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Ned Branthley

Son las diez de la mañana, al teléfono de John no le entran las llamadas, tengo a su mamá aquí en mi oficina, al parecer no fue a dormir anoche a su casa, porque fue a verse con una joven a la que conoció hace poco. Su madre me ha dado su nombre, su dirección y todo. He enviado oficiales a ese lugar. Le parece muy extraño que él no se haya comunicado con ella a estas alturas. Conozco a John, sé que no es un joven de hacer preocupar a la mamá, más sin embargo trato de mantener mi mente positiva, tal vez la noche estuvo tan buena que se quedó dormido tarde, así que aún no se ha levantado.

—No es normal que John haga esto.

Me repite su madre una y otra vez, al pasar del tiempo suena mi teléfono celular, contesto la llamada cuando veo el rostro de Aileen asomarse, al ver a la madre de John sentada frente a mi escritorio, retrocede un paso, tal vez pensando que interrumpe algo. Le hago señas de que siga adelante, la madre de John lleva su vista hasta donde ella, pero no parece importarle mucho, sigue con su relato.

—Sí oficial ¿qué ha encontrado?

Del otro lado de la línea el oficial me responde.

—Absolutamente nada señor. El propietario asegura que la joven que vivía allí se mudó hace dos días —Paso mis manos por mi frente inmediatamente, sentí una pequeña opresión en mi pecho, como una punzada de que algo iba mal.

—Revisen todo, que no haya un espacio en blanco por favor.

Cuelgo el teléfono, el rostro de la señora está expectante, suspiro preparándome para lo que voy a decirle.

Aileen por su parte tiene en su rostro expresión de duda, seguro se preguntará que estará pasando.

—¿Sabe usted de donde conoció Jhon a esta mujer? —Le hablo tranquilamente, espero que no sea lo que estoy pensando.

—Sí, la conocimos en el hospital donde estoy teniendo mis chequeos —Acomoda nerviosamente su bolso sobre sus piernas, tiene un vestido color crema, su cabello lleno de varias canas le han quitado el toque chocolate que años atrás tenía, se mira más cansada, y mucho mas flaca que hace cinco años atrás—. Dijo que tenía una tía allí internada. Estuvo en casa varias veces, era una chica muy linda...

—¿Pasa algo detective? —La pregunta viene de parte de Aileen, quien no se contiene más.

—John no aparece.

Levanta sus cejas, confundida por un momento, al parecer ha podido leer mis facciones, la preocupación que ahora he adquirido.

—Ha de estar ocupado ¿no? En alguna cosa... —Le sonríe amablemente a la señora, sé que lo hace para calmarla.

—¿No le dijo donde iría con ella? —Le pregunto, necesito poder ir a buscarlo.

—No. Solo me dijo que iba a acompañarla y a ayudarla con la limpieza de la casa de su tía. Que no lo esperara despierto, pues regresaría tarde.

—Enviaré un Boletín a la prensa y a la radio, en las redes sociales también haré que publiquen su rostro. Traeré al profesional de retratos para que le describa a la joven —Me levanto, ella lo hace también, le doy la mano y ella la aprieta suplicante—, ¡Por favor Ned, encuentra a mi hijo!

Asiento mas para convencerme que para otra cosa, ella parece relajarse por un instante. La acompaño a la oficina donde deberá describir a la joven, cuando vuelvo a mi oficina encuentro a un hombre alto, con porte militar, traje negro ajustado y un maletín en su mano, está sentado donde antes estaba la madre de mi amigo. Aileen parecía estar escuchándole decir alguna cosa, cuando ella nota que llego me observa un tanto alerta.

Él se gira cuando escucha mis pasos, una sonrisa mecánica sale de su boca. Se levanta de la silla y me extiende su mano.

—Frank Derry, agente del FBI, quien reemplazará a Hillary —Me estrecha la mano fuertemente, a la mención del nombre de ella recuerdo que tengo que ponerme en contacto—, usted debe ser Ned Branthley, un placer. Mi equipo ya está instalado.

Ambos nos soltamos las manos, y emprendo el recorrido a mi silla de nuevo. No sin antes agregar:

—Un placer igualmente. Ella es la joven Aileen Girardelli —La señalo, ella le brinda una de esas hermosas sonrisas que tiene—, estudiante de psiquiatría.

—Un placer joven —Le sonríe muy abiertamente, con una mirada que realmente no me gusta.

—¿Necesita que lo coloque en contexto o tiene todo lo necesario sobre el tema?

Le pregunto mas por formalidad que porque quiera hacerlo.

—No. Tenía pensado mejor ponernos en marcha, con referencia al último cuerpo que ha sido encontrado, ¿tienen alguna novedad?

John llevaba todo el tema, él sabía quienes eran los que habían sido llamados a declarar, si es extraño que aún no esté aquí. Sigo aún con esa extraña opresión en el pecho, quisiera verlo entrar por esa puerta, con su expresión apenada porque sabe que ha hecho lo incorrecto.

—No hemos podido hallar absolutamente nada, todo tipo de rastro es borrado. Este cuerpo estuvo unos buenos días allí, así que los animales y el ambiente se encargaron de borrar alguna pista. No obstante, hemos dado con algunas personas que participan en dichas carreras, esperamos conseguir algo allí. 

Él, asiente ante mis palabras, toma su portafolio, saca unos papeles de allí, luego me entrega uno. Allí se encuentra todo el caso resumido, al parecer me está mostrando para que verifique que toda la información es correcta.

—Eso es todo lo que la agente anterior envió ¿está correcto?, ¿En verdad creen que esto lo realiza una mujer?

Frunzo mi cejo en confusión, seguros al cien por ciento no estamos, pues si algo he aprendido de mi trabajo, es que la realidad muchas veces no es lo que nosotros creemos. Mas sin embargo la hipótesis que manejamos nos parece la correcta.

—Es a la conclusión que hemos llegado, dada todas las pruebas que hemos recogido...

—Que no son muchas realmente —Lo dice con una expresión pretenciosa.

¿Por qué todos los de este departamento tienen que ser así?

Creen que los demás estamos por debajo de ellos.

—Son los suficientes, dado el caso que se está manejando.

Agrega Aileen con una expresión bastante fría. A la cual, el hombre aquí presente vuelve a sonreír.

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