1:Baila
Genero: Angst/Drama
Jungkook era un pobre chico que dudaba de su sexualidad, la razón: una causa desconocida incluso para sí mismo .
A decir verdad, a él siempre le gustaron las chicas, sin embargo, eso no fue impedimento para que él sintiera una tremenda atracción por los chicos hoy en día.
El azabache de verdad desconocía que era lo que tanto le gustaba de los chicos, ¿Acaso eran sus musculosos brazos?¿ O simplemente era esa masculinidad que emanaban?
Jungkook no lo sabía, y esperaba poder encontrar la respuesta, preferiblemente con un chico guapo al que mancharía de café después de chocar contra él durante una ajetreada mañana en la universidad. Porque sí, Jungkook era un iluso que vivía en un mundo ficticio lleno de libros.
Jungkook era todo menos realista.
Tal vez fue por eso que todo comenzó, por su gran amor a esos cuentos de hadas a los que se apegó ciegamente.
[...]
—Vamos, Jungkook —chillo Jimin—. No seas aguafiestas, siempre rechazas todas mis salidas — puchero tiernamente en un intento de manipular al azabache—. Además, es jueves y mañana no hay clases.
Yoongi y Hoseok lo abuchearon cuando negó con la cabeza.
—Escuchen, chicos— suspiro Jungkook antes de tronarse los huesos del cuello—. Hoy no es un buen día, tengo que estudiar para mantener mi beca y también tengo que ir al gimnasio, no quiero despertar vomitando mis sesos en la casa de algún extraño.
—Carajo, Jungkook— bufo Namjoon, sorprendiendo a todos en el proceso—. Sé que siempre te he dicho que te enfoques en tus estudios y leas, pero ya es mucho...—se pasó una mano por la mejilla derecha—. No puedes pasar todo el día estudiando y leyendo libros, eso sería estar perdiendo una bella parte de la vida, esa parte que te mantiene real y claramente estas perdiendo.
Los chicos boquearon como un pez, incluso Nam, mientras que Jungkook solo bajo la mirada apenado.
El azabache sabía que su hyung tenía razón, no todo se trataba de leer, pero era lo único que le gustaba hacer; imaginar que vive una fantasía utópica.
Toda su vida se había basado en lograr que fuera una que fue sacada de un cuento de hadas, una mágica que te llena de emoción el corazón.
Solo quería tener una bonita bibliografía en la que pudiera contar su final feliz a lado de la persona de sus sueños.
A pesar de ello, solamente por esa noche se permitiría salir de la ardua elaborada burbuja en la que se rodeaba.
—Esta bien, vamos a salir, pero no quiero ir a ningún lugar de mala muerte — se rindió cansado Jungkook.
Jimin festejó alegre y todos los demás sonreían satisfechos al haber sacado al menor del grupo de su caparazón.
[...]
Narración de Jungkook
El reloj apuntaba las 10:00 de la noche, lo que implica que pase dos malditas horas tomando solo en la barra de un bar mientras que mis amigos platicaban o bailaban con extraños y yo reconsideraba las decisiones de mi vidas.
—En primer lugar... porque nací?— le pregunte al bonito bartender quien me miraba risueño.
—Tal vez porque tu mamá te parió?—limpió otro vaso hasta dejarlo reluciente—. Mira mi turno termina en 10 minutos, te gustaría bailar conmigo cuando termine aquí?
Me tense un poco, no todos los días alguien me invitaba a bailar y mucho menos un chico.
—Bueno, no me suena mal pero estas segu...
—Hola, precioso— interrumpió alegre una chica rubia, una muy atractiva—. ¿Qué te parece si vienes a bailar conmigo un ratito?
Lo que pasaría me suena a tragedia, ¿Cómo demonios elijo entre un chico y una chica cuando ambos son jodidamente calientes?
Desde que he empezado a gustar del sexo masculino lo único que he ganado ha sido una indecisión infernal que me nublaba la mente al momento de hacer algo.
Yugyeom, el camarero, parecía querer matar a la sexy rubia.
—Malditas hormonas de mierda— maldije por lo bajo que he caído, ¿Qué haría ahora?—. No puedo elegir.
—Disculpa?!?— preguntaron sorprendidos mis pretendientes.
La chica le dio una mirada a Yugyeom y él me miró a mi.
—Creo que ambos son atractivos y lo estoy odiando porque no puedo decidir con cual de ustedes bailar— suspire frustrado.
—Nos turnamos— propuso la alta rubia.
—No —ataco Yugy—. Yo lo saque a bailar primero, él debería de bailar conmigo Lisa.
Así que su nombre era Lisa, bueno, no estaba dispuesto a soportar sus peleítas de niños pequeños.
—Saben que? Callense —ambos me miraron molestos por la interrupción de su conversación muy poca intelectual—. Lisa, tú te sientas aquí— palmee la silla a mi derecha—. Y tú — señalé a Yugyum—. Te sientas aquí— golpee la silla a mi izquierda.
—Nah, mejor me voy con Rosie— hizo una mueca —.Bye, chicos.
La pelirrubia se fue y me quedé solo con Yugyum.
—Se me quitaron las ganas de bailar, mejor hay que hablar.
Yugy bu aceptó y me paso otra botella de cerveza.
[...]
Narrador Omniscente
Jungkook estaba demasiado borracho como para poder narrar lo que sucedía.
¿Cómo explicaba que estaba llorando a lágrima viva con su nuevo amigo el bartender por no poder ser un personaje ficticio que vive en la perfecta armonía que siempre ha deseado? Exacto, no podía, porque lo que deseaba ni siquiera tenía una definición.
—Yugy— pronunció alargando la última letra el azabache—. Yo solo quiero poder amar sin tener que decidir a quién voy a amar, estoy cansado de elegir— Yugyeom estaba igual o peor que Jungkook por lo que solo asintió—. Solo quiero tener una vida de arcoíris.
—De arcoíris?
—S-sí— Jungkook sorbió su nariz—. La vida que quiero es una de arcoíris, un arcoíris es bonito aun cuando afuera está lloviendo y está todo jodido, quiero tener una vida así.
—Qué solo exista cuando todo está jodido?!?— pregunto extremadamente confundido el pelligris.
—No— alargó la "o" el azabache— Que sea bonita todo el tiempo, sería la envidia de todos .
Yugyeom, frunció el ceño, estaba apendejado por todo el alcohol que ingirió pero todavía podía distinguir que eso era ridículo.
—J-Jungkook —tomó otro trago de su botella de tequila— Así no funciona la vida, bebe.
Un poco más calmado el nombrado le quitó la botella de tequila al pelligris y se tomó todo lo que sobraba; tres cuartos del líquido amarillento.
Jungkook siseo por el gratificante ardor y Yugyeom le dio un zape por tomarse SU botella de alcohol.
—Idiota... Te tomaste toda mi botella y no me dejaste ni una gotita—se lamentó el pelligris.
—Te compro otra, bu, no te agüites— dijo sobándose la cabeza Jungkook—. D-dame otra botella para mi próxima aventura.
—Estas loco— chasqueo la lengua Yugyeom—. Págame y te la doy.
—Andale—pataleo Jungkook—. No te hagas del rogar.
—Ño.
Yugyeom se rio mientras que Jungkook hacía un pequeño berrinche.
—Y si te doy un besito?— preguntó con los ojos iluminados el azabache.
Yugyeom lo pensó, esos bonitos labios rosados sobre los suyos era tentador.
—Mejor dos—propuso el pelligris.
El mayor asintió.
Jungkook tomó torpemente a Yugyeom por las mejillas y se acercó lentamente sacando los labios en forma de una trompa.
Sus labios estaban a centímetros de tocarse, pero no pasaría porque el azabache fue brutalmente distraído por un chico en la pista de baile que movía sensualmente sus caderas.
— Jungkook, y mi beso?—puchereo el pelligris.
—Q-quien es él?—apuntó Jungkook al chico que le llamó la atención.
—Él es Taehyung, es un chico que viene sin falta de Jueves a Sábado.
—Bueno, Yugy bu, creo que ya no necesito tequila para mí aventura—Jungkook se levantó de su asiento menos alcoholizado y se retiró de la barra—. Nos vemos luego, bonita noche.
—Tú eras mi noche—se dijo a sí mismo el pelligris mientras sus ojitos se aguadaban y recostaba su cabeza de lado sobre sus brazos.
Jungkook se arrepentiría muy pronto de su desición.
[...]
Narración de Jungkook
Mi conciencia regresaba poco a poco después de haber visto a tal tremendo chico bailando en la pista.
La forma en la que sus pies se movían al par de música era hipnotizante, y ni hablar de sus caderas.
Ni siquiera lo pensé dos veces cuando me dirigí hacia él, o cuando me acerqué peligrosamente hacia su cara.
A pesar de verse neutro, seguía teniendo ese toque de diversión inusual que me encantaba tanto.
—Se te ofrece algo, cariño?— hablo el extraño con voz grave mientras me miraba... coqueto.
Empero, lo único que podía pensar, era en su voz.
Su maldita voz era hechizante, era igual de adictiva que una potente droga; así de perfecta era su voz, ya me imagino lo bonito que sonaría mi nombre siendo gemido por sus bellas cuerdas vocales, y la vista...que puedo decir, le da mucho vuelo a mi borracha imaginación.
—M-me llamó Jungkook— sonreí débilmente, de pronto me sentía un poco cansado—. Y tú?
—Taehyung— pronunció pasando su legua por sus dientes.
—Te molesta si platico contigo, Taehyung?— una sonrisa peculiar salió de sus labios.
—Sí, cariño— un puchero exagerado adorno mis labios y el castaño rio—. A menos que no estés bailando con ese bonito culo pegado a mi, creo que sí me molestaría.
En cualquier otro momento lo habría abofeteado, pero había algo en el que me intrigaba, algo que en sí era su todo.
Todo de aquel castaño derrochaba algo que jamás había sentido en mi maldita vida; una mezcla de lujuria y tentación, su simple existencia me estaba volviendo loco.
En la vida me vi a mi mismo bailando epicúreamente con alguien, en especial un chico, mas sin embargo no podía desaprovechar lo oportunidad de estar con la sexy replica exacta de Apolo.
No hoy.
—Entonces que esperas para tener este bonito culo?— respondí retándolo.
La sonrisa tan atípica que me devolvió, me llevo a otro mundo, me pregunto como me regresará a este.
Sin esperar nada más, me tomo por la cintura y comenzó un baile que duraría un buen rato.
Solo espero que esta sensación de certidumbre y poder no termine, estoy aburrido de vacilar con todo lo que elijo y las inseguridades.
[...]
Narración de Taehyung
¿Quien lo habría dicho?
Encontré a un bonito azabache musculoso, voluptuoso, sumiso e iluso; la combinación perfecta para ser mi cena, pero aún le faltan las especias.
Creo que necesita que alguien lo baje de esa nubecita en la que vive, y nadie en este asqueroso mundo es mejor que yo para hacerlo.
Mire al reloj redondo que colgaba de la opaca pared café cuando sostuve posesivamente sus caderas.
12:15 indicaban las pequeñas manijas de metal que giraban dentro de una vitrina llamada... reloj, no hay mucha ciencia.
—Bueno, Jungkook hemos estado bailando por una hora— me miro expectante mientras seguía moviéndose conmigo—. ¿Qué te parece si nos vamos de aquí y caminamos un poco?
«Mierda, ya ni siento los putos pies,¿Cómo voy a aguantar una maldita caminata con ampollas en los pies?» lo ví pensar para luego sonreír.
Me iba a divertir demasiado, lo llevaría hasta el cielo y lo haría caer hasta mi casa.
[...]
Narrador Omniscente
La mente de Jungkook ya no estaba tan nublada por todo el ethanol en su sistema, y Taehyung... él nunca se emborrachaba por el simple hecho de que no podía.
Y si lo piensas tiene sentido.
¿Cómo carajos es que el rey del infierno se emborrachaba?
No obstante, en este instante la verdadera pregunta es:
¿Jungkook podrá salvarse de su propia muerte?
La respuesta es un rotundo no, porque ya fue emboscado y no se ha dado cuenta.
—Ven y siéntate aquí— ordeno Taehyung señalando sus piernas—. Aún no termino de degustar esa boquita.
Jungkook cumplió inmediatamente la orden, le encantaba ese tono demandante que le daba, le hacía sentir un ataque de adrenalina por sus venas.
En cuanto se sentó, Taehyung poso su cabeza entre la curvatura del cuello del azabache y se concentro en aspirar su adictivo aroma, además de sacar un poco de su energía.
Y sonrió, sonrió porque se dio cuenta de que se gano la lotería; tenía a un sangre pura a sus pies.
Los sangre pura son seres que tienen sangre negra que solo los seres mágicos pueden ver y son relativamente poderosos cuando los transforman en cualquier ser nigromante, también podrían ser convertidos en seres aplicados a la magia blanca pero ninguno de los practicantes de esta se atreven a convertir a los sangre pura por la destrucción masiva que son capaces de crear.
Mas sin embargo, la historia no termina ahí, la única razón de ser un sangre pura, solo le provocaba a Taehyung torturarlo más.
Taehyung cargó a Jungkook y se alejo del parque en el que estaba para poder ir al Río Han.
Jungkook se pensaba a sí mismo a donde carajos lo estaba llevando el dios griego, pero se sentía tan relajado que ignoro sus propios pensamientos.
[...]
Narración de Taehyung
Cuando llegue al río me senté en una banca donde la luz de la luna nos iluminaba.
—Qué hacemos aquí?— pregunto el azabache.
—Vamos a ver a la luna.
—Por qué?
A decir verdad, la luna incrementaba mi poder, pero no voy a negar que es una bella obra de arte; por primera vez tendré la decencia de ser honesto.
—Verás— suspire —. La luna es más que una roca brillante para mi, es mi salvación y a la vez mi perdición.
—No entiendo— hablo el azabache negando con el ceño fruncido.
—La luna solo es un testigo de lo que sucede, me acompaña en todos mis martirios y sabe todos mis secretos.
—Lo dices con tanta adoración.
—Es porque lo hago, es reconfortante que hay alguien que siempre vela empáticamente por ti sin importar lo jodido que eres.
El azabache se mantuvo callado, odiaba ese silencio sepulcral que nos empezó a rodear.
Su energía era exquisita, y ni hablar de esa sangre que me estaba tentando, necesitaba distraerme rápido si no quería hacer un espectáculo cruel en plena vista.
Tomé a Jungkook por los cachetes y lo besé como siempre he querido que lo hicieran conmigo; con amor.
Si iba a hacer un espectáculo al menos sería uno que no traumatizara a todo el mundo.
[...]
Narración de Jungkook
Llevaba como cuarenta minutos besandome con Taehyung, creo que ya debería irme a casa, mis labios no me dan para más.
—T-Taehyung, debo de ir a casa—jadee ante el contacto de sus frías manos con mi espalda.
—Bien, dónde vives?— la neutralidad de su voz me hizo estremecer.
—Vivo en los dormitorios de la Universidad de Seúl.
Se levanto de la banca de concreto en donde estábamos y me sostuvo de la mano para llevarme a casa.
Caminábamos en silencio, dolía un poco, le había dado mi primer beso pero jamás lo confesaría.
Cuando llegue a mi apartamento, Taehyung me dejo y se fue sin decir nada más que un simple "Nos vemos".
Cerré la puerta de mi hogar, y me dirigí a tientas a mi cuarto, con unas pequeñas lagrimas cayendo por mis mejillas.
[...]
Narrador Omniscente
Jungkook quedo dormido despues de pasar dos horas llorando, en ese tiempo, Taehyung lo estuvo escuchando y obvservando.
Taehyung se colo en la mente del menor para poder estar con él todo el tiempo y estaba disfrutando cada segundo de este.
Le encantaba escuchar los placenteros sollozos del menor, porque él los causo.
Y como si eso no fuera suficiente, cuando el azabache quedo dormido, el aprovecho para meterse en sus sueños y modificar sus pensamientos a su merced.
Taehyung estaba enganchado con él, y una vez que se mete en tu ser, ya no hay forma de escapar.
[...]
N/A
Palabras Asignadas:
Indecisión
Libros
Bisexual
Arcoiris
Luna
2599 palabras sin contar este comentario, espero que les este gustando esta historia.
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