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La noche había caído, pero Tzuyu no podía conciliar el sueño, no dejaba de pensar en su padre y en que al despertar él se iría al ejército, él era un hombre mayor con problemas de salud y ella realmente temía por su vida, sabía que si su padre se iba a la guerra no volvería a verlo.
Estaba triste y asustada, ella lo amaba y no quería que él muriera en un lugar como ese debido a sus condiciones de salud, pero al ser el único hombre de la familia prácticamente estaba obligado a ir.
Entonces la joven se levantó de su cama y fue hasta el cuarto en donde su padre guardaba su armadura. Era doloroso mirar ese traje y saber que su padre tendría que portarlo obligatoriamente a la siguiente mañana.
Pero de repente una idea algo peligrosa se atravesó por su mente, y sin pensarlo dos veces tomó la armadura y comenzó a colocarsela mirándose al espejo que tenía frente a ella.
A decir verdad se sentía muy atractiva con esa armadura, entonces rocogió su cabello con una de sus manos intentando imaginar cómo luciría con el cabello corto y notó que podía lucir con un hombre con toda esa vestimenta y el cabello corto.
Así que no lo pensó dos veces antes de cortar su cabello con la espada que su padre tenía en ese armario y ató el resto de su cabello como los soldados solían hacerlo.
Entonces se dió un último vistazo y supo lo que haría.
No iba a permitir que su padre muriera en esa guerra, Tzuyu estaba decidida a tomar su lugar en el ejército.
Entonces tomó una venda e hizo su mejor intento para ocultar por completo sus pechos debajo de su armadura, pues no podían descubrir que en realidad era una mujer, o de lo contrario, serían capaces incluso de matarla.
Así que al terminar de prepararse salió de casa acompañada de la luna en plena madrugada y caminó con dirección al campamento en donde habían convocado a un hombre de cada familia.
Al amanecer ella ya se encontraba a la entrada del lugar que por los siguientes meses sería su hogar, si es que podía llamarlo así. Y dando una bocanada de aire se aclaró la garganta y entró al lugar en donde todos se encontraban.
Sin duda era desagradable.
Todos estaban haciendo escándalo mientras desayunaban, y a pesar de ser su primer día juntos ya habían hecho un gran desorden en el campento.
Pero ella intentó ignorar ese desagradable ambiente para caminar con dirección a la tienda del general y hacer su registro.
—Buen día, general— Tzuyu intentó poner la voz más gruesa que pudo.
—Buen día, en qué puedo ayudarlo?— El general preguntó mirándola a los ojos.
Y Tzuyu tragó nerviosa.
—Vengo a registrarme representando a la familia Zhou de Taiwan.
—Bienvenido, cuál es su nombre?— El contrario esperó paciente para escribir dicho nombre junto al apellido de la familia indicada.
—Tzu- Zhou— Ella no encontró qué decir, no podía decir su nombre real o se darían cuenta de que en realidad era una chica.
—Disculpe?— El hombre pareció confundido.
—Zheng, me llamo Zhou Zheng— Tzuyu trató de disimular su error.
—Muy bien, Zhou Zheng, ya está registrado, puede ir a tomar el desayuno junto a los demás y en un rato les entregaremos sus tiendas para que puedan comenzar a armarlas.
Y con esto Tzuyu asintió en silencio para salir de ahí con dirección a una mesa, a decir verdad tenía hambre pues no había comido nada desde que se salió de casa para llegar al campamento.
Entonces buscó muy bien con la mirada para encontrar entre las mesas un espacio para ella y una vez que lo ubicó fue a sentarse al lado de varios hombres que comían y hablaban animados.
—Buen día, compermiso— La joven habló sentándose con delicadeza al lado de estos.
Sin embargo estos solamente soltaron una gran carcajada.
—Pero que educado eres, niño— Ellos se burlaron de su forma respetuosa y delicada de ser.
Y esta por su parte solo sonrió levemente sin entender la gracia.
Entonces una chica se acercó a su mesa para traer un plato de comida para Tzuyu.
—Hmm, muñeca, hoy te ves más rica que de costumbre— Uno de los hombres comenzó a piropear a la chica quien solamente ignoró sus palabras y continuó sirviendo la comida.
—Por qué tan seria, preciosa? Solo estamos alabando tu delicioso cuerpo— Otro hombre soltó mirando exageradamente al trasero de la chica que ahora se alejaba de la mesa para continuar su trabajo en silencio.
—Por qué le hablan así?— Tzuyu preguntó apretando los puños por debajo de la mesa mientras intentaba disimular su enojo frente a ellos.
—Es solo una prisionera japonesa, está obligada a servirnos en lo que sea que le pidamos— Uno de la mesa soltó con arrogancia —Pero si te gustó no haremos nada con ella, será tu regalo de principiante.
Sin embargo, lejos de tranquilizarla aquello solo la alteró, no tenía idea de lo que esos hombres eran capaces de hacer con las prisioneras que trabajaban para ellos, pues a pesar de ser el primer día de este campamento ella sabía que desde años anteriores esto llevaba siendo una rutina.
Entonces por alguna extraña razón no pudo evitar preocuparse por la chica, era bastante joven en comparación con los hombres del campamento. Pero de repente un chasquido frente a su rostro la sacó de sus pensamientos.
—Qué pasa, muchacho? Tan flechado quedaste con esa sirvienta? Come antes de que te quitemos el plato— Ellos se burlaron.
Y Tzuyu tuvo que fingir de nuevo una sonrisa antes de empezar a comer.
Pero en su mente ella seguía preocupada por aquella chica, parecía tan pura e inocente y Tzuyu tenía miedo de que alguien le hiciera daño, pues al final de todo ella también era una chica que había pasado momentos incómodos con hombres intensos que creían que podían hablarle como quisieran y ella claramente sabía lo difícil que podía ser lidiar con esos tipos.
Sin embargo, continuó comiendo para intentar despejar su mente.
Ella no estaba aquí para cuidar prisioneras, ella había llegado para defender a China y salvar a su padre de enfrentar la guerra, así que debía enfocarse en su objetivo y desechar los pensamientos que pudieran aturdirla.
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Capítulo dedicado a SheilaNunesMartin que pidió actualización de este fic.
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