Levantarme por las mañana siempre fue una tortura, más aún sabiendo que tenía que hacer todo rápido para ir al colegio.  Al menos no iba al micro escolar con los chicos de primaria, eso sí era muy vergonzoso, mamá había admitido que ya era una niña grande y necesitaba ir sola.

—T/n ¿Estás lista para el colegio?—pregunto ella gritando desde la otra habitación estaba intentando ponerme mis zapatos, creo que mi pie de nuevo había crecido unos centímetros más o había algo que me impedía ponerme los bien.

Al terminar de vestirme me tomé una fotografía era instagramer y tenia que mantener al día a mis seguidores.

Mi uniforme era el más bonito e envidiable de todos los colegios de Corea del Sur pero a veces me sentía culpable al no tener notas altas como el resto de mis compañeras, siempre oía los mismos comentarios: "eres una cara bonita pero hueca por dentro". De nuevo me regaño mi mamá por no estar lista,  así que tome mi bolso y corrí hacia la parada, el colectivo 767 estaba llegando a la parada donde tendría que estar, así que corrí lo más rápido que pude y logré alcanzarlo.

—Gracias señor—le dije al chófer al subir y pase mi tarjeta para pagar el boleto

Me senté atrás de un chico de cabello violeta y cuando pase por su lado seguía mirándome de arriba y abajo,  él se volteo para mirarme y me sonrió, jamás lo había visto en mi vida.

Enseguida el colectivero freno con todo cuando el semáforo se puso en rojo y me hice para adelante, pero no me había lastimado, pues el chico de cabello lila puso su mano para que no me golpeara la frente.

—Gracias—dije colorada

—De nada, preciosa—dijo sonriéndome, me ruborize aún más, mire hacía todos lados y me había pasado de la parada.

Toque timbre lo más rápido que pude y me baje del colectivo en el camino me encontré con Jenny una de mis amigas, le conté lo que me pasó en el colectivo.

—Amiga a veces tienes una suerte en la vida, yo no logro que Beomgyu se fije en mi—suspiro ella

—Pero sabes que Beomgyu no te merece, es un creído y no quiero que te lastime—le recordé

—No me importa si quiere a otras—

Beomgyu pasa por al lado de nosotras y ánimo a mi amiga para que lo saludé, si ellos salieran yo sería felíz pero creo que es un trabajo de hormiga.

—¡t/n! Cálmate—dijo Jenny riéndose

—Debes hablarle algún día, sino como sabe que existes—dije empujandola hacia adelanté

—¡Foca apartarte de Beomgyu!—dijo un estudiante, me di vuelta y era Jungkook el hermano mayor de Beomgyu, la habia empujado aproposito y ella cayo al suelo.

—¡ Que poco hombre eres! Ni siquiera modales tienes por una mujer—le dije a Jungkook mientras ayudaba a mi amiga para pararse

—¡ la foca tiene novio!—se burlaba Beomgyu como un nene de 4 años y mi amiga se acercó a el para pegarle una cachetada, creo que eso sí le dolió.

Antes que nos viera el director entramos al colegio corriendo y fuimos a la clase de matemáticas para nuestra sorpresa el profesor se había enfermado y pusieron un sustituto.

—Chicos soy su nuevo profesor de Matemáticas, me llamo Choi Soobin, en mis clases soy un poco exigente pero se acostumbraran—dijo el maestro mientras escribía el nombre en el pizarrón—Vayamos a la página 40 para ver la clasificación de triángulos—

—Maestro, no quisiera saber nuestros nombres para conocernos—dijo una alumna con una voz sensual

—¡Cierto! Tengo que pasar lista, por favor levanten la mano cuando mensione su nombre—dijo Soobin y acontinuación empezó a nombrar a los alumnos, me parecía muy lindo el nuevo maestro y su rostro se me hacía algo familiar, como si sntes lo hubiera visto.

—¿Que edad tiene?—pregunto otra alumna

—No tiene nada que ver con la materia pero tengo 23 años¿ Alguna otra pregunta?—cuestiono

—¿Tiene novia?—grito una chica del fondo

—No, bueno empezemos con la clase— anuncio finalmente, no entendía nada pero sentia que me gustaba al finalizar la clase me acerque a él y le dije

—Am...— no me salían las palabras de la boca pero verlo escribir era muy lindo, solo estábamos nosotros en el aula

—Si señorita Lee—dijo levantando su mirada

—No entendí el punto 3—dije inventando alguna escusa para hablarle, me invitó a sentarme y me explico que era lo que debía hacer en ese ejercicio

—¡Vaya! Es hora de irme pero nos veremos en el 767—menciono antes de irse y me guiño el ojo, había quedó impactada era el chico del pelo violeta.
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Bueno este es el primer ost de está serie de mini relatos que escribiré espero que lo hayan disfrutado.