Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

8

Luego de una larga noche llena de recuerdos nostálgicos y dolorosos finalmente tuvieron que despedirse para ir a dormir, Sana estaba nerviosa por lo que quería hacer, pero si no era ahora no sería nunca. Entonces se armó de valor y dejó un beso en la mejilla de Tzuyu sin previo aviso.

—Que descanses, Zheng— Sana habló tímida antes de desaparecer de ahí lo más rápido que sus pies le permitieron.

—Que descanses tú también— Respondió Tzuyu completamente aturdida por lo que acababa de suceder.

Pero Sana ya se había ido, obviamente lo había hecho, pues estaba tan avergonzada de lo que acababa de hacer, pero había valido la pena y se moría de ganas por volverlo a hacer, había amado la suavidad en las mejillas de Zheng y eso solo le hizo pensar en que incluso era perfecto al rasurarse, pues no había ningún rastro de barba o piel aspera en el rostro del contrario.

~~~~

A la mañana siguiente tuvieron que recoger nuevamente el campamento para moverse a otra provincia, pues cada vez estaban más cerca del día en el que pelearían por su país y debían acercarse al lugar en donde se llevaría a cabo la batalla, aquello mantenía bastante preocupada a Tzuyu, pues ella sabía que su vida estaba en juego y con el paso de los días eso solo lograba preocuparla más.

Sin embargo, no todo era malo, porque ella estaba feliz de estar ahí a pesar de lo duro que podía ser.

Había conocido a Sana y su amistad alegraba sus días, además, su padre estaba a salvo y eso era más que suficiente para que Tzuyu se sintiera algo tranquila.

Entonces pensando en cosas positivas el camino fue bastante tranquilo para Tzuyu, quien había mejorado mucho su condición física y ahora no le era tan difícil transportar sus cosas, incluso llevaba en una mano una bolsita de Sana con la intención de aligerarle la carga a su amiga, estaba orgullosa de sí misma por su resistencia, además de que amaba como lucían los músculos de sus brazos luego de dos meses de haber estado entrenando hasta el cansancio.

Y quien también amaba como lucía ese cuerpo era Sana, pues estaba fascinada con los músculos de los brazos y el abdomen de Zheng que no podía evitar relamerse los labios al mirarlo sudado luego de las varias horas de entrenamiento.

Además, ahora mismo se veía demasiado ardiente trasladando sus pertenencias en brazos y el hecho de que incluso se ofreciera a ayudarla con las suyas hizo a Sana emocionarse demasiado a pesar de ser solo un simple favor.

Pero eso mantenía feliz a Sana y a pesar de las miradas que muchas mujeres le daban a Zheng en el camino Sana simplemente lo ignoró y se mantuvo sonriendo, porque ellas no tenían los mismos privilegios que Sana tenía con Zheng.

Entonces continuó caminando tranquila y sintiéndose superior a todas esas chicas que se toparon en el camino.

Y finalmente llegaron al nuevo espacio en el que asentarían su campamento.

Entonces mientras los hombres armaban las tiendas, las esclavas debían ir al río más cercano a lavar las ropas de ellos, así que Sana siguió a las demás para cumplir con sus labores, pero en el camino notó algo que llamó su atención, sin embargo debía terminar sus deberes primero, así que se apresuró en acabar para después poder explorar los alrededores. Y cuando finalmente pudo ir a ver el resto del paisaje se maravilló con una hermosa laguna que se encontraba al costado del campamento, estaba algo escondida, pero era demasiado bonita y Sana estaba segura de que estar ahí de noche lo sería mucho más.

Sin duda alguna debía mostrarle a Zheng aquel bonito lugar esa misma noche.

Y mientras tanto en el campamento, al terminar de armar las tiendas los hombres tuvieron que entrenar un rato más mientras las esclavas preparaban la cena.

Tzuyu acabó exhausta aquel entrenamiento y finalmente pudo ir a cenar, no había comido nada desde el desayuno y estaba tan hambrienta que prefirió cenar antes de ir a ducharse, prácticamente devoró su plato debido al hambre que sentía y sin más se retiró de la mesa para ir con dirección a la ducha, estaba agotada y solo quería dormir después darse un buen baño, pero sabía que no podía dejar plantada a Sana, pues cada noche acostumbraban verse para hablar un poco antes de irse a dormir.

Entonces se bañó con agua fría en busca de desaparecer el sueño que comenzaba a hacerse presente, sin embargo, no había funcionado del todo, pues ella seguía cansada y sentía sus párpados pesados.

Así que simplemente intentó por su propia cuenta mantenerse de pie y comenzó a vestirse sintiendo que en cualquier momento caería dormida.

Entonces abrió la puerta y como por arte de magia todo el sueño abandonó su cuerpo siendo reemplazado por un gran susto.

—AAHH!— Gritó Tzuyu asustada al ver a Sana parada afuera de su regadera esperando por ella.

Y la contraria rió al ver esa reacción.

—Lo siento, pero te estabas tardando y hay algo que quiero mostrarte— Sana aclaró rápido y tomó la mano de Tzuyu para llevársela afuera del campamento.

Entonces Tzuyu también sonrió, Sana era bastante tierna y siempre estaba llena de energía.

Mientras tanto, en la mente de Sana, esta no paraba de pensar en lo perfecto que era Zheng, sus manos eran demasiado suaves a pesar del rudo entrenamiento que recibía y Sana estaba disfrutando de la calidez de sus manos unidas, aunque también estaba algo nerviosa por esa acción tan atrevida de su parte y temía que sus manos comenzaran a sudar e incomodara a Zheng con sudor excesivo.

Pero simplemente se concentró en lo perfecto del momento al llegar a la laguna que tanto quería mostrarle a Zheng.

—Wow— Tzuyu rompió el silencio apenas llegaron.

Y Sana sonrió mirando el rostro asombrado de Zheng.

—Te gusta?—Preguntó Sana aún sin soltar su mano.

Tzuyu asintió en respuesta y ambas caminaron hacia una roca que estaba frente a la laguna para sentarse juntas ahí.

La menor estaba tan encantada con el lugar, era hermoso y al estar rodeado de arboles daba una sensación de privacidad e intimidad, perfecta para sentirse segura y lejos de todo aquel ambiente rudo y tosco que tenía el campamento, aunque estaba algo curiosa sobre cómo Sana había encontrado esa laguna, pues debieron atravesar un pequeño bosque antes de llegar.

Sin duda Sana siempre lograba sorprenderla.

—Esto es hermoso, Sana— Tzuyu soltó aún admirando a su al rededor.

—Totalmente hermoso— Sana respondió admirando el perfil de Zheng que era levemente iluminado por la luz de la luna.

—Gracias por compartirlo conmigo— Tzuyu agradeció finalmente mirando a Sana, quien rápido miró hacia otro lado avergonzada de que Zheng la atrapara mirándolo.

—Gracias a tí por estar aquí, todo es mejor desde que estás en el campamento— Soltó con total sinceridad la japonesa causando una sonrisa genuina en el rostro de Tzuyu —No quiero que te pase nada malo.

—Ey, por qué dices eso? Nada malo va a pasarme— Tzuyu habló con suavidad buscando la mirada de Sana quien de pronto parecía algo decaída.

—Prométeme que volverás de la guerra y estarás aquí en el próximo campamento.

—Hmm, no— Tzuyu soltó con diversión ganándose una mirada asustada de Sana —No habrá otro campamento porque acabaré con la guerra este año.

Y Sana soltó una risita suave ante eso.

—Por qué te ries? Hablo en serio— Tzuyu insistió con una sonrisa.

—Bueno, voy a creerte, pero prométeme que volveremos a vernos incluso si acabas con la guerra— Sana insistió abrazando el brazo derecho de Tzuyu y apoyando su mentón en el hombro de la menor.

—Te lo prometo— Tzuyu la miró a los ojos antes de sentir a Sana entrelazar sus manos.

Porque con el paso del tiempo en ese campamento ella le había tomado cariño a Sana, la quería mucho y temía que alguien volviera a hacerle daño, incluso se sentía asustada de dejarla ahí cuando ella regresara a casa, ahora Sana era alguien especial en su vida y ella no sabía como manejar todo eso, era su amiga, pero la quería tanto como a su propia familia aún sin conocerla de toda la vida, no sabía cómo había desarrollado todo ese cariño por Sana, pero poco le importaba averiguarlo, era solo algo que pasaba y Tzuyu se sentía bien con eso.

Entonces el silencio volvió a instalarse en medio de ellas cuando Tzuyu se perdió en sus pensamientos, pero sus ojos seguían conectados hasta que Sana dicidió mirar a sus labios, no estaba segura de lo que iba a hacer pero realmente lo deseaba, entonces volvió a mirar a los ojos de Zheng y al notar que la seguía mirando fijamente regresó su mirada a sus labios, y sin más, Sana rompió la distancia entre sus bocas con un suave beso.

Y demonios! Eran jodidamente suaves como toda la existencia de Zheng.

Sana estaba tan fascinada con él y con lo suaves que eran sus mejillas, manos y labios.

Sana se estaba volviendo adicta a Zheng y a lo bien que se sentía estar a su lado.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro