26
John O'brien
Consigo concentrarme en la investigación el día de hoy, la agente del FBI ha notificado que se encuentra personalmente intentando contactarse con Jessica, la mujer ahora presunta responsable de la muerte de un policía y su amante, en ese pueblo pequeño Bill.
Comencé con cosas algo pequeñas, repasar los casos, ver que habíamos pasado por alto, analizar una y otra vez el suceso con Marcos y, por último descubrir por qué la asesina cambió de modos operanti con esta última víctima. Estaba ensimismado en mis pensamientos cuando la puerta del despacho es abierta, la primera en entrar es Aileen, venía sonriendo abiertamente, mientras Ned le sostenía la puerta para que pasase.
Por un momento no supe como reaccionar, verla sonreirle con tanta confianza me descolocó un poco.
—¡Buenos días oficial John! —Habló enérgicamente. Su amplia sonrisa se mostró segundos después.
—Buen día John —Prosiguió Ned, se quitó su chaqueta de cuero para colocarla en el perchero.
—Buenos... días —Dije sosteniendo aún los papeles en mis manos—, A ambos.
Aileen toma asiento en una de las sillas, mientras Ned avanza a su silla. Yo, simplemente me quedo de pie preguntándome por qué habrán llegado juntos y de qué tanto se reía ella. Deseché mis pensamientos poco profesionales y opté por decirle el mensaje que Hillary me dijo.
—La agente Hillary informa que hoy no vendrá —Aileen levantó la vista de su bolso, cesó de buscar, lo que sea que estaba buscando y tornó la mirada entre Ned y yo—. Pide que le disculpen, pero se está encargando ella misma de dar con el paradero de Jessica.
—Bien. En ese caso, quiero ir a la morgue. Revisar el cuerpo de este chico.
Ned agarra una hoja, comienza a escribir sobre ella. Siempre, desde que lo conozco a hecho eso. Traza lo que hará en el día y va tachando, para saber que sí lo hizo y no sé le olvidó nada.
—Dar con Jessica ¿Será muy difícil?
La pregunta es dirigida por Aileen hacia Ned. Él levanta la mirada y niega con la cabeza —No creo, al pertenecer ella al FBI, es mucho más fácil acceder a ciertas informaciones, también por ser este caso de tal magnitud los otros países deben prestarnos el permiso correspondiente para esto, y mucho más al FBI.
—Comprendo. En esos temas si no tengo nada de conocimiento.
Ella termina de sacar su cuaderno. Allí es donde tiene todo el caso anotado. Quisiera saber si, ya tiene más de una teoría allí plantada.
Me acerco a la mesa, dejo los papeles donde estaban. Me acuerdo del permiso que debo pedir en la tarde y pienso la mejor manera para pedirlo.
—John, ¿este joven, ya ha sido reclamado por algún familiar?
—No señor. Ya la información fue enviada a las noticias pero nadie aún ha solicitado el cuerpo.
—Esperemos que lo reclamen pronto. Se le debe dar su santa sepultura.
—Se... señor —Ned me observa, tiene aspecto de cansado, aunque bueno, desde que inició este caso lleva así—... Quisiera, quisiera solicitar un permiso para después de almuerzo. Tengo un asunto con mi madre y...
—Sí, claro —No me deja terminar de hablar. Él sabe el problema de salud de mi madre y de lo mucho que he gastado en sus exámenes. También sabe, que solo somos ella y yo, que yo debo correr con todo—. Le das saludos de mi parte. En cuanto tenga tiempo espero ir a verla.
Asiento, suelto el aire que estaba conteniendo, la verdad pensé que no me dejaría, ya que hoy necesita de alguien a su lado, porque Hillary no está.
—Aileen... —Ella lo mira—, ¿Será que puedes acompañarme a la morgue tú?
Ella titubea un poco, pasa su vista por mi rostro y luego niega, con un semblante triste.
—La verdad no puedo, en la tarde debo entregar un informe de todo el caso (desde mi análisis claro) en la Universidad. Lamento no poder estar ahí; ya que eso es muy importante.
—Ah, no, tranquila. No pasa nada. Solo pensé que estarías desocupada. Tranquila.
Vamos en el taxi. Mamá no sube en moto, por más que le digo que manejaré lento y con cuidado. Está nerviosa y, la entiendo. Los resultados de hoy son definitivos, de salir positivos sé que mi madre caerá en depresión. Tomé su mano para tratar de calmarla, ella me observa con sus ojos cansados y arrugados por los años y me regala una sonrisa, una que no ha logrado llegar a sus ojos.
Bajamos cuando hemos llegado al hospital. Le ofrezco mi mano para que baje con sumo cuidado y ella la acepta. Antes de que mi padre muriese sus exámenes habían comenzado, al principio no era muy grave y podría tratarse, pero ha medida de que el dolor por la muerte de papá se apoderó de ella, su semblante fue cambiando. El doctor comenzó a sospechar que todo eso había cambiado el curso de ese maldito tumor en su cabeza. Hoy, por fin sabremos si es maligno y si se puede o no operar.
—¡Auch! —Escucho la voz de la chica quejarse, la he chocado, no estaba prestando atención por donde iba.
Con el choque sus lentes se han caído y ella ha bajado para recogerlos, yo hago lo mismo, soltando el brazo de mi madre.
—Lo... lo siento. —Cuando he bajado mis manos han tocado las de ella, pues hemos agarrado ambos los lentes al mismo tiempo—, no te he visto. De verdad disculpa.
Tiene un color de ojos muy bonitos, de un café claro, igual que el de sus cejas y cabello.
—Tranquilo es que yo... venía a toda prisa y, no alcancé a frenarme.
Nos levantamos, ella se coloca sus gafas y yo vuelvo a tomar el brazo de mamá, quien no ha dejado de mirar la escena que hemos hecho.
—¿Vienes del hospital pequeña?
Mi madre es quien le pregunta. Mamá me tuvo a una edad algo avanzada, así que ella se ve más como mi abuela que como mi madre.
—Ah, si sí. —La chica devuelve su vista al hospital. Uno típico, de colores blancos y rojos, con casi veinte pisos hacia arriba—. Una tía está internada acá.
Puedo notar que sus ojos se llenan de lágrimas, y quien no. Saber que este hospital es para personas con cáncer, y tener a algún familiar aquí debe ser doloroso.
—Lo lamento —dice mamá bajando su cabeza. Debe sentirse muy mal, su madre, mi abuela, murió de cáncer también y una tía, su hermana igualmente.
—No se preocupe —dice la joven, ahora con un semblante más relajado—, ya casi termina su tratamiento. Así que esperamos que pronto esté en casa.
—Ojalá así pueda ser.
Termino por decir. Porque, ¿qué cosas dice uno de todos modos en estos casos? Nada sale, en lo personal, no me gustaría que me estén diciendo mucho, si saben la situación de mi madre. Ningunas palabras quitan la incertidumbre de si tu familiar se salvará o no.
—Bueno, vuelvo a pedirte disculpas...
Se queda callada un momento, así que racciono y le doy mi nombre.
—John, mi nombre es John...
—Y es policía —Alardea mi madre, como siempre.
—Ah un gusto, John policía —Sonríe tímidamente y extiende su mano—. Mi nombre es Roxane.
N/A
Noooooooooo!!!! Esta chica piensa... 😰 meterse con mi John 😔
¿Qué les parece?
Necesito sus opiniones, quiero saber que piensan de la historia, ¿les gusta el ritmo? O quieren que sea más rápido ñ.ñ ?
Para mí, él sería un buen John. 😁
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