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Al salir de la universidad ese día se topa con esa cabellera negra, Jinsol al verle levanta su mano para saludarla con una sonrisa. Jungeun no puede evitar sonreír levemente y se acerca a ella, no es que tenga opción.

—Hace tiempo no me molestabas.—Jungeun bromea recibiendo un asentimiento de la pelinegra.

—Me extrañaste, supongo.

La rubia negó con una ligera sonrisa.—Claro que no.

—Aww, yo también te extrañé.—Jinsol dijo con una sonrisa. Ambas caminaron unos metros para sentarse en unas bancas, las dos juntas.—No te he visto en el spa.

—Mmh, me despidieron.

—¿Qué?¿Por qué?—Pregunta alarmada.

Jungeun se ríe, recordando que no le había contado nada de eso.—No te alarmes tanto. Mi mamá es la dueña del spa.

—Woah~ ¿De verdad?

—Sí. Cuando necesita ayuda me llama y trabajo. Prácticamente no soy una empleada oficial, pero tengo mis años de experiencia...

—¿Y te despidió?

—La llamé perra porque no quiso pagarme.—Se encogió de hombros.—Me dió una bofetada y me dijo que no volviera, supongo que es un despido.

Jinsol hizo una mueca.—¿No es muy...duro llamar así a tu mamá?

—Nos hemos dicho... cosas peores.—Admitió. Ni siquiera sabía porque le contaba todo eso.—No te preocupes, ella necesitará ayuda en un tiempo más y tendré que salvarle el culo de nuevo.

—Bueno, supongo que dejaré de ir al spa.

Jungeun río cortamente.—¿Y eso por qué?

—Tienes una forma especial de hacer todo eso, la verdad he gastado bastante dinero solo para verte.

—Sigues sonando exageradamente acosadora.

—No, en serio lo digo. Eres como... mi favorita del lugar, y no es porque me gustes, o sea... tiene que ver, pero no en todo.

Jungeun vuelve a reír.—Bien, vamos.

Jinsol titubea.—¿A-adónde?

—A mi casa. Te haré una limpieza gratis.—Se levantó de la banca.—Solo por esta vez.—Le advierte.—Me has dado lástima, me sentí halagada de ser tu favorita.

La pelinegra sonríe.—Si una chica te invita a su casa es una señal de que le g-

—Sigue soñando, Jeong Jinsol. El amor no existe.

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Jungeun se concentra bastante para hacer la limpieza a Jinsol, esta no se queja ni un poco, su corazón salta emocionado porque la chica a la que quiere está justo en frente suyo, y también que se encuentra en su casa. Jungeun le amenaza con hablar, así que debe mantenerse callada hasta que termine, no desea hacerla enojar.

—Gracias.—Le dice la pelinegra mientras bajan las escaleras.—Tienes una casa muy bonita.

—Mamá contrató a un decorador, no creas que es obra nuestra.—Jungeun le corta con una sonrisa ladina burlona.

—¿Jungeun?

—Minji.—Dice la rubia.—Me asustaste.—Le reclama.

La pelicorta pasa su mirada por la pelinegra y luego vuelve a su hermana.—Tú a mi, pensé que estabas con mamá. Pensé que eras un fantasma.—Reclama también.—¿Y ella es?

—Jeong Jinsol, de la universidad.—Se presenta ella misma.

—Conocida.—Aclara. Jinsol hace un puchero.

—Yo creí que era tu novia.—Minji le dice con confusión.

La rubia frunce el ceño.—Por supuesto que no.—Jinsol susurra a sus espaldas "aún no", aunque es fuerte para que ambas lo escuchen.

Su hermana se ríe y se encoge de hombros.—Bueno, ¿se queda a cenar o qué?—Antes de que Jungeun responda Minji la interrumpe.—Excelente. ¿Por qué no me ayudas Jinsol mientras Jungeun se va a dar una ducha? Tú ve.

—¿Que?—Jungeun exclama.

Minji la empuja.—Sube y date una ducha. Jinsol y yo prepararemos la cena.

Las hermanas Kim forcejean, Minji quiere que Jinsol se quede y es obvio que Jungeun está avergonzada por ello, aún así, la mayor no se rinde hasta que Jungeun sube.

—Jungeun es dificil, ¿no? me compadezco de ti.—Empieza Minji mientras están acomodando las guarniciones.

—Mmh... siento que he avanzado bastante.—Admite orgullosa la pelinegra.

La pelicorta suspira asintiendo levemente.—Bueno, ella nunca invita a nadie a casa si no es para... bueno, ya sabes.

—¿Tengo suerte, tal vez? Soy bastante romántica.

Minji sonrió.—Jungeun era una fanática de todo lo cliché y tener una relación de ensueño y todas esas cosas.

Jinsol ladeó la cabeza confundida.—Pero ella-

—Sí, lo sé. Era diferente cuando éramos niñas. Supongo que todo eso le afectó mucho más de lo que debió.

—¿Que cosa?—Pregunta curiosa.

Pero Minji niega.—No puedo decirte. Ella te lo dirá seguramente más adelante. Pero según mi opinión de experta;vas por buen camino.

—Gracias, creo.

☪︎

Jungeun y ella están sentadas en la escalera de su casa. Están tomando de la misma lata de refresco, Minji se las dió después de la cena diciendo que solo había una en la nevera, es una mentira, pero ninguna tiene porqué saberlo.

—Jungeun-ah.—Llama.—Si yo... te pidiera salir ahora, ¿que dirías?

La rubia toma de la lata y luego la mira incrédula.—Que no.

—¿Todavía es un no?—Pregunta un poco triste.

—No dejará de serlo.—Se encoge de hombros.

—Auch..... Creí que ya había avanzado bastante.

—Tus pasos de enamorar o lo que sea no son reales, Jinsol. Eso de enamorarse o el amor, es una basura que la gente cree que es mejor para olvidarse de que tienen que vivir en la vida real donde todo es difícil y doloroso.

Jeong se queja—¿Por qué piensas así? Nunca has tenido una pareja o algo así.

—No necesito una.—Responde cortante.

Jinsol se reprochó a sí misma, siempre está conversación terminaba con Jungeun molesta.

—No necesito una, porque no es la realidad. Eso es una distracción, tu crees que es bueno y luego estas tirado en el suelo llorando por otra persona que no se preocupa por ti.

—...¿Que pasó con tus padres, Jungeun?—Se atrevió a preguntar, ni un segundo después se dió cuenta que era mala idea.

Jungeun se levantó rápidamente.—¿Que te importa, uh? No eres mi maldita psicóloga, ni siquiera deberiamos ser amigas, porque tú, no quieres ser mi amiga y yo no necesi-

—Detente.—Jinsol se levantó lentamente.—Disculpa, no quise meterme en ese tema, pero tampoco es para... que me trates de esa forma.—Jungeun se sorprendió al no ver a Jinsol molesta con ella, ella seguía tranquila como siempre.

La rubia suspiró profundamente y asintió lento.—Lo siento... siempre exagero las cosas.—Se tapó el rostro con ambas manos.

Jinsol dudó pero luego se acercó para abrazarla. Jungeun se sobresaltó e iba a alejarse de no ser por el cálido abrazo que le daba la pelinegra, se sintió como un rompecabezas, como si encajara perfectamente en el abrazo. Sus hombros bajaron y volvió a suspirar está vez más relajada.

—¿Mejor?—Jinsol dijo separándose un poco de ella.

Jungeun se descubrió el rostro y al ver  lo cerca que estaban la empujó levemente para separarse del abrazo.—S-sí.—Sus ojos estaban humedecidos, ese abrazo había despertado muchos recuerdos. Se limpió rápidamente el rostro y carraspeó.—Deberias ir a casa, ya es tarde.

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N/A
He estado actualizando mucho, no debería 🤨

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