일;;1
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Kim Jungeun es una chica conocida en la universidad, lo ha sido desde el instituto, no es algo que le ha llegado a molestar, no es que la sigan a todos lados, ni sea amiga de miles, solo se hizo conocida por rechazar a Song Keeho, un chico también popular en esos años escolares, ella lo rechazó de inmediato, sin ni siquiera pensarlo o meditarlo un segundo, lo rechazó y se fue. Luego siguieron más confesiones, y más y más.
Junhoe
Somyi
Soonyoung
Seongwoo
Gyuri
Seungmin
Eunwoo
Era una corta lista de personas a las que Kim Jungeun había rechazado. Ella no se daba ni un momento de mirar, solo se daba dos segundos para rechazarlos. Todos creían que Jungeun lo hacía más por hacerse la dificil, pero no era nada parecido, ella no creía que el amor fuese posible.
En la universidad, estúpidamente, creyó que tales confesiones cesarían, ya todos eran más maduros, además, bastantes compañeros del instituto le habían acompañado a la misma universidad por lo que todo lo que había hecho ya debía estar informado, como una forma de decirles que no lo intentaran, pero allí seguían, confesandose una y otra vez.
—En serio me gustas mucho...¿S-saldrías conmigo?—Dice la chica frente a ella tendiendole un pequeño ramo con cinco orquideas.
—No.
Los demás viendo la escena sisean por la fría respuesta. La chica ya se lo esperaba, no creia que ella fuese más especial para recibir un sí, de todos modos dolía el poco tacto de la rubia. Jungeun acomodó su bolso y pasó de la chica yendo hacia el comedor al aire libre, sus amigos le esperaban allí. Se dirigió hasta el pasillo que separaba ambos ambientes y al abrir la puerta se topó de lleno con otra chica ligeramente más alta.
Ella era pelinegra, con unos ojos grandes y una pequeña melena. Jungeun ladeó un poco la cabeza, no es que conociera a toda la universidad, pero sin duda a esta chica no la había visto nunca. Ambas se miraron unos segundos más antes de que Jungeun desviara la mirada y se diera un espacio para pasar y seguir su camino.
Sus amigos se encontraban ya sentados en una mesa, tomó asiento a un lado de uno de ellos que le saludó al instante.-Hey, ¿por qué tardaste tanto?
—Eunji sunbae.—Comentó sacando su almuerzo de su bolso.2Se confesó.
Doyeon frente suyo jadeó con sorpresa.—No puede ser. Te envidio tanto, Kim Jungeun. Ya quisiera yo que una diosa como ella se me confesara.
—No es la gran cosa.—Jeno masticó un pedazo de zanahoria recibiendo una mueca por parte de la chica.—¿Que? Lo digo por Jungeun, si llega tarde es porque ha rechazado a alguien.—Todos asintieron.
—¿Cuando será el dia en el que Kim Jungeun por fin acepte una confesión?Yeonjun le abrazó por los hombros.
La nombrada rodó los ojos con diversión.—No pasará nunca.
—Yeonjun, ¿podrías hacerme un favor?—Cambió de tema la castaña.
—Depende de que sea, pero sí, supongo.
Doyeon le mostró su teléfono.—Choi Beomgyu, va a mi facultad.—Yeonjun le miró sin comprender.—Ten una cita con él, ¿podrías?
—Wo~ un poco más lento, ¿por qué ese favor de repente?
—Lo escuché decir que le llamabas la atención, y se ve de tu tipo, acércate a el, háblale y no lo sé.
—Eres una chismosa.—Jeno se burló.—Pero ya, en serio. No le veo nada que sea parecido al tipo de Yeonjun.
—Es más bajo que él, tímido, amable, ¿no es el tipo de Yeonjun?
—¿Y que le digo cuando me acerque? Ni siquiera lo he visto en el campus.
—Mmh, mala suerte, está justo entrando por la puerta.—Choi y Kim de espaldas a la puerta se voltearon logrando ver al chico con otro mucho más alto caminando hasta una mesa los dos.
—Pídele su número, eres bueno para sacar tema de conversación.—Alentó la castaña.—¿No que querías un novio?
—Recuerdo haber dicho que quería sexo.—Refutó el pelirrojo.
—Un novio significa que tendrás sexo, ve.—Choi no estaba muy seguro.—Te daré 10 dólares si vas.—Sin duda una amante del chisme y ver el mundo arder.
Yeonjun se levantó de inmediato.—¿Choi Beomgyu se llama?
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Al terminar el almuerzo todos se van apresurados menos Kim, su clase con el señor Im siempre comienza diez minutos después, bastante impuntual. Sale del comedor con lentitud y se topa nuevamente con esa pelinegra. Sus miradas vuelven a cruzarse por varios segundos, y es nuevamente la rubia quien la desvía y se va.
En su mente se siente confundida, ya van dos veces que se topa con la chica que nunca ha visto, y es realmente extraño como se miran, es como si tuvieran una guerra de miradas y Kim ya ha perdido dos veces.
Incluso lo que resta de la semana, casi dos semanas, es así, Jungeun y la pelinegra cruzando miradas, incluso chocaron en el pasillo y ella le hizo un gesto de saludo que ignoró confundida.
Ese día se encuentra guardando sus cosas de su taquilla y al darse la vuelta la chica está a una distancia más o menos larga mirándole. Jungeun se ha preguntado seriamente si es verdaderamente un espíritu que la acecha quien la está viendo, pero no, sus amigos también la ven.
Sale de la universidad algo descolocada, acomodando su bolso cuando su teléfono suena. Lo saca de su bolsillo y al ver el nombre de su madre ya sabe lo que viene, de todos modos le contesta con un suspiro sabiendo que no será la primera en hablar.
—Necesito algo de ayuda.—Le dice sin saludar.
—Ya voy.—Murmuró Jungeun sin ánimo. Sus pies se detienen antes de pisar la calle y hace detener el primer taxi que viene por la calle. Se sube y dice la dirección que ya se sabe de memoria.
En veinte minutos ya se encuentra en el Spa del que su madre es dueña, saluda a algunas chicas que están trabajando y luego va a los cambiadores para colocarse el uniforme que ya tantas veces ha usado, son incontables las veces que ha venido a ayudar que incluso tiene su uniforme con su nombre.
—Sector D.—Su madre le dice cuando sale del cambiador junto a una ficha con los nombres de las diferentes personas. En el fondo está feliz, ese sector es sencillo, es solo una limpieza facial, nada más.
Camina hasta el sector y entra por la puerta abierta de la sala donde trabajará hasta una hora o tal vez un poco más. Limpia sus manos primero con los costosos jabones y también revisa los productos siempre para asegurar que sean los mismos que usualmente usa el Spa, pues ya se maneja con ellos.
Cuando la puerta suena sigue acomodando los envases y dice:—Pase.—Lo suficientemente fuerte para que la persona de fuera escuche. La siente entrar.—Pongase cómoda o cómodo, en un segundo empezaré.—Toma una de las toallas de papel para secarse las manos y al darse vuelta ve ese rostro una vez más.
Es esa chica. Ahora con el pelo recogido en una de las toallas con la marca del Spa. Ella le mira con cierta sorpresa. Jungeun desvía la mirada segundos después tomando primero la botella de agua micelar para poder limpiar su rostro y ahí su limpieza comienza.
Jungeun puede ver qué la chica varias veces la mira fijamente, la verdad eso le mantiene algo nerviosa.
En unos minutos termina la primera parte del tratamiento y al darse la vuelta la chica habla dejándole escuchar su voz por primera vez en todo el mes.
—Tenía curiosidad de conocer tu nombre...—Le dice ella suavemente.
Jungeun la mira de reojo.—¿Y me seguiste hasta acá?
—¡C-claro que no! No soy una acosadora.
—Ajá.
—Lo digo en serio.
—Está bien.—Toma una de las tantas cremas que hay para volver a acercarse a ella.
—Soy Jeong Jinsol, p-por cierto.—Se presenta la peliengra.
—Mmh, Kim Jungeun. Aunque ya debiste leer la insignia.—Aplica la crema suavemente sobre el rostro de la contraria que cierra los ojos.
—De todos modos, quería que me lo dijeras. Eres bastante popular.
—Supongo que ya escuchaste todo lo que debes saber.
—Sí...—Responde junto a una mueca.
—Tambien el que no me gusta hacer nuevos amigos.—Jungeun comenta.
—Síp, eso también. Pero la verdad no me dejo llevar por los rumores. Todos te hacen ver cómo una mala persona, pero te ves muy amable cuando estás con tus amigos.
—Aww...De verdad eres una acosadora~
—¡No!—Jinsol se queja.—Eres linda...
—También sabes que rechazo a todos.
—Sí, pero todos ellos solo se confiesan y ya, no hay un... periodo de conocerse antes, ¿sabes? Tal vez a la mitad de ellos ni siquiera los conocías antes de la confesión.
—¿Y eso qué?
—Que es normal que los rechaces. Pero creo que yo lo podría intentar. ¿Quien sabe? Tal vez soy tu amor verdadero.—Bromea.
Jungeun sonríe burlona.—Nada de eso existe, solo son inventos para sufrir.
—Claro que existe el amor, hay amor en todos lados.
—Pues no para mí. Y para que quede claro, entonces, no quiero intentar nada contigo.
—...Auch.—Jinsol murmura abriendo los ojos ya que Jungeun ha terminado con la crema.—Lo esperaba, ni siquiera nos conocemos. En un mes podría volver a preguntar.
Jungeun rueda los ojos.—Si, ajá, ya vete, acosadora. Sector E sala 19.—Se aleja de ella negando suavemente con la cabeza.
—Adiós Jungeun.—Se despide amablemente.
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