
Capítulo 1, Tercer intento.
¡Maldición! ¿Qué diablos ocurre? Este dolor es inmenso… ¿qué ha pasado? Me siento fatigado y sin energía… abrí los ojos con lentitud mientras mis sentidos se reanimaban por completo, fue cuando escuché una risa continua venir del frente.
—¡No puedo creer que no puedan pasar del nivel 1! —se burló alguien que no paraba de carcajear.
¿Nivel 1? ¿Pasar? ¿Qué demonios...?
—Ay, no puede ser —suspiró aquel ser obscuro. Ya lo veía mejor. Me levanté y me percaté que a mi lado se hallaba otro hombre y una niña rubia. Ugh… por un carajo, creo que ya recordé todo. La muerte de aquel oso y la hermosa vista de la Tierra… bueno, aunque sea este último valió realmente la pena.
—Cielos, Tauro. Ahora sí que fuimos a volar hasta las estrellas —Finchtever sacudió su cabeza, revivir tras la muerte es algo extraño. Luego vi como se levantaba Lola toda furiosa.
—¡¿Cómo pudieron ser tan estúpidos?! —se quejó mientras denotaba una clara ira… quizá morir no le sentó nada bien.
—Carajo —habló el Destructor mientras contenía su burla—. Si están muriendo apenas aquí, no me imagino lo que les espera —siguió riendo—. En fin, no se desanimen, que morir es parte del show y sirve que yo me divierto con sus malas decisiones.
El ser se calmó y simplemente se nos quedó mirando. Pues bien, me acerqué a Finchtever.
—¿Cuál es el plan, viejo? Ya elegimos la puerta de la canción de cuna y nos mató un oso mutante de peluche y la puerta donde no había nada, pareció literalmente no haber habido nada —comentó él con cierto cansancio. Morir no era que digamos algo que fuera de nuestro agrado.
—¡No sé qué tengan en mente pero más les vale que no nos lleven a morir esta vez! —exigió la odiosa niña que ahora expulsaba llamas de sus ojos.
De pronto, vi como un portal se abrió y de ahí emergió un chico rubio alto junto a una adolescente del mismo color de cabello y ojos grises. Tranquilamente se dirigían con el Destructor.
—¿Qué hacen aquí?
—Bueno, le dije a Janice que estarías haciendo algo interesante y se animó a venir.
—¡Por supuesto que no! Tú me trajiste porque “tu instinto te lo dijo” —recalcó las comillas mientras rodaba los ojos. Se cruzó de brazos.
—Bueno, pues estoy haciendo sufrir a estos dos seres inocentes; la mejor parte es que son ellos mismos quienes eligen su muerte —rio descaradamente. Refunfuñé.
—Parece ser que somos los monos del circo —susurró Finchtever con cierta molestia.
—Y, bueno, ¿cuál es el punto de haber venido aquí?
—Pues creí que te gustaría unirte y divertirte un rato. Ya ves que hemos estado encerrados un rato y mi padre me pidió formar parte de esto, así que igual no tardarías en verme —le guiñó el ojo.
—Hummm… no sé…
—Hazlo y haré que James no te moleste en un mes.
—¡Hecho! —aceptó rápidamente sin pensarlo.
La chica se acercó a nosotros...
—Hola, soy Janice y los acompañaré.
—¿En serio? ¿Por voluntad? —cuestioné incrédulo.
—Créeme que esto no se compara con las malditas bromas de ese puto títere…
—No quiero ni pensarlo —hablé sintiendo la empatía.
—Bueno, amor. Estaré vigilando por si toman una mala decisión. Obvio que no te dejaré morir —el rubio le dio un beso en sus labios, para luego retirarse de un chasquido.
Jiraydgg has joined the party!
Comida favorita: sushi.
Bebida favorita: Arizona de ponche de frutas.
—Y, bueno, ¿qué debemos hacer?
—Elegir una puerta —contesté aburrido. Sólo espero que una persona extra nos ayude a salir de aquí de una vez por todas...
Bueno, aquí vamos otra vez…
Puerta A: Nada (El vacío).
Puerta B: Una brisa de aire.
Puerta C: Una canción de cuna (Mi linda y adorable creación)
Puerta D: Algo cociéndose.
[¿Qué haré ahora?]
[¿Qué haré?]
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