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Capítulo III

Advertencia: Capítulo largo (al menos eso creo...)

Constantes quejidos salían de su boca cada vez que la jalaba con fuerza para que aumentara el ritmo de su caminar, el frío metal que rodeaba su muñeca la estaba torturando a tal punto de dejarle una fuerte marca roja alrededor.

— Idiota —pensó ya cansada, aumentando su paso por si sola hasta lograr rebasarlo, sonrió contenta hasta que de pronto otro jalón la tiró para atrás, casi botándola.

— ¡No tan rápido inútil! —gritó el pelimorado regresándola a su atrás.

________ gruñó por lo bajo ¿Quién entendía a este idiota?, era más bipolar e indeciso que ella en su periodo.

— No me hagas gruñidos retrasada, agradece que estoy yendo a comprar tu comida —reprocha molesto al oirla, volviéndola a jalar a propósito, habiendose dado cuenta hace rato del dolor que le provocaba al hacerlo.

La chica soltó ahora un leve gemido, agradeciendo internamente cuando llegaron a la tienda, esperó el momento ideal antes de tomar un clip que encontró cerca de una sección de útiles escolaras por donde pasaron. Esperó otro momento hasta ver que el pelimorado estuviera más distraído, liberándose ábilmente de las esposas sin que se diera cuenta, dejándolo irse caminar solo. Sabía que luego se metería en problemas pero que más daba. Se dio media vuelta, empezando a explorar los estantes ella sola.

Tuvieron que pasar unos 10 minutos para que Gakupo recién se diera cuenta de la ausencia de ________. Asustándose.

— ¿Qué mierda? —desesperado mira hacia todos lados tratando de encontrarla, buscando entre los pasillos, un miedo se apodera de él al recordar que la chica podría enloquecer en cualquier momento, pudiendo herir o quizá matar a alguien a sangre fría y sin razón— Maldita perra... Kiyoteru me va a matar si se entera... —masculla entre dientes al recordar al estresante de su jefe.

Por otro lado, la castaña salía tranquilamente del baño entre silbidos, tomando una canasta que habia usado con anterioridad para guardar algunas cosas que comprará.

— Yo sola soy más rápida que ese descerebrado... —piensa caminando a la sección de utensilios, metiendo algunas cosas al canasto como cucharones, una sartén y... cuchillos. Algo que al parecer no le tomó mucha importancia, preocupándose más por el hecho de que eso iba a ser necesario para preparar la cena.

Revisa sus bolsillos, sacando la billetera de Gakupo que también le quitó con anterioridad antes de irse, dirigiéndose hacia la caja registradora.

Después de correr casi por toda la tienda buscando a ________, regresa a la entrada con la esperanza de encontrarla allí, con el ceño aun fruncido logra divisar a la chica, dándose el lujo de soltar un suspiro, mas su terror regresó al ver que en el canasto de compras había un objeto que Kiyoteru le advirtió que no debía estar cerca de ella...

— U-un arma... ¡Un cuchillo! —desesperado e impulsado por sus nervios saca una pistola electroshock de su bolsillo trasero, caminando velozmente hacia el lugar. ________, por otro lado, se encontraba dando las cosas tranquilamente a la señorita encargada, habiéndose olvidado que había venido con su "cuidador".

— ¡Baja el cuchillo ahora! —ordena apuntando a la castaña, agradeciendo que no había muchas personas a esa hora, asustando solo a la trabajadora que quedó inmóvil.

________, que justo en ese momento tenia los cuchillos en mano solo para ponerlos en la banda transportadora, los suelta dándoselos a la señorita qu.  e aun miraba la escena asustada, frunce el ceño mirándolo raro.

— ¿Cómo?, ¿Por qué? —exige una respuesta molesta, queriendo hacer algo por ella sola una vez— ¡Déjame en paz!, ¡No estoy haciendo nada!

— ¡No confío en ti niñata!, no intentes nada... —se acerca sin dejar de apuntarla, solo hasta que la vuelve a esposar a ella — ¡Y te dije que no te separaras de mi!

— !!!!! ¡Yo puedo andar perfectamente sin las esposas y sin ti! —jalonea su muñeca, reprochándose al no encontrar el clip que la había liberado antes— ¡¿Y qué no haga nada?! ¡Tú te estabas demorando mucho!

Sin hacer caso a sus quejas y gritos, termina de pagar todo, logrando despertar del trance a la pobre trabajadora.

— ¡No me arriesgaré a dejarte suelta esquizofrénica! —nota como la chica baja la cabeza avergonzada de que diga su enfermedad en voz alta, haciéndolo reir internamente— ¡Yo!, me haré cargo; ¡Tú!, no hagas NADA

— ¡BIEN! —le responde de mala gana, girando la cabeza para un costado aun sonrojada por la escena que hicieron dentro de la tienda.

Gakupo y ella se quedaron en silencio un momento mientras caminaban rumbo a la casa, ella sin querer dirigirle la palabra, él... esperando el momento indicado. De uno de los bolsillos de su pantalón saca una bolsa que al parecer contenía unas pastillas, se las ofrece a la chica con una expresión seria.

— Tomate esto —dice más en orden, tirándole luego una botella de agua que ________ a las justas pudo atrapar.

— P-pero esas no son mías... —lo mira extrañada y con cierto miedo al no poder identificar que clase de "medicamento" es— ¡L-Las acabas de comprar!, ¡¿verdad?!

— ¡Solo trágatelas y deja de gritar! —ordena más fuerte, asustándola y no dejándole más alternativa que obedecerlo.

— ¡Ya! —dice cansada tirándole la botella molesta.

Raramente, él solo la atrapa en el aire sin molestarse, más bien, una extraña sonrisa aparece en sus labios luego de eso.

— Bien~... Será mejor que regresemos a casa rápido.

— ¡Sí!, tengo mucha hambre —vuelve a sonreir tomando de la mano al chico cariñosamente, cambios de bipolaridad, normal en ella.

El pelimorado incómodo porque luego fue a abrazarle el brazo, rueda los ojos tratando de tomarle poca importancia.

"Que más da... ya surtirá efecto..." — su sonrisa maliciosa vuelve a aparecer mientras continua caminando.

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Su mano acariciaba suavemente los cabellos rubios del chico, queriendo entreabrir su boca para hacer el beso más... húmedo. Él al darse cuenta de eso, toma los brazos de la chica separándola suavemente.

— R-rin... —susurra entrecortado, habiendo quedado algo agitado, sonríe leve— Me van a regañar si nos ven... no puedo hacer esto con mis pacientes —suelta un suspiro acariciándole la mejilla— Tendrá que ser secreto...

El sonrojo se mantiene en sus mejillas, con los ojos algo brillosos del esfuerzo que hizo. Ignorando lo que su amigo le dijo, se vuelve ha acercar, rodeándolo nuevamente del cuello.

— N-no... por favor... otra vez... ¿Sí? —pide con los ojos suplicantes, no queriendo separarse aun.

Dirigió su mirada de nuevo a los ojos de ella... Era linda, debía admitir... Hermosa, con esa expresión sonrojada y suplicante que solo se la dirigía a él. Si la quería o no, no deseaba pensarlo en ese momento; sin embargo, podía divertirse y complacerse un rato...

El rubio suelta una risa leve antes de mirar a los costados, asegurándose de que nadie esté viendo.

— Solo si no le cuentas a nadie de esto, ¿va? —besa suavemente sus mejillas, pasando luego a juntar sus labios, se queda quieto esperando a que su amiga tome la iniciativa.

Rin entiende rápidamente, mordiendo leve el labio de Len antes de invadir su cavidad bucal con su húmeda lengua, sorprendiendo al chico que tuvo que hacer un esfuerzo para no perder el equilibrio, volviéndola a abrazar, y correspondiendo a duras penas. Una leve excitación se apodera de él a causa de eso.

Luego de uno o dos minutos, ella por fin se separa, respirando agitada. Muerde su labio nerviosa, girando su vista sonrojada más de la verguenza al procesar lo que su impulso la habia llevado a hacer.

— Tranquila... eso estuvo bien —la apega de nuevo a su pecho para calmarla, acariciando su espalda— No besas mal... ¿Regresamos?

Baja su mirada sin querer aun verlo a los ojos, suelta una leve risa antes de por fin alzar la mirada.

— ¿Te emocionaste? —pregunta inocente frotando suave su cabeza contra su pecho, aprovechando que aun no la soltaba.

Len abre grande sus ojos procesando lo que Rin le habia dicho. ¿Emocionarse?, es cierto que lo había excitado un poco... ¡Pero sabía controlarse!, le pasaba cada vez que la veía en esa maldita corta bata de hospital. Acaso... ¿lo había notado?

— E-eh... no... —miente esperando a que se haya referido a otra cosa— L-Lo dices por... —susurra más para él, callando al instante no queriendo dar detalles.

Dejando el tema de lado, Rin se separa del abrazo volviendo a sonreirle.

— Te iba a dar algo... más bien... ¡voy a hacerlo!

— ¿H-hacerlo?... —pregunta sonrojándose cuando su mente le juega sucio con esa frase— Adelante... hazlo... —una sonrisa coqueta abarca sus labios, no importandole si es lo que piensa o no, solo queriendo estremecerla.

Recoge su cesto ahora lleno de flores, sonriéndole inocentemente.

— ¡Vamos a tu oficina!

Su mente le vuelve a jugar sucio al oir esa frase, esta vez pensando que la chica sí se referia a "eso" al pedirle que vayan a un lugar cerrado como su oficina. Con una leve emoción en su pecho (y quizás también en su pantalón), toma la mano de la rubia apurando el paso hasta llegar a su oficina, siendo cuidadoso para que no los noten, recordando que tiene prohibido pasear pacientes cerca de esos lugares.

Al llegar al lugar, los ojos de Rin brillan al notar que cada uno de los dibujos que le dio a su mejor amigo se encuentran cuidadosamente pegados en una pared cerca de su escritorio.

— ¡Wow!, el lugar no está tan muerto como pensé.... —dice casi queriendo llorar de felicidad por el gesto tan lindo que le pareció. Toma el ramo de flores de su cesto cambiando las de su escritorio, ya marchitas quizá desde hace meses— ¡Listo!, quedo bien... —sonríe orgullosa— ¿Te gusta?

— ¿Eh?, sí, sí pero... ¿Qué querias hacer?... —pregunta aun emocionado al seguir con "ese" pensamiento en su cabeza, echando cerrojo a la puerta.

— Quería poner flores a tu oficina —dice de lo más normal, aun con la felicidad llenándola por dentro— Siempre dicen que el color alegra a las personas... !!!! —habiendo recordado algo, empieza a rebuscar entre los bolsillos de su bata.

El chico mira la situación decepcionado, haciendo un leve puchero de fastidio sentándose en la silla de su escritorio.

— ¿Y no me quieres ayudar con algo más... pequeño? —trata de insistir al parecer en vano, removiéndose incómodo en su silla— Y gracias por el detalle... —susurra algo aburrido.

— ¿Con qué cosa? —pregunta casi sin tomarle importancia, sonriendo al encontrar lo que buscaba— ¡Mira! —le entrega emocionada una hoja de papel, cuidadosamente doblada.

Len lo toma en sus manos entrándole la curiosidad, agradeciendo que eso bajara su... emoción.

— ¿Quién es? —sonríe enternecido— ¿Soy yo de bebé? —pregunta mirando el dibujo con detalle. En él estaba retratado un tierno bebé rubio de inocentes ojos azules, sentado al parecer en una alfombra, una sonrisa ocupaba su pequeño rostro mientras jugaba con unos juguetes en sus manos— Sí se parece a mí...

Rin niega con su cabeza soltando una leve risa.

— Se llama Rinto... así le puse desde ahora... —sus mejillas se sonrojan levemente— ¡Será nuestro hijo! —exclama entusiasmada apretando el cesto que aun tenia entre sus manos.

— ¡¿Q-qué?! —siente su cara arder, incluso más que el de la chica que le sonríe con cariño y cierta burla en estos momentos— ¿N-nuestro bebé?...

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Hola! Espero no haberlos aburrido... (?) okay no xD

Ojalá les haya gustado -3-

Dejen su voto si les gustó :3

Hasta la próxima!

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