Capítulo 1
Un niño adorable preguntando a su madre dónde estaba su padre.
Su madre solo permanecía callada con una expresión sombría que al pequeño le hacía hacer una mueca, que provocaba a sus mofletes hincharse.
-No más preguntas Park Jimin.¡Ve a tu cuarto ha hacer tus tareas! -exigió sin bondad.
¿Por qué los adultos guardarán tantas cosas? ¿Por qué siempre le dirán a los niños que ellos no entenderán?
-Mamá...En la escuela los niños se burlan porque no tengo un papá para participar en las actividades.-el pequeño no se había movido del lugar a pesar de que la mujer trigueña y bajita se lo había ordenado. Él quería saber, tenía preguntas para hacer, pero su madre no las quería responder.
-¿Quién lo ha hecho?-preguntó algo furiosa.
-Bomi se burla todo el tiempo y me tira del pelo mamá.-el pequeño lloriqueó haciendo que su labio inferior tiritara.
La mayor sintió una punzada en su corazón. Al ver a su hijo así, se sintió egoísta. Pero era todo por su bien, o eso quería pensar ella. No podía imaginarse a Jimin odiándola. Eso no la dejaría vivir.
La misma, se acuclilló y secó con ternura el rastro de lágrimas de su pequeño mientras este restregaba sus ojos con el dorso de sus pequeñas manitas regordetas.
Todo estará bien. No permitiré que te vuelvan a hacer daño.-la señora que rondaba cerca de los 40 años tomó al niño en sus brazos y lo abrazó mientras acariciaba la parte trasera de la cabeza del menor despeinándolo un poco en el trayecto.
-Bien Pequeño. Sea obediente y suba a su cuarto a hacer las tareas.-esta vez su tono era más amable y se podría decir que hasta jocoso.
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A la edad de 12 años Jimin seguía siendo un chico tierno, pero a la vez curioso. Comenzaba a descubrir cosas nuevas en la adolescencia, era más arriesgado y amaba los deportes de extremo.
El joven de cabello azabache se encontraba alistándose para ir al colegio. A veces le aburría ir porque no tenía muchos amigos, pero se animaba porque solía escuchar cosas muy interesantes en el aula. Tales como:
-¿En serio nunca has visto los lindos senos de las chicas? Mi hermano tiene una revista y me ha dicho que se toca allá abajo. Dice que se siente muy bien-Jimin recordó eso. Luego de ese día había decidido comprar aquella revista que escondía bajo el colchón de su cama, era el único lugar seguro donde su madre no la podría encontrar cuando hacía la limpieza.
Mientras se enjabonaba descubrió que la fricción en su órgano genital se sentía bien y le entró curiosidad al respecto mientras continuaba el movimiento. A los minutos salió un líquido blanco...¿Qué era eso? Tantas cosas nuevas para el joven, y no tenía a una figura paterna que le hablara al respecto. A él le daba pena comentarlo con su madre.
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En la transición de los 12 a 15 años de Jimin todo marchó normal. Justo como un chico de su edad viviría. Escuchaba hablar de sexo a sus compañeros de aula, salía con chicas de su curso y se iba ganando la popularidad, pero aún así no tenía ni un solo amigo verdadero y esto al chico le dolía.
Cómo explicar la cara que puso el joven Park Jimin cuando su madre le presentó al hombre con el que había comenzado a salir una noche de Navidad. En sí, la idea le agradaba. Al fin tendría un padre para ocuparse de él y con el que pudiera contar para recibir consejos de hombre a hombre. Cuando el adolescente hubo cumplido sus 16 su mamá decidió consumar matrimonio con aquel hombre.
Había sido muy amable, dedicado y atento con él, le daba consejos y jugaba al fútbol con Park, siempre que su trabajo se lo permitiera. Y es que su padrastro tenía la gran carga de una empresa en sus hombros y la mayoría del tiempo estaba ocupado. Tenían una buena relación, pero a pesar de eso el trigueño siempre fue muy intuitivo y algo le decía, que no podía confiar mucho en las personas.
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Su vida comenzó a ser un asco a partir de la quiebra de la empresa de su padrastro y el despido de su madre. Debido a una enfermedad degenerativa de los huesos, cayó en una silla de ruedas. Aquella enfermedad era incurable y el tratamiento sería eterno. Se llamaba arteroesclerosis.
Todo se tornaba complicado para la familia y Jimin asumiría las cosas, pero no de la manera que él hubiera deseado.
Esta no era la manera en la que el quería vivir la vida. Pero las circunstancias lo obligaron a ello.
-¡No lo haré!-gritó firme.
-Te recuerdo que el hombre de la casa aquí soy yo. Yo soy el que dicta las órdenes y tú las obedeces. No es una opción Park Jimin. Te estoy comentando lo que harás.-refuta con la mandíbula apretada.
-¡Maldita sea! ¡Te dije que no! ¡No me puedes obligar! - maldecía una y otra vez.
-¡Oh! Sí que puedo. Deja de ser un niño inmaduro y piensa más en tu madre.-el adulto se había sacado su cinto y comenzaba a darle algunos tirones provocando que el sonido del cuero hiciera eco en la habitación. Jimin retrocedió unos pasos pero sin pensarlo dos veces se le enfrentó, eso fue lo peor que pudo haber hecho.
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-Un Park borracho se tambaleaba de un lado al otro. Ni siquiera podía ver con nitidez, solo reía con desenfreno, de forma desquiciada, pero el amargor que sentía en su alma y la repulsión nadie se la podría quitar.
-Ven conmigo cariño.-una mujer le sonreía de forma sensual y eso a Jimin le molestaba. Sudaba frío y quería gritar. No podía moverse aunque quisiera. Ella encajó sus uñas en su piel y Jimin despertó dando un fuerte grito.
-Jimin...¡¿Qué pasa?! -corrió un Jungkook preocupado para ayudar en lo que necesitara su compañero. Se sentó a su lado en la cama mientras el colchón se hundía por su peso.
-N...No es nada. Solo fue una pesadilla.-aún estaba agitado pero intentaría volver a dormir.
-¿Dónde está Tae?-preguntó por su amigo.
-Emmm...Él bajó a hacer unas cosas al estudio.-contestó el joven frente a él.
Park miró la hora en el reloj digital a un lado de su cama y este marcaba las 5:00 a.m
-Iré a por un vaso de agua. Lamento haberte despertado Kook.-se disculpó con el chico castaño con algunas que otras betas azules y se sentó en el borde de la cama para colocarse sus pantuflas.
-No te preocupes. De todas formas ya iba de camino al salón de ensayos. Tengo algunos movimientos que mejorar.-dijo haciendo que el de ahora, pelo plateado, se sintiera más calmado.
Ya eran las 7 a.m y no había podido consolar el sueño así que se dedicaba a revisar las redes sociales.
Otra vez se encontraban lanzando odio contra uno de ellos. Esta vez no era hacia él, sino hacia su amigo Hoseok. La vida de un artista no es para nada fácil. Es cierto que por cada cosa que el ser humano escoja debe pagar un precio. Este es exactamente el precio de la fama. Recibir odio constantemente, malos comentarios, amenazas de muerte, cartas con sangre, acoso, y una muy larga lista. Es como dice el refrán. A un gustazo, un trancazo. Suena feo, pero es la verdadera realidad.
Cerró la aplicación de facebook con un bufido y se levantó a tomar una ducha.
Mientras el agua caliente se deslizaba por su cuerpo y una canción suave sonaba en su celular recuerdos de sus inicios se agolpaban en su cabeza.
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-Tae-
-Mmm-le respondió el chico mientras jugaba en la consola divertido. Estaban en su tiempo de descanso. Tendrían que salir luego a una entrevista.
-¿Tú me ves gordo?-le preguntó con tristeza en su tono. Había estado viendo varios comentarios negativos en las redes sociales y su ánimo había tocado fondo. En momentos como ese necesitaba de su amigo de la adolescencia.
El chico de cabello castaño dejó de poner su atención en el juego y se la prestó a Jimin.
-¿Otra vez con eso Jimin? Te dije que dejaras de revisar las redes sociales. Eso te hará daño.-le reclamó.
-No puedo Taehyung. Simplemente no puedo.-soltó un suspiro pesado y se echó hacia atrás en el sofá.
-Ash! ¿Qué voy a hacer contigo amigo?-se pasó la mano por la frente y la sobó con frustración.
-Pero es que no solo son las personas. Bang PD-nim también me lo dijo los otros días. Me dijo que debía bajar unas libras para callar a las personas. -comentó.
-Jimin...Escucha. Estás bien así. Si vas a bajar de peso, hazlo porque quieres y no porque alguien más te mande o te critique.-esta vez Jin entró al lugar.
-Yo...Yo me veo gordo. Doy asco. Miren el ancho de mi cara. ¿A caso son ciegos?-esta vez se alteró.
-Lo siento...Sé que son mis amigos e intentan ayudarme pero esto debo arreglarlo yo. -dijo y salió de la sala dando por terminada la conversación. Se comenzaba a odiar a sí mismo creyendo lo que otros lanzaban sobre él.
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Todo comenzó a ir mal cuando Jimin dejó de comer. Cuando lo hacía, porque Jin lo obligaba a hacerlo, lo vomitaba todo . Solo bebía agua. Era una dieta extrema y sus amigos comenzaron a preocuparse al verlo en esa condición. Trataron de ayudarlo pero nadie le hacía entrar en razón. Ya no tenía que bajar más, pero él se seguía viendo obeso frente al espejo. Todas aquellas cosas estaban en su cabeza.
Jungkook lo vio así y decidió hacer la misma dieta que él. Cuando el mayor lo notó bajando tanto de peso, se preocupó y comprendió el daño que se estaba haciendo a sí mismo. Pero era un poco tarde. A Jimin le era difícil retener bocado en el estómago y empeoraba cada vez más.
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-¡¡¡Jimin!!! ¡¡¡Jimin por favor contéstame!!!-sentía los gritos del coreógrafo y de los chicos.
Todo era un alboroto en la agencia cuando llegó la ambulancia. Estaba muy deshidratado. Los paramédicos corrieron para socorrerlo y lo colocaron en una camilla para meterlo a la ambulancia.
Él quería esforzarse para agradar a todos, pero se estaba destruyendo a él mismo y no era capaz de verlo.
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-¡Vamos! Tienes que comer! Has un esfuerzo,¿sí?-su madre estuvo tan preocupada por la repentina noticia, que hizo a su esposo llevarla desde Busan hasta Seúl para ver a su hijo.
El joven, resignado, aceptó la cucharada de sopa que su madre le brindaba desde su silla de ruedas mientras miraba con cara de pocos amigos a su padrastro. Le molestaba su presencia.
¡Demonios! No había pensado en ella cuando decidió hacer aquello. Odiaba preocupar a su madre de esa manera, por lo que se propuso empezar a mejorar. De todas formas...Con las personas nunca se iba a quedar bien. Los que antes lo llamaban gordo y decían cosas feas de él, ahora lo hacían el doble. Lo humillaban, le llamaban anoréxico, bulímico.
Pero esta vez, él no les prestaría mucha atención. No podía darles el gusto. Él sería un Jimin fuerte nuevamente. Sus amigos lo ayudarían también.
-¡¡¡Te queremos mucho Jimin!!! ¡¡¡Recuperate pronto!!!-gritaron sus compañeros al unísono.
-¡Abrazo grupal!-gritó Tae y todos lo hicieron. Hasta Suga, que casi siempre le costaba más mostrar lo que sentía, lo abrazó. En el fondo estaba extremadamente preocupado por lo que le ocurría al trigueño.
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Con ese recuerdo Jimin sonrió y cerró la llave de la ducha. Debería ayudar a animar a su amigo Hope ya que él había sido siempre atento y cariñoso con él, le sacaba una sonrisa siempre, y no solo a él, a todos los miembros también. Por lo que debía devolverle el favor.
-Por Dios! ¿A quién se le ocurre decir que Hope Hyung baila mal? ¿Están dementes? O sea...Él es un estupendo bailarín. Y para nada es feo. Es un chico súper apuesto y alegre. ¿Por qué la gente se empeña en hacer daño?-comentaba en alta voz.
-Eso se llama envidia Park Jimin. Muchas personas odian ver a otras siendo felices y alcanzando sus metas-entró a la habitación Rap Monster.
-Oh! Hyung! Buenos días! ¿Dormiste bien?
-Sí. ¿Y tú?-
-No. No pude. Tuve una pesadilla y luego no pude volverlo a recuperar.-
Su hyung suspiró fuerte.
-Alístate rápido. Bang PD-nim nos dio el día libre para poder levantarle los ánimos a J-Hope y conseguir que saque su trasero de la sala de ensayos.-comentó el moreno de cabello rubio. Ese tono de tinte le quedaba genial. El contraste con su piel era estupendo.
-Oh! Excelente. Justo ahora estaba pensando en qué hacer para alegrarlo.-
-Iremos a Gwangju a visitar a sus padres. Hace un tiempo me comentó que los extrañaba mucho. A ti te logró sacar del trance por completo, tu madre. Pienso que la ayuda de los padres en este tipo de situaciones es lo que cualquiera necesita-habló Nam.
-Tienes razón. Dame unos minutos hyung y en seguida estoy con ustedes.-sonrió y procedió a sacar lo que se pondría.
Mientras tanto en España...
-Sabrinaaaaaa!!!!-gritó su amiga Mochu.
-¿Que sucede mujer? ¿A qué se debe tanta algarabía? Estaba estudiando.-de tan rápido que se levantó de su asiento había olvidado colocarse las pantuflas.
-Sí claro. Las 50 sombras de Park Jimin,¿no?—repone con sarcasmo.
-Yah! Es la verdad. Estaba estudiando como hacer a mi próximo personaje femenino.-protestó la joven trigueña. La chica era de estatura promedio, con tez blanca, pecas se esparcían por su nariz y pómulos, no eran demasiadas, pero la hacían lucir única y delicada. Portaba un pequeño aro en uno de los costados de su nariz, se le veía muy femenino junto a sus espejuelos redondos, de armadura negra. Los solía usar cuando escribía o leía. Sus iris eran de un color carmelita claro que se volvían color ámbar en la parte inferior de ellos. Era muy bonita, pero lo que tenía de bonita, lo tenía de gruñona.
-Sí, claro.-rodó los ojos su mejor amiga.
-¡¡¡Mira lo que me llegó!!!!-gritó la chica frente a ella.
-¡Ya! ¡Ya! Habla de una vez.-
-Es un correo de wattpad.-
-¿Un correo de wattpad? ¿Ellos mandan correos?-le preguntó Sabrina.
-Es una editorial que trabaja conjuntamente con wattpad. Se llama "Black Pearl"-chilló emocionada.
-¿Puedes dejar de brincotear como conejo fuera de la jaula?-se quejó.
-Es que estoy emocionada por ti.-volvió a dar palmadas.-
-¿Por qué por mí si el correo te llegó a ti?-ladeó la cabeza confundida.
-¡Tonta!-su amiga le propinó un coscorrón amable.
-¡¡Oye!!-
-¿Olvidas que estamos usando el mismo correo porque tu teléfono lo están reparando?-pellizcó la nariz de su contraria.
-Ummm...Es cierto. Y yo no he revisado el de la computadora. -
-Bueno...Ellos quieren sacar tu libro en físico y que trabajes para ellos. ¿No es eso genial?-dijo la amiga emocionada.
Sabrina no reaccionaba.
-M...Mi fanfic...¿Hablas de mi fanfic?-alzó,esta vez, más la voz. Y es que todavía no se lo podía creer. Aún estaba superando su etapa de shock.
-Pues claro. Hablo de "Restricted Love"- Mochu entrelazó sus dedos con los de Sabrina y comenzó a saltar emocionada, lo mismo hizo Sabrina a los segundos.
-¡¡Aaaaah!! ¡¡Estoy que flipo!!!-gritaba la chica, de cabello azabache, emocionada.
-Pues claro. Irás a Atlanta a trabajar.-soltó su amiga de repente.
Sabrina paró de dar brincos.
- ¿A Atlanta?-cuestionó preocupada.
-Sí claro. La editorial no es de aquí y bueno no quieren trabajar a través de Internet.-
-¡Ash! ¡Mochu! Sabes que no te podré dejar aquí. No puedo vivir sin ti.-gimoteó sentándose en el sofá y abrazando sus piernas como niña pequeña en apuros.
-Oye vamos. No te pongas así. Sabes que podremos vernos seguido. Viajo mucho a allá. No seas boba, que esto hay que celebrarlo en grande.-le dedicó una sonrisa alentadora, que provocó que Sabrina se contagiara.
-¡Cool!-contestó y ambas rieron.
✨🍑✨
PD: La portada de arriba la hice yop❇️
Gracias a sabjimin por la hermosa portada que sale en la presentación de la historia como tal. ✨😊
El tema de la bulimia y la anorexia es algo grave por lo que no se debe jugar con eso. Si padeces de algo de esto por favor visita a un médico.
Nuestros cuerpos son perfectos de la manera en que están. Nunca cambien por algo que alguien malintencionado les venga a decir. Y por sobre todo. Amense a sí mismos. Esa es la clave. Si ustedes son felices, pueden hacer felices a las personas que les aman, que son los que cuentan.
Y aquí me tienen. Cualquier problema, pueden contar conmigo. Les ayudaré en lo que pueda.🤗
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