Bebo un café muy cargado, solo una pequeña cucharada de azúcar, nada más; eso eleva mi ánimo al cielo. Mi trabajo no deja espacio para el descanso, mucho menos cuando hay casos como estos.

Estoy en la cafetería que queda frente a la estación de policía. Es grande, bonita, estoy sentada en una de las mesas que están más alejadas de la entrada, me gusta estar sola y tranquila.

Veo entrar en la estancia a la chica estudiante Aileen. No entiendo por qué, pero me choca su sonrisa, algo en ella no me agrada del todo, tal vez sea, porque sé que su sonrisa no es sincera. ¿Por qué lo sé? Porque yo también suelo fingirlas.

Al verme se acerca donde estoy, tiene esa sonrisa pegada en los labios, y ni siquiera el hecho de que estoy más seria que un limón hace que deje de sonreír.

—¿Cómo les fue con el alcalde?

Sin mi permiso toma asiento frente a mí. Lleva pintado sus labios de un rojo claro, casi rosado. Sus ojos se miran hermosos con el resplandor del sol que entra por el cristal grande de la cafetería. Es una chica joven muy hermosa.

—Todo en orden —Contesto para volver a tomar de mi café.

—¿Siempre eres así? —Su pregunta me hace mirarla.

—Así ¿Cómo?

—Tan seria. Tan a la defensiva. No soy tu enemiga ¿Sabías? —Levanta su mano, le hace señas a una de las meseras para que se le acerque—. Es más, deberías de verme como una compañera.

Dice viéndome de nuevo, con esa sonrisa. Esa sonrisa tan odiosa y falsa.

—Jamás dije que fueras mi enemiga. El asunto aquí es profesional, considero que no tienes nada que ver en este caso, si tu profesión no es policiaca. Tampoco es que...

—Pero mis estudios les han ayudado un poco o ¿no?

Se encoge de hombros, deja sobre la mesa su carpeta. Sus uñas están bien cuidadas, tienen solo un poco de brillo nada más.

—Tarde o temprano lo descubriríamos. Con o sin ti.

—Sé sincera conmigo, Agente especial Brown ¿Por qué no te caigo bien?

Su mirada es retadora, e incitadora. Digna de alguien que estudia la mente humana. Sabe lo que tengo para decirle, sabe porqué no la tolero y sé que sabe cuál es el motivo de mi rechazo hacia ella.

«Porque eres una falsa, igual que yo»

Quise decir, pero en su lugar solo dije.

—No me caes ni bien, ni mal.

Y me levanté del asiento sin esperar su respuesta, la cual si llegó, claro.

Una risa fuerte, clara; ella sabe que mentí, pero sinceramente no me interesa.

Luego de todo el alboroto con el alcalde, la oficina local se encuentra en total tranquilidad, mi oficina, aunque pequeña la he condicionado poco a poco a mi gusto y realmente me ha gustado como ha quedado. Me siento analizar todo el tema del caso, imagino escenario, personalidad y modus operanti de varios asesinos seriales de los que he investigado. En algunas mujeres catalogadas de ese modo, siempre hay una razón obvia y, es venganza. El que todo esto sea por placer la verdad me tiene desconcertada.

El asunto de los casos es raro, a mi parecer tiene que ser una mujer joven, bonita, por el hecho de que estos jóvenes se dejan seducir y engañar por ella.

«¿Qué tienes en mente, mujer?»

Mis pensamientos son cortados por un mensaje que llega a mi celular. Por unos minutos me debato en si leerlo o no, pero llama mi atención que sea de un número desconocido, así que lo abro.

Desconocido

¿Ya sabes quién soy, perra?

Estoy detrás de ti.

Al terminar de leer frunzo mi cejo, doy rápidamente a la opción de llamar, pero como era de suponerse, el número sale inexistente.

N/A

¿Qué tal todos? Algunos ya tienen alguna teoría de quién pueda ser esta "asesina"?

¿Qué crees que la moverá a hacerlo?

¿El psicópata nace o se hace?