Capítulo II
A la mañana del día siguiente...
El timbre que da aviso a la hora de descanso para los pacientes empieza a sonar. Len sale de la cocina del hospital con un plátano en mano, habiéndose tomado todo su tiempo para desayunar y olvidándose por completo del horario de descanso.
Hasta caminar a la habitación llegaría con 10 minutos de retraso...
— Que más da... —pensó mientras comía el primer bocado del plátano luego de haberlo pelado.
Por otro lado, la pequeña rubia se encontraba dando vueltas por su habitación, girando de a ratos en sí misma, algo aburrida de esperar y ansiosa de ver una vez más al "Amor de su vida", como le decía a su amigo de la infancia.
No sabía la hora exacta; debido a que no tiene reloj en ese lugar, pero sabía que el descanso era de 10 a 10:30 y ya había pasado un tiempo desde que el timbre sonó.
— "Len-kun... si no te apresuras no podré darte tu regalo" —piensa con preocupación, sonriendo de igual manera como idiota al volver a pensar en él.
La puerta se abre cuando quedó a espaldas de esta, girando de inmediato al oírla.
— "¡Ya llegó!" —emocionada toma un cesto que dejó en su mesita de noche, ocultándolo tras su espalda— "¡Le haré un ramo de flores!, A su oficina le falta decoración de seguro..."
— Disculpa la tardanza... —dice a penas entra, tirando la cáscara de banana en un basurero cercano— Por cierto... muchas gracias por el dibujo. Eres muy talentosa. —le sonríe de manera sincera al decir eso, acercándose más a ella— ???? ¿Qué tienes en ese canasto? —pregunta con curiosidad al notar lo que inútilmente trataba de ocultar.
Levemente sonrojada al ser descubierta, sonríe nerviosa.
—N-nada aún... —lo abraza del brazo fuertemente, sonriéndole mientras lo jala de a poco hacia la puerta— Pero ya verás lo que quiero hacer. ¡Vamos rápido al jardín! —toma la mano del chico suavemente, jalándolo con más fuerza.
— ???!!! Bien... si eso quieres... —aprieta levemente la mano de la chica, sonrojándola más, quién hacía lo posible para que él no lo note— ¿Pero qué planeas?, tienes que decirme~ —insiste con voz melosa.
— ¡Y-ya verás!, no quiero arruinar la sorpresa... —le reprocha haciendo un tierno puchero.
Al llegar al patio de la clínica, se suelta del agarre del chico, disfrutando plenamente del paisaje y el aire fresco, algo que siempre la ha relajado en sus peores momentos. Corriendo como si aun fuera una niña pequeña, se dirige hacia la parte donde abundan más flores, dejándose caer en ellas.
— Por Dios Rin, ¡Ya tienes 18! —dice entre burlas caminando tranquilamente hacia ella.
Sin hacerle caso suelta pequeñas risas mientras juega con las flores, sentándose luego de un rato para empezar a recolectar algunas, las más bonitas para ella.
— Rin... —susurra el ojiazul luego de haberse sentado a su lado, recolectando algunas flores igual que ella.
— ¿Sí? —pregunta ensimismada en lo que hace, metiendo más flores a su canasto, escogiendo entre los diferentes tipos.
Len suelta un suspiro antes de acercarse más a ella, con una mano toma su mentón suavemente, girando su rostro para que lo vea. Quedándose sin palabras, Rin simplemente mira directo a sus ojos sin saber que es lo que su amigo planea hacer, si antes estaba emocionada de estar con él, ahora podría sentir que se desmayaría en cualquier momento.
— Len...
Sin responderle o dejar que continue, lleva su mano con el pequeño ramillo que había hecho antes, acomodándolo como un broche tras la oreja de la chica.
Ella solo reacciona a ubicar el nuevo ramillete que tenía en sus manos delante de su rostro, tratando de cubrir el intenso sonrojo de sus mejillas, descubriendo solo un poco sus ojos.
— L-len-kun... —se pone de pie siendo imitada por su acompañante— ¿P-podrías...? —susurra tartamudeando de los nervios. Va bajando más el ramillete que aun cubría sus mejillas, quedando frente a frente con él, en medio del pequeño jardín de flores.
Sonríe ligeramente hacia ella, sonrojándose al tenerla más cerca de él por querer y no para ponerle alguna inyección. Extiende sus brazos tomándola cariñosamente de la cintura y atraerla más hacia él, pegando suavemente sus cuerpos.
— Y-yo... quiero... —lleva una mano al pecho del chico, acercando más su rostro al de él— Por favor... ¡Dame un beso!
Su sonrisa aumenta al oír lo que le pide, queriendo que le insista más.
—¿Eso quieres?~... Bien... —gira un poco el rostro de Rin dándole solo un beso en su mejilla izquierda, soltando una leve risa al ver como arruga el ceño.
— ¡Así no! —lo mira con súplica, poniéndose en puntitas para llegar hasta su altura— Acercate...
— ¿Así no? —continua molestando. Ladea la cabeza, inclinándose más hacia sus labios esperando otra súplica de ella.
— B-bésame... —susurra casi inaudible, sintiendo el roze de labios con el del chico, deseosa de sentir la calidez de estos.
Len sin poder resistirse más, termina de juntar el beso, tomándola suavemente de la nuca y queriendo aumentar el ritmo para su gusto.
Por su lado, Rin se sentía en las nubes al sentir el contacto por el que tanto tiempo esperó.
Y hasta asesinó...
Rodea su cuello con ambos brazos, dispuesta a no dejarlo ir...
ººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººº
Despertó de golpe, la luz la cegó por un leve momento antes de recuperar de a poco la visión. No podía mover la cabeza, ni abrir un poco la boca, un profundo dolor le recorría el cuerpo entero cuando lo intentaba, lo único que podía hacer era mirar hacia arriba y hacia los costados, hasta donde le permitían sus ojos.
Sintió una puerta abrirse, seguido de voces que no podía identificar, un ruidoso pitido penetró en sus oídos a causa de eso, ocasionándole más dolor, trató de quejarse pero más fue su susto al darse cuenta que no podía emitir las palabras como ella quisiera. Trató de recordar, ¿Qué hacia ahí?... de repente a ella vino un solo nombre.
— "K-kaito..." —desesperada trató de removerse— "Y-yo... debería estar muerta..."
— Hatsune Miku... —escuchó que decían su nombre, tratando de identificar a la persona que le hablaba, moviendo de nuevo de un lado a otro sus ojos— Que bueno que ya has despertado.
La chica notó con horror que se encontraba en un hospital al dar su mirada con el doctor que al parecer le habló, trató de mover sus brazos, dándose cuenta que uno de ellos estaba "amarrado" a la cama. De nuevo intentó emitir algún sonido, ganándose solo otro profundo dolor.
— Será mejor que no intentes hablar por ahora pequeña —pausa inyectándole un sedante al notar su agitada respiración— Cuando estés mejor... a algunas personas les gustaría saber qué fue lo que pasó...
ººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººº
... Without words...
Gracias por seguir leyendo la historia :3 hasta la próxima.
Dejen su voto si les gustó -3-
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro