Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

2

Aún era demasiado temprano y el moviniento en el campamento ya había comenzado, después de haber armado sus tiendas empezarían a ejercitar, así que poco a poco el campo de entrenamiento comenzaba a ocuparse con varios hombres que ya estaban listos.

—Atención muchachos— El general llegó al ver a todos ya reunidos en el campo —Yo soy el general Yanan y me encargaré de entrenarlos por los próximos meses, así que para comenzar formen una fila y empiecen a calentar.

Y sin más estos obedecieron comenzando a estirarse.

Al principio parecía fácil, estaban ejercitando con su propio cuerpo, sin levantar objetos pesados ni nada por el estilo y Tzuyu al ser una chica ligera no había tenido problema con eso.

El verdadero problema comenzó cuando tenían que escalar una columna de madera con dos pesas en las manos. Ella no tenía la fuerza suficiente en los brazos para hacer algo como eso, así que a pesar de intentarlo toda la mañana ella seguía siendo la única que no lo había conseguido.

—Suficiente, Zhou!— El general la detuvo con un regaño —Estás haciendo todo mal, demonios, ni siquiera es algo complicado.

—Yo... Lo siento, general— Ella bajó la cabeza intentando sonar una voz masculina.

—Deja las pesas en el piso y ve a que te limpien las manos— El hombre indicó al mirar las manos de Tzuyu.

Estaban llenas de sangre debido al mal agarre que tenía en las cintas de las pesas.

Entonces al notarlo sintió el ardor comenzar a aparecer y dejó la pesas en el piso para ir hacia la tienda que el general le había indicado.

Habían varias mujeres haciendo diversas actividades, algunas doblaban ropas, otras limpiaban el lugar y otras organizaban lo que parecían ser medicamentos.

Así que al divisar a la chica de la que sus compañeros de mesa habían hablado antes no dudó en acercarse a ella, pues era una de las que organizaban los medicamentos y posiblemente ella podía ayudarla a curarse las manos.

—Hola, tú hablar chino?— Tzuyu se ayudó de gestos exagerados con las manos para intentar comunicarse con aquella chica de origen japonés.

—Sí hablo chino, deja de hablar como vikingo— Ella respondió cortante antes de notar las manos ensangrentadas de la contraria.

—Lo siento, esque estoy herida- herido!— Trató de corregir su error aclarándose la voz —Me dijeron que viniera a curarme las manos aquí.

—Demonios, qué te hiciste?— La joven extrangera preguntó al notar la sangre de las manos contrarias, y tomándola de los hombros la llevó a una camilla —Sí estás conciente de que apenas es el primer día aquí como para andar herido, verdad?

—Lo siento— Tzuyu se disculpó bajando la cabeza mientras sentía a la otra tomar sus manos para comenzar a limpiarle la sangre y desinfectar su herida.

—No te disculpes, niño, solo procura ser cuidadoso— Ella respondió tratando de sonar indiferente.

Sin embargo, realmente estaba preocupada por él, lucía demasiado joven para estar ahí que incluso podía asegurar que era menor que ella, además su cuerpo delgado parecía frágil para un ambiente tan rudo como este.

—Me llamo Zheng, no me digas niño— Tzuyu pidió cerrando los ojos con fuerza a causa del ardor en sus manos siendo curadas por la contraria.

—Sana— La otra respondió.

—Que yo qué?— Ella preguntó sin entender lo que la contraria le quiso decir.

—Que me llamo Sana, ahg, que lento eres!— Ella se quejó del contrario a causa de su forma tan lenta de ser.

—Perdón— Ella se volvió a disculpar.

Y Sana solamente rodó los ojos para después bufar, ese niño sí que estaba poniendo a prueba su paciencia.

Sin embargo, ella trató de ser paciente, era solo un novato y probablemente nunca había estado en un lugar tan demandante como lo era el campamento militar.

Además, era el único hombre que la trataba con respeto, porque además de él, ninguno de los hombres de ahí parecía querer ser amable con ella, entonces, solo por eso, trataría de tenerle paciencia, parecía muy despistado y tímido que incluso sintió algo de ternura por él.

—Listo, ya puedes irte— Sana rompió el silencio cuando acabó de vendarle las manos.

Y Tzuyu agradeció con una reverencia haciendo bufar a la otra por el exceso de formalidad.

Entonces finalmente la joven salió de la tienda para volver a formarse entre los hombres que entrenaban en el campamento.

—Listo, señor Zhou?— Preguntó el general al verlo llegar con las manos vendadas recibiendo un asentimiento como respuesta —Entonces tome las pesas y siga intentando subir.

—Qué? Pero... Me duelen las manos— Ella habló preocupada mostrando las vendas de sus manos.

—No me importa! En la guerra nadie va a preguntarte si te duele estar herido— El general la regañó —Tome las pesas de nuevo y siga intentando subir la columna.

Y después de aquel regaño, Tzuyu no tuvo más remedio que tomar las pesas de nuevo a pesar del ardor en sus manos, y volver a intentar subir la columna.

Sin embargo, el dolor y el cansancio no le permitían hacer mucho, estaba poniendo todo su esfuerzo por lograrlo, pero no parecía funcionar, y a pesar de que estuvo intentando toda la mañana no fue capaz de conseguir llegar a la cima de aquella columna.

—Suficiente!— Regañó el general al notar su vano esfuerzo —Tienen media hora libre antes del almuerzo, pueden ir a descansar— El hombre le dió una mala mirada a Tzuyu a causa de lo ineficiente que parecía ser.

Y la joven solamente bajó la cabeza para salir del campo de entrenamiento.

Estaba agotada después de haber hecho demasiado esfuerzo durante toda la mañana, así que pensó que sería una muy buena idea ir al río a tomar un baño.

Entonces tomó una toalla de su tienda y caminó haste el río para comenzar a despojarse de su ropa en completa tranquilidad, y una vez desnuda entró al río dejando sus prendas en la roca más cercana.

Todo parecía estar tranquilo mientras se refrescaba en aquel lugar, pero entonces cuando decidió cerrar los ojos y relajarse por completo el ambiente tranquilo se rompió de repente con gritos y escándalo.

El mismo grupo de hombres con los que se había sentado a desayunar corrieron desnudos al río para tirarse al agua en medio de risas y bullas.

Y Tzuyu entró en pánico, pues temía que se dieran cuenta de que ella era una mujer.

—Pero miren a quién tenemos aquí!— Ellos se acercaron animados a ella para platicar —Nada más ni nada menos que el bebé del campamento!

—Me llamo Zheng, y no soy un bebé— Ella trató de hablar con voz gruesa alejándose un poco de ellos de forma nerviosa.

—Como sea, Zheng, ahora eres el hijo del campamento— Ellos siguieron bromeando de la misma manera.

Y ella por su parte solo estaba pensando en una forma de huir de ahí, no podía arriesgarse a que la descubrieran de esa manera, pero su ropa estaba en una roca y ella no podía salir como si nada del agua.

Entonces mientras los otros hacían escándalo ella trató de persuadirlos.

—No se cansan del escándalo?— Preguntó de la nada llamando la atención de todos —Creo que deberían relajarse un poco, por qué no hacen silencio y cierran los ojos mientras el agua se lleva todo su estrés.

Entonces estos le creyeron y guardando silencio cerraron los ojos.

—Así, excelente, ahora pueden voltearse al horizonte y sentir el sol iluminar sus vidas— Comenzó a inventar cosas que pudieran sonar relajantes, entonces en silencio comenzó a salir lentamente del agua para esconderse tras la roca en donde estaban sus pertenencias y comenzar a vestirse —Muy bien, sientan el agua limpiar sus corazones.

Y finalmente ella se fue de ahí dejando a los otros con los ojos cerrados en el río.

—Esto es muy relajante, Zheng, eres muy sabio a pesar de ser muy joven— Uno de ellos habló aún con los ojos cerrados sin notar que Tzuyu ya no estaba ahí.

Y finalmente la joven pudo regresar al campamento sin levantar sospechas.

Sí que se había llevado un susto y ahora más que nunca sabía que no quería volver a ver a un hombre desnudo, definitivamente había sido algo desagradable.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro