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Ned Branthley

No tengo palabras para describir todo lo que pasa por mi mente en estos momentos. Ahora entiendo las miradas que le dedicaba Aileen cada que una de sus teorías salían. Ella lo pensaba, me siento traicionado. Al inicio creí que la desconfianza que sentí al conocerla era porque era del FBI, pero me equivoco, tal vez haya sido todo esto. No hay que ser un genio para darme cuenta que todo encaja; cómo se puso al ir al pueblo, los actos. Sí ella mató a Alice Franz ¿también mató a su padre? O la asesina quiere vengar la muerte de su madre. ¡Ah! Mi cabeza da vueltas y no escucho o no presto atención a todo lo que Hillary está diciéndome. Lágrimas caen de su rostro y recorren sus mejillas. Por alguna razón me siento muy asqueado.

Antes de poderme levantar el chico llega con nuestros platos. No sé si nota la tensión, pero lo veo vacilar un poco. Su mirada va de mí a Hillary quien baja la cabeza para que no vea sus lágrimas.

—Puedes retirarlos por favor. Ya me voy —me levanto, pero Hillary lo hace mucho más rápido.

—No, tú come, yo me voy. Mañana voy a la oficina y...

Se detiene un poco, pensando en lo que va a decir, su voz tiembla, supongo es por el llanto. Toma su bolso y sale con pasos apresurados.

"No soy la asesina"

Había dicho en todo su parloteo, aunque no le creí mucho. Pagué la cuenta saliendo del lugar para al menos llevarla a su departamento, ella había venido en mi auto. La multitud detenía mis pasos, aún así luché y logré salir, el aire cálido de fuera me recibió, noté que el corazón lo tenía acelerado. No vi a Hillary por ningún lado, ni siquiera cuando encendí mi auto y le di la vuelta a la manzana. Supongo que mañana es otro día.


Llegar a casa nunca se había sentido tan bien, el olor a moho me hizo sentir tranquilo, porque pude llegar y sé que puedo acostarme. Dejé las llaves en la mesita de madera que está en la sala, el sonido de estas al chocar con la madera hizo eco en el apartamento, me dejé caer en el viejo sofá y deslicé mis manos por los reposabrazos, me sentía demasiado cansado. Pero no tenía tiempo para estar cansado, necesitaba pensar que iba hacer de hoy en adelante. Tengo que hablar con Carl, debe saber que Hillary no puede seguir siendo parte de la investigación.

Me levanté del sofá, fui a mí habitación, al entrar enciendo la bombilla, el lugar se ilumina dejándome ver una cama doble con fundas amarillas, bien arregladas. Las paredes de mi habitación son de un amarillo muy clarito, con un cuadro de un colibrí en la parte superior de mi cama —detalle de mi madre— me senté en el borde de ella y procedí a quitarme los zapatos, mi padre siempre me enseñó a ser muy higiénico y cuidadoso. Los acomodé en su lugar en la zapatera de mi pequeño armario, donde solo tengo ropa formal de trabajo y uno que otro Jean informal.

Después de darme un muy buen baño organicé las copias de los papeles que tengo aquí en la casa, terminé cenando sopa instantánea, que por cierto, debía volver a surtirme.

Hillary Duff

Tomé un taxi lo más rápido que pude, la expresión en el rostro de Ned pudo derrumbarme por completo, creí que tendría todo calculado y que no lloraría frente a él, pero terminé haciéndolo y quiera o no eso golpeó fuerte mi ego. Al llegar a mi departamento arrojé mi bolso al piso con mucha fuerza; este era mi primer caso como FBI nombrada, había visto el rostro de envidia y rabia en muchos de mis compañeros porque me dieron el caso a mí y no a ellos, salí orgullosa porque la misión iba a catapultarme a los más alto de los rangos.

—¡Maldita sea!

Grité furiosa a nadie en concreto, estaba sola en este lugar, sola como muchas veces desde que decidí a mis diecinueve irme de casa. Extrañaba mucho a mi padre, tener que ver sus fotos en cada rincón de la casa en España me aturdía, no por nada malo, más bien porque lo extrañaba mucho. Mi madre en cambio de pasaba todo el día si era posible sentada frente a esas fotos, añorando verlo de nuevo. Como mujer no comprendo cómo pudo amarlo tanto incluso sabiendo de las infidelidad, tal vez como no me he enamorado de eso no puedo opinar.

El amor nos hace ciegos.

Que absurdo. El amor, digo.

Mañana será un día terrible para mí.

En la mañana desperté con un terrible dolor de cabeza, creo que si dormí media hora fue mucho; puse hacer un cafe bien potente mientras arreglaba que usaría hoy, al final terminé usando cualquier traje normal, no me sentía con mucho ánimo. Cuando el café estuvo listo y caliente mi teléfono anunció la llegada de un mensaje.

Desconocido: ¿Te gustó la sorpresa? Vienen mejores.

Marqué al instante, pero el número salía inválido. Respiré y tomé captura del mensaje. Supongo que este y el antiguo es una prueba ante Ned de que no soy quien está haciendo esto. Tengo que hacer todo lo posible por seguir en este caso, me preparé para esto siempre.

Escribo un mensaje de vuelta al número que me acaba de enviar, sea quien sea, se está tomando esto muy personal.

N/A

Babys este cap es corto, pero les muestro un poco como se siente la frustración de parte de Hillary, siendo sincera, siento empatía por ella. Luchar por cumplir metas y sueños no es fácil y mucho menos para las personas en LATAM, pero los errores tienen consecuencias.

Besitos de mi asesina 💋

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