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Capítulo 8

Angélica se había dado el lujo de quedarse una semana entera en lo que sería la realidad de BNHA. No sabía cómo podría afectar eso en su realidad, pero quiso experimentarlo contando los días hasta que tuviera que decir su muy peculiar palabra clave.

Solo faltaba un día para que tuviera que volver y esta ocasión, se lo había hecho saber al rubio que de muy mala gana lo había aceptado. Así que de un momento a otro, la idea de pasar un día juntos antes de que ella se vaya surgió. Ciertamente todo había sido nostálgico al vivir con Bakugo en el transcurso de esos días, pues luego de que este volviera de sus deberes como héroe, el rubio pasaba literalmente todo el día con ella.

Hacían muchas de las cosas que solían realizar en el tiempo que él estuvo en la casa de la morena; desde limpiar, discutir por cualquier tontería y sacar de quicio al rubio desde las primeras horas de la mañana... hasta reír por cosas que solo los dos comprendían, ver películas en un ambiente acogedor y disfrutar de buenas comidas que los dos preparaban como un cierto ritual. Aunque claro, lo de preparar la comida era más cosa de Katsuki. Angélica solo se encargaba de ser la compañía que no hace nada hasta que la obligan a lavar los platos.

Algunas costumbres no se pierden.

—Por una mierda... —gruñó cierto rubio que escondía su rostro furioso en el cuello de su chaqueta de abrigo que lo protegía de aquel clima frívolo que se daba en su mundo.

—Vamos, será divertido también —expresó la morena tratando de relajar al irritado chico explosivo que caminaba de mala gana junto al grupo de personas que los habían acorralado y arrastrado junto a ellos.

—¿Escuchaste, bro? ¡Ange también está de acuerdo! —exclamó Kirishima, sonriente—. Sé un hombre y déjanos conocer más a la misteriosa Angélica.

—Cierto, solo la escondes en tu casa y no dices ni una palabra. Me haces entender que la quieres esconder, eh —expresó el rubio eléctrico con cierta decepción fingida mientras caminaba con los demás. Ante sus palabras, Kirishima mostró un rostro preocupado por la morena que sonrió nerviosamente mientras negaba con la cabeza—. No te dejes, Ange. Mereces más que eso.

Pero aunque Denki pretendió seguir molestando al chico explosivo, esto no pudo ser ya que el mismo se apresuró a empujar su espalda con el pie, logrando que el mismo cayera llamativamente al suelo.

—Deja de decir basura, imbécil —gruñó este pasando de largo sin mostrar mayor interés en el rubio que se quejaba por su acción.

Angélica quiso ir a ayudar al chico eléctrico pues sería bueno levantarlo del piso cuanto antes para disolver las miradas curiosas e indagatorias que veían a los chicos que la rodeaban. Pues claro, a parte de ser ridículamente guapos, también eran héroes y bastantes populares. Algunas personas ya los iban reconociendo mientras que otras aún dudaban ya que no era demasiado común ver a los héroes realizar actividades cotidianas que no sean aparecer en la televisión salvando gente.

Pero la morena no pudo hacer mucho pues al querer alejarse del rubio para ir hacia Denki, Bakugo fue más astuto al detenerla poniendo una de sus manos a su cintura para apegarla nuevamente hacia él. Aquello sobresaltó más a la morena que comenzó a sentirse nerviosa en un abrir y cerrar de ojos ya que el delicioso perfume del mayor había impactado directamente en ella por la cercanía.

Alzó la mirada, alterada; sin saber si quejarse, regañarlo, apartarse o apegarse más a él. Lo más jodido era que él en ese momento mantenía una mirada indiferente, totalmente ajeno a las emociones que generaba en la chica.

—O-Oye...

—Aprovechemos que esos cabeza huecas están distraídos y vamos a otro lado más tranquilo —soltó apresurado su paso al notar que Kirishima había ido al rescate de su amigo, dándole chance a ambos de avanzar sin ellos.

No es que Angélica esté del todo de acuerdo con dejarlos atrás, pero en este punto el plan de la salida solos quedó prácticamente arruinada. Desde fans de Bakugo que querían estar cerca de su ídolo hasta también Denki y Kirishima que aunque no tuvieran malas intenciones, si hacían que no se pudiera cumplir el propósito de la salida.

Pasar un momento especial, solos, antes de que ella tuviera que partir nuevamente.

No era tan mala idea después de todo.

—Hum... bueno, vamos...

(...)

Angélica probaba con fascinación el pastel de chocolate que había pedido para si misma en aquella cafetería. Estaba encantada y sorprendida de lo real que se podía sentir los sabores en ese lugar a pesar de que no estaba del todo segura de que forma se manejaban las realidades deseadas, pero lo cierto era que si te dejabas llevar, incluso lo podrías confundir tomándola como tu realidad propia. ¿Qué pasaría si ella perdiera la noción de lo que era real y no?

Volvió a meter una cuchara en su boca con el postre para quitar el sabor amargo que le generaba pensar demasiado en la situación. No era momento para ello.

—¿Será que engordaré en mi otra realidad si como mucho pastel? —preguntó con una pequeña risa mientras alzaba la mirada hacia su acompañante que se encontraba sentado frente a ella.

Angélica abrió los ojos ciertamente nerviosa cuando notó que en todo ese tiempo el rubio se había mantenido en silencio, observandola y con una ligera sonrisa casi imperceptible en sus labios. Sin previo aviso, el chico explosivo había llevado una de sus manos hacia el rostro de la chica y con su pulgar limpio ligeramente la comisura del labio de la morena que se había quedado totalmente paralizada.

—Deja de decir decir estupideces —soltó este que a pesar de sus palabras, seguía manteniendo una expresión relajada haciendo que las mejillas de la joven ardieran cuando este llevó el glaseado que limpio en ella hasta su boca para probar de este—, no entiendo por qué te gusta tanto esta mierda...

—No es tu problema si soy yo quien lo come —expresó ella defendiéndose mientras desviaba su mirada con frustración. Se estaba poniendo nerviosa de la nada por algo así, siendo que él se estaba comportando tan raramente calmado.

¿Acaso estaba intentando seducirla o qué? Porque lo estaba consiguiendo.

—Sí, lo que digas, fea —bufó llevando nuevamente el café negro simple que él había pedido para acompañar a la chica.

La morena tratando de tranquilizar su mente, pensó en algún tema que podrían usar para hacer pasar el tiempo y de repente se le ocurrió uno. Volvió a mirarlo tratando de buscar la manera decirlo, pero el chico fue más intuitivo al notar que ella quería decir algo.

—¿Qué quieres saber ahora? —preguntó alzando una ceja—, se te nota en toda la cara que quieres preguntar algo.

—Bueno, realmente no es tan importante... solo me dio curiosidad y eso...

—Solo sueltalo, joder —suspiró el mayor dejando su café en la mesa para escuchar lo que ella pudiera mencionarle.

La menor dudó brevemente si decir algo al respecto, pero sabiendo que la paciencia del contrario era bastante limitada, pronto se animó completamente en preguntar lo que quería saber.

—Es solo que... me da curiosidad saber el por qué aún no habías conseguido pareja —soltó bajando la mirada hacia su postre que de repente empezó a clavar con el tenedor para calmar su nerviosismo—. Quiero decir, a pesar de que tienes una personalidad caca, en realidad eres bastante popular con las chicas por lo visto... y no sé, incluso si por ser héroe no tendrías tiempo... quizás hasta en el trabajo podrías encontrar a alguien...

—¿Cómo que personalidad caca? Perra —expresó calmado pero mostrándose como uno se sus ojos comenzaba a tener un tic por la molestia. Pero aún así pronto pudo calmarse para llevar nuevamente su café a sus labios mientras respondía a la pregunta de la chica—. Y a lo que preguntaste... joder. No me interesa ninguna chica o nadie llego a llamar mi atención como para perder mi tiempo en una relación.

—Oh...

—Nadie era como tú.

Angélica abrió sus ojos con sorpresa y alzó su mirada nuevamente para observar al chico que bebía de su café mientras tenía su mirada perdida a la ventana que poseía aquella cafetería y que dejaba a la vista el frívolo clima de la ciudad. La morena estaba sorprendida ante las directas palabras del chico, que parecía no querer ocultar el hecho de que ella le había gustado... o que le sigue gustando hasta el día de hoy.

—E-Eso es obvio... pero con el tiempo pudiste avanzar y creo que ahora sería una buena oportunidad para poder abrirte a alguien ya que dejaste de tener sentimientos por mí —expresó ella soltando una sonrisa nerviosa a lo que el rubio volvió a dirigir su mirada hacia ella con una expresión entre molesta y seria— ¿Qué? —preguntó la morena con confusión.

—Angélica... —dijo este en un gruñido frustrado, parecía dudar. Pero no tenía intención alguna de ocultarlo, ya no quería perder tiempo con ella; pues con esos cuatro años, ya había tenido suficiente— tú aún...

Una fuerte explosión retumbó en todo el lugar haciendo que los vidrios del local se hicieran pedazos por el violento acto. Por supuesto, el primer acto de reflejo que había tenido Bakugo fue cubrir a la morena con su cuerpo yendo ambos contra el suelo para evitar que algo más pudiera lastimarla a ella.

Una vez que el primer disturbio pasó, el chico se levantó rápidamente ayudándola a ella para levantarse y miró a su alrededor para examinar a las otras personas que se encontraban en aquella cafetería. Por suerte, nadie estaba herido de gravedad más allá de la conmoción y algunos pequeños cortes causados por el vidrio de las ventanas. Luego su atención se centró en dirección al lugar en donde se inició aquel ataque y por lo visto, era uno de los locales que se encontraban por en frente de donde se encontraban; un banco y villanos que se encontraban robandolo.

—Malditos imbeciles, bastardos —gruñó el chico murmullando a lo bajo con molestia; molestia que era más por la rabia que le causaba que ese día tuviera tantas interferencias y que incluso Angélica fue expuesta a un momento peligroso.

Iba a machacarlos bastante bien por ello.

—Bakugo... —murmulló la morena mirando a su alrededor mientras se aferraba al brazo del chico. Era la primera vez que vivía algo así y realmente estaba alterada en ese momento por más de que se mostrara ciertamente calmada.

—Yo me encargaré de esto, pero necesito que te alejes más del lugar —soltó el rubio con cierta prisa al ver que los delincuentes iban escapando del lugar de los hechos—. La policía llegará en cualquier momento y debes quedarte con ellos para estar segura, ¿entendido?

La morena sólo pudo asentir rápidamente y sin objeción ante el pedido del rubio que notó en ella el cierto miedo que experimentó en ese momento. Presionó la mandíbula por la molestia que sentía con todo y con él mismo por no asegurarse de que ella no tuviera que presenciar algo asi y por lo tanto, antes de irse, tomó las mejillas de la muchacha con cuidado y se agachó lo suficiente como para besar cuidadosamente su frente.

—Te compensaré por esto —murmulló antes de alejarse de ella y mirar con seriedad a los demás presentes—. Ustedes salgan de aquí y esperen a la policía en la esquina principal de la calle —ordenó alzando la voz antes de abandonar el local soltando por una de las ventanas rotas y saltar para activar su particularidad lo cual lo ayudó a aumentar su velocidad para seguir a los maleantes.

Cuando él abandonó la tienda, algunos comenzaron a murmurar asustados por lo que había pasado y hasta Angélica se sintió paralizada por un momento producto del estrés que todo le generó. ¿Cómo Bakugo podía actuar con tanta naturalidad por algo así? Pero pronto en su mente se le vino el pensamiento de que no podía quedarse ahí para siempre y realmente quería buscar una forma de ayudar al rubio en este momento, lo cual fue, ayudar a las personas y guiarlas para salir tranquilamente del lugar.

—Por favor, siganme a la salida. Debemos hacer caso a las indicaciones del héroe para estar a salvo —habló tratando de reponer su firmeza al actuar—. Vamos.

Para su suerte, las personas que al no tener a nadie que los guíe estaban confusos, al verla a ella tomar el mando no dudaron demasiado en seguirla. Agradeció genuinamente para sus adentros que algo de su habilidad de liderazgo que alguna vez tuvo permaneciera en ella para poder realizar lo que estaba haciendo.

Pronto y sin muchos problemas habían llegado al lugar indicado, siendo ahí que llamaron a la policía también para que pudieran aparecer con más rapidez. La muchacha dejó salir todo el aire que tenía en sus pulmones cuando se aseguró que todos siguieran en un mismo lugar hasta que aparecieran las autoridades. Pero luego de ocuparse de ello, la siguiente preocupación que llegó a su mente fue que si el rubio estaría bien en estos momentos. Por supuesto que ella sabía que el chico era alguien increíblemente fuerte e inteligente que podía lidiar con estas situaciones perfectamente como lo había visto en el anime. Pero era imposible no sentir ansiedad al saber que él se encontraba en una situación así de peligrosa.

Realmente era muy diferente el verlo en anime que vivirlo en carne y hueso.

—Espero que esté bien... —murmulló a lo bajo hasta que se sobresaltó cuando sintió como una mano se posó en su boca y luego otra que rodeó su cuerpo. Rápidamente intentó girar la mirada para ver de quién se trataba, pero unos ojos oscuros y desquiciados la miraban de cerca haciendo su agarre más fuerte para que ella no pudiera escapar.

¿De dónde había aparecido?

—Sorpresa...

Y antes de que siquiera pudiera intentar en resistirse, fue atraída a un portar de donde la mirad del cuerpo de ese hombre había aparecido para raptarla.

No quedó rastro alguno.

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Ep, no corregí demasiado los errores para así evitar fatigarme y poder subir capitulo shsusgwi así que si ven errores ya saben.

Y holauuu, tanto tiempo.

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