Allí está el detective —escucho a uno de los oficiales, más sin embargo voy directo a la sala de interrogación, pero este vuelve a llamarme—. Detective disculpe.

—Ahora no oficial, necesito entrar a la sala de...

—El señor dice tener información de John.

Llevo mi vista a un hombre a su lado, tiene una camisa a rayas azules con blancos, pantalones de vestir beigs y tenis blancos —una mala combinación la verdad— su porte es grueso.

—¿Cuál? —mi voz salió más apagada de lo que quise—. Venga a mi oficina.

Termino por decir, ambos emprendemos el camino, una vez adentro él agrega:

—Fui quien le hizo la carrera desde aquí hasta esa casa al policía.

—¿Usted es taxista? —restriego mis manos por mi rostro.

—Sí, él anoche me paró, al principio me dio una dirección por acá cerca...

Le hago señas para que se siente. Yo hago lo mismo, pero en el escritorio.

—Luego recibió una llamada y cambió el destino. Es algo apartado de aquí, por la zona rural de Partson.

—Deme la dirección por favor. ¿Vio a alguien con él?

—No. Cuando se bajó del auto me quedé observando lo tenebrosa que se miraba esa casa... pero lo que pude escuchar en su conversación telefónica, iba a ayudar a una joven a arreglar la casa porque su tía regresaba o algo así.

—Entiendo —me dicta la dirección, yo apunto—. ¡Muchísimas gracias por su ayuda!

Él se levanta, me mira por unos segundos preocupado.

—De gracias a esos aparatos telefónicos actuales, por allí vi la foto de que se buscaba, inmediatamente vine hasta acá.

—Sí, supongo que debo agradecer a la tecnología también. 

Suspiro nuevamente, cuando vamos saliendo Aileen entra, en todo el corre corre con Hillary había olvidado por completo que ella se había quedado a cargo de todo aquí, en cuanto a lo referente con el chico encontrado hace dos días.

—Detective, ha llegado alguien que al parecer conoce al joven...

—Ahora no. Necesito buscar a John —coloco mis manos en sus hombros, su mirada inquieta me dice que está preocupada—, encargate de eso, dile que llamen a Frank y se encargue de todo. Aileen, necesito que me suplantas aquí por favor.

—¿Pero... Hay algo malo con John? —me estremezco sin pensarlo, se me comprime el corazón al imaginar que puede ser que llegue tarde—. Hillary ¿si es la asesina?

Trago grueso. Eso aún no lo sé.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro